oliviaortiz Olivia Ortiz

Desde la perspectiva de un pequeño, conocemos la conmovedora historia de un anciano que se dedica a contar historias a su nieto, y una flauta que es más mágica de lo que parece. Historia publicada en el periódico local "La verdad".


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#espiritual #drama
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La flauta de Frank de Luc

Muchas veces mi abuelo me contó una historia acerca de un tal Frank De Luc y su flauta, una flauta mágica que era capaz de enamorar al mundo con sus delicadas notas y su esquicito sonido inigualable, algo completamente mágico y maravilloso… decía mi abuelo que cualquiera que tuviese esa flauta podría tener al mundo en la palma de su mano. La música que emitía era tan dulce que parecía provenir de los mismos ángeles, era difícil poder resistirse a ella.

Muchas veces intentaba imaginarme el sonido… ¿Cómo se escucharía? ¿Cómo era posible que su música fuese capaz de extasiar a todo aquel que la escuchara? ¿Acaso estaba hechizada o era la forma en la que Frank De Luc la tocaba?... esas preguntas inundaban mi mente siempre que el abuelo me contaba acerca de la flauta mágica. Nunca supe como sonaba aquella flauta… al menos no lo supe en mi infancia.

Durante la navidad del ochenta y tres, recuerdo perfectamente que pedí a Santa Claus una flauta como la de Frank De Luc. Espere toda la noche pero la flauta no llegó, en lugar de ello se me obsequiaron un par de patines… ese día me sentí muy defraudado y enojado. — ¡Demonios! ¡Porque unos tontos e inútiles patines! –. Creo realmente esperaba algo más, quizá no la flauta de Frank De Luc pero tal vez algo parecido, en fin mi deseo no fue cumplido al menos por aquella ocasión.

En mi cumpleaños número diez durante el año de 1986, escribí una lista donde me atreví a pedir en primer lugar como regalo una flauta mágica. ¡Caray! Han de pensar que estaba como un loco obsesionado con aquel instrumento, pero en ese momento realmente la deseaba en fin era tan solo un niño…todas las anécdotas que mi abuelo me contaba me tenían con una gran duda… a diario me preguntaba si la flauta era real o no… creo que a esa edad los niños creemos en todo, pero había algo que me decía que en alguna parte del mundo la flauta se escondía, esa flauta que podía enamorar al mundo con tan solo tocarla.

Pero prosiguiendo con lo de mi cumpleaños no fue exactamente algo muy esperado, pues desanimado sabía que mis padres no podrían conseguirme la flauta de Frank De Luc por más que lo deseara… sin embargo en ese momento pensé: «No he enseñado la lista de obsequios al abuelo… tal vez él sepa dónde encontrar la flauta y quizá él pueda regalármela». Ese día corrí a buscarlo, pero no estaba en su mecedora… ¿Dónde estaba el abuelo? Me pregunté.

El abuelo siempre solía sentarse en aquella mecedora de la sala, pues allí disfrutaba del canal 102, no sé porque ese canal, solo mostraba paisajes del mundo y una musiquita de fondo que a cualquiera dormía, nunca cambiaba de canal “NUNCA”.

Durante todo el día busqué a mi abuelo, no lo hallé en ningún momento, corrí a la cocina, vi a mi madre llorar sobre el regazo de mi padre, me acerqué preocupado y pregunté:

— ¿Han visto al abuelo?

Mi padre se levantó de la silla, me abrazó y me dijo con una voz acongojada:

—Hijo tu abuelo… se ha ido. — ¿Se ha ido? ¿A dónde? Se fue a un lugar más hermoso… un lugar donde va estar mejor. En ese momento miré fijamente a mi padre, una lagrima escurrió por mis mejillas, ya sabia lo que eso significaba el abuelo… había muerto.

En ese instante me arrebate, corrí lejos, ni siquiera conté mis pasos no fije a cuantos metros me había alejado ya, solo corrí y corrí… me senté en el patio de mi casa. De acuerdo no corrí tanto, es que sufría de asma y correr demasiado me agitaba.

Cuando frene por falta de aire mi padre se acercó a mí, me tomó de los hombros e intentando mirarme a los ojos me explicó porque mi abuelo se había ido, también me dijo que no me sintiera mal por no despedirme de él… pero no eran esas cosas las que me hacían llorar. Me sentía confundido y tal vez en ese momento sentí enojo ¿Cómo era posible que mi abuelo se hubiese marchado y me hubiese dejado solo? Éramos muy apegados, sentí que ya no seria lo mismo sin él, puedo sonar egoísta pero ahora ¿Quién me contaría el final de la historia de la flauta?... es decir mi abuelo se había ido, no es fácil para un niño de diez años afrontar una muerte así.

