Las normas del consumismo se habían infiltrado en los temas del amor para cuando fueron avistados por vez primera. Regalos por mero compromiso, cumplidos falsos eran intercambiados día tras día, hasta que intervinieron la exosfera y el poco equilibrio social circundante. Restan días para verlos descender a nuestras tierras.

Tímidas lloviznas entristecieron la noche, acentuando la nostalgia varada en mi torpe corazón. Divisé alguna estrella, reservada, que con el avance de cada minuto comenzó en acercarse, hasta que distinguí mi error: se aproximaban los invasores.

¡Oh región frondosa, que escondes encantos prohibidos y poderes de gracia celeste!.¿No comprendes que rendido caigo ante tu misticismo, que mi ser entero es consumido lento por tu atmósfera?. Algunos se adelantaron cautivos por el poder atractivo que esconde esta nueva area; que apenas conocemos, que a penas admiramos. Ante tan perfecta cumbre no tuve más opción que establecer el campamento y apreciar con mi tacto el delicioso relieve que gracioso disfruta mi llegada.

¿Supones afectar mi perfección? ¿Crees conocerme? ¿Te jactas, al verte libre de lesión, Luego de ofenderme?. ¿Piensas que estoy obligado A someterme a tus estándares, Procesos y humanas Razones?. No necesito comprobarte Mi existencia, Pues para ti no existo. No necesito comprobártelo, Pues eres tu propia deidad. Para ti continúo inmóvil, Pero tu continuidad fenecerá.

Vencido por la emoción y la incertidumbre, anuncié retomar el paso y con algunas prisas emprendimos de nuevo la travesía. ¿Qué nos aguarda?, ¿Qué debo decir, para recibir la aprobación de permisos pendientes?. Mi extraño corazón parece compartir conexiones con la esencia de esta increíble región, bendecida con delicadas curvas que se extienden en el horizonte, despertando en mí imaginaciones entre inocentes y atrevidas.

Aguarda en plena calma Espera que todo suceda Sin esfuerzo alguno de tu parte No abandones, nunca. Refugiate en el conformismo Disfruta su total estabilidad De la rutina haz tu fortaleza No abandones tu conformismo. Engáñate; todo está bien En tu mundo No abandones, nunca Tu conformismo.

Tanto ella, como yo, fuimos dulcemente intervenidos por agrado y risas, sin importar lo devastado de nuestra aeronave. Vivimos un efímero instante, en que mi objetivo fue su bienestar, en que ella correspondió graciosa, por sobre la veloz aproximación de incontables unidades voladoras, supresoras. Entre los asientos desgarrados, restos de estructuras desfiguradas y densas nubes en ascenso, nuestras risas y complicidad triunfaron, en tanto abandonábamos la ionosfera.

Quizás contamos con una sola oportunidad. El día de ayer decidí detener el paso. Hemos establecido el campamento en terrenos poco conocidos. Estructuras cilíndricas, abundantes, ondean libres buscando el cielo, y la luz solar se filtra en extractos, brindándonos cierta esperanza. Comenzamos a divisar, como surgidas de la inmensidad, sin fin de cuerdas lisas de oscuro encanto, que vacilan a merced del viento. Creo que son reales las leyendas de los "cabellos".

Fueron ellos quienes ingresaron Aún recuerdo el bolígrafo rojo Nuestra casa derribaron Nuestros sueños destrozaron. Objetos preciados, lanzados Por sus tentáculos cefálicos pisoteados Fotografías, memorias, desmenuzadas Nuestra razón destrozaron. Tu mano anhelando la mía Aún recuerdo el bolígrafo rojo Te arrastraron feroces, sus fauces, Recuerdos, mis manos, teñidas de rojo.

¿De qué sirve ahora tus evasiones de dos o tres días?. Hoy que me refugio entre escombros y restos de paredes y recuerdos, ¿Para qué sirve mis silencios, tras los que escondí conformismos?. Ahora que hemos visto el poder succionante, devorando a tus amigos y a mis familiares; hoy que agudísimos gemidos conforman la atmósfera, ¿sabes qué o quiénes son? ¿De dónde provienen?.

Ahora que nada importa ¿Puedes decirme? Ahora que nadie importa ¿En qué consiste la razón La razón de la existencia?. ¿Una razón cambiante? ¿Crear, lograr, experimentar plenamente? ¿Dar sin nada esperar?. Hasta que la muerte nos separe, ¡Qué gran logro!. Ocho horas diarias, mi ser someter, Otro logro. A los treinta y un años acepté Que no tiene sentido La vida no tiene sentido, acepté.

La tarde del lunes iniciamos la exploración. Contraté los mejores expertos, poseedores de increíble tacto. Proveyéndonos de esperanza, argumentos graciosos y paciencia nos adentramos, pisando cautelosos por sobre la epidermis. Una voz encantadora nos brindó el nombre de la región: "el brazo", nos dijo pausada. Conforme caminan mis dedos aumenta la emoción. Presiento que estamos cerca; muy cerca de llegar a su corazón.

