c
carlos


Me he estado preguntando sobre la relación que hemos poseído a través de estos años, o incluso pienso ¿como hemos estado juntos? Resulta todo tan confuso; caminamos, me sostienes de la mano, miro a es extraño cielo y tu voz me despierta. Pero sé que algo esta mal ¿no piensas igual?


Suspense/Mistério Todo o público.

#256 #295
Conto
0
567 VISUALIZAÇÕES
Completa
tempo de leitura
AA Compartilhar

Juntos por siempre

El cielo brillaba por su sangrante atardecer, la ornamentaban decenas de nubes oscuras con aspecto de luna menguante; extraños contornos sonrientes que daban la impresión de una extraña familiaridad. Es el mismo aspecto que nos siguió durante la ida al supermercado y que ahora me inmovilizaba en sus bocas. Fue así hasta el momento en que una dulce voz habló:

-¡Que color tan bonito papá!

-Supongo que tienes razón Alma -era curioso, esta niña tenía la ¨anormal¨ capacidad de expresar lo opuesto a lo que sucedía o a lo que los demás pensaban o sentían. En mi interior había una forma secreta de llamar a mi hija: ¨espejito¨- ya fue suficiente ver el cielo. Tenemos que irnos antes de que anochezca.

-Pero quiero seguir viendo el cielo, es tan tranquilizador y es algo que solo sucede una vez en la vida.

-Lo que digas hija, pero ya basta y apurémonos.

Tuvimos que apresurar el paso. Quería esconderme del horrible espectáculo y sus palabras me provocaban una angustia nunca antes sentida. No recordaba que alguna de sus palabras me provocara semejante perturbación.

Al llegar a casa hubo una extraña sensación de déjà vu, ¿acaso era el día perfecto para no estar en paz?

-Voy a mi cuarto papi. Diviértete cocinando.

Alma se soltó de mí y fue corriendo a su habitación. Antes de cruzar el pasillo, giró y con su dulce voz susurro:

-Mami estaría alegre de verte sonreír de nuevo.

La luz del atardecer iluminaba un poco su rostro. Distinguí como flexionaba su cara para crear una mueca ¿Una sonrisa? ¿Estaba triste? No tenía idea. Solo apreciaba a la luz mezclándose en la oscuridad del pasillo ¿Es mi imaginación o pareciera que esa mezcla da un carmesí sangriento?

Antes de retomar la sobriedad ella entró a su cuarto, cerré instintivamente la puerta y todo quedó en silencio. Encendí las luces y fui a la cocina. Esperaba que el silencio me ayudara a tranquilizarme.

-Estas equivocada. No me vería con felicidad, ella ya no lo habría vuelto a hacer cuando naciste. Solo me mirarían las cuencas muertas de un vegetal viviente.

No podía evitar temblar al volver a recordar la mórbida forma en como Luz, mi difunta esposa, amamantaba con su gangrenada mama a Alma ¿Cómo pude ver esto día a día sin haber hecho algo?

-Espera, ¿no había hecho nada? No, no –el pecho comenzó a dolerme, había algo que me estaba incomodando- Si hice algo. ¿Por qué solo recuerdo a Luz con la niña? ¿Ella siempre estuvo allí?

-¿Qué te sucede papá? ¿Por qué estás tan agitado?

Entró en silencio, preguntando con una euforia semioculta.

-No me siento bien… creo que nada está bien… ¡No sé qué me pasa!– Ese grito retumbó en toda la casa- todo está mal, algo le pasa a mi cabeza, no soporto que tengas su rostro, no soporto tu forma tan alegre de hablarle a las personas cuando es obvio que están mal. Detesto que lleves nuestra sangre en ti.

-De qué hablas, yo nunca he sido alegre con todos de la forma en como tú dices. No sé por qué me hablas así, si sigues me harás la persona más triste del mundo.

-Tú no dices la verdad, sé que jamás la dices- dije entre dientes.

-Si lo hago. Yo soy su hija, soy de este mundo y estoy aquí para hacerlos felices. Todo es finito y mientras tú vivas…

-Cierra la boca- algo había notado en sus palabras, una extraña maliciosidad en su timbre desconsolado. Golpee la mesa, lloraba como si de ello dependiera mi vida- !Porque tengo que vivir contigo de esta forma¡ !Porque está pasando esto¡

-Deja de llorar así papi que a mami le entristecerá.

- !Ya cállate¡

-Recuerda que llorar así podría matarte. Creo que es por eso que no llore cuando mamá murió.

Ya era insostenible la situación. Salté hacia ella y comencé a azotar su cabeza contra el suelo. Fue como sujetar a una muñeca; era como si estuviera dispuesta a esto. Golpeé y golpeé hasta que caí rendido. La sangre estaba en todas partes; era demasiada para una pequeña niña. Aún sentía el calor de los trozos de piel y cuero cabelludo que resbalaban de mis palmas.

-No puedo creerlo. A esto hemos concluido con nuestro destino.

Los párpados me pesaban. Algo estaba mal. No tenía la sensación de quedarme dormido o caer desmayado. Sentía que era arrastrado a una inconsciencia ajena a mí.

-No creo suceda papi. Como te lo dije, mientras viva solo estaré para traerles felicidad- los restos de dientes y lengua pronunciaron en coro una alegría desmesurada en sus palabras- estaré a tu lado hasta que la muerte te aleje de mí.

-Creo que es la primera vez que dices la verdad- escapó de la poca conciencia que aún tenía. Solo pude girarme lo suficiente para ver hacia la ventana el brillo del atardecer sangriento que se volvía más y más intenso.

El cielo brillaba por su sangrante atardecer, la ornamentaban decenas de nubes oscuras con aspecto de luna menguante; extraños contornos sonrientes que me daban la impresión de extraña familiaridad. Es el mismo aspecto que nos siguió durante la ida al supermercado y que ahora me inmovilizaba en sus bocas. Fue así hasta el momento en que una dulce voz habló:

-¡Que color tan bonito papá!...

20 de Janeiro de 2021 às 03:06 0 Denunciar Insira Seguir história
0
Fim

Conheça o autor

Comente algo

Publique!
Nenhum comentário ainda. Seja o primeiro a dizer alguma coisa!
~