noworries Versa Itzi

La adolescencia es una etapa maravillosa, o al menos eso nos hacen creer. En esta historia podrás ver diferentes puntos de vista respecto a cómo se viven estos años tan cruciales en nuestras vidas. Desde un chico tímido el cual está enamorado de la chica más popular y extrovertida, a un mujeriego al cual no le importan los sentimientos de los demás.


Drama Impróprio para crianças menores de 13 anos.

#adolescentes #fiesta #juventud #drama #alcohol #amor #venganza
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CAPÍTULO 1.

Era 4 de Septiembre, el cumpleaños de Daniel. Por fín habían llegado sus ansiados quince, y no podía esperar a celebrarlo con todas sus amistades. El era un chico sencillo, reservado y aparentemente inocente. Se levantó aquel día y se vistió. Bajo a la cocina donde le esperaban sus padres para felicitarle con un desayuno especial y el cual era su favorito: Creep de chocolate con nata y helado de vainilla. Desayunaron en familia y fueron de compras.


Llegaron al centro comercial y entraron a un par de tiendas para que Daniel se comprara lo que quisiera, pero también pensando en la vuelta a clase, ya que sería en una semana. Entró a un par de tiendas, pero nada le llamó la atención, ya que él no tenía el estilo que tenían el resto de adolescentes en Maryland. Él era más casual; le gustaba vestir con pantalones anchos, camisetas sin mangas, sudaderas con colores cálidos y Converse.


- Mira cariño, ¿te gusta esto?- dijo su madre mientras sostenía en su mano una percha con una camisa de cuadros, de color rojo y verde.


- No está mal -dijo mientras hacía una mueca de confusión- pero no es mi estilo.


-Bueno hijo, creo que ya es hora de que renueves un poco tu armario. Ya has cumplido 15 años, creo que te quedaría muy bien un estilo más formal y no tan- le miró de arriba a abajo- ya sabes, inusual.


La madre de Daniel, Halina, siempre había deseado que su hijo fuese como los demás, ya que era un chico diferente y que destacaba por ello. Pero a él no le importaba lo que pensaran los demás, a él le gustaba mucho su estilo, se identificaba con el.


-Por eso mamá, he cumplido 15, no 25 para vestirme así- dijo mientras se reía.

Siguió ojeando un par de cosas y finalmente encontró un pantalón de camuflaje que cautivó por completo su atención. Era un pantalón recto, no muy ajustado con bolsillos en diferentes zonas, no solo en la habitual. Se lo probó y sin duda le gusto lo que veía, así que decidió comprárselo.


Tras haber estado durante una hora viendo tiendas, fueron a almorzar a una cafetería que estaba situada en el mismo centro comercial. Entonces de repente, ahí estaba ella: Sophia.


Sophia era el amor platónico de Daniel, ya que él no pensaba que jamás podría estar con una chica como ella, ya que era la animadora popular del instituto y era dos años mayor que él. Daniel solo pensaba en pasar desapercibido ante su presencia, pero para su sorpresa, no fue así.


-Daniel, muchísimas felicidades- dijo ella acercándose y dándole un abrazo- ¿Què tal estàs pasando el día?


-Muchas gracias Sophia- dijo el algo nervioso, pero tratando de parecer calmado- Pues la verdad es que de momento todo va genial.


-¿Si? Pues tengo una propuesta para tí, así que creo que tu día va a ser aún mejor- Daniel puso toda su atención en lo que Sophia estaba a punto de decir- Veras, estoy sola en casa, y esta noche voy a hacer una fiesta, así que si no tienes ningún plan, puedes venirte con tus amigos y amigas. Yo pongo todo- guiñó un ojo, dando a entender que ella se encargaba del alcohol.


Claro que Daniel tenía planes con sus amigos, pero nada podría ser mejor que celebrar su cumpleaños cerca de su crush. Aún no sabía cómo los iba a convencer para ir a la fiesta de una “diva egocéntrica”, ya que a ellos no les agradaban las chicas populares como Sophia, pero no podía desaprovechar esta oportunidad.


-Claro, eso sería genial. Además vives en el barrio, por lo que mis padres no pondrán tantas pegas.


-Genial, empieza a las 11. Nos vemos allí.- se despidió dándole un beso en la mejilla.


Estaba algo desconcertado por su invitación, ya que no se conocían tanto. Simplemente tenían una amiga en común, Samantha, quien también estaría en la fiesta. Se giró para dirigirse hacía donde estaban sus padres y ambos observaban desde la mesa esa escena que acababan de presenciar.


