polanco Carlos Polanco

Sólo dos años antes de la catástrofe nuclear que hizo inhabitable el planeta Tierra para los seres humanos, se instaló la base Shackleton.


Ficção científica Todo o público. © ISBN: 978-607-29-2017-0
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Cráter Shackleton

Sólo dos años antes de la catástrofe nuclear que hizo inhabitable el planeta Tierra para los seres huma- nos, se instaló la base Shackleton, en la falda interior del cráter del mismo nombre, en el polo sur de la Luna.


Seldon Martin se encontraba en la esclusa de salida, en unos segundos más saldría de la base. Resulta- ba necesario verificar los generadores de agua. Para entrar o salir de la base, el sistema de esclusas realizaba un análisis microbiológico a los viajeros. Cualquier medida de precaución resultaba imprescindible para la supervivencia de la colonia.


La luz verde del control microbiológico se había actividado, y la esclusa interior de la base, se cerró.


Diez segundos más tarde se abriría la esclusa exterior. Sheldon Martin, accionó el sistema de iluminación de su casco, a la vez el sistema de aislamiento de radiación de su traje se activaba automáticamente. Entonces se abrió la esclusa.


—Me encuentro fuera de la base —dijo Sheldon—, inicio el recorrido hacia los generadores.


Sheldon subió al vehículo HDRT. A catorce kilómetros de la base se encontraban los generadores, éstos fueron apostados a una distancia segura de la base, la extracción de agua no era un procedimiento seguro, nada era seguro en la Luna. El cráter Shackleton se seleccionó por su proxímidad a un enorme manto de agua congelado, proveniente de la región estacionaria entre Júpiter y la Tierra, y aunque la atmófera de la Luna es tenue, su polo sur, más que su polo norte, conserva enormes mantos de agua. Ese reservorio debe de haber permanecido ahí desde hace cuatro mil millones de años.


Las cúspides de las montañas del cráter Shackleton, proveían de luz solar suficiente para recargar los páneles solares. Sin embargo la base Shackleton se encontraba en la profundidad del cráter, donde la oscuridad es permanente, pero la radiación cósmica si penetra, y para la cual montamos protectores en la base, y en los vehículos.


—Sheldon a base Shackleton —transmitió Sheldon—, me encuentro a bordo del HDRT, parto de inmediato.


—Apenas salga de la región de interferencia radial —agregó—, y revise los generadores, volveré a reportarme.


Los generadores se hallaban a tres kilómetros de altura, casi en la cúspide del cráter Shackleton. El ascenso no ofrece al HDRT ninguna dificultad, la estructura rocosa del suelo ofrece peligros en cada instante, no importanto cuantas veces se hiciera el recorrido.


Durante el trayecto no era posible ninguna comunicación radial con la base Shackleton. Esto se ha asocia- do a un cuerpo metálico sólido, de origen desconocido, que se halla a cuatro kilómetros de profundidad, justo abajo del cráter.


Treinta minutos después, arribé a la cúspide del cráter, pasando de la completa obscuridad a una visibilidad, que sólo a través de los filtros protectores del casco, podría soportar mis ojos. Me tomaría unos minutos revisar cuidadósamente los páneles y los conectores. Lo primero, revisar cualquier daño por micrometeoritos. Éstos son el principal daño, sino frecuente, si el más probable, debido a la ligera atmósfera de la Luna en los polos. Concluí la revisión, y me dispuse a regresar. En ese instante, recordé reportarme a la base.


—Base Shackleton —dijo Sheldon—, los generadores se encuentran intactos, en unos instantes, em- prenderé mi regreso a la base.


Me detuve unos instantes, para contemplar la cordillera lunar. Sólo a esta altura, a través de la ligera y helada atmósfera del paisaje lunar, era posible apreciar las cúspides, primero del cráter Faustini, y adelante de él, el cráter Amundsen. Este último el mayor de los tres.


No pude más que pensar.


Destruimos nuestra casa, la Tierra. Destruimos un plan que se fraguó durante cinco mil millones de años. La Luna estaba destinada a acompañarnos a la distancia, coexistiendo con la Tierra y todo lo que ahí permanece. Ahora la Luna nos ofrece una segunda oportunidad, como nuestra morada.


¿Será así?


—Sheldon a base Shackleton, me encuentro a bordo del HDRT, emprendo mi regreso.

19 de Novembro de 2019 às 20:28 0 Denunciar Insira Seguir história
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Fim

Conheça o autor

Carlos Polanco Carlos Polanco is the author of post-apocalyptic science-fiction essays, and is a contributor to Inkspired.

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