El tiempo contiene a las épocas distantes en el la memoria para volver a comenzar. Allí hay esperanzas para vivir el fututo con alegría verdadera y eterna.
Robert abrió el baúl de los recuerdos, cubiertos por el polvo del tiempo del olvido a la luz de la ventana de otoño. Lo contempló con detalle una vez que sacudió los residuos. Los tomó con ambas manos, escritos en un papel frágil mordido por el borde desgastado.
"Antes fui quien soy ahora... y nada cambiará en mí... siempre seré yo quien pronuncie esta palabras... mi mente, corazón y recuerdos prevalecerán en mí..."
Él rio.
— ¿Cómo pude decir eso! — dijo para sí mismo.
Repentinamente, escuchó un ruido que provenía de un lugar cálido entre montones de cajas y objetos en desuso.
— ¿Quién anda ahí? — repitió varias veces después de escuchar pasos entre los altos cajones de los estantes traseros. No consiguió una respuesta e intentó mirar. Quizás era un animal o roedor.. Sin embargo, había algo diferente en los sonidos que percibía aquel joven de 24 años dedicado a la astronomía.
Caminó para buscar respuestas entre las dudas. Avanzó sigilosamente esperando algo cotidiano entre los radiantes rayos del atardecer sobre la madera de un atardecer dorado. En su tercer paso, crujió el suelo de madera. Se asomó entre los montones. Allí, justo en cuclillas, un rostro pálido le pidió silencio.
— Shhh — dijo; Robert la miró a los ojos azules de un color intenso que jamás contempló en alguien — , abajo — y él la obedeció — . ¿Qué no te das cuenta? Me pueden encontrar lo cazadores — dijo con preocupación la joven quien pronto descubrió que era un hada. Aquel vestido no era de utilería, ni sus alas translúcidas, ni el detallado color de su cabello rubio ondulado. Ella era real. Podría saberlo como en la distancia, en los recuerdos, en algún lugar remoto de la memoria.
Él no pronunció ninguna palabra. El hada seguía asustada y sumergida en la preocupación. Él estaba impactado de verla, y pudo contemplar cada detalle de ella quien no se percataba que Robert la miraba fijamente para constatar que realmente no estaba soñando. No era un sueño, ni la aflicción de ella por que sabía que la podrían encontrar. Robert seguía pensando en cómo era el lugar donde habitaba, sus tradiciones, sus hábitos y sobre todo, su origen...
Fue en ese instante cuando una fuerte explosión derrumbó parte de la antigua casa y el polvo se esparció en todo el lugar. El techo estuvo a punto de aplastarlos pero el hada logró hacer que se suspendiera. Robert no podía creerlo.
—"Son ellos" — le habló el hada, sin abrir los labios; Robert entendió que podía hablarle a través de la mente—, "ven, yo te ayudaré a estar a salvo"... "toma mi mano" — Él la miró buscando más respuestas pero no dudó más y tomó su mano sin ni siquiera estar consciente— . "Es necesario".
En ese instante, el universo observable se tornó blanco y luminoso donde flotaban puntos luminosos de brillo celestial que robaron el corazón del astrónomo, estaban dentro de una realidad teñida de bruma y magia que desfilaba ante ellos y a su alrededor, y pronto se revelaba para él un color que disuadía sus ojos, aunque para el hada era el mundo habitual que ella adoraba con todo su corazón. El enigma del tiempo y del espacio entre ellos se volvía aún más etéreo, abriendo paso a un panorama encantado, donde las flores se extendían en valles de fantasía y campos verdes y un firmamento azulado en un mundo sideral de ilustración de cuento. Incluso el aroma era tenue y fresco en la iluminada y maravillosa vista bajo palpitantes estrellas opacadas por nubes armoniosas.
— ¡Este es el lugar más hermoso que he conocido! — dijo él, al fin, y soltó la mano del hada. Ella fue libre para volar de nuevo entre los hechizados campos donde el polen flotaba entre puntos de luz suspendidos eternamente.