-¿Qué quería esa chica?- preguntó su padre.


-Me ha felicitado, y me ha ofrecido hacer una cena por mi cumpleaños en su casa- mentira, le había ofrecido una fiesta llena de alcohol y descontrol, pero eso es algo que su padres jamás aceptarían.


-¿Una cena?- dijo su padre algo confuso, ya que podía imaginarse que no se trataba de ello.


-Si, ya sabes; con pizza, peliculas de miedo, luego de risa… lo típico.


-No me gusta esa chica - dijo su madre interrumpiendo la conversación- se dice que le gusta mucho pasar el tiempo con chicos.


Era cierto. Al fin de alcabo, las chicas populares siempre tenían un montón de chicos populares detrás. ¿Por qué iban a rechazarlos? Si pueden ser la envidia de todas las niñas y niños del colegio; lo que viene a ser una “relationship goals”.


-No creo que eso importe para que seamos amigos. ¿Entonces podré ir?- dijo con expresión de pena.


-Está bien, pero a las 2 de la madrugada te quiero en tu cama- dijo su padre.


-¿A las 2? Si vive a lado, no podría ser un poco más tarde.


-A las 2 y punto. Por eso mismo te dejamos esa hora, por que esta cerca, así que tendrás que conformarte- contestó su madre.


-Está bien, a esa hora estaré listo para dormir.


Terminaron de almorzar y se dirigieron a casa. Daniel iba mirando y contestando sus felicitaciones en las redes sociales. Mientras stalkeaba un poco la página de inicio, vió que Sophia había compartido fotos de ella y sus amigas comprando el alcohol para la noche, con el título de “Se viene una buena noche ;)”. Entonces Daniel recordó que tenía que convencer a sus amigos para ir. A la vez,no dejaba de pensar en la noche. Estaba muy nervioso por pasar tiempo con ella, aunque en una fiesta la gente siempre se dispersa a hacer diferentes cosas, por lo que también le preocupaba no verla a penas.


Llegó la tarde y decidió reunirse con Leah, Deena y Jhonny, ya que eran sus mejores amigos.


-Felicidades Dani- dijo Leah mientras le daba un abrazo.

-Gracias Leah.

-Felicidades tio- siguió Jhonny.

-Muchas felicidades baby- añadió Deena.

-Muchas gracias a los dos.

-Bueno, ¿qué plan para esta noche?- preguntó Leah.

-Pues veréis, quería comentaros una cosilla- dijo algo nervioso- Hoy he visto a Sophia y me ha invitado a una fiesta en su casa, y también os ha invitados a vosotros.

Deena, Leah y Jhonny se miraron entre ellos, y seguidamente miraron a Daniel.


-¿Sophia, Sophia? ¿La animadora engreída?- dijo Deena.

-Si, esa misma.

-Y claro, como es tu crush, ¿quieres ir verdad?- dijo Leah.

-Exacto, pero quiero que vengais conmigo.

-¿Habrá alcohol?- preguntó Jhony.

-Si, y además gratis.

-Bueno, entonces creo que suena como un buen plan- dijo Deena.

-Claro, si vamos juntos nos lo pasaremos genial.

-Bueno, esta bien, creo que por tí podré soportarlo- dijo Leah.

-Genial, no sabéis la buena noticia que me acabáis de dar.

-Eso sí, no nos des de lado por andar detrás de ella, que nos conocemos- dijo Jhony con una mirada desafiante.

-No os preocupeis, os juro que estaré con vosotros.

-Eso habrá que verlo- dijo Deena entre risas.


Estuvieron hablando un rato más y cada uno se fue a su casa. Como se suponía que Daniel iba a cenar en casa de Sophia, tuvo que meter su cena en el cuarto y comerla sin que sus padres se diesen cuenta. Al terminar de cenar, eran aproximadamente las 10:00 así que decidió prepararse para la fiesta. Se duchó y se peinó. De ropa, se puso unos vaqueros claros y anchos con una camiseta básica negra y unas converse del mismo color. Se echó su colonia preferida, cogió su tabaco y su marihuana, la cual tenía muy bien escondida y se dispuso a salir de casa. Se despidió de sus padres y pasó a buscar a Leah, que vivía justo en la casa de enfrente. Allí estaban ella y Deena, y seguidamente llegó Jhony.


Fueron rumbo a casa de Sophia, y se veía el ambiente de fiesta desde fuera. Entraron y entonces Sophia se acercó a Daniel.


-Daniel, me alegro mucho de verte por aquí y que hayas venido con tus amigos. Pasar y serviros lo que queráis.