Su voz desgarrante despierta Cada mañana, sin importar la lluvia, Sin temor al sol Su voz carrasposa intensa. Doce o más años Recorriendo el vecindario En total dignidad, en plena humildad Procura el sustento De su pequeño y su esposa. Envidia de rockeros contemporáneos Estilo clásico, vivo, original Con su voz proclama las frutas, Es el vendedor de frutas, Los demás son nada.

Puedes escuchar la graciosa confusión De mi vecino y su canto, De mi música de antaño. La tarde del día puede envolverte En nostalgia y rara esperanza, Puede acariciar tu alma Al ingresar por mi ventana. Frente a frente Desnudaremos nuestras almas Frente a frente, preparé café; Lo sé, no volverás.

Alcanzo a observar los alerones frontales y el viejo capó luciendo las adaptaciones que espero resistan al horrible magnetismo inverso. Sonrío al ver, por poco centrada, sobre la parte frontal, la calcomanía en que se lee "Creedence Clearwater Revival". (SYL 22,91)

Ven tras mí Encontré un lugar interminable. Puedes esconder tu orgullo Puedes externar toda represión, Puedes ser tú u otro; u otra. Aquí todos son inocentes Puedes esconderte y libre Expresar tu silencio, tus gritos. Ven, sígueme Imita alguna de mis ideas Abraza tu egoísmo; lúcelo al mundo, Preséntalo y que otros cedan Al engaño y lo aplaudan. Muéstralo disfrazado, Usa colores, hazlo pronto.

Recuerda ganar su corazón Trátala como el más preciado objeto Siente cosas como el amor Recuerda que su corazón es un objeto. Recuerda ganar su corazón Conquístala Usa el amor para comprar su corazón, Somos objetos de algún mercado. Recuerda mostrar resistencias Crea dudas en él Siente cosas, cosas como el amor, Analiza sus ingresos, su posición social. Recuerda darle tu corazón Déjate conquistar Muestra el precio de tu corazón, Somos objetos de algún mercado.

De ti tomaré Tu precioso mirar café vivo, Hurtaré de ti Tu encantador biotipo corporal. Uniré tus manos a tus brazos Con hilos de honestidad. De ti tomaré Tus párpados a medio abrir Portadores de sutil hipnosis. Hurtaré de ti La inocencia aparente Que despertó feroz en mí Desvelos y anhelos. Cuando complete tu existencia Y perciba en ti A cada una de ellas Mi corazón laterá en ti Luego de abandonar mi existencia.

Puedo verte, preciosa Sé que me espías mientras escribo Puedo verte, preciosa Aparento distracción, Continúo escribiendo. Continúa sonriendo, Puedo organizar una expedición Que inicie por tu brazo. Séis cucharadas de café Hoy es tu día Sé que desde ayer no te bañas.

Somos el producto De tus deseos irracionales. Somos el reflejo de tus temores ocultos Que cubres con falsas actitudes Con positivismo y optimismo. Hemos permanecido Alimentados por tus delirios, Preservados En tus racionalizaciones y negaciones. No queremos tu mejor esfuerzo No buscamos tu aprobación No enciendas luz alguna. Si continúas vivo, también viviremos.

Detuve el paso. Agitado y débil, inmerso en exhaustés y satisfacción, la lluvia permeó mi alma, penetrando cálida por mis poros, suave en mis ojos. Por vez primera, el peso insoportable fué liberado en un gemido silencioso, y el llanto de nostalgia, de aceptación, se fusionó con interminables gotas que el cielo derramó preciso. Por vez primera la lluvia ardía, fría en mi esencia.

Quizá tu también formas parte. Se refugian en el anonimato, anque no hay qué ocultar. Entregaron la más pura esencia de su corazón, anhelando el bienestar de quien en verdad quisieron y amaron. Recibieron sobras a cambio, recibieron engaños y fueron una opción. Brindaron lo mejor de su ser. Muchos murieron, para revivir lento, en silencio, en soledad relativa; en el germinar del amor que dieron, sin esperar retribución. A veces creo que también soy uno de ellos.

Cada tarde del día puedes verlos. No importa el deterioro de la sociedad, la reducción de ingresos o el número de defunciones. Cada tarde del día escuchas sus gritos en plena alegría; su emoción contagiosa. Cada tarde del día verás a los niños suicidas, libres conduciendo sus carritos, libres descender la colina de asfalto, sin importar el riesgo de ser atropellados por algún conductor ignorante.

Soy el resultado de una realidad alterna, que por error hoy camina paralela. Soy el triunfo de ideologías que confundieron la igualdad con la igualación. Soy el ser que, desorientado en el tiempo y el espacio pregunta: ¿quién soy?.

Vi la humanidad dividida en dos polos opuestos, equidistantes. Vi la máquina gigante, devorando sus propios engranajes. Vi niños dormir sobre cartones. Vi una madre, regañando a su pequeña de escasos cuatro años. Vi mujeres succionadas por la miseria. Escuché disparos, vi uniformados. Vi hombres postrados, adorando los productos de sus propias manos.

