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"Y si no eres mío, no puedes ser de nadie, porque eres demasiado lindo para ellos y simplemente no puedo dejarte en este sucio mundo."


Fanfiction Todo o público. © Todos los derechos están reservados para la autora. No se permite la copia o adaptación.

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Uno

"Y si no eres mío, no puedes ser de nadie, porque eres demasiado lindo para ellos y simplemente no puedo dejarte en este sucio mundo."

Kim Taehyung se encontraba perdida y tontamente enamorado.

Quizá muchos podrían decirle que era demasiado, que debería plantearse de nuevo lo que sentía hacia alguien a quien, la mayoría creería, jamás le prestaría ese tipo de atención.

Pero la verdad era que Taehyung no esperaba ser correspondido, de hecho jamás lo vio como una posibilidad cuando la persona que abarcaba cada rincón de sus pensamientos, a quien dedicaba cada uno de sus latidos, era Jeon Jungkook.

Nadie se merecía su mirada o su preciosa sonrisa, mucho menos el protagonismo de sus pensamientos.

En general, nadie merecía a Jeon Jungkook, y él mismo se incluía dentro de esa lista.

El omega era tan imposiblemente bonito como encantador, los ojos del alfa simplemente no podían evitar buscarlo apenas la oportunidad y la posibilidad de un encuentro se asomaran, por muy pequeñas y efímeras que fueran, siempre lo tenía presente.

Y es que su aroma era tan delicioso y adictivo que simplemente no podía ignorarlo, aunque quisiese. Sin la necesidad de buscarlo llegaba directo hasta sus fosas nasales a través de los pasillos, entre los casilleros y el diversificado cóctel de diferentes fragancias.

La más sencilla cercanía lo embriagaba de él, hacía a su lobo inquietarse y suplicar desvergonzadamente por el apetitoso origen del exquisito aroma que lo llamaba más allá de las palabras.

Era tan dulce como frescas cerezas, tan balsámico y empalagoso como la misma miel.

Él sabía muy bien que no tenía oportunidad alguna con alguien así, por lo que tampoco la buscaba. Pero eso no lo privaba de mirarlo cuando lo encontraba casualmente por la cafetería, en el estudio durante las prácticas o entre los pasillos al sacar los libros de su casilla.

No podía estar más agradecido de que la inicial de su apellido estuviera tan cerca de la hilera correspondiente a la letra "J", porque Jungkook podía saludarlo amablemente cada mañana, tal como su encantadora y amable personalidad se lo dictaba. Y... ah, Taehyung no tenía idea de qué era lo que le hacía tardar tanto ahí todos los días, pero su lobo se retorcía complacido al captar el aroma que danzaba por el aire solo al acomodar un poco su cabello.

Lo que daría por enterrar la nariz en su cuello, por beber directo de la fuente de su aroma hasta aturdirse en un éxtasis de dulzura. Aún si era por un momento, estaba seguro de que lo recordaría para toda la vida.

Y fue ese revoltijo de sentimientos desbordantes lo que le hicieron ceder a aquel encuentro de estudiantes. A sus veintitrés años Taehyung descubrió que su debilidad, aquello a lo que no podía oponerse, era un omega lleno de estrellas, uno que le regalaba constelaciones y miles de fuegos artificiales solo con el brillo de su mirada.

Aún cuando sabía que nada de eso le correspondía a él.

Haría lo que sea, daría lo fuera por solo...

—Taehyung —levantó la mirada de su bebida cuando escuchó la voz de Hoseok, hablando fuerte contra su oído en un intento por que sus palabras se colaran entre la estrepitosa música del lugar—. ¿Por qué no lo invitas a bailar de una vez?

—¿A quién? —sabía perfectamente a quién, pero intentarlo no era una opción para alguien como él.

—No te hagas el desentendido —le codeó con un poco de fuerza cuando vio que su amigo ni siquiera levantaba la mirada, pues Jeon Jungkook se encontraba sentado justo frente a él, solo que a una considerable distancia que le permitía acobardarse—. Nadie le ha sacado a bailar en toda la noche, ¿por qué no lo intentas?

—Estoy seguro que le han intentado sacar a bailar —levantó la mirada hacia el grupo de omegas y alfas que rodeaban al chico de sus ojos, tan distraído y bonito como siempre. Le parecía simplemente imposible que solo su mirada fuera la única puesta en él. De hecho, Taehyung sospechaba que cada persona que lo viera, fácilmente podría caer por sus encantos, por su atrayente y cautivadora aura—. Lo complicado de ello sería que él acepte. No parece interesado en estar con alguien de esa manera.

Y no sabía si eso debería hacerle sentir decepcionado o aliviado. Taehyung quería que el omega más bonito y gentil que había visto en su vida fuera feliz, aún si no era con él o alguno de los presentes.

Pero aún así, no negaría que soñaba con la lejana posibilidad de algún día ver su propio reflejo en los brillantes ojos del omega.

A él, solo a él.

—Tal vez acepte si se lo pides tú, ¿no lo crees? —murmuró Hoseok al ver por el rabillo del ojo a Jungkook, mirando distraídamente hacia su dirección, como si buscara algo. Y tal vez había sido solo cosa de su imaginación cuando su mirada se detuvo por un segundo en ellos, pero sea así o no, seguiría animando a su amigo aún con el presente riesgo del fracaso. Para él, eso era mil veces mejor que después verlo arrepentirse pensando en el qué hubiera pasado—. Jamás lo sabrás si no vas y lo intentas.

Hoseok solo se animó a sí mismo a seguir cuando Taehyung no contestó, probablemente pensando. Tal vez hasta planteándose por primera vez la idea de...

—Si no funciona, iré a sacarte de ahí antes de que algo incómodo pase. Te lo prometo —tiró levemente de su brazo y ante el insistente silencio lo zarandeó, en un pequeño berrinche que intentaba destensar sus dudas— ¡Vamos!

—Lo siento, hyung —murmuró cuando su vista se llenó del omega charlando con comodidad entre su grupo de amigos—. Quizá en otra ocasión.

