hard lovely sex ㅡkooktae. Seguir história

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lenguaje —quizás— MUY explícito...

Abrió sus ojos lentamente en lo que se estiraba. Miró a su costado por reflejo, así que se tiró a ese espacio vacío. Un olor particular llenó sus fosas nasales y solo pudo pensar una cosa, es el perfume favorito de JK.

Rió castamente, le encantaba imaginar escenarios ficticios donde era novio del famoso artista.

—Amor mío, ¿estás despierto?— pensó que le preguntaban.

—Ah... la vida es tan difícil de soportar a veces.

—¿Amorcito?— escuchó más cerca.

—¿Por qué estaré aquí? no tengo vida.

—Corazón.

—¿Seré alguien en la vida o seguiré pensando con que me puedo casar y ser feliz?

La presión inusual de la cama a sus costados le hizo mirar y casi tener un infarto por ver a JK encima suya.

—¡Ay Diosito sálvame!

—Por eso no me gusta que bebamos hasta la inconsciencia, mírate cómo estás.

—¡¿Qué hace aquí?! ay dios mío... dime qué no leíste las cartas ni viste los pósteres.

—Tae, eso fue hace siete años. Ay, por favor.— nalgueó su culo.

—M-Me tocaste...

—Oh, amor, eso no es ni una fracción de todo lo que te he hecho...

—¡Dirty talk!

—El más sucio cariño, te llamaría hasta mami.

—¿Qué clase de sueño es este?— lloriqueó contra la almohada.

—Uno en donde estamos casados, corazoncito mío...— apoyó su mano con el anillo en la misma de Tae, entrelazándolas.—Y en uno donde me debes una sesión de sexo especial, hmm... Yo recuerdo perfectamente que me dijiste que me dejarías hacértelo...

—Oh... pero yo no lo recuerdo.— alzó sus caderas para mover su culo, haciéndolo rebotar.

—Te haré recordar, mami.— soltó su cinturón ruidosamente y lo sacó para azotar ese culo rico.—Hoy estaba entrenando... y me acordé casualmente de la flexibilidad asombrosa que tienes, corazón.

Empujó la espalda baja de Tae, manteniendo su culo en alto, y tiró de sus cabellos rubios finos. Frotó su miembro contra su culo mientras le gemía al oído.

—¿Recuerdas esa vez que te hice correr solo con mi voz? te retorcías sobre la cama, intentando soportarlo. Ah, mami... ese orgasmo fue tan rico que chorreaste por minutos.

El gemido penoso le hizo detenerse un momento para mirarlo.

—Claro que lo recuerdas, amor mío...

Soltó su cuerpo, dejándolo descansar para sentarse sobre sus muslos traseros y para acariciar su enorme culo.

—Mira que rico, amor...

Deslizó su mano entre medio de sus glúteos, haciendo ver más grandes sus bellezas.

—Me dijiste que me dejarías usarte a mi favor... Te levantaste la puta falda y te agachaste, mostrándome todo, todo.— se acercó a susurrar a su oído.—Desde tu apretada entrada,— presionó su pulgar contra el esfínter y luego lo deslizó hacia su otra entrada—hasta tu rico coño húmedo.

—Jungkookie...— le miró con sus ojitos llorosos.

—¿Qué pasa, príncipe mío?— bajó el pantalón de pijama con fuerza, haciendo rebotar su culo.—A penas empezamos y ya estás mojado.— acarició la entrada a su vagina con su pulgar tomando los ricos fluidos de su amor.—¿Quieres hacerlo por atrás? ¿hmm?

—Ambos...— susurró a penas.

Jungkook abrió su boca fascinado para luego soltar un ruidoso suspiro.

—¿Estás seguro, príncipe? ¿quieres que te use hasta verte en la inconsciencia o hasta verte rebalsado por mi semen? respóndeme, zorra.