¿Te ciega el amor?. Ella te lanza señales clarísimas, pospone encuentros para el mes próximo, te brinda migajas a cambio de tu entrega viva, renovadora, del corazón. ¿Crees que te cegó el amor?. Te evita con las más increíbles y sutiles formas, y tu torpe le sonríes. No, no te ciega el amor; el amor te abre los ojos. Te ciega el temor, la esclavitud, tu carencia de estima propia.

Recuerdo los días de escasa cercanía Recuerdo los medios informativos Creando sentimientos falsos Recuerdo gentíos Cediendo a falsos estados. Gravedad en el aire Prudencia en la sangre Angustias soportables exageradas Angustias insoportables ignoradas. Dolor que cruzó fronteras Medidas vitales extremas Los medios continuaban Manipulando la espera. No hubo solución Más que sobrepasar la exósfera. La humanidad se reinventa Carga inconsciente La maldad destructiva En este nuevo astro celeste.

Indefenso ante el esclavismo que se disfraza de libertad, huí temeroso, inventé una increíble imaginación, en que nombré la felicidad como el mayor logro de la humanidad. Titulé como primer paso, la torpe publicidad "todo inicia por auto aprecio". Probé nuevas ideas que alaban la libertad sexual, cautericé mi capacidad de análisis y cuestionamiento, cedí a engañarme, creí que conocer es algo superficial. Regalé una sonrisa herrumbrada en honor a la falsedad. Ahora soy uno de ustedes.

Llegaste a mi vida En tu sonrisa Me sonrió la vida. Planeabas eterna la vida con tu amiga. Tiempo después llegaste a mi vida Con prisas entraste en otra vida Sin apuros también en la mía. Conocimos la vida Sin contacto más que el cálido abrazo Mi graciosa caricia, profunda en tu alma Tu cariño en mi alma También en el otro. Condenaste mi reclamo Perdoné los tuyos Desechaste al otro y a mi vida. Hoy quizás hay otra U otro en tu vida. Tu sigues en la mía. Porque te quiero, te libero de mi vida.

¿Te supones apto en la escritura? ¿Crees que inicia al amar tu propio ser? Frases; complejas estructuras ¿Quién crees ser?. Puedo brindarte plena seguridad Darte una falsa sensación De libertad y estabilidad Hundirte suave en grata desorientación. ¿En verdad eres víctima? ¿Buscas satisfacer tu egoísmo Disfrazado de tristeza?. Idolátrame cuando te abandone el día Bríndame tus lágrimas en oculto. Profundo autodesprecio, aguardando tras la puerta.

¿Has experimentado ése suave éxtasis, en que la tristeza accede por las venas, transita lenta, avanza profunda, alcanzando cada neurona, avivada por tonadas libres de voces, poco a poco, hasta diluírse y transformarse en quietud, quietud que nubla la vista?.

"No busco la patética felicidad contemporánea, sino respuestas y modos para resolver la vida."

Mi patético ser colecciona penas y desdichas que urgían de liberación en aquel momento, sin embargo han profundizado para evolucionar en tristezas repentinas y sinsabores, que de pronto surgen, de pronto desaparecen. Empero cada madrugada anticipo el alba para, enmudecido, ver sobre el horizonte par de cúpulas equidistantes, que trémulas aguardan nuestra llegada.

En los primeros avistamientos observé que utilizaban pequeños vehículos para hallar el sentido de la vida. Temo ser confundido con alguna amenaza, si intento comunicarme. Son, nuevamente, los niños suicidas, en esta ocasión transitando libres de sus unidades; en esta ocasión utilizando palabras extrañas, quizás por sus padres heredadas.

El mayor frenesí lo experimenté cuando me sobornaron con elogios y agradecimientos, en apariencia desinteresados. Tiempo después, con sutilezas, me exigieron la retribución de las gratitudes. Entonces comprendí mejor a la humanidad, así como a los demás de ustedes.

Oh, Casandra, recuerdo tus aladas palabras, cuando decías: "La lluvia todo lo alcanza, excepto a los subterráneos humanoides". Hoy, llora el firmamento de tinieblas, y el astro lunar, por halo multitono coronando, indiferente presencia mi marcha trémula; mas no hurtará, de mi abrazo, a nuestra pequeña Tiziana.

Oh mujer de ópalo, De Eros eres el trazo, De mi alma el desvelo, De otro tu mano y tu beso.

Cuando decidí ensamblarte, fue mi objetivo principal plasmar en tí, con fiel pericia, la esencia humana, oh creatura célica, de piel mercúrica. Programé tus electro-glías para experimentar y expresar impulsos huecos; éso a lo que ellos llaman "amor". Mas con mi vista hacia lo alto, agradezco mi fracaso. ¡Oh, fémina célica, eres más que humana!.

