Afueras de la ciudad.
Septiembre 13.
2:40 am.
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-¿Supongo que lo harás? -La voz ronca de este hombre despreciable que tengo al frente es la que me saca de mi letargo.
Lo miro con desprecio y repugnancia. Es increible que existan personas en el mundo con pensamientos tan sádicos e irracionales.
Él hombre me mira con satifacción al ver mi cara la cual denota furia e impotencia.
-¡Sueltame de una maldita vez bastardo!- Grito. Forcejeando con las cadenas y esposas que me tienen amarrados contra la pared de este putrefacto cuarto que solo es iluminado por una pequeña lampara de kerosene que reposa a un costado de donde me encuentro.
La risa macabra y burlona del tipo, es la que rompe el silencio de la habitación.
-No, no, no. Ese vocabulario no es apropiado para alguién que se ha criado tan sanamente en una familia conservadora y de buenas tradiciones.
El muy bastardo se burla de mí.
-¿Aceptas el trato o quieres que tu linda familia pague por algo que nos les incumbe? -Se acerca tronando sus dedos. Situándose detrás de mí. Sus manos hacen contacto con mis hombros y me remuevo como si me recorriera una corriente electrica por mi cuerpo.
-Primero muerto que complacerlos a ustedes. -Suelto con desprecio cómo si con solo decir eso me diera asco.
El ruído de un golpe seco es el que corta el silencio de dicho lugar. Un dolor agudo en mi mejilla derecha y un sabor amargo provenir de mi boca me deja impactado.
Escupo sangre y es cuando me doy cuenta de que me ha roto el labio inferior.
-Te lo preguntaré otra vez... y espero que tu respuesta sea afirmativa. -El dolor que siento ahora no se compara con el que he de sentir si acepto este maldito trato.
Me hala por mis cabellos hechandome la cabeza hacia tras para mirarlo.
Tiene una mirada vacia y oscura con una sonrisa de satifación por lo que acaba de hacer.
-¿Aceptas el trato?
No contesto y eso hace que me golpeara nuevamente pero ahora en mi estomago sacandome el aíre.
Comienzo a toser y a escupir sangre.
Por un lado si acepto estaré involucrado en cosas malas e ilegales, pero por otro lado si no es así. Mi familia y ella estan en grandes problemas.
-¿Aceptas el trato?
Y nuevamente otro golpe. Y otro y otro dejandome casi inconciente tumbado en el suelo sucio y lleno de sangre.
-¡Ya me estas colmando la paciencia niño! Te lo preguntaré una última vez. Te lo pondre facíl. Si la respuesta es si. Te dejo libre y nadie se enterara de lo que aquí se habló y negoció. Y solo tendrás que seguir nuestras ordenes cuando te necesitemos. Eso sí, te tendremos vigilado. Pero... si por alguna razón la respuesta es no. Me veré obligado a matarte.
Saca de su chaqueta una especie de arma, cuchillo. No, no es un cuchillo es un Kunai.
Abro mis ojos desmesuradamente y mi ritmo cardíaco ha aumentado de sobremanera.
-Oh... se me ha llegado una idea a la mente. -Dice alegre mirándome con una sádica sonrisa. -Que tal si en vez de matarte a tí, mato a tus padres y tú serás el invitado estrella de la tan especial escena. Luego te mataré a tí para que no sufras tanto.
Este tipo es un completo asesino. Está loco. No le puedo hacer esto a mis padres. No puedo permitirme fallar, no ahora.
Mi respiración está aumentando cada vez más, mis ojos se nublan. Ya no creo aguantar más, cierro mis ojos lentamente. Pero un ardor en mi otra mejilla hace que los habra rapidamente.
-¿Aceptaras el trato?
Escucho que dice muy cerca de mí. Solo puedo soltar una leve afirmación para luego caer en la inconciencia.
Eileen