Taehyung hizo el esfuerzo para mirarle a los ojos, asintió, luego volvió a su lugar, sintiéndose humillado. Siempre adoptaba esa posición, sumisa, incapacitado para hablar y recibiendo todo como buen esposo.

—Que respondas, puta de mierda.— se acercó a hablarle al oído, tirando de los cabellos en su nuca y apoyando su polla sobre toda su zona expuesta.

—Sí...— susurró sin aire.

—¿Sí que, Taehyung?

—Sí, papi.

—Así me gusta.— se estiró para pillar el lubricante y un condón con extrema sensibilidad.—¿Te gustaría comenzar por atrás? ¿o quieres que ambos a la vez, hmm, mami?

—Ambos... por favor, papi.

—Mi polla destrozándote por atrás mientras abuso de tu coño, ¿sí? Oh, bebé, tan expuesto estás para mí.

Deslizó el condón por su polla dura, al finalizar, colocó algo de lubricante sobre la entrada del morenito. No quiso dilatarlo, le haría sufrir, quería verle gritar o simplemente quedar inconsciente por la follada que planeaba darle. Empujó su glande con dificultad puesto que no estaba dilatado, le costó trabajo ingresar así que abriendo su esfínter con los pulgares, se le hizo más fácil. Disfrutó la rica sensación de abrirlo por atrás, viendo como se amoldaba tan pero tan bien. Su labio ardió por la fuerte mordida que le dio al tenerle abierto, esa área rica oscurecida ligeramente por su propia naturaleza comiéndole rico.

Taehyung mordió la almohada y ahogó su grito, sus lágrimas se escaparon sin consuelo alguno. No solían hacerlo por atrás así que no tenía esa resistencia al dolor pero joder, disfrutaba tanto cuando Jungkook se lo follaba por el culo y le dejaba doliendo la espalda.

Un gemido agudo escapó de sus labios al estar por fin dentro. Lamió sus dedos y los dirigió a su vagina para meterlos de golpe haciéndole retorcerse sobre la cama.

—Estás apretándome mucho, cariño... Tan malditamente rico.

Movió sus caderas más decidido, Taehyung lloriqueaba sin remedio sobre la almohada, sintiendo después de mucho tiempo, la sensación de gorda polla abriéndole y calando sus paredes.

—Oh cariño, mírate como me tragas hasta la puta base... estabas hambriento de una buena polla, una gorda y jugosa.— azotó su vulva después de sacar sus dedos y tomó esa confianza para embestirle de lleno el culito rico que se cargaba el amor de su vida.—Solo para tragar vergas eres útil, zorra de mierda. Pareces una puta.— se acercó a sus oídos y río castamente antes de corregirse a sí mismo —: Eres una puta despreciable.

La sola sonrisa en el rostro de su ángel le dijo todo.

Pasado al menos tres minutos haciendo que se acostumbrase al grosor, tomó lentamente ese rico ritmo enloquecedor que ambos anhelaban en ese preciso momento. Taehyung se quejó de la falta de brusquedad sobre su anatomía así que tomó valentía para hablarle —: ¿Es todo lo que tienes? ni siquiera tu polla compensa lo aburrido que eres. No sabes cómo dominarme. Buscaré a alguien más...

La sola insinuación hizo reír amargamente a Jeon mayor.—Ni puta gracia, Taehyung.

—¿Me ves cara de payaso? solo dije que eres un aburrido, no sabes cómo tener sexo...

Apoyó sus manos a los costados de las costillas de su príncipe y comenzó a embestirle el culo, sin importarle que aún debía acostumbrarse. Taehyung dejó salir de sus labios un grito escandaloso que le dejó sin aire por varios segundos, dejó a su marido realmente molesto pero amaba convertirlo en esa bestia sexual insaciable, siempre duro y capaz de ejercer esa fuerza sobrenatural hechizante.

—Oh mierda, esto es tan rico. La tienes tan mojada, cariño...— el ruido chicloso acompañando sus palabras, su coño estaba tan jugoso.