Observamos el vaivén de las risueñas olas, que ingenuas borraban lo que lograban, en incesante y eterno ciclo, en que cada lapso, aunque exacto al previo, era al mismo tiempo nuevo; primero. "El tiempo no todo lo cura", me dijo la angélica fémina, en mercurio bañada, una a una sus piezas desnudas ante orbe de flama, testigo en las alturas. Sentados, el fenecer de ardido horizonte contemplamos; mudos.

Despierta mi tacto con ardores plenos En el lindero que duerme entre tus senos.

Mi tacto nocturno, de argonio ámbito Surge, y a enorme orbe eriza por completo.

"¿Dónde estabas? ¡Incansable te busco desde antaño!" le reclamé a tan purísima creación bio-metálica. Mas ella, casi intocable, me susurró: "¿Dónde estuviste tú ? Yo, en tu pensamiento, he existido desde siempre".

Me perdí en tu mirada dorada, Tierna vacilaste ante mi mirada, Y el calor de tu bebida y mi bebida Avivivaron la magia; magia ignorada Por tu marido y mi prometida.

"Vive cada día como si fuese el último de tu vida", me dijo, enfermo de autoritarismo, el oxidado androide. Mas con tono rebelde le respondí: "¡No!. Si he de vivir, lo he de hacer como si cada día fuese el primero de mi existencia".

Quizás es lástima, talvez vergüenza, Mas al suelo dicta tu mirada Evasión ante mi ingenua mirada. Mas al Cielo, mi esencia con presteza Agradece en llanto interno, librada De rencor; te sonrío y no espero nada. Mas nadie como yo, te dijo sin palabras: "La vida me sonrió en tu mirada".

Tu silencio grito fue en mi imaginación; Mis pasos senda trazan, por sexta ocasión. ¡Detén, torpe espacial, tal exageración!.

Ambas lunas te observan, Mas ingenuas la luz proyectan Del número que ante el sistema Te nombra, y la fe que merma Razón es, que impunes te succionan. Rodeaste Plazas desiertas; por brisas presas. Volviste Mas un soplo hurtó tus destrezas.

Inmóvil de ardor, la esfera de níquel contemplaba nuestro trayecto. Ascendimos por algunos escalones labrados en piedra, quizás vestigios de civilizaciones exteriores y seguidamente se presentó, sin imponencia, una puerta, vacilante al son de vahos bermejos. A101-7 y yo ingresamos escasos de asombro, mas luego, con abrupto pavor, contemplamos un manto, que acentuó escalofrío paralizador en nuestra alma. Se trataba de la dermis de uno de los nuestros, goteante, sufrida aún de vagos espasmos.

Grietas grises la noche azul viste, Y átonos destellos de murmurante Estrella rozan mi pensamiento, Mas triunfa un inquieto pensamiento ¿Enmudecida en profundo dolor, Lenta es la lágrima que acaricia tu semblante? Mas inmóvil entrego mi ser en anuente Suspiro, rogando por tu bien al Creador.

Mas ante la inmensidad se detiene mi pensamiento, y a mis ojos ingresa el insondable cielo, vuela mi esencia y se pierde en el firmamento inalcanzable y se rasga el celaje; lucha el azul por resplandecer y mi espíritu, ignorante de fuerza causante, lento revive, y por un eterno momento no hay recuerdos, sino la absorta contemplación de lo alto, del silencio, del tiempo.

A veces quiero desaparecer, Mas el camino repetido Observa mi sollozar. Mi esperanza busca fenecer, Mas ante el mar Hallo desahogos. Ahora que pronto desapareces No te buscan mis ojos, Mas encantadora luces Cuando recuerdas tus anteojos.

Astro nocturno, enmudecido En la niebla eterna: De azul dama, el rostro avivado Fue por tu luz plena. Astro de encanto, mi lento Delirio fue por su esencia, Que bajo negro firmamento Iluminó mi fantasía, Mas, astro de encanto; Sabías que no llegaría el día.

Se consume lento mi ser Por hurtarle segundos eternos Al tiempo y tu voz conocer; Del vil mundo, de viejos sueños conversaremos. Se deshace torpe mi corazón Esbozando por las noches tu sonrisa, Mas cuando llega el momento En que aguardo sin prisa Tu delicada silueta, que acaricia el viento, Pronta se esfuma y roba mi aliento.

Mujer que luce de azul mar y cielo intocable; si tan solo pudiese, con la caricia inocente, conocer tu corazón y sin prisa perderme en tu aroma; mas por ser yo mortal y tu celestial diosa, es mi condena delirar al ver que me miras y saber, que nunca sabrás, en las noches, por tí, mi alma llora en alegría.

¿Percibes que no es negra la noche? ¿Notas que las nubes no son blancas y que oscuro azul acentúa su gris melancolía?. No todas las estrellas son iguales, mas cada una brilla, ¿Divisas que algunas, en par se refugian?. Dama de azul mar y cielo profuso: ¿Distante en este instante, así como a mí, te desvela la noche?.