—Estamos a nada de graduarnos. Quizá no haya otra ocasión, Taehyung —suspiró una vez le soltó el brazo—. No es como si nunca hubieran hablado antes, estoy muy seguro de que le agradas, solo...

Y tuvo que callarse cuando vio los grandes ojos de Taehyung mirarle fijamente. Y quizá... ¿Estaba ilusionándolo de más? Oh vaya, tal vez simplemente debería dejarle ir a su ritmo, aún si su amigo era lento para ese tipo de cosas, lo último que quería era incomodar o abrumarlo cuando se supone que debería estarse divirtiendo.

Sí, quizá en otra ocasión.

Tuvo que prácticamente tirar de él hasta la cocina del enorme salón familiar que uno de sus compañeros había propuesto para el evento, ahí en donde se encontraron con el resto de sus amigos mezclando coloridas bebidas en diferentes vasos de plástico.

Jimin sonrió amplio al verlos, extendiendo hacia Hoseok la bebida que descansaba en su mano, en una invitación para que tomara del revoltijo de alcohol que orgullosamente había creado.

Resulta que uno de los chicos de la carrera de arquitectura había cumplido años, y lo que al inicio iba a ser una fiesta pequeña, terminó por crecer exponencialmente al no restringir las invitaciones ni las entradas. Simplemente sus amigos invitaron a sus otros amigos, quienes se encargaron de divulgar la noticia hasta que la celebración creció y llegó a este punto.

Era moderadamente ambientada, la mayoría solo cantaba o bailaba con la fuerte música del salón. De hecho, el lugar estaba relativamente tranquilo, el único problema de toda la situación era la cantidad de personas.

Estaba repleto de gente.

Solo había un pequeño grupo de alcohólicos que se ponía de acuerdo para comprar unas cuantas bebidas, después solo las compartían y mezclaban entre ellos, mientras que el resto de los invitados tenía que pagar si querían un poco de ello.

Aunque debía admitir que le sorprendía, pues la mayoría de los estudiantes parecían cuerdos a esas altas horas, mientras que sus amigos ya se veían ligeramente embriagados.

Especialmente Jimin.

—¿Pudiste? —le preguntó bajito un muy feliz Jimin, quien inmediatamente hizo una pequeña mueca al ver la leve negativa que le dio Hoseok desde atrás. Intentó saber la razón al alzar su mentón en un cuestionamiento silencioso, mas solo bufó cuando recibió un encogimiento de hombros como respuesta. Con eso entendió que había pasado lo mismo de siempre, y no le sorprendía, pero tampoco iba a mentir diciendo que no le decepcionaba un poco. Pero Jimin no se lo diría, simplemente lo dejaría ser porque ya había intentado de todo hasta el cansancio y simplemente no podía forzarlo—. Oh, Taehyungie. Tú no te preocupes por eso, que tú y yo siempre podremos ir a bailar juntos.

Y eso fue suficiente para que Taehyung asintiera con una pequeña sonrisa. Él estaba bien con eso.

—Gracias, hyung.

Taehyung había cometido solo un error en toda la noche: aceptar la bebida rojiza que le ofreció Jimin.

Sentía la mente un tanto liviana, pero aún con la consciencia atenta a todo su alrededor. Solo que un tanto risueño y quizás hasta un poco atrevido.

Es por eso que no se negó cuando tres de sus amigos lo invitaron al centro del grupo de estudiantes, donde la mayoría parecía en el mismo estado que él.

Todos estaban un tanto más ambientados que hace un rato, probablemente gracias al animador que había llegado justo para que la mayoría de los invitados se pusiera de pie, incitándolos a bailar.

Se empujaban unos a otros, entre risas y desordenados pasos que acompañaban a los de la persona que habían contratado para guiar al grupo de personas.

Había una fuerte mezcla de olores que solo aumentó la adrenalina de los presentes, quienes entre canción y canción se soltaban cada vez más dentro de la improvisada pista, entre la escasa luz y unas cuantas bolas que iluminaban el lugar en diferente colores llamativos.

Taehyung no fue verdaderamente consciente de su alrededor cuando se distrajo con los graciosos pasos de uno de sus amigos, quien parecía el más ebrio entre su grupo de conocidos, tan risueño y distraído. El fuerte ruido de las bocinas y las estruendosas risas no le permitieron reconocer a las personas a su lado, mucho menos a las de atrás.

Al menos no hasta que su nariz comenzó a picar.

Había chocado con muchas personas a lo largo de la noche, tanto con alfas, como con betas y muchos omegas. Probablemente al llegar a casa tendría que tomar una larga ducha para deshacerse de aquellos aromas asquerosamente mezclados e impregnados en su piel, pero eso no pudo importarle menos cuando el atisbo de una conocida fragancia dulzona se le coló apenas al inhalar.

Solo tuvo que girarse en su lugar para atrapar por los hombros al omega que era toscamente empujado y zarandeado entre el grupo de alumnos. Casi pudo jurar que había recibido un par de pisotones en el movimiento, antes de apartarlo de ahí.

Pero no pudo prestarle mucha atención a eso cuando fue Jeon Jungkook quien giró un poco hacia su dirección, aún dándole parte de su espalda para evitar chocar con alguien más en la apretada aglomeración de personas.

Iba a decir algo, pero justo cuando el omega intentó girar para encararlo, alguien más chocó contra su espalda. El mismo Taehyung tuvo que empujarse ligeramente hacia atrás cuando recibió el mismo impacto por detrás, solo que se mantuvo firme en sus talones cuando vio que el único soporte que el omega tenía para no caer eran sus manos alzadas, las mismas que había extendido inconscientemente cuando lo creyó necesario.

Jungkook por otro lado, no dudó en sujetarse fuerte de su antebrazo cuando los movimientos no cesaron.

Parecía sorprendido, Taehyung tal vez estaría igual que él si no fuera por el alcohol que aligeraba sutilmente su mente, por lo que se tomó la libertad de sonreírle, un tanto risueño porque el omega seguía aferrado a su brazo aún cuando él ya lo había soltado y los empujones también habían disminuido.

Jungkook solo atinó a sonreír de vuelta, un tanto apenado.