— Es Derifai — le dijo ella con una sonrisa — , el mundo más hermoso...
— Quiero saber tu nombre — le dijo Robert antes de que ella se posara de nuevo en una flor.
— Intaq — respondió ella.
— In..tak...
Ella rio levemente al ver que le era complicado.
— Intaq — dijo ella.
— Intaq — dijo él.
— Y tú eres Robert André— le dijo.
— Cómo lo sabes — preguntó él, aunque no le parecía determinante — , aunque puedes llamarme André, ¿sabes? el orden de los factores no altera el producto.
— ¿Qué significa eso?
— En matemáticas...
— No, no en matemáticas, en la realidad — se acercó ella volando hacia él.
— No importa cómo estén organizados los objetos en cuestión, siempre habrá un mismo resultado.... ¿por cierto? ¿Quiénes estaban detrás de nosotros?
— ¡Lo olvidaba! — dijo ella — , no estarán aquí, nunca han estado, como tú cuando eras niño...
— Espera... yo nunca he estado aquí.
— Un día lograste venir ¿No me recuerdas?
— No...
— ¡Eso no, eso no debe ser así, nunca debes permitir perder tu esencia y tu imaginación aunque pasen siglos...! — temió ella.
— Solo porque estoy aquí puedo saber que es real, porque esto es solo fantasía... y la ciencia no admite esto.
— ¿La ciencia? — se intrigó Intaq inclinando su cabeza.
— La ciencia es la explicación de todo en la naturaleza pues se puede analizar y comprobar...— dijo Robert seguro de sí mismo.
Intaq se quedó pensando por unos segundos y entonces Intaq comenzó a crear flores gigantes que se elevaron desde las montañas y cubrieron con enredaderas las colinas. De de cada una de ellas surgieron prados de naturaleza, y de ellas los pétalos se abrieron dando paso a formas de vida que habitarían en los capullos y debajo de los tallos — , esto es ciencia — dijo Intaq con una sonrisa.
— No...
— Sí — dijo Intaq — , esto no es ficción — le dijo ella mirando el vasto mundo de Derifai — , las Neassun sabemos cómo funciona nuestro mundo — le dijo ella segura de sí misma — , y podemos controlar las cosas que existen y pueden ser creadas en nuestra dimensión ¿puedes hacer eso en tu mundo?
— No, no podemos siempre.
— Aquí también hay cosas que no podemos hacer — le dijo ella, lamentando— .También hay cosas en nuestra historia que ni la magia puede cambiar — y fue en ese momento cuando ambos notaron que caían bolas de fuego entre los campos; Intaq supo entonces que la batalla había comenzado— . Es hora de decir adiós — le dijo ella—. Tengo que volver para proteger mi mundo y tú tienes que volver a casa— dijo el hada a punto de llorar —. Siempre te recuerdo, siempre seré tu mejor amiga, y cuando mires a la ciencia, entonces ahí estaré también como prometimos cuando eras niño... nuestra amistad es para siempre...
— Intaq — pidió él, e Intaq solo recogió una flor de Derifai y la guardó dentro de una bola de cristal que ella creó al instante —. Nunca olvides que vivimos en un cuento, como me dijiste ese día — le dijo ella con una sonrisa, y entonces él reconoció aquella flor que ella llevaba en la cabeza.
Robert tomó el obsequio y entonces ella lo hizo volver a su dimensión original, donde despertó entre lágrimas. Entre cajas, logró incorporarse. La casa estaba intacta. La flor de Intaq la había reparado y él solo miró la bola de cristal con una flor idéntica a aquella que él le había regalado, en otra dimensión.
Destiny, es el nombre de la realidad global, la obra protagonizada por YS, donde ocurren las historias de Poder Infinito y Jamie Dey' Stories en las Dimensiones Oo, A, B...Z y en diferentes líneas existenciales (LE) ⚫Realidad 1: Project HS ⚫Realidad 2: Darker Destiny ⚫Realidad 3: Fantasy Dream Leia mais sobre Destiny.
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