Jungkook hizo una pequeña pausa para mirarle con todo el amor del mundo (en realidad era para tomar aire porque su Taehyungie estaba adelantando su orgasmo de forma inesperada). Amaba tanto a ese ser de su corazón. Nunca podría dejarlo ir. Toda su música, luego de conocerlo, se basó en la felicidad que halló en su vida después de haberse casado a escondidas, esa sensación de sentar cabeza y de lograr todo lo que alguna vez se propuso, le hizo sentirse en el mismo paraíso. Sus canciones, todas y cada una, lo demostraban.

¿Sospechas?

Ninguna. Rió.

Taehyung escondió su cara en la almohada, así que aprovechó para empujarlo contra la misma, ahogándolo por un periodo de tiempo corto. Sus caderas temblaron, no podía con tanto. Su culo enorme lleno de marcas naturales y estrías, se veía tan bien comiéndolo hasta la base, rebalsado con el lubricante puesto y por el condón, y por sus ricos jugos que desayunaba cada bendita mañana.

Jadeó como animal buscando desesperadamente agua, gimió como si estuviese en el primer segundo del orgasmo, cerró sus ojos como si la luz le cegase —en vez de guiarle—, sus manos se cerraron en puños como si quisiese aferrarse toda la vida al amor de la misma.

Tomó a su nene y lo dejó en cuatro para embestirle más rico y para dominarlo en esa posición. Taehyung se apoyó con un antebrazo mientras que su otro brazo, específicamente su mano, iba a los músculos del abdomen de Jeon mayor para arañarlo, puesto que estaba amando la manera en que abusaba de él.

Si era sincero, no le gustaba frecuentar mucho al sexo anal solo porque le daba flojera tener que asearse previamente, era algo agotador y vergonzoso pero habían veces en las que no hacía limpieza a profundo y aún así a Jeon mayor le daba lo mismo, seguía follándoselo rico. Se ponía el condón y se tiraba a lo que iba, después de todo, ¿qué esperaba que saliera si se lo estaba follando por el culo? ¿rosas?

Su respiración se descontroló al igual que su corazón. Toda su espalda dolía, incluso sus piernas ardieron por las intensas corrientes pero quería más, más, mucho más, que lo dejase afónico, que le dejase el culo abierto y que, incluso a las semanas, le doliesen las caderas. Quería despertarse en la mañana y no poder levantarse por el dolor provocado. Quería más, mucho más.

—¡Máa-as!

Jungkook mantuvo sus ojos cerrados, pero esta vez inclinó su cabeza hacia atrás, imaginando que estaba viendo el cielo. Las paredes anales comenzaron a presionarle de forma inusual, mas ese momento lo conocía a la perfección; Tae estaba teniendo un orgasmo.

—Oh, dulce ser mío, ¿te hice llegar a tu rico orgasmo? mírate, patético, no puedes ni aguantar a que te llene de mi leche. Estabas tan desesperado porque follara tu culo apretado, ¿no?

—Sí~...— el grito se le escapó a pesar de querer guardarlo.

Jungkook continuó abusándolo de esa manera. Su gruesa polla era aprisionada ricamente, tampoco aguantaría tanto su orgasmo. Sin tomar en consideración la sensibilidad actual de su esposo, se aferró a las caderas de su amor y las tiró con fuerza contra su pelvis, haciéndole llorar casi a gritos. Su culo exquisito rebotaba y se movía acorde a las estocadas, sus muslos también sonaban, el choque de sus testículos contra su vulva también generaba una melodía grotesca pero rica. Sus pechos también se movían bruscamente.

Se mordió el labio al continuar con ello, alargar el momento, aguantando su orgasmo era la sensación más rica y abrumante que pudiese existir y que quisiera sentirla por el resto de su miserable vida, o quizás, sólo estaba camuflada con la idea real de sus pensamientos; de que nunca podría dejar de hacerle el amor, sin importar la circunstancia en la que se encontrasen. Nunca. El deseo carnal se hallaba en igual medida que el deseo que sentía por el alma de su acompañante.