—Hyung... —fue lo único que pudo decir y no necesitó más que ese murmullo rematado con sus grandes ojos fijos en él para hacer un revoltijo de emociones que le aceleró el pulso y le coloreó las mejillas. Aún si no podía apreciarse bien por la luz, podía sentir el calor naciente por su voz subirle tiernamente hasta el rostro.

Taehyung se perdió en el omega que parecía divertido con su expresión, el que no le soltaba el brazo y comenzaba a hacer un poquito de presión ahí. El mismo que no le apartó la mirada ni siquiera cuando otra omega llegó y tiró de él por el brazo.

Probablemente le dijo algo más, pero Taehyung de verdad esperaba que no fuera tan importante porque sus palabras se le habían perdido en el aire, pues no podía prestarle atención a nada más que no fuera la mirada brillante del bonito chico que parecía sonreír hacia él.

Le estaba sonriendo. Jungkook le estaba sonriendo a él.

Su atontada mente no pudo hacer más que asentir hacia el omega que no abandonó su mirada en todo el trayecto fuera de la pista, al menos no hasta que un grupo de gente se interpuso en ella y oh vaya... Taehyung suspiró encantado con el tacto que no había pedido pero que accidentalmente se presentó ante él. Su lobo estaba tan contento que de pronto el tiempo se le hizo extraño.

No supo cuánto tiempo más pasó perdido dentro del bullicio de gente y el sonido de la música, pero Taehyung simplemente se dejó hacer cuando fue arrastrado por Jimin hacia una de las mesas en la orilla del salón.

Después de aquello, lo que pasara le parecía irrelevante.

—Okay Taehyung, acabo de ver eso y realmente creo que esta es tu oportunidad de por fin sacar a Jungkook a bailar —Jimin comenzó a tironear de su brazo cuando Taehyung solo se reía de su insistencia y sus palabras arrastradas—. Es más, si no lo haces tú, te juro que yo mismo iré a su mesa y le diré que por favor venga hasta aquí a... —Jimin se giró dispuesto a apuntar hacia el largo sofá de la pequeña sala junto a la pista, donde Jungkook y sus amigos habían pasado toda la noche. Pero detuvo sus acciones cuando lo vio ahí, sentado casi sin compañía y con su mirada fija hacia su dirección. En cuanto Jimin lo descubrió, el omega se giró distraídamente hacia el celular en sus manos y es que... No podía ser más obvio. Los dos lo eran— a... Nada. No creo que sea necesario que haga nada —terminó de decir—. Es más, haz lo que quieras. Y ¿recuerdas que te dije que podría bailar contigo hoy? Pues ese tren ya partió, arréglatelas tú mismo. Suerte.

Y Taehyung se confundió cuando su amigo se fue de ahí con prisa. Solo lo vio alejarse con su celular en mano y en dirección hacia los sanitarios.

Se enfocó entonces en las personas que aún se mantenían en la pista. Pudo ver a un sonriente Hoseok bailando en el centro de un pequeño círculo improvisado y a Yoongi apoyándolo más que nada como espectador de la coreografía que se estaba montando.

Entonces se permitió mirar hacia Jungkook, quien también había vuelto a su lugar junto a la otra omega que se lo había llevado de la pista. Ella pareció decirle algo al oído, y él no quería darle mayor importancia a eso, pero entonces la curiosidad creció y creció cuando vio su rostro teñirse en un lindo tono rojizo, antes de girar hacia su dirección y ofrecerle una pequeña sonrisa.

Mierda.

Taehyung se sorprendió de sí mismo cuando la devolvió con naturalidad, derritiéndose sobre su asiento porque la del omega se amplió un poco más, al mismo tiempo que bajaba la cabeza para acomodarse un rebelde mechón de cabello tras su oreja con cierta timidez encantadora que al momento lo aturdió.

Oh, él era tan lindo.

Apartó la mirada cuando le vio decirle algo de vuelta a la omega antes de ponerse de pie. Y por un momento Taehyung creyó que caminaría hacia él, pues Jungkook cruzó por el contorno de la pista hasta colarse entre las mesas, pero terminó por descartarlo cuando el omega pasó caminando a su lado, no sin antes darle una corta mirada con una extraña sonrisita en el rostro y un gesto que quizá malinterpretó, porque justo después simplemente se perdió en el pasillo detrás suyo.

Aquello debería ser considerado una tortura, de verdad se lo planteó.

Taehyung no quería, pero no podía evitar esperar a que Jungkook saliera de nuevo, a que volviera a pasar a su lado para esta vez alcanzar el camino de olor que desprendía al pasar. Especialmente en esa noche, cuando su aroma se sentía un poco más denso de lo normal.

Bueno, al menos eso pudo deducir por lo poco que le permitía percibir la distancia.

Esperó, esperó y esperó pero... ¿por qué no salía? Algo en su pecho comenzaba a hacerle sentir ansioso, de pronto la sensación fue en aumento hasta germinar en una desesperación que se disipó de golpe. Y por un momento se preguntó la razón de aquel cambio abrupto, hasta que sintió la ligera presión de una mano sobre su hombro.

Taehyung miró con las cejas alzadas cómo es que Jungkook tomaba asiento a su lado, mirándole fijamente con esos grandes y redondos ojos que...

—Hola, hyung —el alfa enmudeció cuando escuchó su linda voz bastante baja por el sonido alto de la música, y tal vez Jungkook debió suponerlo, porque no demoró en arrastrar la silla un poco más cerca, incluso inclinándose levemente hacia su dirección en busca de que pudiera escucharle correctamente y ah, él olía tan bien—. Es extraño verlo en este tipo de fiestas, usualmente no suele acudir a ninguna ellas.

¿Hmm?

Taehyung se sorprendió, pero al parecer solo Jungkook fue completamente consciente del trasfondo que sus palabras podían y querían proyectar. Mas el omega no se retractó al insinuar que tal vez, o tal vez no, él lo había buscado en aquellas fiestas mencionadas, de hecho, le hubiera gustado dejarlo más claro.

Simplemente rió con algo de timidez y decidió que ya había esperado suficiente. Ellos ya habían esperado suficiente.

