allukata Cata Zoldyck

Una historia donde Jimin se reencuentra con el que fue su más grande amor de la vida y todo parece haber cambiado. •Pareja principal: VMIN •Pareja mencionada: SOPE


Fanfiction Celebridades Todo o público.

#bts #gay #taehyung #jimin #vmin #v #parkjimin #kimtaehyung #bangtanboys #sope
63
2.1mil VISUALIZAÇÕES
Completa
tempo de leitura
AA Compartilhar

unique

“Porque todo lo que sé es que nos dijimos “hola” y que tus ojos eran como estar en casa. Todo lo que sé es un simple nombre, y que todo ha cambiado.”


En cuanto vio esa espalda y ese inconfundible cabello castaño supo de quien se trataba. Su respiración se detuvo, al igual que su andar; tomándole unos eternos segundos recomponerse y seguir dando pasos hacia adelante.

Park Jimin había dejado de creer en el destino hace ya varios años atrás, y la razón se encontraba justo a unos metros de él. No sabía cómo reaccionar, si acercarse a él y saludarlo, o simplemente ignorar su existencia y esperar la hora de salida con los brazos cruzados.

Miró de reojo a la conocida persona a unos pasos de él y su corazón dejó de funcionar apropiadamente por unos segundos. Su belleza seguía exactamente igual a como lo recordaba, con la diferencia de que sus facciones eran más maduras, su mandíbula más formada y su cuerpo más fuerte.

Volvió la vista al frente y suspiró, los recuerdos de su infancia y adolescencia comenzaban a desempolvarse. Aquellas memorias en las que no había escarbado desde hace años, y que, ahora, las tenía justo frente a sus ojos.

Dicen que el primer amor no se olvida, y la verdad es que Park Jimin no podía estar más de acuerdo con eso.

Kim Taehyung era su vecino, un tierno niño con sonrisa cuadrada encantadora. Ambos solían jugar en un parque que estaba justo frente a sus casas, y, si es que el día no tenía las condiciones para estar afuera o no conseguían permiso de sus padres para salir, jugaban en una de sus casas. Jimin, personalmente, prefería jugar en la casa de Taehyung, única y exclusivamente por el hecho de que este tenía la consola de juegos más reciente, sin embargo, no importaba donde fuera, el solo hecho de pasar la tarde junto a él era un panorama increíble.

Uno de los primeros recuerdos que tenía Jimin junto a Taehyung era aquella vez en que fueron a pedir dulces juntos para Halloween y los chicos del vecindario comenzaron a burlarse de él por su disfraz de calabaza. Estuvo a punto de irse a su casa con unas inmensas ganas de llorar, mas, Taehyung, quien estaba vestido de vampiro, ahuyentó a todos los chicos mostrando sus dientes falsos y gruñéndoles, todo con el fin de que dejaran tranquilo a su amigo y poder seguir disfrutando de la noche.

Tuvieron que pasar cerca de cinco años para que el rumor de que su amigo era un vampiro se esfumara, pero a Taehyung nunca le importó realmente lo que la gente decía, él simplemente quería pasarlo bien con su amigo.

Después de eso, la amistad se fue reforzando cada vez más entre ellos. Solían hacer pijamadas como mínimo cada dos semanas, iban juntos al colegio, hacían cada uno de los trabajos y tareas que les daban juntos, comían juntos en los almuerzos, etc. Nunca se cuestionaron la cercana amistad que tenían, ellos simplemente creían que de alguna y otra forma, estaban destinados a ser amigos.

No fue hasta que tenían alrededor de doce años cuando la relación fue tomando otro rumbo.

Muchos de sus compañeros y compañeras de colegio ya habían experimentado su primer beso, o incluso, su primera relación amorosa. Esto era un tema recurrente en sus conversaciones de receso o en los camerinos después de la clase de deportes, convirtiéndose así, como en una especie de competencia para ver quién era más experimentado.

Tanto Jimin como Taehyung tenían chicas interesadas en ellos, se podía decir que ambos chicos eran bastante populares, tanto por su simpatía como por su atractivo físico, porque sí, ambos eran guapos, aunque no era algo de lo que necesitaran alardearan mucho. No obstante, a pesar de que tuvieran chicas detrás de ellos, ninguno de los dos estaba interesado en salir con ellas; llegaron a la conclusión de que simplemente no se veían cómodos involucrándose amorosamente con una compañera un día cualquiera caminando devuelta del colegio.

