nelsondcg11578609468 Nelson Cardozo ⚡🔑

La descripción de caída es cuando tomas algo indestructible y lo mandas a reventar. La dictadura en Paraguay inició con la muerte de Anastasio Somoza. En este pequeño relato, leerás sus últimos momentos en esta tierra.


Conto Impróprio para crianças menores de 13 anos.

#245 #política #nicaragua #paraguay #Somoza #Stroessner #Basado-en-Hechos-Reales
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Muerte Fuenteovejuna

- Pero, ¿quién mató a Somoza?

- Fuenteovejuna señor

Tomás Borges, Sandinista


Alias Ramón estaba nervioso. Su manera de controlar los nervios era con un boligrafo que tenía en sus manos para escribir manifiestos e inculcar a la revolución social dentro de su comunidad. Pero hoy no estaba en su Salta querida, hoy estaba en Asunción con un bazooka en su hombro mientras que su corazón palpitaba nervios, terror, tensión y mucho estrés. Un movimiento en falso y todo caía. Un movimiento correcto y pasaba a la historia como el revolucionario que bajó a un gran hijo de su perrisima madre en el pulmón de la dictadura latinoamericana.


Anastasio Somoza, hace solo una década el hombre más poderoso de toda Nicaragua, se había levantado el día de hoy con ganas de ir a la pileta; el día de ayer había ofrecido en San Bernardino una fiesta que solo faltó moral y decencia, el resto había, sobraba y si no lo tenían, lo conseguían; estaba acostumbrado a las resacas por lo que cita a las 09:00 hs a su amigo Joe Battiner para que den una vuelta por Asunción, capital del Paraguay, Imperio Guaraní en el cual se dormía con las ventanas abiertas, se podía andar por las noches tranquilo sin ladrones, donde no había guerrilleros, en fin..una ciudad modelo para las dictaduras. Ojo, no confundan, no había respeto por la autoridad, había miedo, terror, sensación de inseguridad hacia las mismas autoridades.


Joe, como todo hombre de negocios aparece temprano en la casa pero Somoza no logró despertarse temprano. Pasado las 10 hs., aparece pidiendo disculpas y sin esperar un segundo más, suben al Mercedes Benz, en el cual empiezan el viaje. Ah, me olvidé contarles que Somoza siempre se le olvidaba que estaba en Paraguay, no en su natal Nicaragua, y si bien gozaba de la protección del mismisimo dictador de dictadores, el Segundo Mariscal, el Heredero de Lopez, General Alfredo Stroessner, los policías no sabían nada de la agenda de este hombre ya que era completamente indiferente a sus guardias. Los policías de turno, al ver el portón abrirse, empiezan a lanzar improperios en guaraní, pues ahí se le iba el kure moroti tembo (maldito cerdo blanco) sin ellos. Los policías empiezan a mandarse claves para que un vehículo lo recoja, que justamente y a escasos 100 metros, estaba en la gasolinera, cargando combustible pero a Somoza le daba igual.


Aquí es un buen lugar Joel -le dice Somoza- para empezar los negocios. Un poco más al norte tenemos a Bolivia y los cauchos, al sur está Buenos Aires y sus múltiples corporaciones..al este tenemos Sao Paulo donde podemos abrir una casa de valores. Al ex-hombre fuerte le brillaban los ojos de dinero mientras estaba embebido de palabras gratificantes.


You have to g-- y al pronunciar esto, cambió bruscamente al castellano para que no quede dudas de su asesoría financiera ni su acento gringo. Debes ir Panamá donde todo a mano. Estados Unidos es casa. Somoza rió fuerte. Casa, ¡he!, dijo con amargura, tenía una casa cada 500 km en toda Nicaragua y aquí me tienes escondido en este cuchitril con toda una fortuna amarrada...


La conversación iba extendiendose por la Avenida Generalisimo Francisco Franco y cerca de ellos, Alias Ramón estaba esperandolo con una sorpresa. Para que entiendan, Paraguay tenía una fama genial de que ni un crimen se cometía pero el Ejército Revolucionario del Pueblo mostró al mundo el punto débil de toda nación infra-desarrollada: la corrupción. Mediante balsas, fueron pasando parte por parte armas, municiones y lanza-granadas. Uno dirá pero bueno, lo hicieron a escondida de los policías pero no..los policías inspeccionaron las cajas pero encima de toda caja había dolares americanos que el mismisimo Fidel Castro había remesado a través de la ruta del Atlántico; esos billetes cegaron temporalmente a las autoridades que dejaron pasar esas cajas no sin antes hacer correr la voz por muy debajo que había armas que ingresaban a Paraguay por el Paraná.