—Me alegra que haya decidido venir a esta —dijo al mirarle fijamente con una pequeña sonrisa, apoyándose en uno de sus brazos sobre la mesa para encararlo mejor, girando levemente en su lugar y...

Estaba tan cerca.

—Sí... Ahora me doy cuenta de que fue una buena decisión —murmuró Taehyung casi para sí mismo, mas fue lo suficientemente alto como para que el omega lo escuchara, siendo sus palabras el detonante para que sonriera amplio y con la vista un poco gacha, quizá tímida, mordiendo levemente su labio hasta que tomó el valor de volver a alzarla.

Taehyung podía sentir su corazón latiendo tan rápido, al ritmo de los fuertes bajos que retumbaban por todo el salón gracias al alto volumen de la música. Y si no fuera porque escuchaba el fuerte coro de una canción, podría apostar que las incesantes vibraciones provenían de sus alocados latidos.

Ay, Jeon Jungkook.

El mismo omega aspiró por la boca para decir algo más, pero pareció desistir de ello cuando algo lo calló.

Y tal vez si no fuera por la pobre iluminación del lugar, Taehyung habría notado que de hecho Jungkook se había distraído olfateando un poco de más, cuando se ahogó en esencia.

Creyó que había otra razón tras ello, quizá su mediocre capacidad para conversar, por lo que se apresuró a decir, casi inconscientemente.

—¿Te gustaría ir a bailar? —soltó para su sorpresa, sin realmente pensarlo mucho.

Su presencia no le permitía hacerlo correctamente.

Y Jungkook iba a negarse, no porque no quisiera, sino porque había recibido unos buenos tirones y pisadas hace un rato. Pero mentiría si dijera que no quería que le empujaran contra este alfa.

Incluso ese pensamiento llegó después de asentir apresuradamente, ante una mirada que denotaba la más pura de las sorpresas.

A él también le sorprendía su entusiasmo, a decir verdad.

Taehyung le extendió el brazo y Jungkook lo miró fijamente antes de tomarlo entre el suyo, pronto siendo guiado hacia el grupo de personas que ya no parecían tan alteradas, aunque sí muy juntas.

Y ninguno de los dos sabía donde poner las manos cuando llegaron hasta ahí. Ambos se miraron por un momento, hasta que Jungkook se atrevió a sostenerse ligeramente de sus hombros para iniciar un leve tambaleo acorde a la canción, permaneciendo un momento así, pero después acercándose hasta su oído con la excusa de decir algo entre el fuerte ruido.

—Estuve sentado toda la noche esperando a que me preguntaras por esto —murmuró risueño contra su oreja, el tibio aliento iniciando un fuerte escalofrío en el alfa que se extendió hasta erizar cada uno de los poros de su piel. Taehyung no pudo evitar entrecerrar los párpados cuando el olor a cerezas comenzaba a inundar su sistema, convirtiéndolo en un desastre de emociones que solo brotaron con más fuerza cuando Jungkook se acercó un poco más, cuando dijo aún más bajito—. Te estaba esperando. Fue mucho tiempo el que demoraste, ¿sabes?

Taehyung simplemente no supo cómo reaccionar, menos cuando dedujo una posible doble intención en sus palabras que no pudo interpretar del todo por el momento. Sus dedos que solo se mantenían rozando apenas sus costillas se afirmaron ahí, atrayéndolo un poco mientras seguían el ritmo de una canción un tanto más calmada en comparación a las de hace un rato.

La siguiente melodía no tardó en llegar, era un tanto más lenta que las anteriores aún cuando el volumen se mantenía alto. Y de pronto el calor compartido comenzó a bajar gracias a la ventilación, cuando algunas personas se fueron a sus asientos, al mismo tiempo que nuevas parejas se sumaban al lugar.

Jungkook no tuvo problema en imitar lo que veía en los demás, por lo que no se molestó en mostrarse un poco atrevido al apoyar mejor los brazos sobre los amplios hombros, contestando con una risita cuando sintió a Taehyung tensar las manos a sus costados. ¿Y qué se le podía hacer? Jungkook lo quería todo y no estaba dispuesto a esperar más de lo que ya había hecho, no después de todos estos años de mediocres coqueteos que solo pasaban desapercibidos por el distraído alfa.

No, esta vez tomaría la oportunidad.

Simplemente se separó apenas, hasta estar frente a frente con el alfa y la vista... le pareció sencillamente encantadora.

Se perdió un poco en sus facciones, en los peculiares lunares y en el aroma a leña con un ligero toque de vainilla que le llegó, tan cálido como embriagador. El omega sonrió enternecido cuando alcanzó a notar sus mejillas un tanto rojizas por una de las luces de colores que le golpeó momentáneamente.

En contra de sus deseos, se alejó un poco más, aún si su lobo se quejó por la repentina distancia.

Jungkook atrajo sus propios brazos bajo la atenta mirada del alfa que parecía tan perdido entre todas sus acciones, pero que tampoco se quejaba o siquiera intentaba cuestionarlo. No tuvo problema en tomar las grandes manos posadas en sí que se sentían tan bien al tacto, solo para bajarlas un poco por su propio torso, hasta posicionarlas sobre su cintura y simplemente... encajaban tan bien ahí.

Él mismo decidió no quedarse atrás, por lo que volvió a alzar sus brazos hasta enredarlos alrededor del cuello del alfa, para alcanzar otra vez su oído con sus labios, solo que esta vez rozando intencionalmente la punta de su nariz contra el cartílago teñido de un leve tono rojizo.

Esperaba no quedar como un tonto, porque entonces moriría gracias a toda la vergüenza que se estaba aguantando.

—¿Jungkook? —dijo Taehyung con duda tras un pequeño suspiro que no pudo retener, notando hasta entonces que había contenido el aliento desde hace quién sabe cuánto tiempo, como producto de su nerviosismo—. ¿Qué haces?

—¿Hmm? —sonrió abiertamente cuando alcanzó a ver a Jimin a la distancia, quien alzaba ambos pulgares en su dirección con una amplia sonrisa que le llegaba hasta los ojos—. Así lo está haciendo el resto —se excusó tontamente, encogiendo un poquito el hombro en un disimulado gesto coqueto que también pasó desapercibido—. Solo no quiero que nos veamos fuera de lugar, es todo.