Esa misma tarde también conversaron sobre que no querían quedarse atrás y que querían experimentar el primer beso, fue así como también concluyeron que no había mejor persona que ellos mismos. Se tenían la confianza suficiente como para experimentar aquello tan importante a la vista de la sociedad el uno con el otro.

Lo hicieron unos días después de aquella conversación mientras hacían un proyecto de ciencias en la casa de Jimin. Al principio se sintió extraño, Jimin nunca pensó que su primer beso sería con un chico, y mucho menos con su mejor amigo de toda la vida. Sin embargo, esa extrañeza se transformó prontamente en gusto. Jimin comenzó a disfrutar cada vez que sus labios se juntaban con los de Taehyung, y cuando se lo confesó, su mejor amigo estuvo completamente de acuerdo con él, transformándose así en una dinámica común entre ellos.

Ambos chicos dejaron en claro que, aunque se besaran, seguirían siendo mejores amigos y nada más que eso. Sin embargo, no tuvo que pasar mucho tiempo para que los sentimientos se mezclaran. Jimin lo había intentado con todas sus fuerzas, mas, le fue imposible no sentir cierta presión en el pecho cada vez que veía a Taehyung conversar en solitario con Yoongi. Y por mucho que él supiera que ambos eran simplemente amigos, se le hacía una tortura, causándose de esa forma, su primera pelea y también, la vez en que reconoció sus sentimientos en voz alta.

Jimin, como nunca lo había hecho, decidió irse a su casa caminando solo. Taehyung lo siguió por cuadras preguntándole qué ocurría, sin embargo, Jimin lo ignoró por casi todo el trayecto. Aburrido de que el rubio siguiera haciéndole la ley del hielo, además de ir contra todos sus principios, decidió tomarlo del brazo con fuerza y obligarlo a que lo mirara a los ojos.

—Jimin, ¿me puedes decir qué es lo que pasa? —preguntó casi con desesperación.

Sin dejar de mirarlo, los ojos de Jimin se llenaron de lágrimas, y en cosa de segundos, rompió en llanto ocultando el rostro entre sus manos. Eran muchos sentimientos mezclados, pero por sobre todo predominaba el miedo.

Temía de sus sentimientos, de lo que pasaría si Taehyung se enteraba de lo que sentía y, por ende, perder su amistad. Pero llevaba tanto tiempo guardándolo todo bajo llave, que ya no aguantaba más. Taehyung volvió a formular la misma pregunta que antes, con la diferencia que ahí Jimin decidió responder.

—Te amo —dijo Jimin apretando su mandíbula y mirando sus pies. Soltando un sollozo después de esas dos palabras.

Esa vez fue la primera vez que le dijo te amo a una persona que no fuera de su familia.

Y lo dijo de todo corazón.

Él estaba enamorado de Taehyung. Lo amaba tanto que era capaz de seguir a su lado, verlo enamorarse de otra persona y mantenerse ahí con él con tal de no perderlo. Si él era feliz con otra persona que no fuera él, estaba bien, porque Taehyung era su todo.

Después de aquella confesión, el silencio reinó entre los dos por varios segundos. Situación que estaba provocando que Jimin se comenzara a desesperar, él necesitaba una respuesta, no importaba que era positiva o negativa, él simplemente quería que el chico frente a él dijera algo, lo que fuera.

Pero Taehyung no respondió con palabras.

La respuesta que recibió Jimin fue la rápida acción de Taehyung tomando sus mejillas con fuerza y juntando sus labios con necesidad. Le tomó varios segundos reaccionar ante lo que estaba pasando, pero cuando lo hizo, envolvió sus brazos por el cuello de Taehyung y siguió el ritmo del beso con efervescencia, aún con lágrimas en los ojos.

Cuando se separaron, Taehyung no soltó las mejillas del rubio, sino que se quedó mirándolo a los ojos con su típica sonrisa cuadrada adornando el rostro.

—Yo también te amo— murmuró en respuesta, sin dejar de sonreír y con un brillo especial en los ojos que terminó de hipnotizar y derretir el corazón de Jimin.

