Fuimos como aquellos ebrios, que en la madrugada tomaron como recta la curva pronunciada, y nos estrellamos contra la realidad.

Tú eres un ángel para mí, Rose. Eres la amabilidad en persona, tienes las mejores notas, tu familia es amorosa...Eres lo mejor que me ha pasado. Sólo te estoy haciendo daño. Yo no soy buena, tengo demasiados traumas, no sé controlar mis problemas de ira, soy una mala estudiante... Soy un monstruo. No merezco amor ni atención. Por eso, te escribo esta nota para decirte que te amo con todo mi ser. Pero somos mundos distintos: Ángeles como tú no pueden volar conmigo al infierno. -Susan.

Martes, 28 de junio de 2015 Dos hermanas estaban en la puerta de su casa esperando que saliese el coche del garaje. Una de ellas sabía que después de ese viaje en coche cambiarían sus vidas. —Tranquila —le dijo a su hermana sonriendo —. Todo va a salir bien, nos veremos mañana. Después de eso, empezó a caminar hacia el coche arrastrando su maleta. Su hermana, pequeña, asustada y sin decir nada, tuvo que seguirla sabiendo que se estaba dirigiendo a un solo trágico destino.