Detiene el sol el trazo cíclico del reloj; de amarillo visten sin fin de sujetos, cortesía del nuevo imperio. Desconozco sus rostros; protegen sus cuerpos sus trajes; mas fieles visitan casa por casa el vecindario. Bajo el cielo inmóvil, de ténues tonos ocre, de vapores vívidos que descienden, que nublan el pensamiento: par de sujetos ante mi puerta. Inmóviles, sin aliento, mas intuyo que aguardan por una de mis cápsulas, de formol abundantes; de amorfos fetos preservantes.

Recorrí la senda, como antaño Conductores protegidos ví Tras mascarillas de auto engaño, Ave tendida; la muerte en sus ojos ví. Mas tu funeral, he de advertir, No presenciarás, y tus prendas Mañana, quien desprecias, ha de lucir. Del vil sistema empacados ví Fragmentos y al salir, el sol percibí Sin importar color relucir.

El débil soplo que toca tu vestido Y permea tu silueta de zafiro radiante Es envidia de mis sentidos; Dama venida de Marte. Señorita sideral, no veas hacia atrás, Pues a quien te observa notarás. Decaen y terminan tus cabellos Donde inicia mi delirio y el desvelo De mis manos, mas entrego ruegos Por robarte una sonrisa al Cielo.

¡Oh, dama de azul encanto! Sí supieras del tiempo el momento Que un raro sujeto aguarda Conocer el secreto en tu mirada. ¡Oh, dama de azul encanto! Verás mañana, del tiempo el momento En que un sujeto intentó sin intentar Darte su alma en busca de tu bienestar.

No hay anuncio; no surge deseo alguno por elaborar frases pobres y recicladas, referidas a desamores u optimismos. Uno a uno limpio los instrumentos de excavación; nublada la vista, sollozante el alma. ¡Oh, envidiable colega! Paso a paso mi silueta se entrelaza al olvido, y mi sombra ténue se desliza, distanciándose de la estación espacial. Envidiable colega: velaré por el bienestar de tu pequeña y tu mujer.

Por poco imperceptible, ingresa por mis pies cálida sensación que entorpece mi andar, enfriando mis huesos, sin dolor alguno. Exóticas tormentas bioluminiscentes azotan mi unidad habitacional resguardante, sin embargo mi preocupación reside en la ausencia de mi colega A 101-7. A intervalos inesperados me paraliza el reviviente instante, en que, con indescriptibles arrebatos un organismo amorfo, usando movimientos repulsivos, le succionó, para luego imbuirse en el suelo infernal en sulfuros.

Acaricia, con sus ténues partículas húmedas, el cielo al suelo; suelo virgen, librado de conflictos y atrocidades, y una leve estela de pálido verdor danza sin prisa; sin dirección. En tanto mi colega A 101-7 remoja las extrañas rocas (quizás compuestas por Iridio sideral) que logran reflejos indescriptibles, permeando su traje protector y su casco, enmudezco para ocultar mi ánimo sollozante, desvelado por el recuerdo de Casandra.

Lunática lumbre anunciaba mi transformación de terror. Tú: libre de excesivas prendas, Tiziana protegida por su pañal extra absorvente; yo como tú. Con graciosa prisa tomabas a nuestra pequeña en tus brazos y huían carcajeantes; las escaleras, el extenso pasillo, de nuevo las escaleras. Las risas de Tiziana inundaban la persecución con encantos, hasta que, exhausta de iluso temor, sucumbías sobre la cama. Los tres nos devorábamos a besos y mordiscos inocentes. Hoy, los escombros me desvelan.

Llora el cielo nocturno, nuboso de incertidumbre, en tanto los restos del techo juegan melodía y complicidad con el goteo entorpecido. Con constancia me visita un tímido felino, que supera el enigma otorgado por el parpadeo de la endeble bombilla. No obstante continúa el vago sonido de pasos en proximidad, que seguidamente se distancian.

El cielo gime incansable, expresa destellos incontrolables, rayos intensos que sacuden las fibras más profundas de la esencia humana; exhibe torbellinos salvajes, incandescentes, permeando de amarillos y tonos ocres al viento que vacila tímido, a la atmósfera y a cada objeto visible. De regiones desconocidas, lejanas, surgen lamentos que se destiñen en su avance, hasta llegar a nosotros. Las horas caminan lentas, como si el sol que una vez conocimos, inmóvil se burlase.

Recuerda referirte bien de todo difunto. No olvides tratar sobre el clima, el tiempo atmosférico y los titulares del diario con todo desconocido. No le reveles, a persona alguna, que la búsqueda de la felicidad es un patético invento. Crea todo tipo de racionalizaciones para preservar tus pasiones y autoengaños. No; no te atrevas a abandonar la incomparable quietud que obsequia la monotonía. ¡Adelante: sé tú mismo!.

Presiento de abril su cercana ausencia Pues brinda sonriente lloviznas vacilante Y mi puerta entreabierta presencia Gotas arrepentidas del viento intimidante. Juega la luz húmeda caricia A merced de lluvia contínua, El cielo de luto obstaculiza Vacío celeste en agonía. Logra el tejado átona melodía Que alcanza caseríos introvertidos Y opaca al día con moribunda melancolía. Mas germina sin comprensible sentido Leve placer en la tristeza vacía, Por sobre mi cuestionable existencia.