Ese día Jimin experimentó lo que era la auténtica felicidad. Él lo único que quería en ese momento de su vida era que Taehyung correspondiera sus sentimientos, porque, para él, el hecho de que Taehyung lo amara lo significaba absolutamente todo.

Y quizás pecaba de ingenuo a sus cortos quince años, pero él creía que con el amor correspondido bastaba para ser feliz, sin embargo, no pudo estar más equivocado.

Al principio todo marchaba estupendamente bien. Cuando le dijeron a sus amigos y familia que ambos estaban saliendo, las reacciones fueron casi en su totalidad positivas. La única que persona que no reaccionó completamente feliz fue Taemin, quien era parte del grupo de amigos de ambos. No fue hasta varios años después, cuando se reencontraron en Seúl mientras cursaban sus estudios universitarios, que Taemin le confesó que la reacción que tuvo fue debido a que estaba enamorado de él en ese tiempo, y Jimin se sentía terrible por no haberse dado cuenta de aquello antes.

Cuando el resto de sus compañeros se enteraron, no faltaron las miradas extrañas o los típicos murmullos de pasillo, pero eso a ninguno de los dos le importó mucho; no estaban dispuestos a ocultar lo que sentían, además de que sus amigos nunca dejaron de apoyarlos.

Aún recuerda la reacción de Yoongi cuando le informaron de que estaban juntos el día después de que se declararon. El chico los miró a ambos con cara de póker y golpeó por detrás de la cabeza a Taehyung para después abrazarlos a ambos por los hombros.

—Se demoraron mucho —dijo sin soltar a ninguno de los chicos mientras caminaban por el pasillo del colegio—. Son bastante lentos, pero aun así me alegro por ustedes.

Y Jimin se sintió demasiado estúpido por haber sentido celos de él, y se sintió aún peor cuando se enteró que tenía una relación a escondidas con Hoseok desde hace unos meses.

El lado positivo es que no le había comentado a nadie sus inseguridades, por lo que la vergüenza la pasó solo.

El novio de Yoongi, Hoseok, era otro gran amigo de él. Ambos compartían la misma pasión por el baile, y cuando el colegio abrió un club extraprogramático de baile, no dudó inscribirse junto él, logrando así que la relación entre ellos se fortaleciera, así como también su amor por la danza.

Los meses fueron pasando, transformándose así en años y la relación de Jimin con Taehyung se mantenía maravillosa. Se podría decir que era esa clase de historia de amor que se encontraba solamente en las películas de Disney porque era mágica, y probablemente influía el hecho de que tanto para Jimin como para Taehyung él era su primer todo.

Su primer amigo, confidente, beso, pareja y también, su primera vez.

Habían hablado muchas veces sobre aquello, pues, como gran parte de las relaciones adolescentes, las hormonas se encontraban presentes las veinticuatro horas del día, más cuando tenías una relación tan cercana con tu pareja como ellos. No obstante, ambos habían quedado hacerlo cuando estuvieran cien por ciento seguros, sin apuros ni presiones de por medio.

Jimin en su mente había planeado muchas veces cómo sería su primera vez. Siempre imaginó que sería un momento sumamente romántico, lleno de sentimientos que a fin de cuenta se traducirían como amor en su estado más puro. Imaginaba que Taehyung tocaría cada parte de su cuerpo con tanta delicadeza y sensualidad que podría sentir sus caricias incluso horas después de haberlo hecho.

Pero la realidad no pudo ser más distinta.

Recuerda perfectamente que fue un 10 de marzo en la madrugada, después de la fiesta de cumpleaños de Yoongi. Habían decidido quedarse ambos a dormir en la casa de Taehyung, puesto que sus padres tenían turno en el hospital, por ende, tendrían la casa para los dos solos toda la noche.

Jimin dio como excusa que se quedaría en casa de Taehyung para no despertar a sus padres cuando volviera. Algo bastante estúpido de su parte, ahora que lo piensa, ya que él sabía que sus padres sabían perfectamente cuál era la verdadera razón, mas no emitieron palabra alguna al respecto.

No fue necesario que se dijeran lo que iban a hacer, ellos simplemente lo sabían. Jimin había realizado una exhaustiva búsqueda en internet, además de una informativa charla con Hoseok respecto a cómo era y sobre lo que tenía que hacer para prepararse tanto física como mentalmente para aquel momento.