-Genial, gracias por la invitación- contestó él.

-No me las des- dijo para seguidamente guiñar un ojo.


Deena y Leah se miraron entre ellas, conteniendo la risa, ya que se les hizo raro ese gesto por su parte. Entraron al salón y había bastante gente bebiendo y bailando. La mayoría eran del equipo de animadoras y los jugadores de fútbol, pero también había bastantes personas que Daniel conocía de clase o del instituto en general.


Se dirigieron a la cocina, donde había un montón de bebidas alcohólicas y otras muchas bebidas con las que se podrían combinar. Daniel decidió beber Vodka con RedBull. Sus amigos decidieron optar por la misma mezcla. Fueron a bailar al salón y empezaron a relacionarse con las demás personas. Se lo estaban pasando bien, entonces Daniel recordó que tenía marihuana y decidió avisar al resto para ir a fumarla a algún lado. Salieron al jardín trasero, el cual tenía una pequeña zona con sofás para acomodarse. Se sentaron y empezaron a hacer un porro, y seguidamente se lo fumaron. Les hizo efecto bastante rápido, pues también estaban bebiendo alcohol.


Entraron dentro y Daniel fue a hacerse otro copa. Siguió bebiendo Vodka con RedBull, pero esta vez se pasó de Vodka, aunque realmente no le importó y se lo bebió igualmente. Tras bailar un rato mas, comenzó a sentirse mareado por lo que decidió subir arriba para estar tranquilo un rato. Cuando subió las escaleras, iba tan centrado en no caerse, que se chocó con una chica. Era Sophia.


-Daniel, justo te estaba buscando. ¿Estás bien?

-Si, no te preocupes- dijo como pudo- solo necesito sentarme tranquilo un rato.

-Está bien, me quedaré contigo, vamos a mi cuarto.


Ella cogió su mano y lo guió hacia el dormitorio. Entraron y ella cerró la puerta, mientras que Daniel se sentaba en la cama. Todo le daba vueltas. Sophia le ofreció un vaso de agua y el lo acepto, entonces se sentó a su lado.


-Parece que alguién se ha pasado con la bebida- dijo ella mientras lo miraba.

-Si, creo que tendría que haber echado menos Vodka.

-Bueno, nos quedamos aquí y en un rato se te pasará.


Entonces Daniel, recordó algo, y como iba ebrio, no tuvo ningún miedo en preguntarlo.


-¿Para que me estabas buscando?

-Pues te buscaba por que tengo un regalo para tí- dijo mientras se acercaba lentamente a él.

-Por favor, dime que no es más alcohol- dijo mientras se reía.

-No, no te preocupes. Es algo que seguro que te hace sentir mejor.


Ambos se miraron, y ella comenzó a mirar sus labios para seguidamente observar sus ojos. Ella nunca había tenido problemas en ser muy directa, así que no se lo pensó dos veces y besó a Daniel. En un principio fue un beso dulce, pero seguidamente comenzó a volverse más apasionado.


A Sophia no le gustaban las cosas simples, ni a medias, ella siempre quería terminar lo que empezaba. Comenzó a acomodar a Daniel en la cama, dispuesta a pasar a la siguiente fase.


Por otro lado, Daniel se hallaba deshubicado. ¿Qué estaba pasando? ¿De verdad se estaba besando con la chica con la que había soñado desde que tenía 12 años? Estaba muy nervioso por lo que iba a pasar, pues se lo podía imaginar, y el era virgen. Pero no podía desaprovechar esta oportunidad, pues no sabía si se iba a dar en otra ocasión.


Continuaron besándose, hasta que Sophia decidió desabrochar el cinturón de Daniel. Él, indeciso sin saber muy bien cómo actuar, decidió comenzar a quitarle el vestido, hasta que quedó en ropa interior. No pasó mucho tiempo hasta que Daniel también se deshizo de su ropa, exceptuando los boxers.


De mientras en el salón, la fiesta continuaba. Leah comenzó a preguntarse dónde estaba Daniel. No le dio mucha importancia, pues era su cumpleaños y seguro que estaba con otros amigos. Entonces, recibió un mensaje de Ricky.


-Hola preciosa, ¿estas en la fiesta de Sophia?

-Si, ¿ tú dónde estás?- trató de escribir lo mejor posible, pues ya se había bebido cuatro copas.