"Hay suficientes elementos de pericia para afirmar que la vida del Excelentísimo Señor Presidente de la República de Nicaragua, don Anastasio Somoza, se encuentra bajo amenaza creíble", se leía el telegrama que había llegado con copia tanto al exiliado como al Rubio en el Palacio de los Lopez; ambos hombres arrugaron dicho telegrama e ignoraron todas las letras que había en el comunicado para seguir con sus vidas. No lo sabían pero la muerte los visitaría muy pronto.


10:08 AM daba en el reloj de Carjal, líder de grupo que avisa sobre un Mercedes Benz que se dirigía hacia su posición tenía al artista para el show principal; son las 10:09 AM y Alias Ramón empieza a repasar en su mente fugazmente ese plan tan simple que habían hecho; llegaron a Paraguay desde Argentina diciendo que buscaban alojamiento para un artista de renombre español, de esa manera, podían recorrer el barrio no solo como turistas sino también revisar todo el perímetro sin levantar ni medio polvo de sospecha; lo habían estudiado al dedillo.


Son las 10:10 y desde la casa gritan en el comunicador "BLANCO BLANCO" para ingresar a la Avenida. Dos personas cruzan como gallinas la avenida hasta cubrirlo de ambos lados y una vez que llegan, una Jeep sale a interceptar al vehículo de Somoza, el cual es recibido con una lluvia de balas en modo horizontal empieza a caer sobre el Mercedes Benz, cuya marcha se detiene, ya que el motor fue aniquilado así como su chofer y sus dos pasajeros que estaban detrás gimiendo de dolor mientras en su mente recordaban que no tenían -y no quiso hacer instalar por tacaño- blindaje alguno. Ambos, queriendo saber si ya había acabado, vieron el horror cuando Alias Ramón jaló el gatillo de una RPG-7, soltando una granada que impacta en la parte superior izquierda del techo. Cuentan las fuentes que, luego de la pericia, se encontraron pertenencias de los pasajeros a casi 150 metros de la explosión. Alias Ramón dió un salto de alegría pero luego su instinto de supervivencia lo hizo saltar al Peugeot que estaba en la otra vereda que tenía destino directo al Aeropuerto Silvio Pettirossi, donde en 40 minutos, su vuelo partiría a Argentina.


No tardan ni 4 minutos en llegar los policías de custodio, sin palabras y horrorizados de lo que estaban viendo. Empiezan a darse cuenta de lo que había pasado: a 500 metros se encontraba la Embajada de Estados Unidos, a 300 metros del lugar estaba el Estado mayor del Ejército, a 1 km. se encontraba el mismisimo Señor Presidente de la República; en medio de ordenes confusas y llamados precipitados al Ministro del Interior y los forenses, se había caído el mito del Paraguay Seguro.


Señor Presidente -dice con una voz hundida en el terror pero escondida en un halo de falsa seguridad- confirmo muerte del Invitado y su acompañante. ¿Sus ordenes? Stroessner sabe quién es el Invitado, cuentan que por casi un minuto y medio, el Presidente había callado; el Paraguay en el que se podía dormir con la ventana abierta estaba al borde del fracaso, sus fronteras se abrieron de par en par y su precio fue demasiado bajo, sus autoridades de tan corruptas que estaban ni siquiera sabían que hacer. ¿Qué iba a ordenar salvo que se junte los pedazos de los fiambres esos y que se los dén a quien corresponda?


Rastrille el área, fue lo único que se atinó a decir. La Operación Rastrillo inició y el pueblo paraguayo pagaría con torturas y reclusión forzada la corrupción policial y militar; aquellos que dejaron pasar el cargamento luego fueron promovidos a oficiales superiores, continuando no solo la recaudación sino también la tortura. Aquella mañana del 18 de setiembre de 1980 a las 10:11 AM, Stroessner sacó un glúteo del sillón presidencial que luego terminaría por sacarlo completamente nueve años más tarde.


Stroessner el 18 de setiembre de 1980 a las 10:12 AM no se sentía seguro. Stroessner había sentido el miedo.

27 de Janeiro de 2020 às 23:11 0 Denunciar Insira Seguir história
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