Decir que tenía miedo era, probablemente, una exageración, porque cuando estaba con Taehyung nunca tenía miedo, él era su zona segura; pero sí se podía decir que estaba sumamente nervioso.

Recuerda perfectamente que cuando entraron a la casa de su novio se estaban besando a una intensidad que lo dejaba sin aliento. Las manos de Taehyung lo sujetaban de las caderas con fuerza, pero al mismo tiempo, lo tocaba como si fuera el ser humano más delicado sobre la tierra y que si era acariciado inadecuadamente, se rompería.

Y era por ese tipo de acciones que Jimin estaba convencido en que nadie nunca en su vida lo podría tratar como Taehyung lo hacía con él.

Subieron las escaleras entre besos, risas y tropezones. Cuando llegaron a la habitación de su novio, se desvistieron rápidamente hasta quedar en ropa interior, evitando mirarse fijamente, porque, aunque se habían visto de forma incontable de veces en ropa interior o casi desnudos, esta ocasión era diferente.

—Jimin —dijo Taehyung poniéndose de pie y acercándose al rubio lentamente. Tomó sus mejillas y juntó sus caras llegando a mezclar sus respiraciones—. Te amo, no sabes cuánto te amo.

—¿Estás seguro de esto? —preguntó Jimin separándose levemente de él para mirarlo a los ojos.

—Sí, pero si no quieres continuar, dime, y simplemente nos acostamos a dormir o a ver una película. No quiero te sientas obligado a nada —respondió Taehyung tranquilamente, intentando relajar a su novio que se veía atemorizado y pequeño frente a él.

Jimin juntó sus labios después de aquella respuesta con una leve sonrisa. Aquel beso fue interpretado por Taehyung como una invitación para continuar en lo que estaban, por lo que agarró a Jimin por los muslos y lo levantó, enredando el rubio sus piernas alrededor de la cintura de Taehyung. Su novio lo recostó con cuidado en la cama, y así continuaron en una intensa sesión de besos, caricias, suspiros y gemidos que no podían controlar.

Los nervios seguían presentes en el sistema de Jimin, pero cada vez éstos se iban viendo minimizados por la intensa necesidad de placer y de sentir a Taehyung lo más humanamente posible. No fue hasta que su novio llevó sus manos hasta el elástico de su bóxer cuando el pudor volvió a él. Se miraron ambos a los ojos por unos segundos, con sus labios hinchados y respiraciones agitadas, no se dijeron palabra alguna, el solo choque de miradas lo decía todo. Jimin asintió relajando su cuerpo y Taehyung sacó la ropa interior por completo con mucho cuidado.

De ahí en adelante, Jimin simplemente se dejó llevar por la exquisita forma en que su novio lo tocaba, sucumbiendo por completo en el placer. Porque sí, Taehyung era tan inexperto como Jimin, ambos estaban experimentando su primera vez juntos, pero las sensaciones que estaba teniendo el rubio era única y exclusivamente porque se trataba de él, de Kim Taehyung, el castaño que gobernaba en su corazón desde hace ya más de tres años.

Claramente esta primera vez no fue como la soñó, de hecho, estuvo bastante lejos de ser aquella noche romántica donde todo resultaba de forma majestuosa. Se podría decir que estuvo bastante desastrosa, pero así imperfecta como fue, para Jimin fue más de lo que podía pedir.

Hoseok, quien era más experimentado que él en temas sexuales, siempre le dijo que el momento más íntimo no era cuando lo estaban haciendo, sino que lo era una vez que hayan terminado. Y Jimin no lo entendió, de hecho, creía que estaba loco, porque para él era bastante ridículo que algo fuera más íntimo que el tener un miembro extraño incrustado en el trasero, pero ahora que lo experimentó, lo comprendía.

Una vez que terminaron Jimin se puso a llorar, y lo peor es que no sabía el porqué. Taehyung cuando se dio cuenta de eso, se desesperó. Salió de él rápidamente y se puso a su lado agarrando su mano y buscando su rostro para mirarlo.

—¿Qué pasó? —preguntó intentando mantener la calma— Jimin, ¿te lastimé?

El rubio negó con su cabeza y limpió sus lágrimas con su muñeca.

—Amor, dime algo —rogó, sin saber qué hacer— ¿Te arrepientes de lo que hicimos?