—Esto es diferente —dijo en un murmullo, tan suave que por un momento se desconoció a sí mismo al escucharse. Taehyung comenzaba a temer por la transparencia que estaba mostrando frente a él, pero para este punto ya no le importaba tanto, y no podía decir con certeza si eso era bueno o malo—. Nadie más que yo tiene entre sus brazos al omega más lindo del lugar —murmuró hipnotizado por el cabello que le rozaba la nariz, llenándose del aroma hasta que le inundó todo el pecho en una calidez desbordante—. El más bonito.

—¿Insinúas que ese omega soy yo?—preguntó encantado cuando sintió el suave movimiento de la punta de su nariz contra la parte superior de su cabeza, su pecho llenándosele de orgullo solo con imaginar las acciones del alfa ante las leves señales que delataban la presencia empalagosa y necesitada de atención de su omega—. ¿Consideras que me tienes, hyung? —se atrevió a cuestionar y vaya… Su lobo chillaba desesperado por mostrarle el cuello para que pudiera olerlo mejor y a su antojo, solo que su parte racional aún le dictaba abstenerse de ello cuando habían tantas personas a su alrededor que podían mirarlos.

Todavía le quedaba algo de decencia.

—Mhmh —contestó atontado, ahogándose lenta y tortuosamente entre un lago de dulces cerezas cubiertas en la espesa miel de su aroma.

A Taehyung no le importaría morir asfixiado de este omega.

—Qué afortunado eres entonces —Jungkook se rió cuando abrió los ojos y notó que lo que comenzó como un baile, terminó siendo un descoordinado tambaleo que podía pasar desapercibido por el resto de las parejas que alcanzaban a cubrirlos de las mesas—. Me da curiosidad saber a qué se debe el honor.

—Lo mismo me pregunto —suspiró cuando la cabeza de Jungkook, que debía ser un par de centímetros más bajo que él, se apoyó tímidamente contra la suya. Casi fue de forma desapercibida, pero él definitivamente no pudo pasarlo por alto—. Espero que dicho omega pueda sacarme de la duda.

—Bueno... —Jungkook realmente no tenía entre sus planes sincerarse, pero le fue imposible cuando sus pensamientos se desordenaron y su mente se distrajo con las largas manos que le atrajeron un poquito más por la cintura, estremeciéndose entero por la nariz que apenas le rozó el inicio de la mandíbula con efímera cercanía, tanteando el tacto, solo un poco para saber si su cercanía era bienvenida.

Estaba de más decir que sí lo era.

—No parecías prestarme atención en la universidad y tampoco funcionó pedirle ayuda a tus amigos antes. Comencé a creer que te negabas acercarte más a mí porque yo no te agradaba lo suficiente —hizo una pausa cuando el aliento se le atascó, cuando la intensidad del rico aroma aumentó y de pronto tuvo que respirar también por la boca. El olor denso estaba brotando descaradamente a tan solo unos centímetros de su nariz, de sus labios y él solo... Ugh—. No ibas al resto de fiestas o salidas y yo... —tuvo que animarse a sí mismo a continuar a pesar de la vergüenza que le daba confesarlo. Terminó por convencerse de ello gracias a las molestas cosquillas que nacieron de su vientre, cuando el tibio aliento del alfa chocó indirectamente en aquella parte tan sensible de su cuello que le hicieron tragar y presionar los párpados— y... H-hace un rato... no me seguiste al baño. Creí que tal vez me seguirías si yo intentaba... —tuvo que sostenerse de su camisa cuando labios suaves apenas rozaron su piel, quizás accidentalmente, al subir por su mejilla, aún sin atreverse a tocar directamente—. Tuve que improvisar un poco.

—¿Funcionó? —tuvo el descaro de preguntar aún cuando el olor a omega lo mareó en dulzura. Taehyung estaba terriblemente encantado con las reacciones que estaba recibiendo ante el mínimo acercamiento o roce, y mentiría si dijera que eso no complicaba las cosas, pues su raciocinio estaba colgando solo de un hilo. Uno del que Jungkook se estaba encargando de tirar a su antojo.

—Eso te pregunto yo a ti —el omega levantó apenas los párpados cuando se vio en la obligación de alejarse, solo lo necesario para mirarlo de frente—. ¿Funcionó...?

—Créeme, no tenías que hacer nada de eso —dijo con una bonita sonrisa que instantáneamente encandiló al omega. Él jamás lo había visto así, menos tan de cerca—. Desde hace tanto que funcionó. No tienes la menor idea.

A Jungkook le brillaron los ojos.

—¿De verdad? —preguntó con genuina sorpresa cuando vio una pequeña posibilidad entre las palabras del alfa. ¿Quizás él...?

—Claro que sí —sonrió al ver un leve sonrojo en sus mejillas, expandiéndose hasta el punto de alcanzar la punta de sus orejas de una forma tan linda que le fue imposible apartar la mirada—. Eres tan precioso, Jungkook. Que no dudo que la mayoría de las personas aquí, en este momento, tienen sus ojos puestos en ti —sonrió poquito cuando el otro ni siquiera se permitía parpadear, mirándole fijo—. Tal como yo lo hago.

Taehyung tuvo que obligarse a mantener la mirada en sus ojos cuando el omega se mordió el labio inferior contento, intentando contener la sonrisa que se le quería escapar en ilusión.

—Y me alegra saber que al menos por hoy, tus ojos están puestos en mí, aún si es solo por lo que dura esta canción —no se abstuvo más de sincerarse, porque vio la oportunidad de soltar las palabras que permanecían dentro de su pecho, siempre presionando por querer salir pero siendo detenidas por la duda.

No importaba si lo rechazaba, tampoco si lo ignoraba, él al menos ahora lo sabía y se sentía mejor de al fin haber reunido el valor de decírselo.

Pero Jungkook sonrió amplio, rozando sus manos a lo largo de los brazos ajenos en una inintencionada caricia que le obsequió al alejarse un poco. Miró hacia sus costados en la búsqueda de algo que Taehyung no pudo identificar, mas pareció encontrarlo cuando le sostuvo una de sus muñecas y tiró levemente de él, aún con esa linda sonrisa en su rostro.

