A Eva aquel tipo de presiones sociales no le gustan. Eso de tener que dar la bienvenida a desconocidas es realmente incómodo para la lancrea. Toco el timbre una vez, al no tener respuesta volvió a tocarlo. Espero un rato más y timbró por tercera vez. Ya se iba a retirar creyendo que no había nadie cuando se abrió la puerta. Una yuvaika pequeña y flaca la observaba desde el portón. Sonrío por cortesía y se prometió salir lo más rápido de allí -Hola, soy Eva, tu vecina del 6H.

Según su metodología social (la pirámide), el de más arriba tenía más valor y se iba descendiendo hasta la base, donde se encontraban la mayoría, pero sin valor alguno. - ¿Y quién consideraba el valor en la humanidad?- pregunto Joan - Según entendí en mis lecturas, los de arriba, los del tope de la pirámide. - Pero eso es injusto. - Exacto. Los de abajo jamás tuvieron oportunidad. Y hay que cuidarnos mucho de aquellas que quieren volver a ese régimen -termino de responder Margaret.

La perfeción, ¿Qué es eso? ¿Un espejismos creado por las mentes aburridas?. O, ¿simplemente, una utopía inalcanzable que no para de colarse por cada rincón pero que nunca llega a materializarse porque no es más que eso?. Una utopía.

Te he imaginado de tantas maneras que ya sé que es imposible que lo estés de una sola.

Mi utopía eres tú. Quizá soy ingenua, de mente simple, y una mujer poco profunda. Pero a veces me permito soñar contigo, con un amor de verdad, un amor para siempre, un amor que me lleve a las estrellas y me haga ver el sol. Una caminata contigo por el parque, tomados de las manos mientras te escucho. Una noche de luna contigo a mi lado, besando mi rostro mientras pienso en el regalo que el destino me envió. Pero al final, todo es un sueño innombrable, una fantasía que muchos juzgarán.