Sus ojos volvieron a ser blancos, su boca se abrió por milésima vez, y si sus comisuras pudiesen hablar, estaría pagando una enorme demanda por no poder mantener su boca cerrada un momento. Su entrada anal era bastante estrecha, aún después de tratarla, y eso su marido lo sabía, claro que sí, el placer para ambos era simplemente indescriptible.

Cada estocada le dejaba sin aire, así que hablar no era una opción, se hallaba tan en su lugar, que hacerle señas tampoco era una opción, él quería más, mucho más. Pero tampoco tenía derecho a hablar, solo era un objeto para su marido y eso en vez de molestarle o algo, le hacía mojarse y menear sus pechos.

Su orgasmo se extendió ligeramente cuando el mayor se retiró de su interior gimiendo su nombre varias veces. Retiró el plástico de su polla con rapidez. Las gotas comenzaron a salir así que metió únicamente la punta en el esfínter del menor. Taehyung cerró sus ojos, dejando que se llenasen de lágrimas inevitables. La sola complacencia de sus palabras le hacía sentirse tan amado, tan bien.

Depositó hasta la última gota en su ano, manteniendo su boca abierta, mirando el techo aún e imaginando que la galaxia misma se hallaba ahí mismo, y su niño le miraba y le decía una vez más que lo amaba.

Intentó que su respiración se calmase antes de seguir con su coño mojado, quería dejarlo usado, usado. Tomó el paquete de toallitas húmedas y limpió su glande, no quería darle ningún tipo de infección a su bebé, puesto que amaba follárselo sin condón por delante y ahora mismo tocó una zona que no debió, al menos sin condón.

Lo recostó suavemente sobre la cama, los ojitos de su amante seguían cerrados, pero en su rostro se encontró con una sonrisa que le hizo reír como estúpido enamorado. Se metió entre sus piernas acomodando su polla despacio, su chico se encontraba muy sensible, tampoco quería que pasase por un dolor que no frecuentase o no gustase de recibir. Apoyó sus antebrazos a los costados del simétrico rostro de su amor y besó despacio su sonrisa destruida.

—¿Amor?

—Shh.— el dedo en su boca le hizo callar pero rió de todas formas.

Desvió sus besitos al cuello moreno de su marido mientras comenzaba a introducirse en sus paredes vaginales.

—¿Te sientes bien?

—De maravilla, koorazoncito.

Su amor sonrió muy feliz.

Llevó sus manos a la nuca de su marido mientras la nueva ronda iniciaba. Todo era más intenso al tener el rostro de Jungkook enfrente suya, sus reacciones eran simplemente maravillosas.

—Eres tan putamente caliente, Jeon Jungkook.— la sonrisa ladina volvió a mojarle, como era usual si hablaba de su marido.

Más besos nacieron pero ambos sabían que solo era una excusa para evitar ese contacto tan fuerte para ambos, sabían que terminarían llorando o terminando la ronda de la manera más suave posible mientras recuerdan anécdotas tristes o sobre cómo fueron construyendo su relación, y no estaba tan seguro de querer llorar. Y quizás fue muy tarde.

Su sien y parte de su mandíbula superior se sintió húmeda por las lágrimas que le cayeron debido al momento. Jungkook las limpió despacio con sus pulgares, sin soltar su boca ni mucho menos frenando sus movimientos pélvicos. La experiencia le hizo aprender a estimularle el interior con su polla y con la pelvis la zona externa de su amor, específicamente su clítoris así que Taehyung no podría ni quejarse.

Se separó del beso solo cuando se vio dificultado para respirar y cuando comenzó a sentirse mareado, evitó mirarle a los ojos pero siguió limpiándole esas lágrimas que su príncipe no debía ni siquiera de pensar en derramar. Taehyung solo debía ser feliz.