—Ven conmigo —dijo el omega al caminar lentamente de espaldas, girándose al frente solo tras recibir un leve asentimiento por parte del alfa.

Taehyung simplemente no podía negarse a cualquier petición que él le hiciera, ni siquiera tenía que preguntárselo, él lo seguiría a donde sea.

¿Quería algo de él? Sin dudarlo se lo daría, cueste lo que le cueste.

Simplemente se dejó hacer cuando el omega tiró de él hasta sacarlo de la pista que ya tenía menos personas en ella. La mayoría de los invitados parecían muy entretenidos en lo suyo, por lo que no les costó pasar de forma desapercibida por entre las mesas.

Al menos hasta que pasaron cerca de la barra, donde Hoseok y Jimin charlaban animadamente hasta que vieron al alfa pasar a una corta distancia de ellos, junto al omega del que tanto hablaba siempre y...

Taehyung sintió la cara arderle cuando ambos le miraron con las cejas alzadas y una tonta sonrisa que le hizo mirar hacia otra dirección.

Y Jungkook debió percibir algo de eso, porque le miró brevemente de reojo antes de encaminarlos al pasillo principal, donde empujó de la puerta para sacarles rápidamente de ahí. El alfa se sorprendió de ello, especialmente por el hecho de que más personas estaban fuera. Algunos charlando, otros fumando o tomando tranquilamente.

Pero el omega continuó su recorrido hasta llegar al costado del pequeño salón, entre el cuidado de unos altos árboles que permitían el leve paso de la luz de la luna, alejados completamente del resto.

Taehyung iba a preguntarle la razón por la que le había llevado hasta ahí cuando el omega se giró aún si soltarle la muñeca, recargándose frente a él en la pared, con luna y estrellas reflejándose en sus ojos al acercarse poquito, solo un paso, con la vista en alto para alcanzarlo.

Él solo pudo mirarle con el corazón queriendo salírsele del pecho, esperando, queriendo decir algo hasta que el omega apretó casi nada en el lugar donde sus manos se sujetaban.

—Lo que dijiste allá... ¿era cierto? —preguntó bajito, casi con miedo de saber la respuesta que en otras circunstancias habría evitado. Pero es que su corazón no podía calmarse solo con saber que tal vez, solo tal vez...—. ¿En qué momento tú...?

—¿Desde cuándo...? —no terminó la frase cuando dudó un poquito. Se acobardó solo por el segundo que le tomó a Jungkook alzar las cejas con sus ojos fijos en él, preocupado de lo que fuera a decir o hacer después. Entonces supo que ya no había marcha atrás y terminó la oración—. ¿Quieres saber desde cuándo me gustas?

Y Jungkook exhaló una risita, incrédulo, bajando un poquito la mirada cuando no pudo mantenerla más ahí y su sonrisa solo se amplió hasta que tuvo que morderse el labio para retenerla, pues Taehyung retomó la palabra al instante.

—Desde que te ofreciste a llevarme hasta la parada del bus con tu sombrilla —recordó aquel día, después de la práctica de baile que ambos compartían al ser miembros de uno de los grupos estudiantiles de la universidad—. Sé que eso pasó hace bastante tiempo, pero en mi defensa, es tu culpa por comportarte así de lindo conmigo.

¿Cómo olvidarlo?

Ese día Taehyung esperó que la lluvia bajara, aunque sea un poco, después del ensayo. Pero los alumnos seguían saliendo y saliendo hasta que creyó quedarse solo en la leve protección que le brindaba la entrada vacía de la universidad.

Grata fue su sorpresa cuando un bonito omega con el que compartía coreografía en ese entonces se paró a su lado a conversar.

En un inicio creyó que esperaba a que alguien pasara por él y por eso se mantenía ahí, pero después de un rato se había ofrecido a acompañarlo hasta donde Taehyung le comentó que debía tomar el bus.

El trayecto era corto, pero por la lluvia torrencial, llegaría perfectamente empapado, así que el omega le propuso compartirle su sombrilla.

Y cuando Taehyung creyó que volvería a la escuela a seguir esperando tras ello, él simplemente tomó otra dirección y desapareció entre una de las solitarias calles.

Entonces entendió que había esperado ahí para no dejarle solo, o para asegurarse de que la lluvia le permitiera salir antes de irse él también.

Pero oh, eso solo fue el inicio, el primer momento en que Taehyung sintió un mayor interés en Jeon Jungkook, porque aquello solo fue en aumento hasta que inevitablemente cayó poco a poco por él. Todo en el omega era tan atrapante y cautivador.

Había caído por su amable trato con el resto y por su radiante personalidad que le encandilaba. Se perdió completamente en su hipnotizante carisma, en su exquisito aroma dulce, en la suave voz que siempre le tranquilizaba y en su tan bonita sonrisa capaz de mejorarlo todo.

Su atracción por él creció tanto como la consciencia misma de lo inalcanzable que le era.

—Tienes que estar bromeando —volvió en sí gracias a la bajita voz del omega, un tanto risueña e incrédula.

—¿De qué te ríes? —preguntó contagiado por la bonita vista frente a él—. ¿Qué es tan gracioso?

El omega ladeó su cabeza y encogió su hombro en repentina timidez.

—Es que me parece que de entre los dos, yo gané, hyung. ¿Por qué crees que me ofrecí a llevarte ese día? —Jungkook separó sus manos y las colocó unidas tras su espalda con nerviosismo, entre él y la pared tras él, retrocediendo unos pasos porque de pronto se sentía caer y sus dedos definitivamente le estaban temblando, inquietos por estar ahí con el alfa que le atraía—. Esperé por ti porque desde ese entonces tú ya me gustabas —terminó la oración cada vez más bajito porque de pronto fue consciente de lo que estaba diciendo.

—Yo creí que era simple cortesía —dijo Taehyung al avanzar un paso más cerca, su lobo retorciéndose en alegría ante el omega que permaneció en su lugar, dispuesto y aceptando su cercanía.

