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Ronal Ruano


El vecino loco esta esperando a ser descubierto, explora y revela todos sus secretos.


Conto Todo o público.

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El vecino

Exactamente a las cinco de la tarde me encontraba mirando desde la ventana de mi cuarto, hacia la casa del vecino que quedaba en frente. El día estaba nublado y a las cinco y nueve comenzó una fuerte tempestad. El clima hacía que llene mi mente de suspenso y se generará más la curiosidad por saber el gran secreto que escondía el vecino en su casa.

Llegué al barrio el 1 de agosto de 1975, precisamente el día de mi cumpleaños número 51. Me había traslado de mi pueblo natal por motivos trabajo, dictaba clases de filosofía en los colegios que me contrataran y de simple necesidad llegue a este barrio.

Desde que llegué aquí siempre me llamó la atención esta peculiar casa del vecino, dos plantas construidas con grandes ladrillos rojos y un techo de tejas, por consiguiente, los rumores de los vecinos decían que la casa también tenía un sótano en el cual escondía algo muy valioso para él, esto generó aún más mi intriga por conocer el gran secreto que se ocultaba en ella.

Los siguientes días de la semana me la pase observando todos sus movimientos para lograr conseguir su rutina general. En cuestión no hacía mucho el vecino que se aproximaba a los 60 años de edad, aunque todavía conservaba esa juventud y vigorosidad, gracias a que todos los días se levantaba a las 6 de la mañana a trotar por las calles del barrio. No obstante después de su rutina de ejercicio se tomaba una buena taza de café para proseguir a regar las plantas de su pequeño jardín. Para terminar la mañana se encerraba en su casa pero no se presenciaba ningún movimiento extraño; pienso que se estaría preparando su almuerzo ya que vivía solo en su gran casa. Para las horas de la tarde se sentaba en una silla que colocaba al lado de la puerta principal y procedía a leer el periódico. Por último se tomaba de nuevo una gran taza de café a las 4 de la tarde y desde esas horas ya no se le volvía a mirar hasta el otro día. Solo se observaba las diferentes luces de las habitaciones que encendía y apagaba a medida que andaba por su casa. Con todos estos datos que había recolectado proseguí a ejecutar mi plan. Debía entrar a las seis y cuarto de la mañana por una pequeña puerta trasera que se encontraba en el jardín. Después rápidamente escudriñar la mayor parte de la casa y finalmente entrar al sótano en donde tal vez se encontraba el gran secreto. Eso fue lo que hice. Entre a la casa sin ningún problema a la hora específica. Todo parecía normal, hasta que comencé a tomar fotos de los cuadros que tenía el vecino en la sala; al parecer tuvo una esposa y un hijo, había muchos retratos de ellos en las paredes pero no sabia que les había ocurrido, tal vez es parte del misterio que escondía esta casa. Subí hasta el segundo piso y había dos cuartos grandes, el primero resultaba ser la habitación en donde él vecino dormía y el segundo era del hijo que tenía. Estaba adornado con muñecos, una cuna y unos estampados en la paredes de flores y pájaros, además de algunos dibujos que tal vez el niño pinto; no obstante baje a revisar el sótano pero sentí que abrieron la puerta. Era el vecino que había llegado antes de lo esperado, me escondí en un gran armario vacío que estaba en la sala y observé por un largo rato lo que hacia el vecino. Al parecer este no notaba mi presencia. Cuando salió por un rato hacía el patio, baje al sótano sin hacer mucho ruido, aunque era imposible ser sigiloso ya que las gradas y la puerta estaban desgastadas. Cada paso que daba rechinaba, y al abrir la puerta aún más. -El vecino de seguro sintió estos ruidos- dije en mi mente. Por si acaso preferí atrancar la puerta con una vieja silla, el sótano estaba un poco sucio y estaba muy iluminado con veladoras rojas y blancas, como si hubieran practicado un acto satánico; no me cabía duda de que el vecino estaba loco. Tenía miles de hipótesis en mi cabeza, hasta que encontré en un rincón del sótano un círculo de velas con una foto de su esposa y su hijo, debajo de esta había otra especie de puerta pequeña donde seguro conducía a otro lugar de la casa. -vaya lio en la que me he metido- dije con voz silenciosa. En seguida sentí los pasos del vecino bajando rápidamente, así que no tenía otra opción. Me metí por esa extraña puerta y baje por una pequeña escalera; arriba había dejado tirada la fotografía, -de seguro me descubrirá- pensé. Cuando llegué al pequeño cuarto me encontré una ataúd rodeada también por veladoras, y encima otra foto de su esposa y su hijo además de un pequeño libro que tomé enseguida y lo guarde en mi bolsillo. No podía creer lo que estaba viendo, de seguro este hombre asesinó a su familia. El vecino bajó por la escalera y como era obvio me descubrió. -Qué haces aquí canalla- me dijo mientras se abalanzo contra mi con una pequeña hacha. Lo único que le pude responder en eso momentos fue ‘vecino loco’. Después de forcejear nos distanciamos y al instante me tiró el hacha que me cortó gran parte del brazo derecho, no tenía nada más hacer que salir corriendo. Con el brazo malherido salí por la pequeña puerta y encerré al vecino loco, cuando ya estaba saliendo por la puerta principal una fuerte explosión me abalanzo hacia la calle, después de esto me desperté en el hospital. No tenía el brazo derecho y poco a poco fui recobrando la memoria, a los pocos días regresé a mi casa a seguir con la recuperación, la casa del vecino había quedado destruida por completo. Tal vez el vecino loco hizo esto para que nadie supiera de su secreto. Pensó tal vez que yo había muerto con la fuerte explosión, pero no fue así. Ahora me encuentro sin mi brazo derecho, la marca que me dejó el gran secreto, además del pequeño libro en donde están los mas oscuros secretos de este vecino loco. Sigo mirando tras la ventana de mi cuarto en donde comenzó esta pequeña historia.

Fin.

11 de Abril de 2019 às 20:23 0 Denunciar Insira Seguir história
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Fim

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