Las manos de su amor se deslizaron desde su nuca hasta sus mejillas obligando a que le mirase a los ojos. Su mirada se iluminó de inmediato, sabía que se pondría a llorar y que terminaría frenando sus movimientos, pero fue todo lo contrario. Taehyung apresó sus caderas y enganchó sus pies en su espalda, pidiéndole que no parase por nada en el mundo.

—Si paras, pediré el divorcio.— le regaló una furiosa estocada haciendo gruñir como gatito a su niño. Sus ojos sonrieron primeramente, las comisuras de sus labios agradecieron la paz al verle sonreír.

Sus ojos no cortaron el contacto en ningún momento, aún queriendo hacer otras acciones que precisaban su atención visual. Sus hombros comenzaron a temblar por mantenerse en esa posición así que levantó uno para llevarlo a un seno de su príncipe, jugando con él de inmediato. La sonrisa de Tae pronto se vio interrumpida por morder sus labios lo que le hizo reír.

Tiró de su pezón con fuerza en lo que iniciaba ese ritmo que ambos buscaron desde el principio, duro. Ambas bellezas rebotaban acorde al momento, todo su cuerpo se movía rico. Ambos cuerpos sonaban rico al chocar grotescamente.

Sus ojos no dejaban de mirarle pero sabía que estaba desenfocando su vista y cruzando sus ojos por la rica estimulación de su interior. Dio tres estocadas secas, con toda la fuerza que su cuerpo podía ejecutar, dejándolo sin aire realmente. Tosió tres veces incomodo intentando sentir el aire en sus pulmones, su orgasmo volvió a acercarse así que sus pulmones eran los molestos ahora.

Miró a Jungkook a los ojos, esta vez más calmado. Sus ojitos estaban iluminados, como si tuviese una galaxia en él... No podía asegurarlo pero presentía que era la primera vida de su chiquitito, todo lo veía con emoción, parecía realmente curioso con las cosas más comunes y que cualquier pudiese tener acceso. Sus ojos brillaban en todo momento. Su alma era inocente, quizás estaba en su primera vida, puesto que hay tres.

Limpió la lágrima solitaria que de su ojo salió y le rogó a su alma que le acompañase en el resto de sus vidas. Taehyung estaba en su segunda vida, la que trababa sobre la pérdida de la ingenuidad, pero sabía que su vida pasada había muerto sin conocer a quien sería su real alma gemela. Murió sufriendo del miedo de todo ser humano, la soledad.

Sus labios buscaron los contrarios por inercia, como un imán, como un hijo buscando a su madre al momento de nacer, imprescindible.

Jungkook sintió el orgasmo de forma inmediata. Su alma gimió.

El toque electrificante le hizo correrse en abundancia dentro. Taehyung recibió todo el semen contra su vagina estrecha, incluso recibió los gemidos ricos de su marido contra su boca en un beso húmedo y sucio, se le escuchaba tan extasiado, los gruñidos le hacían sentir ricas corrientes ahí abajo.

Jungkook se separó abruptamente para ver cómo el semen se deslizaba hacia la entrada abusada hace un momento. Su polla parecía más feliz, porque incluso después de haberse corrido, seguía sintiéndose como tener una maldita erección. Jugó con los fluidos sacándolos y volviéndolos a meter a su vagina, incluso tomándolos desde su perineo para luego manchar sus labios. Toda su vulva estaba blanca y con algunos fluidos transparentes por la corrida de Tae.

El menor tomó la parte de sus rodillas traseras y las empujó a los costados, exponiéndose. Ambas entradas seguían abiertas botando semen, pero su vagina lo estaba aún más por haber recibido recientemente la jugosa y gorda polla del mayor.

No paró de apreciar esos ricos toques, otro orgasmo se le acercó así que se dejó ir, por última vez. Jungkook pudo apreciar en primera fila como la leche de su TaeTae caía al glande de su polla que yacía apoyado en el perineo. Un gemido penoso se le escapó y tomó esos fluidos que se mezclaron con los propios y los llevó a sus labios, manifestando el gusto por los jugos.