—La cortesía cambió de rumbo desde que nos tocó nuestra primera coreografía en parejas. Eres muy bueno en ello, hyung —apartó la mirada al suelo cuando decidió no callarse más ante el alfa que le miraba fijo, meneándose un poco sobre sus talones cuando otro paso lo acercó a él, porque el nerviosismo era imposible de ignorar, la emoción abrumadora—. Siempre me trataste muy bien y siempre lo has hecho. A mí me sorprende que a ti te sorprenda —comenzó a apartar algunas piedritas del suelo con el pie cuando Taehyung se mantuvo callado ante sus palabras—. Incluso te escribí una carta de cumpleaños y la dejé en tu taquilla cuando yo estaba en segundo año. ¿No la viste?

—No sabía que habías sido tú —extendió el dedo índice con cautela hasta alcanzar su mentón, alzando con delicadeza su rostro para que volviera mirarle a los ojos y, sin siquiera intentarlo, provocando en el omega un leve cosquilleo que le hizo encogerse en el tacto, sus ojos volviendo a clavarse sobre los suyos—. Pregunté pero todos me dijeron que no habían visto a nadie.

—Jimin me prometió guardar el secreto —rió poquito ante la expresión confundida de Taehyung—. Podría decirse que ha sido mi aliado en todo esto desde que me descubrió... en algo.

—¿En algo? —alzó una ceja cuando su curiosidad le dictó preguntar ante el nerviosismo del omega que cambió ligeramente su olor, apenas perceptible.

—No es nada importante —negó sutilmente hasta que la expresión del alfa se relajó—. El punto es que ya lo sabes, todo el tiempo fui yo.

—Me parece tan extraño que te hayas fijado en mí —dijo bajito al avanzar otro paso, sintiendo que el corazón se le iba a salir del pecho en cualquier momento porque Jungkook volvía a colar sus manos sobre sus brazos cuando la cercanía fue inevitable, tirando distraídamente de sus muñecas hacia él, invitándolo.

—Lo mismo podría decir yo, pero no somos nadie para cuestionar esa casualidad —sonrió cuando sintió los pies de Taehyung casi tropezarse con los suyos al avanzar solo un poco más, cada vez más cerca—. Solo nos queda aprovecharnos de ella, convertirla en algo bonito.

Taehyung se vio atrapado en esos ojos que lo incitaban a acercarse aún más, en las manos que se sujetaron de la tela de sus mangas cuando el omega se recargó por sí mismo en la pared, esta vez no tirando de él pero sí invitándolo a avanzar. Y Taehyung ni siquiera sabía dónde poner las manos cuando Jungkook arrastró las suyas hasta sujetarse de más arriba, su única reacción fue apoyar los puños cerrados contra la pared, a los costados de sus costillas, no atreviéndose a tocarlo porque no sabía si lo tenía permitido, si él lo aceptaría.

Jungkook lo notó y rió al ver al alfa mirarle así, sin saber qué hacer y sin entender lo que el omega quería pero no se atrevía a decir.

—Llevo esperándote más de lo que crees —murmuró cuando tiró poquito del agarre sobre los brazos flexionados del alfa, sonriendo satisfecho porque el otro no se negó cuando prácticamente lo empujó hacia él. En cambio, rozó su nariz contra la suya cuando estuvo lo suficientemente cerca, punta contra punta, en una caricia que le dio cosquillas y sacudió su corazón emocionado—. Mis ojos han estado sobre ti, solo sobre ti desde hace tanto, tanto y... —el omega se encogió y bajó un poquito el rostro cuando sintió al alfa girar para olfatear la superficie su mejilla que de pronto se sentía caliente—. Solo quiero que me dejes conocerte —terminó en un susurro.

Se miraron a los ojos, ambos intentando descifrar al otro, preguntándose si debían atreverse, si hacer algo más incomodaría al otro, si las confesiones que habían oído eran ciertas o simplemente todo era demasiado bueno para ser verdad.

Bueno... alguno debía arriesgarse.

Y definitivamente fue Jungkook quien tomó la iniciativa, quien se aferró a donde se sujetaba aún con las mejillas ardiendo, aspirando poquito por sus labios cuando sus latidos aumentaron y su adrenalina le agitó la respiración junto al funcionamiento de todo su sistema, solo ante sus pensamientos.

¿Debería hacerlo él?

Casi temblando deslizó sus manos hasta los hombros del alfa, comprobando de reojo que sus acciones eran bienvenidas, que no iba a alejarse.

De hecho no pasó.

El omega dejó de respirar cuando las manos que estaban a la altura de su cintura se deslizaron por la pared hasta un poco más arriba de sus costillas, permitiendo la flexión en los brazos que le facilitó por fin tirar del cuello de él hasta que sus labios colisionaron con cuidado, en una leve presión que le quitó la capacidad de funcionar correctamente, de mantenerse firme en sus acciones.

Se encontraron solo para conocerse, para tantear un poco en el otro y saber si en verdad se sentía tan bien como creían.

Pero no, había sido mucho mejor.

El omega sentía cómo todo le cosquilleaba, cómo la respiración de repente se le paraba porque no quería que ni siquiera esa acción interfiriera entre él y el alfa que olía delicioso, al que había querido tener de esta forma desde quién sabe cuánto tiempo.

El que sentía que en cualquier momento se derretiría porque el omega que quería le estaba besando. No le había bastado con embriagarlo en la dulzura de su aroma y sus palabras bonitas, también se había mostrado atrevido ante él y para el colmo, ahora le estaba besando.

Y tan rápido como empezó, terminó.

Fue Jungkook quien se separó para comprobar la reacción ante su atrevimiento, mirando con ojos grandes, brillantes y un tanto temerosos al alfa que los mantenía cerrados, el que suavemente recargó su frente contra la suya al relamer un poco sus labios que de pronto sentía pegajosos, cuando el brillo labial que hasta entonces notó en el omega le supo dulce y...

¿Se lo había colocado... con esto en mente?

Quizás no, pero el simple pensamiento...

Oh, vaya.

