kenaxz_black Kenaxz Black

Hiro es un adolescente de 17 que está apunto de ingresar a la universidad donde conoce a Yumico, el Subdirector de la universidad “UEG” quien de ahora en adelante ocupará el cargo de su tutor personal, al vivir juntos Hiro descubrirá del pasado que atormenta a su profesor, y de la extraña relación que mantiene con el Director Hijikata, ambos empezarán a hacerse cercanos haciendo crecer un sentimiento dentro de ellos que traerá consigo varias consecuencias.


LGBT+ Impróprio para crianças menores de 13 anos.

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Cap 1

Viernes, un día como cualquier otro, fuera de la oficina del director se encontraba sentado un castaño divagando entre sus pensamientos, mientras sus padres entablaban dicha conversación con el directivo. Llegar a un acuerdo con aquel docente era la prioridad de ellos.

—Te lo pido por favor Elei, sabes que solemos estar ocupados con el trabajo casi las veinticuatro horas del día. Simplemente no podemos encargarnos o vigilar cada cosa que hace.

—Si eso lo sé, pero que esperan ¿Qué Hatsumi le haga de niñera? Deberían estar más que agradecidos, fue aceptado en el programa a pesar de que hace no más de 2 meses empezaron las clases, está universidad no es como cualquier otra, cuenta con un alto prestigio del cual ustedes son conocedores.

—Lo sabemos Elei, por eso te pido y suplico que convenzas a Yumico, quien más para poner a raya a este chico, además si Hiro fue aceptado es por qué de esto tu sales ganando algo o no? de otra forma no lo hubieras aceptado.

—Tan perspicaz como siempre Louren, y no lo niego, Hiro es un chico especial con grandes capacidades que añoro explotar. Sería fácil hablar con Yumico sobre el tema pero convencerlo ya es algo muy diferente. Por qué no hablan ustedes con el, apuesto a que cederá si se lo piden personalmente.

—Maravillosa idea Elei, ahora sí me permites, ¿podrías llamar a Yumico? o es que acaso tendremos que buscarle.

El director solo sonríe de lado para después disponerse a hablar.— Por supuesto que no, solo que hay un pequeño inconveniente y es que en estos momentos se encuentra impartiendo una clase al "3G" pero tranquilos no falta mucho para que culminé.

—Bien, supongo que podemos esperar, pienso que no estaría de más un pequeño recorrido por la institución, así Hiro se adapta mejor y nosotros contemplamos los nuevos cambios.

—Me agrada la idea.— El profesor se levantó de su asiento y comenzó a caminar hacia la puerta para después abrirla de manera agraciada.

Al salir, los mayores se percataron de la ausencia del adolescente.

—¡¿Donde demonios se metió tu hijo?!— Exclamó la mujer con enojo.

—Tranquilos, daré aviso a los docentes y demás trabajadores en caso de verlo, si es así que lo escolten de regreso.—Dicho esto configuró un mensaje para enviarlo a los encargados.

—Y como es que pretendes que lo reconozcan?— Pregunto el esposo de Louren algo dudoso.

—Solo diré que las reglas han cambiado desde la última vez que estuvieron aquí. Ningún alumno se le tiene permitido rondar por los pasillos en horario de clases.

En otra parte se encontraba un chico recorriendo los pasillos nervioso por no saber cómo regresar, todos los pasillos se le hacían parecidos y era confuso.

Al pasar por uno de los salones, el profesor del aula se percató del joven perdido. Advirtió a sus alumnos que saldría por breves minutos, dicho aquello salió en busca del adolescente.

El castaño decidió volver en sus pasos caminando cada vez más rápido de lo normal, al voltear en una esquina chocó con una persona derramando lo sobrante de su bebida sobre el chico de cabellos negros.

—Ah, perdón no me fijé por dónde caminaba y...

Las palabras de Hiro fueron interrumpidas por su propia mente, sus mejillas comenzaron a arder pues frente a el, un ser humano con atractivo único lo observaba.

Era de complexión delgada, piel blanca de porcelana la cual estaba ligeramente bronceada, cabello tan oscuro como la noche y unos ojos hermosos de color plateado que a pesar de ser opacados por el cristal de los lentes, seguían siendo brillantes.

La forma de su cara era muy fina y cada rasgo de ella se veía bastante bien en el pelinegro, todo en el hacía que su corazón diera un revuelco.

Sentía como su pecho subía y bajaba de manera constante y fuerte, estaba seguro que en algún momento explotaría por lo rápido de sus latidos.

—Eh... De verdad lo siento.— El castaño trato de explicar pero las palabras no salían, solo tartamudeos sin sentido e incoherencias.

—No importa.— Fueron las únicas palabras que salieron de la boca del mayor, tomo el brazo del castaño y lo guío camino a la dirección, Hiro quedó perdido en la suave voz del pelinegro que no se inmutó a la hora de ser arrastrado hacia la oficina.

Atraído por la agraciada figura del sujeto, la voz tan delicada con la que hablo hace unos momentos y el olor levemente a manzana que emitía provocaba tantas sensaciones en el castaño.

Hasta que una voz de mujer lo saco de esos pensamientos, era su madre, y por un momento sintió su cuerpo temblar.

—¡¿En dónde demonios te metiste?!, ¡¿Acaso crees que te mandas solo?!

—Lo siento mamá.

