En cierto fatídico día, la tierra tembló, el océano se agito y el cielo grito.
Los 6 continentes del mundo de Arbogat se sumieron en un completo caos.
La gente murmuraba que el Fin de los Tiempos estaba muy cerca.
Los sacerdotes de la Iglesia de Áruor lo llamaron la Cosecha Final.
Algunos creían que este fatídico día anunciaba el nacimiento de un nuevo Señor Demonio, otros afirmaban que era el resurgimiento de las Deidades Maléficas del Continente Oscuro.
Cada ser vivo en el planeta sentía una inquietud que helaba hasta los huesos.
Las bestias más feroces y los guerreros más valientes estaban temerosos.
E incluso el mismo Éter estaba intranquilo.
Nadie se imagino que aquel que sacudiría al mundo sería un simple hechicero.
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