Destila el firmamento grises lamentos, Al astro mayor obstruye nuboso, Se fusiona el celaje con verdes montañosos, Ecos de desamores vacilan en el viento. Inerte en apariencia, rígido de indiferencia Un árbol seco anhela el cielo Mas fracasa su intento y cual consuelo Aves hurtadoras de estelas doradas Titilan por sus falanges tostadas, Luego me absorve de tus labios el anhelo.

Danzan moribundos sin fin de ruidos Arrodillados ante el astro nocturno Lumbres se inclinan con humor taciturno Y el alma evoca vagos gemidos. Se revelan tonos desconocidos, Místico encanto de la tierra surge Por resplandor lunar invocado. Fenecen las nubes ante el ardor lunar Luego flaqueo en débil llanto: ¡Toma mi esencia, dama nocturna estelar!.

Mi ser para tus días oscuros, Enfrentaremos realidades irracionales, Respetaré tu ser, tus ideales Y tus universos existenciales. Visto mi ser de prudente atracción, La razón tras metáforas, Cinco o seis el ayer evoca. Trazos feroces del ocaso ardiente, Traslúcida nostalgia y rara esperanza Vacilantes lumbres en el horizonte Que hurtan mudas mi anhelo por tu boca.

Entrega la lejanía escarlatas celajes Monumentales ventiscas intervienen, Cumulonimbus inexplicables sostienen Diálogos indescifrables con seres volantes. Es mi esencia cúmulo sideral de nostalgia Que inmóvil sucumbe ante tinieblas de encanto, Acrux atestigua cual profeta en lo alto. Tiempo y espacio en presentida sinergia Anuncian mis últimos respiros Y el astro rey mis finales latidos.

Ondea a mi casco el polvo estelar Avivado por aires heráldicos, Mi Aero Mustang yace melancólico, Buscando las Pléyades mi esperanza volará. Astros siderales el horizonte armonizan Brillando con caricias al mar destrozan. Mi ser entregué en vívidos llantos Que fusionáronse a nebulosas siderales, SYL 22, 91 y astros celestiales, A la vista el astro de azules encantos, Inalcanzable presencia mi ocaso. Astros siderales el horizonte armonizan Brillando con caricias al mar destrozan.

Un silencio agradable y profundo Despierta pavor en su tierno corazón, Figura como clara razón Para huir al refugio repetido. Al vestirse el celaje de oscuro encanto Puntos brillantes aligeran el llanto. La quietud se estremece inaudible, Susurra la puerta gemidos vagos; Su madre se acerca, buscando desahogos La pequeña bajo la cama tiembla.

Blancas sábanas, presagio de tu mañana Oh pequeña, alma compuesta de lágrimas. Elévate y entrégate al nuevo amor No escuches recuerdos carmesí Tu coqueto rostro brille cual nuevo resplandor. Blancas sábanas, presagio de tu mañana Oh pequeña, alma compuesta de lágrimas. Tu osito felpudo por las noches, Tu piel sin rastros al amanecer, Tu vida florece, tu padre agresor fenece.

... ¿Leíste lo anterior? ¿Ríes ahora, confundida en raros entrelaces de orgullo, sonrisas y lágrimas? ¿Lo niegas con tu cabeza, lo admites en tu corazón?. Deliro al verte llegar, al saber que me miras y escondes sutilmente tu vergüenza a causa de tu tardía. Me encanta tu precioso mirar café vivo... Mas ahora, en medio de escombros y susuros de tinieblas inalcanzables, tales confesiones se fusionan al enigma del silencio circundante.

En palabras ambiguas excédete Quizás triunfes exaltado ¿Acaso pregunté Sobre tus optimismos fracasados?. Ahora impones con vehemencia Debo ser el mejor señalas ¿Es la vida una competencia? ¿No captas que te engañas?. Bondad, gratitud, sueños Morder el anzuelo De tus errados conceptos. Prosigue en tu engaño, querida El amor es dar, es renuncia De todo egoísmo despertar No es encontrar, es saber brindar. Bondad, gratitud, sueños Engaño Morder el anzuelo De tus errados conceptos.

Una a una caen ilusiones Dulce y tentador el porvenir Cual senda libre de aspiraciones Aguarda sigilosa nuestro porvenir. Sutil delirio de libertad La soledad acaricia toda intimidad. Soy el eco de tus silencios Soy el lento lamento La ausencia de una caricia Causante de lágrimas en aumento. Sutil delirio de libertad La soledad acaricia toda intimidad. Y las multitudes oí decir Y cerraba los ojos anhelando vida ¡Ha llegado el revivir! Y el alma emprendió la huída.

No hay alegría ni festival alguno, no percibo optimismo ni emoción impulsiva luego de tal comprensión. Tan sólo hallo quietud desilusionante, desencanto y reflexión. Aunque encontré respuestas determinantes, nunca hallé el proceso para adherirlas a mis neuronas y arterias; no logré plasmarlas en mi corazón. Tímidas olas en vaivén; mas no hay huellas qué seguir.