Y antes de que la dama pudiera seguir reclamándole, a unos pasos de distancia se hizo presente otra voz.

—Wow Hatsumi, ¿Pero que te a pasado, por qué estás manchado de malteada?

La mirada de Hiro pasó de su madre al proveniente de la voz.

Un chico alto, delgado y de piel tan blanca como la nieve, se podría decir que a duras penas le daba el sol. Su cabello era blanco opacado por los ojos celestes, tenía unas facciones más definidas a decir verdad era bastante atractivo.

—Culpa del mocoso.— Dijo sin mostrar expresión alguna, lo que ocasionó cierta molestia en Hiro.

—¡¿A quien llamas mocoso?!— Dijo remedándole, pero sus padres lo hicieron guardar silencio y comportarse.— Para tu información estoy a poco de cumplir los dieciocho, además no te conviene tratarme de esa manera, no sabes quiénes son mis padres.

Nuevamente el chico volvió oír a sus padres callándolo; El mayor no se quedo atrás y decidió afrontarlo.

—Me viene dando igual quienes sean tus padres, estás dentro de las instituciones de la universidad y aquí no se toleran las faltas de respeto, mucho menos la discriminación mocoso insolente.

El chico bufo molestó pero antes de que pudiera articular palabra, el padre del castaño hablo.— Te pido una disculpa en nombre de Hiro, no suele pensar antes de abrir la boca.— El señor dirigió su mirada al menor de todos y le pidió que se disculpara con el pelinegro.

El director permanecía en silencio mientras observaba la escena divertido, no siempre se podía ver a su colega discutiendo con un niño y no iba a desaprovechar esa oportunidad.

El adolescente se disculpó a regañadientes con el profesor el cual en poco tiempo lo presentaron como subdirector de la universidad.— Hay dios mío la e jodido en grande.— Dijo avergonzado por la forma en la que había tratado al mayor.

—Descuida esto le pudo pasar a cualquiera, veamos lo positivo de esto, ¿qué mejor manera de conocerse no lo creen? Yumico recuerdas que te hablé de la visita por parte de la familia Izikawa?

—Oh Elei no creo que tengas que ser tan cordial con nosotros, la formalidad está de sobra.

—Siento contradecirle señor Izikawa pero las cosas son así, de otra forma estaríamos faltando a las normas de la escuela. Cambiando de tema me preguntaba el por qué de su extensa visita, a lo que se solo era cosa de dar consentimiento a dichos papeles.

—Así es, sin embargo, se a presentado un pequeño inconveniente a lo que hemos llegado a un acuerdo con Elei, claro que dependerá gran parte de ti.

El moreno puso total atención a la mujer frente a el, esperando que prosiga.—Debido al constante y arduo trabajo que tenemos en estas fechas, nos es imposible estar al pendiente de Hiro, es por eso que le e pedido un tutor personal y como adivinaras tu eres la persona indicada para ellos.

—Y yo me niego a hacerlo, están equivocados si creen que pienso rebajarme a cuidar de un niño, que les quede claro algo, yo no soy un niñero.

—Yumico, un tutor personal no se trata de cuidar a un niño, sino de guiarlo a través de sus estudios, por favor reconsidéralo, hazlo por los viejos tiempos.

—Mas que "guiar" es estar al pendiente de que no cometa alguna estupidez, inclusive si me negara que cambio habría Louren, de alguna forma u otra conseguirías la manera de convencerme, así que dudo que en verdad dependa de mi.

—No lo tomes a mal Yumico, acepta mis agradecimientos por aceptar, eres una de las pocas personas a las cuales les tengo gran estima y confianza, se que Hiro no te causará problemas, después de todo no es un mal chico.— Al terminar de hablar la familia Izikawa se retiró y quedaron solo los dos directivos.

—Bien creo que deberías cambiarte Hatsumi.

—Creo que eso es más que obvio Hijikata...

—Huy lo siento, por cierto ¿traes contigo una camisa de repuesto?

—Por supuesto que no, usaré la que tú traes— Y con esto el azabache entro a la oficina del director.

—Ah bueno... espera que dijiste?!—El albino corrió detrás de él, dentro del aula observo al de ojos plateados quitarse la camisa manchada para ponerse una nueva, la cual era una talla más grande que el.

—Deja de observarme de esa forma Hijikata.

—Pues perdón pero como quieres que reaccione si te estás poniendo una de mis camisas, te e dicho que traigas la tuya.

—Sabes que no me gusta, además nunca me a pasado tal cosa con un mocoso y si tanto te molesta te compro otra.— El director se acercó al azabache que se encontraba de espaldas terminando de atar su corbata, paso sus brazos por la cintura y coloco su cabeza en el hombro del contrario.

—No me molesta verte con mi ropa pero debo decir que es difícil controlarme para no tocarte.

Yumico no pudo evitar sentirse abochornado por aquellas palabras sobresalientes de los labios del albino, mismos que sin avisar comenzaron a dejar suaves besos en el cuello descubierto.— Pa...para esto no es correcto, estamos cometiendo una falta.— Exclamó Yumico con el cuerpo estremecido por el contacto.

—Tal vez sea una falta aquí pero eso no quiere decir que lo sea en otros lados, por ejemplo, mi departamento.— Fueron las últimas palabras de Elei antes de salir de ahí.

—Eres un idiota Elei.



27 de Junho de 2022 às 17:25 0 Denunciar Insira Seguir história
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