—No, de verdad. No sé por qué estoy llorando —respondió soltando una risa, sin dejar de llorar.

Taehyung sonrió y limpió el resto de las lágrimas que quedaban en el rostro de su novio para finalmente darle un beso en la mejilla.

Se podría decir que ese momento representó el punto más alto de su relación, y se mantuvo así por mucho tiempo.

Sin embargo, no siempre todo era felicidad o miel sobre hojuelas. Jimin y Taehyung sabían que su tiempo en el colegio se estaba agotando y tendrían que elegir qué hacer una vez que terminaran su etapa escolar. Jimin ya tenía completamente decidido lo que haría: iría a una academia de baile en Seúl. Incluso, ya había mandado un video para poder realizar la audición presencial junto a Hoseok, obteniendo ambos como resultado una respuesta positiva. Taehyung sabía del sueño de Jimin y obviamente, lo apoyaba en todo. El problema era que él no sabía qué quería hacer con su futuro, tenía algunas ideas, pero nada concreto y ya se le estaba acabando el tiempo.

El día en que se graduaron los sentimientos que tenía Jimin eran confusos. Por un lado, estaba sumamente feliz porque por fin dejaría aquel lugar, porque sí, lo pasaba increíble junto a su novio y sus amigos, pero también era un martirio ir a clases y sentirse atrapado entre esas cuatro paredes. Mientras que, por el otro lado, tenía miedo del futuro y el no saber qué pasaría con él y Taehyung; estaba consciente de lo difícil que sería manejar una relación con tantos kilómetros de distancia.

Ambos se encontraban sentados en unas bancas del mismo parque donde solían jugar cuando eran niños. Estaban en completo silencio, la carta de aquella academia de baile reposaba sobre las piernas de Jimin aún sellada, ninguno de los dos se atrevía a abrirla o siquiera soltar palabra alguna al respecto.

Jimin quería con todas sus fuerzas entrar en aquel lugar, era su maldito sueño desde que tenía memoria, pero aún así, una parte de él se estaba aferrando a su ciudad natal, y por sobre todo a Taehyung.

—¿La vas a abrir? —preguntó por fin su novio rompiendo el silencio.

—Tengo miedo —murmuró Jimin viendo sus pies balancearse en el aire.

—¿A qué? —preguntó el castaño forzando una sonrisa. Él también tenía miedo, se notaba en las expresiones de su cuerpo y en su voz, y Jimin lo sabía, lo conocía extremadamente bien, mas no lo asumiría, no quería empeorar la situación y el estado de ánimo de su pareja.

—A dejar Busan, a dejarte a ti. Sé que, si la abro y me aceptan, me pondré triste porque tendré que dejarte, pero si no me aceptan, también me pondré triste porque habré fracasado. Es triste por ambos lados.

—Jimin —dijo soltando una risa que reconfortó el corazón del rubio—, eres la persona más talentosa que conozco, cuando bailas eres simplemente increíble, te ves completamente etéreo. Dudo mucho que no te hayan aceptado.

—Lo dices porque eres mi novio.

—No, lo digo en serio —contestó con severidad, dejándolo sin palabras. Soltó un suspiro, dejando reinar el silencio nuevamente por unos segundos antes de continuar—. Ahora, si tienes que dejar Busan, lo harás. No quiero que te estanques aquí por mí, quiero que sigas tu sueño y te conviertas en el mejor bailarín que este país vaya a conocer.

—Suenas como un libro de autoayuda —soltó riendo Jimin. Tomó la carta entre sus manos y la inspeccionó, casi intentando leer por sobre el sobre lo que decía. Soltó un suspiro pesado extendiendo el sobre a Taehyung sin mirarlo—. Ábrela tú, por favor.

—¿Seguro?

—Sí, no quiero hacerlo yo —Taehyung lo aceptó y lo quedó viendo por unos segundos—. Si te vas a quedar viendo la carta como idiota mejor lo hago yo.

—Ya, perdona. No te enojes —contestó Taehyung riendo y abrió el sobre con torpeza. Sacó la hoja que estaba dentro y la leyó rápidamente con la mirada expectante de Jimin sobre él.

—¿Qué dice? —preguntó Jimin poniéndose de pie, notoriamente nervioso.

—Quedaste —le contestó con una sonrisa y se puso de pie para abrazarlo.