Pasaron horas y horas. Recuerdo que ese día 14 de octubre no festejamos mi cumpleaños, el gran festejo fue que mi padre me llevara a comer hamburguesas frente a la funeraria, era horrible. Ni siquiera tenía hambre. ¿Acabaste tu hamburguesa? preguntó mi padre mientras metía el primer bocado después de media hora. No… aún no respondí algo disgustado.

El sujetó mi mano y señaló:

—Sígueme, hay algo que tal vez quieras ver.

Me levanté confuso… ¿Realmente hay algo que hubiese querido ver en ese instante?

Cuando entramos a la funeraria vi todo tipos de cajas, era extraño estar allí, las cajas me hacían sentir tan triste… ¡Por dios! Creo que incluso una caja me había llamado para acostarme en ella, era tan tétrico... definitivamente no me importaba ser llamado cobarde. ME DABA MIEDO ESE LUGAR.

Al poco rato, interrumpiendo mi temor a las cajas de muerto, mi padre me llamo… yo me acerque ¿Qué es lo que quería? En ese momento saco de su bolsillo una caja delgada y larga como para un bolígrafo tal vez.

—Es tuya…– señaló.

Yo lo miré y pregunté:

— ¿Es todo lo que ibas a enseñarme?

—Ábrelo… te gustará ver que hay dentro.

Miré a mi padre, no sabía que contenía la caja, pero sin duda no tenía ánimos para sorpresas ni regalos.

Cuando por fin abrí par a par la caja, miré al fondo de ella, había una pequeña flauta… mis ojos se iluminaron y en ese momento una sonrisa se dibujó en mi rostro… estaba feliz… pero ¿Cómo podía estar así… era el funeral de mi abuelo?... me sentí culpable debo admitir pero también sentí felicidad, por lo que solo pude preguntar:

— ¿Cómo?

—Es el regalo de tu cumpleaños que me había entregado tu abuelo el día de ayer —explicó mi padre.

En ese momento pensé: «Que el abuelo había pensado en mí hasta el último momento y que no se fue sin despedirse».

Cerré la caja y caminé a las fueras del funeral, me senté en una pequeña banca que había cerca del lugar, saqué la flauta y leí una nota que había en la misma caja.

Mi querido niño… al tener esto en tus manos podrás notar que ya no estoy contigo, no quiere decir que me haya ido por completo, sigo aquí pero tú no me ves… durante el camino te vas a topar con muchas piedras, muchas dudas y muchas pero muchas desesperaciones… todo a su tiempo, primero hay que caminar para correr, y luego para volar. En este tu cumpleaños número diez intentaré pensar que la madurez llegara a tus manos para señalarte que estás listo para endulzar el oído del mundo… pero aún falta mucho para enamorarlos con el sonido de la flauta. La flauta no es mágica es el corazón el que la convierte en única… los cuentos que tanto te conté, eran los mismo que mi padre me contaba a mi… el me regaló esta flauta para enseñarme que la magia existe si ves a través del corazón de las personas.

Cuando terminé de leer la nota, mi vista se torno borrosa, las lágrimas escurrían por mi rostro, por primera vez me sentí desahogado del dolor que me causaba la partida de mi abuelo… me sentí culpable y muy avergonzado. Todo este tiempo solo pensaba en la flauta y no en compartir momentos con mi abuelo, él ya no estaba conmigo pero me había enseñado una lección de vida: «No quieras saber todo antes de tiempo… la vida te da golpes y de ellos se aprende». Ahora sabía que la magia si existía pero en las personas que me la otorgaban con el cariño que me brindaban… la famosa flauta de Frank De Luc.

Ahora han pasado más de veinte años tras la muerte de mi abuelo. La flauta permaneció guardada mucho tiempo pero la he tocado en otras ocasiones tal vez no con tanta magia como hubiese querido, hoy de nuevo la tocaré para el publico mas maravilloso que tengo Mi Familia… como primer acto le dedicaré a mi abuelo Francisco De Lucas mi interpretación… que mejor homenaje para el hombre que me enseñó el verdadero significado de la magia. Hoy 14 de octubre del 2007 tocaré la melodía que escribí La Flauta de Frank De Luc

20 de Abril de 2018 às 07:07 2 Denunciar Insira Seguir história
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Fim

Conheça o autor

Olivia Ortiz No hay mucho que decir acerca de mí, en realidad soy una persona más tratando de hacer lo que me apasiona. Espero poder conocer la opinión de todos aquellos que quieran aventurarse a conocer cada una de mis novelas. Pero les advierto, una vez que entren... no podrán salir.

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Diphylleia  Grayi Diphylleia Grayi
Fue muy hermoso. Me encantó.
April 20, 2018, 15:01

  • Olivia Ortiz Olivia Ortiz
    Muchas gracias, disculpa que hasta ahora haya visto tu comentario. Te mando un gran abrazo. July 09, 2018, 06:50
~