La llama en ti Seguir história

¿Por qué me has hecho esto?". Amira miró a Luke con lágrimas en los ojos. "¿Por qué no te quedaste? Habría sido... mucho mejor contigo. Una vida juntos... sí sólo nosotros dos con ella". "¿Dónde está Romy ahora?" "Romy se fue a Australia con su prometido. Se casaron. Hazme un favor y vete de aquí. No hay excusa ni perdón para tu mal comportamiento. Te fuiste así como así y nunca dijiste otra palabra sobre nosotros y nuestra boda planeada. Por favor, vete ya". "De acuerdo", Luke se puso la chaqueta. "Me iré entonces. Salúdala, por favor. No llores", se acercó y trató de limpiarle las lágrimas de la cara, pero ella lo apartó. "Vete y no vuelvas a aparecer por aquí. Perdiste tu oportunidad conmigo".

Menos de tres días después, volvió a toparse con él como por casualidad en el supermercado. No le prestó atención, pero al salir de la tienda tuvo la inquietante sensación de que la observaban. Subió al coche. Al tomar la carretera rural que atravesaba el bosque, vio de repente detrás de ella a un Caprio rojo que tocaba a todo pulmón una canción de los pantalones muertos. Años después aún recordaba la melodía: - "Sólo se vive una vez" - Fue la canción en la que se decidió por algo y por eso lo haría todo sin "peros". El pensamiento había surgido en su cabeza como un destello de inspiración. El coche adelantó y apenas rozó el suyo a más de un palmo de distancia. Era Luke. Le sonreía. "Qué casualidad", gritó antes de golpear deliberadamente su coche con fuerza. La noche de verano terminó en el hospital.

"Sólo se vive una vez", se despertó con la melodía. Luke se sentó en su cama mientras miraba el móvil y dejaba que sonara la canción. Sonrió de oreja a oreja. "Bueno, no te escaparás de mí tan fácilmente. Te he traído flores y bombones. Tus bombones favoritos y algo más..." sacó la cartera del bolsillo de la chaqueta y le puso 4.000 euros en la mano. "Luke, no quiero tu dinero. Lárgate de aquí. Me engañaste entonces, ¿no te acuerdas?", sonrió mandón. "No puedes librarte de mí. Toma, te dejo otro billete de 500 euros y otro por mi bien". "No ves que ya no te quiero". "Sí que me quieres". Volvió a sonreír. El hijo del gerente, habitualmente arrogante, se había convertido en un prepotente. ¿Qué iba a hacer ella? "Amira, te dejé entonces porque tenía unos encargos de mi empresa y era demasiado para mí. Cómprate algo bonito con el dinero. Lo he ahorrado especialmente para ti, ya sabes lo glotón que soy. Nos vemos mañana en Kaffee Mahl. Hasta mañana, cariño". Amira hizo las maletas al día siguiente y se mudó de Constanza a Berlín con la esperanza de no volver a saber nada de Luke, el acosador. No había tocado el dinero. Empezó el trabajo de sus sueños como intérprete y olvidó su antigua vida con Luke y su trabajo como enfermera. Al cabo de los años, ella también tuvo éxito, aunque había empezado poco a poco. Así que estaba contenta y equilibrada. Sí, tenía varios años perdidos a sus espaldas, pero fue capaz de recuperarlos.