Solo existimos nosotros, esa es la filosofía fundamental del lugar en dónde vivimos. Creo que solo podemos existir por la necesidad de existir. Cada día es lo mismo, salimos todos hacia el mismo lugar en donde los deseos de los mayores entran en nuestra mente, ellos observan cada detalle, son parecidos a las estatuas y solo existen 6.
¿y si es mentira, si no somos los únicos?, todo el tiempo pienso lo mismo, deseo respuestas. Después de las clases regreso a mi hogar, mi padre es una de las estatuas, se llama Lacise Orue; uno de los gobernantes principales, nunca me presta atención. Busco mi cuarto, y al entrar sigo creyendo que algo mas existe en otro lugar. No había clases hoy así que decidí ir a la biblioteca privada de mi padre, como no puedo entrar por la puerta principal por la cantidad de guardias, busco en unos rincones apartados la entrada que llevo haciendo hace un mes, me deslice con cuidado.
Todo estaba oscuro, decidí pender una vela que traje conmigo.
—Esto no es la biblioteca —mire cuidadosamente a mi alrededor, solo había un montón de objetos algo raros, nunca los había visto, algunos tenían letras inentendibles.
Mire maravillosamente toda la cantidad de objetos que estaban en ese cuarto, uno en particular me llamo la atención, estaba sobre una mesa con bastante polvo y era un pequeño collar de color carmesí intenso, al lado estaba un pequeño libro.
Revise el libro con impaciencia, no entendía nada, todo estaba escrito peculiarmente a mano, parece un diario, uno que está escrito en otro idioma. Nos enseñan que solo existen dos idiomas, el glosario y el Monkie. Cada uno tiene su función, el glosario es el actual y el Monkie pertenece a los antiguos dioses; solo es utilizado para entender las frases e ideas pasadas. Los dos hay que aprenderlos por obligación, pero aun así este diario está escrito en algo totalmente diferente.
Guarde el collar y el diario en mi bolsa, si me quedo más tiempo sospecharan de mí, siempre es lo mismo, selle de nuevo la entrada que había hecho tomando como próximo destino mi cuarto. Al entrar me recosté en mi cama, saque el diario y el collar, intente entender alguna palabra clave, pero no entendí nada. Después de un rato de andar revisando página tras página encontré la palabra “HUM” fue lo único que entendí, no sé qué significado tendrá.
—Salva Orue es convocado a una audiencia con el tercer rey —se acercó a la puerta y hablo un guardia.
—Enseguida voy.
El tercer rey es mi padre, es muy raro que me este llamando, me aliste rápido y camine hasta su oficina personal, toque a su puerta varias veces.
—Pasa —escuche desde el otro lado de la puerta.
—Buenas tardes Rey Lacise —dije mientras entraba en la oficina.
—Bienvenido, toma siento.
—Como desee.
Me senté al frente de su mesa, nunca lo he llamado padre, eso se me enseño desde pequeño, es una falta de respeto debido a su posición.
—¿Qué has aprendido acerca de los dioses Exterios? —dijo mi padre mientras organizaba papeles.
En este mundo somos la única raza pensante, Exterios es el nombre de nuestra raza, nuestros cuerpos están diseñados para pelear, tenemos una sobrecarga de energía que nos permiten fortalecer nuestros cuerpos a niveles astronómicos. Peleábamos contra una antigua raza, comúnmente llamados viajeros, eran superiores en inteligencia, pero no en fuerza, nuestra raza gano por la cantidad de fuerza que poseían los 6 reyes en ese momento, aniquilando a la otra raza por completo.
Esos 6 reyes se convirtieron en dioses, el mundo temblaba con sus poderes, ellos fortalecieron a la raza Exterios, nos convertimos en la única raza pensante sobre el planeta y nuestra vida sigue igual después de 800 años, desde la aniquilación de la otra raza se prohibió la salida hacia el exterior, toda la vida que tenemos la vivimos encerrados, nadie se queja y los que se quejan son desaparecidos, yo se que debe haber algo afuera y eso es lo que deseo averiguar.
—Fueron los que terminaron la batalla contra los viajeros, reconstruyeron nuestra raza y prohibieron la salida hacia al exterior para evitar que se perdieran más vidas.
—Investiga más sobre ellos —dijo con una mirada de decepción.
—Sí señor —respondí condescendiente mente.
—Necesito que te esfuerces, eres una vergüenza para la familia Orue, se suponía que debes suceder el trono del tercer rey, no tienes suficiente sobrecarga de energía en tu cuerpo, eres débil, ni siquiera piensas como nosotros —miraba mis pupilas—. Crees que puede hacer todo, pero no, fue un error tenerte con esa mujer, eres inútil. Si no te esfuerzas vas a ser exiliado de la familia Orue.
—Sí señor.
—Se acabo la sesión, lárgate.
Salí rápidamente y con furia apreté mi puño al llegar a mí habitación.
—¡Maldita sea! Ese maldito, tratando a mi madre así, me trata como un inútil, “por no pensar como el” ¡que se joda!, me largo de este lugar, ya me canse de sus porquerías de discurso, ¿Por qué no podemos salir?, a la mierda, soy débil ¡eso ya lo sé! —golpeaba las paredes de mis cuarto arrojando todo hacia el suelo, en un golpe me corte y comencé a sangrar—. ¿Por qué?, siempre es lo mismo, ya me cansé de ser débil, si me expulsa de la familia sería mejor.
Agarre el libro en la mano donde no tenia sangre, y el collar en la otra donde la sangre salía suavemente. Cuando el collar toco la sangre comenzó a intensificarse el característico color carmesí, al momento sentí arder mi sangre, nunca había tenido esta sensación, lo vi detenidamente y solo me acorde de aquella palabra mientras la pronunciaba.
—HUM.
Nuble mi mente del espíritu curioso que tenía, a pesar de ser débil, quería salir, hay algo afuera, eso lo sé, mis instintos dicen que si, lo deseo con toda mi alma.
—Quiero salir.
—Si eso lo que quieres lo cumpliré, solo con una condición —escuche esa voz ronca que venía desde todo los ángulos, ahora no podía tener miedo, tenía que seguir.
—¿Cu… cuál es tu condición?
—Olvídate de tu actual vida, vas a construir una nueva —no sabía de donde venia la voz—. En esta nueva vida vas a destruir tu propia especie.
—Lo acepto con gusto —a pesar del peligroso anuncio quería creer, no me importa olvidar mi actual vida, aunque destruir mi propia raza, era algo que de todas formas no podía hacer—. Me canse de esta vida actual.
—Entonces solo cierra los ojos.
Obedientemente cerré los ojos, no sabia a donde me dirigía, tampoco si era cierto lo que la voz me dijo, pero se sintió una tensión y vacío en mi cuerpo.
Una cálida brisa recorría todo mi cuerpo, abrí los ojos y estaba en una pequeña choza al lado de una llanura, calidez en su máximo esplendor, un sol que nunca había visto, animales diferentes, un lago reflejaba el sol hacia donde yo me encontraba.
—¿en serio lo logre? —levante mi puño al aire y grite—. ¡POR FIN SOY LIBRE!
