Caminaba una mañana de cielo diáfano. El calor estival se matizaba con una fresca brisa austral, y su combinación con el cantar de las aves me despertó una sonrisa. El ruido de una frenada y un grito me obligaron a dar vuelta. Tres hombres bajaron del auto, dos muy nerviosos y armados; el otro, en apariencia tranquilo, encendió un cigarro mientras asentía para que me aprehendieran. Del auto a un calabozo, de la vida a un limbo al que todavía, y por desgracia, no puedo llamar muerte.
48 October 06, 2020, 02:46 34Мы можем поддерживать Inkspired бесплатно, показывая рекламу нашим посетителям.. Пожалуйста, поддержите нас, добавив в белый список или отключив AdBlocker.
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