Inicio el avance Conversaciones percibo De costumbres patriarcales Mi camino es entorpecido. La noche continúa Ladridos y tono ocres El camino continúo. Silencio nocturno Adquiero provisiones Regreso taciturno Luces parpadeantes. La noche continúa Ladridos y tonos ocres El camino continúo. Diviso un par de sujetos Sutil euforia en disminución Palabrerías sin objeto. La noche continúa Ladridos y tonos ocres Dos víctimas la mañana acentúa.

Las masas de aire frío colisionaban abruptas, impactando los cúmulos cálidos; logrando salvajes estelas multicolor en pleno cielo. La lluvia ensordecedora, diabólica, atacó la atmósfera, permeando con furia nuestro andar. Por en medio de despojos, vestigios y granizos continuamos la travesía, con el temor latente ante la posibilidad de ser interceptados. La escena era aterradora, y mis pensamientos eran empapados por la incesante lluvia, sin embargo yo acariciaba el recuerdo de Casandra.

Regresé esperanzado Creyendo que del amor Conocías el real significado. ¿Esperas hallar En tu patética melancolía La razón para amar? Te refugias, En tu perverso narcisismo Disfrazado de melancolía. Idolatras tus llantos Alimentas tu egoísmo Luego exclamas Patética nostalgia. Regresé esperanzado Creyendo que del amor Conocías el significado.

Y entregando mi alma al panorama devastado, a los escenarios circundantes y a los leves ecos de lamentos venidos de lugares desconocidos, cedí mi ser al llanto. Mi mirada perdida, como buscando en el vacío la vida misma; como anhelando tu calor y aquélla deliciosa sonrisa, que aquietaba mis torpes batallas contra la cocina.

Ví alas cuales esperanzas En el suelo del desencanto Fragmentadas Ví escalones con destino incierto. ¡No corras pequeña! Pues poco tiempo resta; Sus pies enraizados Su mente despega. Gentío desprevenido Huir sin prisa les ví La corriente del río advertí Troncos gigantes hurtar. Melodías de antaño Abruptas revivieron Opacando llantos lejanos.

Toma de nuevo la madrugada Anticípate al alba Penetra hasta mi esencia Suspende mi alma De mi tristeza distorsionada. Quiero, inmerso en tu permiso Internarme en tu cuerpo Vacilando mis dedos en tu cabello Sin prisa hacia tus senos. (Fragmento de "Dama de agua/Señorita de azul").

Cerré mis ojos Para creer al abrirlos Tan solo un sueño tedioso Tan solo un tedioso sueño De invasores fantasioso. Cerré mis ojos deseando Al abrirlos verte en mis brazos Verte en mis brazos sonriendo Y los invasores vencidos. Cerré mis ojos Y al abrirlos Nublose mi vista Y al abrirlos Lágrimas cual brisa, Tu eterna partida; Los invasores a la vista.

La energía eléctrica fue suprimida de forma abrupta, creándose luego silencios desgarradores, que entrelazándose con el denso azul nocturno, asaltaron mi ser. Nubes fragmentadas rodeaban la luna, formando inmóviles espirales, hipnóticas, enigmáticas. El firmamento fue desmenuzado en incontables partes, a causa de murmullos venidos de ambulancias distantes.

¿Qué entiendes por dignidad? Observa sus miradas Aflicción, necesidad Ilusiones nunca logradas. ¿Qué significa dignidad? Lluvias tímidas, cielo gris Mendiga sustento Para distraer el hambre De su mujer y sus pequeños.

De cuándo en cuándo el cielo desahoga sus desdichas. De cuándo en cuándo mi mirada perdida se entrega a pequeñas charcas, que en silencio sufren la interrupción por gotas venidas de grises crepúsculos. La invasión entrega día y noche sus víctimas, algunas ventanas exhiben paisajes teñidos de rojos tristes.

Ví a Superman en su bicicleta Disfrutando sus escasos ocho años. Tropecé con un indigente, Ví autobuses carentes de personas. Me resguardé en la sombra De monumentales edificios Abandonados. Personas sin rumbo Miradas perdidas Cruzaron mi rumbo. Por la mañana el vuelo del ave Grises esperanzas El pavimento por la tarde Se tiñe de su sangre.

Tu vestido azul, Cómplice causante De mis imaginaciones Delirantes. Poco importaba la distancia Que abrupta fue interrumpida; La distancia desde la cual Te veía de azul vestida. Salvajes aterrizaron; Asaltaron los invasores Y de tu precioso vestido Conservo recuerdos Conservo escondido bajo tierra Mi vida y tu recuerdo.

Elevé mi mirada al azúl que oscuro teñía la noche, brindando encanto y quietud, brindando una angustia pasiva, entrelazándose en mis arterias. Gemidos débiles visitaban el momento, logrando desveladores contrastes, pues despertaban las más atroces imaginaciones, en que los invasores desmenuzaban a alguno de los nuestros. Aquella noche fue eterna.

