El espacio Seguir história

En un día hay un sol bastante fresco y agradable como la brisa que lo acompaña, hace más agradable ese ambiente con aroma de playa, la sala con decorados de cristal, porcelana y mármol. Con música relajante, velas con olor a dulce de leche y vainilla, un ambiente bastante agradable con sofás suaves como las nubes, reconfortante, cálido y suave como el vientre materno.

—Dime ¿Te sientes cómoda?

—Así es, me siento muy a gusto aquí.

—Me alegra mucho oír eso.

—¿Tú estás cómoda?

—Por supuesto. Allí tienes té por si gustas—Le señala al lado suyo y se puede apreciar una bandeja de plata con tazas de té como sacadas de una película de la época victoriana.

—Por supuesto, no lo negaría —Ríe un poco y toma un sorbo.

—Me encanta hacer esto —Se le queda mirando con gusto.

—¿Hacer qué?

—Escuchar a las personas, me encanta hacerlo.Dime ¿Cuál es tu primer recuerdo?

—Mi primer recuerdo es de una visión más bien, no es que yo estaba en mi cuerpo y veía a mi alrededor, en su lugar, era como si yo fuese un fantasma y me estaba viendo, era una imagen mía estando en el sofá de la sala de la primera casa en la que viví,un sofá desgastado y yo estaba en el medio sentada con una mamadera en la mano tomando deella, y como ya dije, no era yo en mi cuerpo sino como si fuese un fantasma mirando desde afuera pero aún así podía sentirsensaciones de ese cuerpo en el que yo no estaba,sentía, sentía el sabor de la leche caliente y azucarada que bebía,sentía la textura del sofá y el brillo del televisor viejo en mis ojos.

—Interesante. ¿Sólo te sucedió eso una vez?

—Sí, ese es el primer recuerdo que tengo y el último que fue así.

—¿Extrañas algo de tuinfancia?

—Sí. —Exclama lagrimeando mirando a la nada mientras el ambiente se torna lóbrego y sombrío.

—¿Qué?

—Extraño quedarme dormida en ese sofá y despertar en mi cama ya arropada sin saber cómo llegue allí. Extraño mucho haber estado en la alberca todo el día y al salir que me envuelvan con una toalla y que me den un sándwich. Extraño levantarme a las seis de la mañana para ir a la escuela, desayunar viendo Looney Tones, Tom y Jerry o Coraje, el perro cobarde mientras me hacían la colita de caballo y me alistaban mis cosas. Extraño mucho no preocuparme por cómo me veo, extraño mucho no pensar demasiado las cosas, extraño no saber nada y sólo jugar, sólo existir siendo feliz sin saberlo.

—Ya veo. Aquí tienes un pañuelo —le pasa un pañuelo en la mano.

—Gracias —lo agarra y se limpia el rostro.

—De nada. ¿Cómo crees que llegaste a ser lo que eres hoy?

—¿Qué? ¿Cómo?

—Dije que ¿Cómo llegaste a ser lo que eres hoy?

—Realmente no soy nadie, yo sólo viví.

—¿Realmente crees que no eres nadie?

—No lo sé.

—Cuéntame mejor algo que te guste contar.

—Pues, no lo sé.

—Yo sé que en ese estado es difícil ver las cosas buenas pero debes intentarlo, para eso estamos aquí.

—Bueno está bien —se limpia por completo y luego toma un respiro—

—Eso es.

—Bueno sabes, creo que tengo buena imaginación.

—Y no crees mal porque sí que tienes buena imaginación.

—¿Cómo estás tan segura?

—En el final entenderás por qué te lo digo. Por cierto ¿Por qué no me hablas un poco de tu imaginación?

—¿Qué podría decirte a cerca de ella? —se ríe y juega con sus manos.

—No lo sé, tú dime, tú eres quien posee imaginación aquí. Dime por ejemplo que te hizo pensar por primera vez que tenías imaginación.

—Bueno yo, siempre he creado historias en mi mente, no sé si sean buenas o malas pero lo hacía mucho.

—Yo creo que son muy buenas.