El rubio soltó un grito de emoción y se colgó del cuello de su novio con tanta felicidad que su cuerpo apenas lo soportaba, sentía que en cualquier momento se desmayaría. Juntó sus labios con los de Taehyung torpemente y se separó rápidamente para seguir celebrando, dando pequeños saltos, gritos y aplausos.

—No puedo creerlo, estoy muy feliz —dijo agarrando su cara, pero de un segundo a otro, el golpe de realidad cayó sobre él. Tendría que dejar Busan, y, por ende, también a su novio. Volvió a ponerse serio y sus ojos se llenaron de lágrimas soltando un susurro—. Tendré que dejarte.

—No importa eso ahora, Jimin —contestó Taehyung con una sonrisa en el rostro—. Vas a cumplir tu sueño, enfócate en eso.

—Pero…—Jimin iba a hablar, pero Taehyung lo interrumpió.

—El destino nos puso como vecinos desde que éramos unos niños y hemos estado juntos desde entonces —acunó su rostro con sus manos y le dio una sonrisa al ver los labios de su novio formando un puchero y soltando una que otra lágrima— ¿No crees que es suficiente con eso?

—No quiero alejarme de ti.

—Si el destino así lo quiere, no nos alejaremos. Tenemos mucha historia juntos como para permitir que unos kilómetros nos separen.

Y Jimin estaba seguro de que, ese día, Taehyung no le mintió, simplemente pecó de ingenuo y de joven, porque claramente el destino no quiso que siguieran juntos.

Tal como le dijo su novio que lo hiciera, él siguió su sueño y se fue a Seúl junto con Hoseok.

Al principio, Taehyung viajaba bastante seguido, pero el dinero y el tiempo se fueron convirtiendo en inconvenientes. El trabajo de Taehyung en la tienda de conveniencia le demandaba mucho tiempo, y lo mismo sucedía con Jimin y sus clases; tan solo fue cosa de tiempo para que se dieran cuenta de que la relación no daba para más y decidieran que lo mejor era ponerle fin, siguiendo así cada uno con su vida y persiguiendo sus sueños por separado.

Jimin siguió con su sueño con ser bailarín y Taehyung decidió estudiar periodismo, inscribiéndose en una universidad no muy lejos de donde vivía.

No entendía cómo es que podía recordar todo lo que había vivido con Taehyung con tanta claridad siendo que habían pasado años. Él ya era una persona madura, podía decirse que nada le faltaba y se encontraba pleno, pero por alguna razón que desconocía, recordar todo aquello que vivió en su niñez y adolescencia le producía un sentimiento en el pecho que no había sentido desde hace mucho, incluso llegó a pensar que nunca lo iba a volver a experimentar.

Aquel sentimiento no era nostalgia, no, iba mucho más allá de eso.

Nostalgia fue lo que sintió cuando volvió a pisar Busan después de pasar meses sin volver, o cuando volvió a encontrarse con Yoongi después de años. Lo que sintió al ver a Taehyung era algo completamente distinto, porque, quien fue su mejor amigo y amor de su vida, ahora era un completo desconocido.

El timbre lo sacó de su transe y llevó la vista al frente, encontrándose con una ola de niños saliendo y gritando. Sonrió al ver a su hija corriendo con los brazos extendidos al lado de un chico de su misma edad, su cabello negro y largo siendo desordenado por el viento. Ambos menores se detuvieron y se dieron un abrazo para después apresurarse a correr hacia él.

—¡Papá! —gritó la pequeña aferrándose a sus piernas con entusiasmo.

—Hola —saludó acariciando su cabeza— ¿Lo pasaste bien en el colegio?

—Sí —respondió, mas, su mirada estaba enfocada en la dirección donde el chico se había ido.

Jimin miró hacia donde su hija estaba tan concentrada, encontrándose con Taehyung y el chico que supuso, era amigo de su pequeña.

Las miradas de ambos adultos se encontraron, provocando una indiscutible tensión entre ellos. Jimin, buscando arreglar un poco el ambiente, le sonrió y alzó su mano con suavidad en forma de saludo, recibiendo como respuesta el mismo gesto por parte de Taehyung.

—¿Es tu hija? —preguntó Taehyung acercándose a Jimin sin borrar su sonrisa.