—Taehyung... —dijo en un murmullo cuando el otro no le dio una expresión que pudiera interpretar. Iba a preguntar, mas no alcanzó a decir algo más cuando finalmente sintió unas manos colándose por su espalda hasta apoyarse en sus costillas, con tanta delicadeza que el contacto le generó un escalofrío que nació ahí y se extendió por todo su cuerpo, justo a tiempo para cuando el alfa le atrajo de nuevo hacia otro beso que no se esperaba.

Pero que no estaba dispuesto a rechazar, en absoluto.

Jungkook suspiró satisfecho cuando los labios del alfa comenzaron a moverse sobre los suyos, con tanta devoción y suavidad que su corazón simplemente se agitaba emocionado, tan rápido que casi podía sentirlo palpitando en cada parte de su cuerpo, bombeando agitado la sangre caliente que de pronto sentía llamarle en el rostro.

Jamás le habían besado así, como si el alfa tuviese miedo o estuviese asustado de hacerle algo incorrecto, que pudiera incomodarlo o hacerle el más mínimo daño. No pudo evitar sonreír un poco porque probablemente Taehyung dudaba de esto, de que Jungkook quisiera este tipo de tacto, cuando si por él fuera, desde hace tiempo estarían de esta forma.

Y no pudo resistirse ante los brazos que bajaron lentamente hasta abrazar su cintura, de hecho aprovechó el atrevimiento para deslizar y enredar los brazos alrededor del cuello de Taehyung, atrayéndolo más hacia él cuando inclinó un poco la cabeza, para recibir mejor sus besos, que sin quererlo, comenzaban a impacientarlo.

Pero casi se disuelve sobre la pared cuando el alfa los apoyó a ambos un poco más sobre ella, presionándolo al momento en que el omega decidió abrir la boca apenas, en una invitación silenciosa que Taehyung no desaprovechó para adentrarse un poco, suspirando satisfecho al ser correspondido y seguido por un ansioso omega que le apretujaba con los brazos.

Estaba seguro que sus dedos estarían temblando si no estuvieran presionados en la cintura de Jungkook, pues sintió todo en él estremecerse al percibir la textura húmeda y suave de su lengua rozar con la suya, aprovechando la acción para barrer todo el gloss que el omega se había encargado de esparcir al besarle desordenadamente, con cierta desesperación.

Jungkook le atraía hacia su cuerpo como la misma gravedad lo haría, haciéndole caer cada vez más, más y más. Taehyung se embriagó de su aroma hasta que su poca cordura le hizo descender sus besos desde sus comisuras hasta su barbilla, casi con desesperación, sintiéndose totalmente encantado cuando el omega levantó un poco la cabeza, dándole acceso a su cuello que no se atrevió a besar, pero si a olfatear un poquito, solo por sobre la superficie.

Y no necesitó más que el suave y accidental roce de su nariz contra la piel sensible para que sintiera ansiosos dedos enterrándose en su cabello, junto a un pequeño y tembloroso suspiro que deseó haber escuchado más de cerca.

La simple idea hizo a su lobo retorcerse de la emoción, alentándolo a más de la única forma que podía, sacando a flote sus más primitivos instintos que se proyectaron con un leve morado que se mezcló con la miel de su iris. Y tan solo por un momento en que se cubrió de esa adrenalina, se le nubló la mente.

Solo por una fracción de tiempo, pero eso fue más que suficiente.

Taehyung no estaba pensando del todo bien cuando sus impulsos incontrolables le dictaron dejar un pequeño beso ahí, solo uno.

Uno que se permitió degustar a su antojo, pues apenas apoyó los labios sintió como las manos en su cabello lo empujaban un poco contra él, haciéndole ceder ante sus deseos de alargar ahí un beso, uno un tanto más lento de lo que planteó en un principio, pero que no se negó en disfrutar.

La sensación de humedad y la leve succión que percibió en aquella zona sensible fue tan insoportablemente agradable que Jungkook no pudo retener un casi silencioso gemido. De hecho, estaba seguro que se habría escurrido inevitablemente por la pared si no estuviera sujetándose y siendo sostenido por los brazos del alfa, porque de pronto se sentía temblar, por todas partes.

Jungkook sintió un millón de fuegos artificiales explotando en su interior, convirtiéndolo en un desastre que se encargó de incinerar cada parte de él, destruyendo todo a su paso para después volver a reconstruirlo de la mejor forma, con otro beso que le robaba el aliento.

Simplemente se deshizo en suspiros y entre los brazos del alfa que le besaba bonito, que le hacía sentir bonito entre murmullos que se encargaban de halagar su persona, su olor, sus besos y sus bonitos ojos, los mismos que al separarse por un poco de aire le miraron emocionados y con tanta ilusión que terminaba siendo abrumador, batiendo suavemente sus pestañas porque su omega no podía estar más orgulloso de sí mismo.

Y entonces, Jungkook sintió que la espera había valido la pena si es que iba a ser recompensado así.

Algo había hecho bien para poder estar de esta forma, para poder sentir de esa manera.

—Por favor —murmuró contra sus labios, un tanto agitado pero consciente de sus palabras y de lo que escondía detrás de ellas—, no me olvides.

—Créeme cuando te digo que no podría hacerlo —dijo con una pequeña sonrisa en su rostro, intentando acercarse de nuevo pero siendo levemente apartado por las manos del omega que le retuvieron por las mejillas.

Alfa —dijo con la voz sonándole extraña al mirarle fijo, su semblante cambiando eventualmente a uno consternado y casi se mostró alerta cuando se giró brevemente hacia sus costados, asegurándose que nadie estuviera cerca de ellos. Entonces, por última vez le miró, pero sus ojos se veían notoriamente diferentes a tan solo unos segundos atrás. Ahora lucían oscuros, un tanto vacíos. Jungkook se acercó a él para poder susurrar, para poder suplicar en un ruego que debía pasar desapercibido—. Encuéntrame.

Entonces Taehyung despertó.

Y fue fuera del mundo de los sueños que la pesadilla comenzó.

27 de Julho de 2023 às 22:40 3 Denunciar Insira Seguir história
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:0
February 05, 2023, 16:11
KS Katia Sánchez
QUEEE AYUDAAAAA COMO QUE PESADILLA
November 08, 2022, 22:31
~

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