u1672814213 Aiko sol

Argentina, tras vivir tantos años de soledad y tristeza, decide por fin acabar con todo, terminar con su pareja, aquel hombre empresario que es mucho mayor que el, irse de la casa en donde vivió más de 7 años, dejar de pensar en que dirán los demás, y así, empezar de nuevo pero...¿Qué pasará al dejar la pareja con la que vivió casi toda su juventud?.. China aún tiene a una joven amante, su gran casa, su envidiable puesto en el trabajo aunque...ya nada es igual, los pequeños detalles de su argentino empiezan a carcomer sus recuerdos. ¿Qué hará al saber que el latino ahora tiene a alguien igual de joven que el como acompañante? ¿Podrán volver a lo que ambos tenían antes?..


Drama Todo o público.
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🍷Cap. 1


Autor: mlamastic


Los meses y semanas habían pasado con rapidez, las temporadas de invierno llegaron pronto, y con ello, nuevos comienzos.

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-¿Que será que habrá pasado con el Sr. China?
-No lo sé...ultimamente se ve más desarreglado, incluso no se afeita, es una lástima, se veía tan guapo...

-Lo sé, ¿Será que el dinero lo han vuelto loco?










Conversaban aquellas oficinistas, susurrando a escondidas aunque, eso no pasaba por desapercibido por el argentino, quién, como cada día, estaba trabajando en su pequeño escritorio.
China había ascendido como director de la empresa, le iba bastante bien, el dinero no le faltaba ni los pedidos de hacer una colaboración con otras marcas pero...últimamente ya no se lo veía como antes.
Ya no iba con su ropa planchada y bien arreglada, con su corbata ajustada o su cabello bien peinado y aromatizado, incluso una notoria barba se hacía cada día más presente.

Claro que, muchos se preguntaban que había sucedido, si era motivo de estrés, cansancio o simplemente la codicia de tener tantas oportunidades y estatus por su nuevo puesto de trabajo.











-Cariño, ven, ya es hora de almorzar.









Al oír aquella voz el menor sonrió ampliamente, acomodó su escritorio y se levantó para acercarse al mayor, viendo como él le tomaba su mano y le daba un pequeño beso en su frente para empezar a caminar juntos rumbo a aquel ascensor.

Y si, Argentina estaba más radiante que nunca, usando aquel pantalón de vestir negro casi a sus piernas, una camisa color crema bastante suave y liviana junto a unos zapatos lustrados que tenían un pequeño y discreto tacón más elevado que los formales que usaban los hombres, claro, todo junto a su nuevo look, teniendo el cabello largo hasta los hombros, recogido por una coleta color rojiza.










-Coco..

-¿Mh?.
-¿Luego me podrías ayudar a peinarme? Me gusta más cuando tu lo haces
-Claro bebé, yo por ti hasta me convertí en un peluquero profesional.












Decía aquel surcoreano con orgullo mientras aprovechaba que estaban solos en aquel ascensor para abrazar por la cintura a su nueva pareja, dejandole un besito en su mejilla escuchando la dulce risa del latino.











-Viste muchos videos en internet, ¿Verdad?.
-Un peluquero profesional jamás revela su youtuber favorito.











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Ambos rieron al insunuo, realmente se entendían muy bien, ambos se ayudaban mutuamente y, aunque al principio fue muy difícil para Argentina, poco a poco se iba acostumbrando a las libertades que le daba su nueva novio.
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Aquella joven pareja robaban miradas de algunos trabajadores que estaban en la cafetería, claro, aunque aquella relación ya era oficial, para varios aún les era nuevo ver a una pareja homosexual dándose muestras de afecto en aquel edificio.
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Claro, tanta atención solo provocaba que el argentino estuviera sonrojado y de hombros encogidos, comiendo su sándwich de forma de osito bastante apenado mientras sentía al surcoreano irle acomodando el cabello, sostiendo su pequeña chuleta entre sus dientes para hacerle una coleta de caballo a su pareja.