—No las conoces ¿Por qué crees que sí son buenas?

—Eso quiero creer, me gusta también confiar en la gente o en sus historias. Pero ¿Por qué mejor no me hablas de esas historias?

—¿Qué te podría decir a cerca de ellas?

—Cuéntamelas.

—Mmm déjame pensar. ¿Podría contarte la primera historia que se me ocurrió?

—Sí, me gustaría oír eso.

—Bueno la historia trataba de un hombre que estuvo en la cárcel y alguien paga la fianza entonces ahora él pensando que es libre realmente es secuestrado y llevado a otro lugar completamente distinto, es como una mansión enorme con propiedades y tiene que trabajar ahí para una mujer, esa mujer era yo, y era una mujer mafiosa con mucho dinero y mucho poder y poco a poco hacia que se acerque a mí para que nos enamoramos y tuviéramos algo porque también era muy guapo.

—¿Es en serio? ¿Cuántos años tenías cuando la inventaste? —dice riendo de forma simpática.

—Oye no te rias ves por eso no te quería contar —rie también inevitablemente. —Bueno yo tenía como once.

—Ah, claro, tiene sentido. Pero déjame adivinar, ese hombre en tu historia que dices que era guapo, era interpretado por un actor que te gustaba ¿no?

—¿Qué? ¿Cómo lo sabes? —Ríe con vergüenza. —Bueno sí.

—Era algo muy obvio de todas formas. Pero eso sí, sí tienes una gran imaginación. Aunque ya no tienes once, entonces actualmente ¿Cuál es la historia que más ronda en tu mente?

—Muchas ¿Cuál quieres oír?

—La que más te guste.

—Bueno pues, me gusta mucho una que se trata de una chica que toda la vida ha sufrido de diferentes formas, por eso es que ella es maldad pura sin embargo para todos es una santa y nadie se imagina que detrás de tantos desastres y desgracias está ella. A quien le gusta matar, robar, mentir y adueñarse de todo sólo por diversión.

—Es una historia bastante diferente a la anterior. ¿Y cómo termina ésta historia?

—Ella logra adueñarse de todo.

—¿Y ese es un final feliz o final triste?

—Depende de las perspectivas, para la gente que fue víctima de ella pues final triste, pero para ella fue un final feliz. Pero tú, que haces tantas preguntas ¿No te has preguntado por qué está la gente obsesionada con lo de final feliz o triste? O aún más oscuro ¿Por qué la gente está obsesionada con un final?

—Esa es una buena pregunta. Intenta responderla tú.

—Sabes hay gente que lee las partes finales de los libros y dependiendo del final los leen o no.

—Lo sé ¿Qué opinas sobre eso?

—Que es bastante estúpido. Supongamos que en el final de la historia un hombre muere a causa de muchas puñaladas en la calle, sucedió de la nada, y es un final triste porque en el final sólo sale el diálogo de él hablando con su esposa y abrazando a su hijo pequeño antes de morir. Pero...

—¿Pero?

—Pero resulta ser que ese hombre fue muy malvado en el transcurso de toda la historia no leída, y el final sólo fue producto del desarrollo de las líneas y escenas que no se leyeron. Que alguien se vengó por algo malo que él hizo. ¿Ahora seguiría siendo un final triste?

—Bastante interesante. Por cierto, dijiste que, por qué la gente estaba tan obsesionada con un final ¿no?

—Así es. ¿Qué tiene?

—Pues podría ser porque algún día la historia debe acabar.

—Eso todo el mundo lo sabe, pero no es de cuando ni cómo acabe sino lo que página tras página te va contando, imagine toda la historia, sentir las emociones, llorar o reír, hacer caras mientras lees, imaginarte toda una dimensión nueva al leer. ¿Para qué compras un libro si no lo vas a disfrutar?

—A veces la ansiedad no te permite disfrutar, eso tú lo sabes mejor que nadie.

—Tienes razón, sabes me llaman, me tengo que ir. Adiós! Vendré mañana para tomar más té.

—Sabes que te estaré esperando...