Taehyung le miró destrozado sobre la cama con sus piernas temblando débilmente. Sus brazos cayeron débiles a los costados, así que sus piernas permanecieron abiertas en esa posición, completamente abierto para su marido.

El mayor volvió a la posición anterior, dentro de él y entre sus piernas. Embistió suave, despacio, compensando el orgasmo hasta que finalmente se detuvo.

Llevó los dedos, que usualmente usaba para desearlo, a su boca y le pidió que los lamiese. Lo hizo, con la poca energía que le quedaba y al hacerlo terminó cruzando sus ojos luego, al ver a su marido lamer sus dedos previamente ensalivados. Arrastró sus dedos por la vulva manchada de su niño y llevó esos mismos dedos a un pezón erecto de su niño.

Le azotó la teta antes de aprisionarle con su boca hambrienta. Succionó el pezón, comiéndoselo y probando varios jugos sobre su boca, la combinación perfecta. Jugos para la vitalidad; semen, corrida femenina, sudor, lubricante natural y artificial. También parte de su desayuno o parte de las comidas del día, sin ello, nada tendría sentido.

Terminó de jugar con sus senos hasta que finalmente suspiró, relajándose.

—Amor.— llamó a Tae, no pudo contestar.—Amor~.

—¿Hmm?

—¿Te sientes bien?— le regaló una maravillosa y dulce estocada que le hizo cerrar sus ojos una vez más. Su boca se abrió pero no dejó salir ni un grito o gemido, su garganta ardía.

Jungkook se rió en su cara con evidente burla. Presionó su lengua contra su paladar forzándose a tener más saliva y cuando fue así, le escupió en la boca. Taehyung cerró su boca rápidamente para jugar con la saliva. La acción le hizo querer gemir como perra buscando polla, así que para evitarlo, le comió suavemente la boquita a su marido, ya parando con las intensas emociones que acaban de vivir.

—Tae.

—¿Amor?

—Te amo.

Su niño le miró con sus ojitos iluminados hasta que soltó un sollozo destruido y débil, terminó su rostro por la vergüenza de que le viese así.

—Mi cosita rica, no me llore que me hace daño.— tomó su rostro, todo su pecho dolía al verle así.

Se recostó despacio a su lado, teniendo cuidado con sacar su polla de su interior y con tocarle más de lo debido, teniendo cuidado, también, con la sobreestimulación dolorosa.

—Corazoncito mío, amor, príncipe, rollito rico de mi corazón, Taehyungie, Jeon. ¿Bebé? ¿mami?— con ninguno logró tomar su atención.—Mi niño.— le miró triste.—¿Qué pasó, mi vida?

—Tengo penita.— hizo un pucherito, aún llorando.

—¿Por qué, cosita mía?— retiró el cabello molesto de sus facciones y limpió con mucha suavidad sus lágrimas sagradas.

—Porque no te merezco.

—Oh, cielito... No digas eso.

—Pero es que...— sollozó.

—No pue bebé, no llore. Soy tuyo y tú eres mío. Mantenlo en tu cabecita, amore mío. Nos merecemos.

—No...— dijo penosamente mientras lloraba sobre su pecho.—No te merezco.

—Shh... no diga bobadas, amor. Si está aquí a mi lado es por algo, ¿no? Te amo, mi vida.

—¿De verdad?

—Sí, y lo demuestro haciéndote el amor, comprándote lo más costoso, comprándote estrellas y estrelllas a tu nombre. Siento que te amo al verte a mi lado cada mañana, al mencionar con orgullo frente a miles de fans que estás bien y que eres mi esposo. Mi marido.— dijo con gusto.—¿Tú me amas?

—Te amo, mucho muchito.

[...]

hard lovely sex: sexo duro encantador.

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-jkmgtai