-Y...¡Listo!, uh, ¿Los sándwiches están bien? Aún no soy bueno cortando las orillas con aquel molde de osito.
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-¿E-eh? No, no, no, están perfectos, realmente no me esperaba que me hayas hecho el almuerzo...tampoco que me hayas recogido el cabello aquí..
-¿Mh? Vamos Argie, no tiene nada de malo que quiera consentirte cada que puedo, además, no le veo malo que robamos un poco de su atención, así los demás sabrán que somos pareja y no se le insinuaran a mi lindo argentino edición limitada.









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Perú miraba entre indignado y cansado la dulzura que emanaban aquella pareja, notando al argentino ponerse más nervioso y apenado mientras que el asiático solo lo abrazaba por la cintura apoyando su mentón en el hombro del latino, abriendo su boca cada tanto para recibir los pequeños pedazos de manzana cortados en forma de corazón que le daba el albiceleste.
Claro que, estaba feliz de que su amigo al fin consiguiera a alguien que no temiera demostrar su sexualidad ni su compromiso en público pero...ese tipo de afecto que se daban le era aveces muy empalagoso al punto de hartarlo.









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-¿Saben que?, me deben un favor por hacerme pasar tanta vergüenza, así que~, cuidarán a mi bebé mientras salgo a una cita romántica con mi esposo.
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-¿Qué?...
-¡Si!~
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Argentina escuchaba atentamente las indicaciones del peruano, acomodándose el bolso con las pertenencias del menor mientras que...Lima y Corea del Sur de miraban a muerte, frunciendose el ceño el uno al otro.








-Abaho.








Dijo el pequeño en tono demandante moviendo sus piecitos ya que, estos no tocaban ni de cerca el suelo.







-¿Uhm? ¿Qué? ¿Qué más arriba?.








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Contesto el asiático subiendo al pequeño que tenía cargado entre sus manos, agarrandolo debajo de sus axilas para así, subirlo aún más arriba con una sonrisa victoriosa por ver al pequeño aún más molesto, hasta que...su rostro cambió a una sonrisa, lo cuál, le preocupó.









-Mocoso, ni se te ocurr-
-¡¡Arhentinhaa!!










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Así, en cuestión de segundos aquel niño se encontraba entre los brazos del latino, siendo mimado mientras que aquel asiático solo se masajeaba la cabeza tras el leve golpecito y regaño que había recibido del albiceleste.
Claro que, mientras Argentina estaba concentrado en buscar la tazita del pequeño en el bolso, aquel niño y el asiático se sacaban la lengua mutuamente sin que el latino se diera cuenta.
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Argentina no se podía sentir más contento en esos momentos, tenía a su pareja y a un pequeño posando "masculinamente" frente suyo, no sabia si sonrojarse por ver al asiático sin camisa, con su torso desnudo flexionando sus brazos dejando más notorio lo musculoso que era o...morirse de la dulzura al ver a Lima también sin remera intentando hacer lo mismo que el asiático aunque, lo único notorio de el, era su pancita inflada por recién haber comido.










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-Aki aki Arghie..









Decía aquel pequeño dándose palmadas en la espalda, ya que, le indicaba al albiceleste donde el mayor tenía esos tatuajes, los cuáles, quería a toda costa así que, buscaron un marcador que no sea dañino para su piel para asi, ir dibujando los mismos en su pequeña espalda.
Claro, usando al surcoreano como modelo, quién, no pudo evitar posar para presumir su trabajado cuerpo, todo para apenar a su linda pareja, ya que, sabia cuan vergonzoso se ponía cuando estaba semi desnudo.
Así, a las pocas horas de estar jugando, corriendo de un lado al otro, dibujando y viendo películas, los tres terminaron en el suelo, haciendo una pequeña fila uno semiacostado encima del otro.










-Creo que el pequeño ya se cansó..






Susurró el surcoreano al oír los pequeños ronquidos de Lima, quién, se encontraba encima del pecho del albiceleste.








-Si, nosotros también deberíamos irnos a dormir, mañana es domingo y me toca a mi cocinar







Respondió el argentino con una pequeña sonrisa, acariciando aquellos mechones del cabello del menor, había sido un hermoso día para el, había comido sus tres comidas del día, había jugado, había visto películas, y pasó tiempo con ese niño y su pareja.
Se quiso levantar teniendo al pequeño entre sus brazos pero fue detenido por el asiático, quién, lo miró con una sonrisa "inocente".












-Argie...me dieron ganas de hacerlo...











