A un joven mariachi le preguntaron que le había pasado. ¿Por qué ya no era el puñado de alegría que alguna vez fue?
—¿Que qué paso? La vida pasó. Un día; uno cree que la algarabía que repica en una cantina, y los tragos dedicados a los parpadeos de las señoritas, acarrearan la dicha suficiente como para sobrevivir. Al día siguiente; después de dar el primer paso como ser independiente, se cae en la realidad de que tanta ingenuidad solo sirve de mal chiste. Es ahora cuando me doy cuenta de lo difícil que es abastecerse de lo más básico para vivir. Después de ver el precio de un tanque de gas, estoy considerando muy seriamente el acostumbrar a mi cuerpo al agua fría, y a mi estomago a la comida de microondas. ¿La última vez que desenvaine mi guitarra para conquistar a una mujer y no a unos billetes? En la preparatoria, creo. Y de eso ya hace mucho tiempo. Yo, como todo músico, tenía al amor, y desamor, como las fuentes irremplazables de inspiración; pero las bofetadas que me ha propiciado esta vida han mermado poco a poco mis deseos de cortejar. El coqueteo ahora me parece una diversión vana. Cuando uno ve signos de pesos por todos lados, ese refugio que alguna vez levanto el romance comienza a desmoronarse. Ahora ya no empuño una botella para halagar o maldecir a una mujer; sino para demorar mis preocupaciones.
Obrigado pela leitura!
Podemos manter o Inkspired gratuitamente exibindo anúncios para nossos visitantes. Por favor, apoie-nos colocando na lista de permissões ou desativando o AdBlocker (bloqueador de publicidade).
Depois de fazer isso, recarregue o site para continuar usando o Inkspired normalmente.