- Estoy en casa… ¿Te apetece que pase a buscarte y damos una vuelta en mi coche? ;)


Leah se mordió su labio mientras pensaba en qué hacer. Sabía que no era un buen chico, y que probablemente le haría daño. Pero, ¿quién podría resistirse a Ricky Swanson? Lo tenía todo: Una cara preciosa, un cuerpo caliente y una personalidad divertida. Ella seguía preguntándose cómo había llegado a esta situación, ya que él era popular y deseado por muchas. ¿Por qué se había fijado en ella? Si era una chica simple que pasaba desapercibida en la escuela. Dejando esas dudas a parte, tomó una decisión:


-Genial, avisame cuando estés fuera :)

-Hecho preciosa!


Ahora llegaba el momento en el que tenía que mentir a Deena, ya que ella no sabía nada de lo que había pasado con Ricky en el campamento, donde fue su primer encuentro con él.


-Tia me voy a casa, mi madre me esta llamando.

-¿En serio? Quédate un poco más- dijo mientras ponía una mirada tierna para convencerla.

-Ojala poder quedarme, pero ya sabes como es mi madre. Nos vemos mañana cielo, pasalo genial! Ya me contaras si hay alguna novedad- dijo mientras señalaba a Jhony con su mirada.

-No te preocupes- respondió Deena entre risas- Te mantendré al tanto de lo que sea. Descansa.


Leah se dirigió a la salida y a los 5 minutos Ricky llegó. Se subió a su coche y tomaron rumbo hacia la playa.


-¿Cómo así estabas en una fiesta de Sophia?- preguntó él.

- Pues por que hoy es el cumpleaños de Daniel, y ella lo invitó, por lo que nos arrastró con él.

-¿Lo invito?¿Son amigos?

-Bueno, más bien conocidos. Tienen amigos en común, como por ejemplo Samantha.

-No tenía ni idea, interesante saberlo- dijo mientras tenía su mirada fija en la carretera.

-¿Por?

-Sin más. ¿Quieres que caminemos por la playa? Hoy la luna está hermosa, como tú.


Leah no pudo evitar sonrojarse. Y obviamente, aceptó la petición.


Pasó la noche de desenfreno y Daniel se despertó. Lo primero que vio fueron unas paredes moradas las cuales no era capaz de reconocer, ya que las de su cuarto eran rojas. Se giró y vio una chica dormida a su lado. Entonces recordó todo: se había acostado con Sophia. No tuvo mucho tiempo para recordar el maravilloso sueño que se había hecho realidad, ya que eran las 8 de la mañana y tendría que haber estado en su casa a las dos. Como un histérico, buscó su móvil y tenía 13 llamadas perdidas de su madre y otras 7 de su padre. Desbloqueó su móvil y vio un mensaje de su padre diciéndole que más le valía aparecer en casa, o que si no tendría consecuencias. Él Sabía muy bien cuales serían. Rápidamente buscó su ropa y se la puso. No quería irse sin despedirse de Sophia, ya que iba a parecer uno de esos chicos que solo buscan sexo y cuando lo tienen se olvidan. La despertó y con una voz ronca dijo:


-Daniel es muy pronto aún, ¿qué pasa?

-Tengo que irme o mis padres me matarán. Quería despedirme.

-Que amable- se acomodo y le dió un beso- Suerte, espero que no te castiguen.

-Seguro que no veo la luz en unos cuantos días, o meses. Bueno, me voy ya. Descansa.


Salió del cuarto y mientras bajaba las escaleras se metió a la boca un chicle de menta, seguro que apestaba a alcohol y tabaco. Corrió por el jardín esquivando las botellas y siguió por la calle, hasta llegar a su casa. Entró con miedo de ver qué le iban a decir sus padres.


-¡Daniel!-gritó su padre- ¿se puede saber donde estabas? ¿qué entiendes tu por a las dos en tu cama?

-Papá, yo lo siento. Me quedé dormido y- antes de que acabara la frase, su padre lo abofeteó.

-No me vengas con excusas, ¿acaso te crees que soy tonto? Has estado en una fiesta con esa niñata. Que tengas 15 años no quiere decir que puedas hacer lo que te dé la gana. Sube ahora mismo a tu cuarto y metete a la cama.

-Si papa.

-Y al poder ser, duchate. Ese chicle de menta no quita la peste a alcohol que traes, así que corre antes de que te vea tu madre.


Daniel se dirigió a su cuarto, pero tenía tal dolor de cabeza que se metió directo en la cama y trató de dormirse, antes de que su madre entrara también a pedirle explicaciones.

3 de Fevereiro de 2020 às 00:16 0 Denunciar Insira Seguir história
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Leia o próximo capítulo CAPÍTULO 2.

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