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La ultima Carta de Amor

Aun Recuerdo tus ojos...

No pedían nada más que compañía, una sonrisa tímida que dejabas ver cuando algo te causaba esa pequeña sensación de gracia, jamás olvidare tu risa, explotabas cuando estábamos a solas, gritando que morirías si no dejaba de hablar raro, que fácil era hacer que te sintieras bien en tus momentos donde bajabas la guardia y sentías aquel agujero de soledad y tristeza, cerveza con helado mientras mirábamos a los soprano en la tv de la sala eran tu receta para una tarde lluviosa ya fuera fuera o dentro de ti te ayudaba, fingíamos que teníamos todo el tiempo del mundo cada que mis manos acariciaban tu cara, recorría cada parte de tu rostro hasta llegar a tu barbilla para acercarme más ti y besarte.

Recuerdo perfectamente como te veías cuando te conocí, tu vestido a cuadros como si fueras a clases, la blusa color blanco, tus lentes transparentes, mirando al suelo, rodeada de tus amigos que no dejaban de hablar de futbol, me acerque a ti ¿aun recuerdas que dije?...

Recuerdo que reíste, cubriendo tu boca, si lograra tener la habilidad para viajar en el tiempo te miraría como si fueras un cuadro de arte analizando y recordando cada pequeña expresión, cada gento que saliera de ti para tenerlo por siempre grabado en mi memoria.

Cuando nos quedamos a solas en esa terraza, te sentaste en el piso prendiste un cigarro, te cubrí con mi chamarra la temperatura comenzaba a bajar, yo tome tu mano pero tu no me soltaste desde ese momento, no entendí que veías en mi, solo que encajamos como piezas de un rompecabezas. Esa noche, ese minuto, aquel día, año, mes lo que sea, lo recordare porque se ha quedo grabado en mi memoria con tu olor a desesperación y soledad lo llamaste entre pequeñas risas, sentados ahí en el piso de noche te hable de las estrellas, me contaste tus sueños raros, de las drogas que usaste de joven y como amabas el café.

No pasaron muchos días luego de eso, mensajes día y noche, visitas a tu apartamento el viernes después de trabajar, nos quedábamos hasta tarde mirando la tv, hablando sobre la dimensión desconocida y de como debíamos salvar a la torre del reloj, aquel chiste propio de nosotros que los demás no entendían "eres mi densidad" jamás se ira de mi. Los domingos mirando las tortugas ninja, los Picapiedra, comiendo cereal era tu receta secreta para sentirnos jóvenes y reír como niños, hacerte sentir mejor me hacia querer ser mejor persona para ti.

Como un caza fantasma retirado, te quedaste en el sillón todo el día, esperando a que llegara, pero jamás lo hice, trabaje hasta tarde aquella tarde de viernes, no pude hablarte hasta pasar las 12 a.m. recuerdo tu voz llorosa al teléfono diciendo que no había problema que podría ser después, en el segundo que colgaste corrí hasta donde estabas, aun que yo tardase tres o cuatro horas en llegar, sabia que estarías despierta, por suerte solo estaba a una hora de tu apartamento, parecía que godzilla había atacado tu habitación, me contaste como sufriste un ataque de ansiedad, golpeando todo lo que podías, sentiste la muerte y la desesperación, te abracé toda la noche aquel olor de desesperación y tristeza cambio te sentías segura y tranquila, trabajamos en eso por los siguientes meses.

Hasta que dejaste de vivir más allá de la cúpula del trueno y regrésate, con un autoestima que embriagaba a las personas, todos estábamos adorando tu existencia, los antidepresivos en forma de dinosaurio ayudaron, las pastillas para dormir del captain crunch lograron desaparecer tus ojeras. No tardaste en darte cuenta que querías salir a comerte el mundo, no había mas sábados de películas ni domingos con caricaturas, yo acepte la decisión que tomaste de irte, pero tu rompiste lo nuestro. Por eso te escribo esta mi ultima carta de amor a ti, para decirte que no importa cuanto pase o donde estés, si esta es nuestra ultima función, quiero que sepas que te apoyare incluso si regresaras años después, por ahora me despido de ti mi densidad, mi vida .












30 de Julho de 2021 às 21:44 0 Denunciar Insira Seguir história
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Conheça o autor

Miguel Angel Valencia Camacho Tengo 26 años, siempre me ha gustado leer y desde niño e querido escribir cuentos e historias, a si que a qui estoy publicando las cosas que sueño o pienso cuando no puedo dormir.

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