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Ensayo con estilo narrativo. La historia de cómo los seres humanos descubrieron qué son las aves, y las cosas que seguimos aprendiendo en lo relativo a sus orígenes. Este texto fue parte del concurso "Leamos la ciencia para todos 2017-2018" del Fondo de Cultura Económica.


Não-ficção Todo o público.

#aves #dinosaurios #educación #ciencia
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La Corona Emplumada

En cualquier parque o en el jardín podemos ir a la búsqueda de seres extraños; entonces algunos se posan por encima de nosotros. Carecen de colmillos, porque el pico es lo más versátil; sus andamios flotan como cartón, pero resisten igual que un tronco; de escama se limitan, al ser la pluma más fresca y liviana, reliquia que con frecuencia permite llegar al país de los vientos. Y los dragones resguardan muchos enigmas, como la historia de sus ancestros.


Se recuerda a Huxley, naturalista de Inglaterra, quien contempló las diferencias y afinidades existentes en las patas de las avestruces y las de los reyes Megalosaurus, miembros de la dinastía Dinosauria; con dicha evidencia sugirió que de los seres extintos, los dinosaurios son lo más cercano a las aves, quizá como primos cercanos; hasta consideró la posibilidad de que algunos dinosaurios, como Comsognathus, tuvieron plumas en vida. Sin embargo, pasaron cien años para visualizar tal lienzo de interpretación evolutiva.


En tanto, llegó a la escena otro buscador, Gerhard Heilmann de Suecia, gran dibujante que escribió e ilustró uno de los libros más influyentes en este periplo: “The origin of birds” El origen de las aves. En aquellos párrafos sostuvo que los emplumados no podían tener como ancestros a esos monarcas, en vista de que carecían de “clavículas fusionadas”, alhaja indispensable de todo dragón. Mas fluyeron los años, y los científicos persistieron en su búsqueda de tumbas funerarias; de imprevisto encontraron que muchos miembros de la familia real también lucían esos collares: Oviraptor, Ajancingenia, Segisaurus y tantos más.


A pesar de lo anterior, la interpretación de Heilmann persistió en los círculos académicos por largo rato, hasta que en décadas posteriores John Ostrom, otro gran científico, arribó a desenterrar los restos de un nuevo cacique: Deinonychus, “Garra Terrible”, procedente de las estepas mongolas. Posee tres dedos en las manos, que se hallan fusionados en los pajarillos; anda con cuatro dedos en cada pata, tres para el impulso y otro opuesto, el Hálux, que hoy usan las aves para prensarse a los árboles; ambos tienen el cuello como la letra “S”, también hueso esternón "la pechuga" y clavículas fusionadas "el hueso de la suerte".


“John H. Ostrom de la Universidad de Yale revivió la idea de que las aves se hallan emparentadas con los dinosaurios terópodos [existieron muchos grupos de dinosaurios], y propuso explícitamente que las aves son sus descendientes directos.” – Padian y Chiappe (1998).


En lo sucesivo hicieron aparición muchos oponentes a esta propuesta, decididos a encontrar el origen de las aves en algún ente distinto a la realeza. Casi todos esos animales eran como lagartijas, de cráneos triangulares y de dientes pequeños, entre otras estructuras que parecían resguardar un ápice de semblanza con las de las aves. Destacan Cosesaurus, Longisquama (cuyas largas escamas fueron tomadas por pluma arcaica) y Megalancosaurus, los tres con calaveras que recuerdan a las de los gallos.


“No creo que haya alguien con evidencia real para probar que las aves descienden de los dinosaurios. Las aves evolucionaron a partir de reptiles separados de los dinosaurios.” –Larry Dean Martin, para el documental “Paleoworld” (1995).


Luego ocurrió que una nueva disciplina se extendió en el mundo científico, un conjunto de herramientas matemáticas y contemplativas, cuyo fin es ilustrar los árboles genealógicos de los seres vivos y extintos, con la mayor precisión de que pueda disponerse. Su nombre es “Sistemática Filogenética”, o “Cladística”, y nunca se detiene en el perfeccionamiento de sus métodos y resultados. A la fecha, ningún análisis cladístico ha concluido que se deba excluir a las aves de la realeza, muy al contrario; en contraste, los seres reptilianos que no eran dinosaurios, y que fueron presumidos como los verdaderos padres, resultaron pertenecer a familias distantes.


“Ningún crítico a la idea de los terópodos como ancestros de las aves, y ningún defensor de cualquier otra hipótesis, ha emprendido un análisis filogenético de todos los caracteres y taxa [agrupaciones de especies] involucrados, como sí se ha hecho repetidamente por quienes han confirmado que las aves evolucionaron de entre los terópodos.” – Padian y Chiappe (1998).


Entonces, a finales del siglo pasado y comienzos del presente, se supo que en la China de antaño existió un hogar de monarcas; hoy lo llamamos Yixian: Allí vivieron príncipes como Sinosauropteryx, de ropa finamente aterciopelada; Microraptor, un planeador virtuoso; e inclusive Yutyrannus, el emperador más temido del señorío, quien también se tapaba con manto de polluelo.


Ahora bien, el Padre Tiempo quiso que quedara constancia de quiénes son herederos de Yixian, por lo que escogió sepulturas de limo y arcilla para que fuesen las mejor conservadas; cuando los científicos las estudiaron, supieron en adelante que los dragones modernos heredaron sus capas de la nobleza.

“El estudio de la evolución de las aves como un grupo de dinosaurios es un tema de mucha actualidad gracias a los múltiples descubrimientos de dinosaurios emplumados y aves primitivas del Jurásico en China.” – Navarro et al. (2013).


Así fue como se aceptó que el dominio de los grandes dinosaurios no ha concluido, pero hoy se hallan bajo nuevas amenazas: La falta de conciencia y el cinismo, por los cuales los nobles son secuestrados, esclavizados y no pocas veces asesinados. En tiempos remotos los humanos, hijos de simios, temían y odiaban a los legendarios dragones escupe-fuego. Nunca existieron, en su lugar estaban estas bellas criaturas ¿Por qué no cambiar el temor y odio, por respeto y admiración para con los últimos Tlatoanis? ¡Larga vida a los dragones emplumados!


Bibliografía


Padian, Kevin y Chiappe, Luis M. 1998. The origin of birds and their flight. Scientific

American, 278 (2): 38-47.

Padian, Kevin y Chiappe, Luis M. 1998. The origin and early evolution of birds. Biological

Reviews, 73 (1), pp. 1 – 42.

Switek, Brian. 2010. Thomas Henry Huxley and the Dinobirds. smithsonianmag.com

20 de Maio de 2019 às 04:59 0 Denunciar Insira Seguir história
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Conheça o autor

Gnosis Natural Encuentro apasionante el enfocar mi vida a conocer las grandes cuestiones del mundo y más allá, en medio del nihilismo hedonista en que vivimos, del cual a veces también soy partícipe... Y sin embargo, giro.

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