Damas y caballeros es hoy, el momento es ahora no intenten retener una sola de sus neuronas, no pretendan comprender sus delirios cuales auroras. Ocultos subsistimos en tus temores y angustias en tus autoengaños ocultos cuales bestias. Damas y caballeros no se resistan, no se detengan no hay solución salvadora.

Melodías lúgubres, teñidas de profunda melancolía acceden hasta mis neuronas. La lluvia entristecía la tarde, en tanto intentaba cargar a uno de los nuestros. Hallamos un campamento, establecido ante el riesgo de ser descubierto. Con el alma pisoteada y la vista nublada, aguardé solitario, atormentado por el silencio. En la mirada de aquél sujeto capté parte de mí. De manera abrupta una voz cansada me anunció lo peor. Los invasores tomaron una vida más.

¡He sido declarado, por el destino supremo, como un ser humano!. Nuestros ojos gimen a causa de las atrocidades que inundan las calles y aceras. He visto salir de los restos de un inservible autobús a uno de los nuestros, cabizbajo, como si soportase sobre sus arrepentidos hombros el peso de toda esta desdicha, con que los invasores afligen nuestro aire, nuestro planeta.

Percibo parte de mi esencia en sus miradas, en sus gestos enlutados por desesperanza. Percibo gran parte de mi desencanto, mas por un lento instante mi aflicción se desplaza a un segundo plano. Poco importa el lugar al que dirija mi vista, pues los pocos que aún existimos, en medio de la presente invasión, compartimos el dolor; dolor que diluye cuatro meses de silencio.

Insípidos gemidos de ambulancias a toda prisa rasgaron lentos las tinieblas nocturnas. Muchos escucharon, ofrendando silencios que en realidad mitigaban la incertidumbre, deseando lo mejor para quienes padecían, deseando pasar desapercibidos para los invasores.

Días atrás, por causa de cierta inquietud entrelazada con anhelos surgidos del alma, levantamos el campamento y continuamos el camino. Caminamos nostálgicos, descendiendo de tan admirable elevación montañosa, avanzando por un extenso tramo, resultado de una tentadora distancia entre dos elevaciones equidistantes, prominentes en simetría, deliciosas en conformación. Por razón de sin fin de místicas leyendas, nos dirigimos hacia el sur.

Corrí con cierta cautela hacia las ruinas de lo que una vez fue nuestra casa. Adherido a los últimos restos de esperanza, me detuve a escasos metros, oculto tras escombros y piezas de hierro estibadas en pequeños montones. Enigmáticas llamaradas multicolores succionaban la habitación y el viejo sofá testigo de nuestros graciosos juegos y caricias. Los seres repulsivos, hartos de diabólica apariencia, salvajes incendiaban nuestros sueños, nuestro esfuerzo. Aún no sé qué ha sido de Greta.

Diles que eres tu propio error, Que con el sol vendrá la liberación, Diles que eres tu solución Que con la noche viene el dolor. El agua diluye tus lágrimas Inmóvil contempla el susurro, Te invita grata Y acaricia la melodía en tu alma. Diles por escrito tus luchas y silencios Cientos de hojas atestiguan tus noches Cientos de hojas, seis rechazos Se acerca la noche.

Observo el horizonte y recuerdo su preciosa mirada viva, café, encantada, escondiendo incertidumbre y agrado; contagiándome de cierta complicidad oculta para ambos, alborotando las fibras más profundas de nuestra humanidad. Observo el horizonte y se diluye el recuerdo, para dar paso al temor desvelante. Veo la aproximación de unidades desconocidas, rasgando el cielo, invadiendo la atmósfera.

No nos conmueven tus tiernas frases ¿Supones importantes tus desamores? No nos conmueven tus relatos ¿Supones interesantes tus logros?. Levanta fiestas en honor a tu llorar Publica al mundo tus amoríos, Que el amor es recibir y nunca dar, Escribe y escribe, eleva tus sentidos. No soportamos tus relatos, Que de romance se sofoca la vida. Ven con nosotros, detén tus pasos, Entrega tu aliento, Libérate de la vida.

Las luciérnagas interrumpían la noche, trascendiendo el silencio y el encanto oscuro. Sin prisa se confundían con las ténues luces, distantes, de agrado engañoso; pertenecientes a objetos enigmáticos, libres de toda fuerza gravitatoria, desconocidos.

"Tu historia trata sobre algún artista: ¿qué resulta, luego de regalar débiles gotas de azul sobre el amarillo?, ¿has vivido el sentir que sin prisa desgarra, avivado por una compleja estima propia, que libre es transmitido?, ¿te ha nublado el llanto débil?, ¿expresan tus trazos enojo, ímpetu mudo?, ¿puedes descifrar el mensaje, dictado por contrastes, tonos, vacíos y áreas sobrecargadas?." ¿Qué te parece mi nuevo escrito?. Recuerda visitarme los martes, lo recomienda mi psiquiatra. Te quiero.