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Argentina se sonrojó al instante al oír su susurro junto a su ronca voz, desvío la mirada sintiendo la del mayor encima suyo.
Ya no eran niños, ni desconocidos, a las pocas semanas de ser pareja tuvieron un lindo, especial, y gran encuentro intimo...y claro, el latino se sintió tan consentido, amado y cómodo con su cuerpo y sexo esa vez que... las siguientes veces incluso él llegaba a proponerle al mayor hacerlo.











-Q...¿Que? ¿P-por qué justo ahora?...








Preguntó claramente indicando al pequeño niño que yacía dormido entre sus brazos, usando su lindo pijama de patitos.








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-Hoy mostraste mucha piel, me seduciste subconscientemente, debes hacerte cargo~










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El asiático hizo un pequeño puchero, mirándolo con sus ojitos de cachorro lastimado, rogandole mentalmente, lo cuál, solo indignó más al latino.









-¿Ah? ¡Solo mostré mis brazos!






Se defendió en aquella "discusión" de susurros, Argentina solo usaba su pijama, el cuál, tenía una musculosa de color crema aterciopelada, muy poco para el, pero muy tentador para el surcoreano.








-Cuando se trata de ti me vuelvo mitad musulmán.








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Dijo el mayor con una orgullosa sonrisa victoriosa, como si se estuviera alabando de su ingeniosa respuesta, teniendo como resultado, a un argentino sonrojado soltando pequeñas risas nerviosas.
Así, con una amplia sonrisa, cargó a ambos menores empezando a caminar por el pasillo rumbo a las habitaciones.








-E...espera, podríamos despertar a Lima..
-Oh no, tranquilo Argie, tengo una solución para eso, ¿Alguna vez te dije que además de peluquero profesional soy marinero?.








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Aquel menor se quedó confundido ante la respuesta de su pareja, escuchando su leve risa mientras que él solo se quedó pensando a que se había referido el asiático...
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Aquel pequeño dormía plácidamente en medio de almohadas en la habitación de invitados, soltando suaves y tiernos ronquidos por lo calentito que estaba él departamento por la calefacción mientras que...en su cabeza tenía unas orejeras afelpadas atadas a los extremos de la cama, para que así, si el pequeño se movia, estas no se salieran de su lugar.
Así, mientras el solo dormía...el argentino mordía el pedazo de tela que tenía alrededor de su boca, sintiendo sus piernas temblar mientras que de sus ojos solo brotaban más lágrimas del placer, observando como en la cabecera de la cama habían almohadas para que la madera no hiciera ruido al chocar contra la pared.
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Y si, a pesar de estar amarrado se sentía bastante feliz, sentir los besos de su pareja recorrer su cuerpo en línea recta hasta sus pezones, los cuáles, no tardó en empezar a lamer y chupar provocando que se estremezca. Sentir sus grandes y venosas manos acariciar su cuerpo con deseo mientras sentía como lo embestia con rapidez y brusquedad le nublaban la mente.
Claro que, aquel surcoreano al ver la hermosa vista que tenía del latino ahogando sus propios gemidos por aquel pañuelo que había usado como mordaza le parecía tan...sublime.
No pudo aguantarlo más, desató sus manos y aquella tira, para así, empezar a besarle con desesperación y deseo, sintiendo como esas celestes manos rodeaban su cuerpo dejando unos largos recorridos de rasguños por su espalda.
Lo disfrutaban, realmente ambos lo disfrutaban, sentir el tacto del otro, sus besos, sus cuerpos unirse provocando esos chapoteos y gemidos de placer era algo único, Argentina amaba cada momento, sentir que ya no tenía que forzar a su pareja para tener sexo con el, tocarle o siquiera besarle era una nueva y agradable sensación, y, Corea del Sur, al ver al latino tan cambiado, más seguro de sí mismo, más alegre y con esa confianza única que le tenía solo le provocaban más ganas de consentirlo, y más en esos momentos, en los que solo eran ellos dos, ellos dos y sus cuerpos unidos por el mismo deseo...
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X: ¿Que profesión es en la que te especialisas?

Corea del Sur: Si.

11 de Março de 2023 às 23:14 0 Denunciar Insira Seguir história
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