—Sí, se llama Heejin —contestó dándole una mirada de reojo a la niña—. ¿Él es tu hijo?

—Sí, el menor, su nombre es Yeosang —le respondió rascando la parte de atrás de su cabeza. Un silencio incómodo se formó entre ellos dos—. Creo que nos veremos seguido, al parecer son amigos y compañeros.

—Sí —soltó una pequeña risa— Bien, yo me tengo que ir. Heejin tiene que hacer sus tareas y debo cocinar.

—Sí, yo también. Tengo cosas que hacer —Jimin notó que mordía su labio, acción que siempre solía hacer cada vez que estaba nervioso. Un calor se le formó en el pecho, provocando que sonriera con ternura.

—Nos vemos —se despidió Jimin y miró al pequeño de cabellos castaños que estaba al lado de su exnovio—. Adiós, Yeosang.

Se dieron una última mirada y cada uno se fue por su lado. Jimin agarró la mano de su hija disponiéndose a caminar hasta el auto que estaba estacionado a unos metros, sin embargo, una mano en su brazo lo detuvo de golpe, provocando que se sobresaltara.

Al voltear, se encontró de frente con Taehyung, quien tenía de la mano a su hijo. Le entregó una sonrisa, aunque por dentro tenía una batalla campal intentando adivinar qué era lo que quería.

—¿Pasó algo? —preguntó con confusión, intentando mantener la compostura ante su hija y las personas a su alrededor.

—Sí… o sea, no —contestó nervioso. Soltó una risa ante su torpeza y suspiró buscando relajarse—. En realidad, me gustaría saber si es que te gustaría salir a tomar algo conmigo o a comer. Hace tiempo que no nos vemos y me gustaría saber de ti, no sé si eso está bien contigo, o no sé.

—Me encantaría —contestó Jimin sonriendo genuinamente y con el corazón acelerado, casi preocupándose de que más que emoción fuera una taquicardia—. Si quieres te doy mi número y ahí lo vemos.

—Sí, está bien —Taehyung sacó su teléfono de su bolsillo y se lo extendió a Jimin, quien anotó rápidamente su número y se lo devolvió—. Espero que contestes mis mensajes.

—Ahí lo veremos —algo que Jimin no había perdido con los años, era esa facilidad que tenía por coquetear, y Taehyung lo notó, por muy sutil que fuera—. Ahora sí, nos vemos, en serio tengo que ir a cocinar.

—Cuídate, Jimin —dijo Taehyung y se sonrieron por última vez esa tarde.

Al llegar al auto y asegurarse que su hija quedara bien en el asiento de atrás, Jimin encendió el auto y emprendió camino a su casa. Puso música despacio, simplemente para ambientar el espacio y de vez en cuando le daba miradas a su hija, quien estaba concentrada mirando hacia afuera.

—Papá —dijo Heejin llamando su atención.

—Dime —contestó Jimin sin dejar de mirar hacia adelante.

—¿El papá de Yeosang es tu amigo? —preguntó con curiosidad.

—Algo así, ¿por qué?

—Porque le diste tu número —a pesar de su corta edad de seis años, a la pequeña Heejin era bastante perspicaz e inteligente.

—Sí, pero es para saber cómo está.

Un silencio se formó en el auto, y Jimin supuso que su hija dejaría el tema hasta ahí, pero se equivocó.

—Cuando te juntes con él, ¿puedo ir yo? —preguntó con entusiasmo—, quiero jugar con Yeosang.

—Trabajo en la semana, por lo que probablemente salgamos el fin de semana y lamentablemente, te toca pasarlo con tu papá. Recuerda que quedaron de ir de picnic a la playa —contestó Jimin sonriéndole con diversión a su hija por el espejo—. Si quieres le puedo decir que ya no quieres ir para que me acompañes.

—No, sí quiero ir —dijo la niña haciendo puchero—. Ahora que recuerdo, Yeosang también va a viajar este fin de semana con su papá.

—¿Con Taehyung? —preguntó Jimin y sacudió su cabeza al recordar que su hija no sabía el nombre del hombre que acababan de ver— Digo, ¿con el que vimos ahora?

—No, con el que vive. Sus papás también están separados y el que vimos ahora lo viene a buscar algunos días, pero no vive con él —explicó Heejin volviendo a fijar su vista hacia la ventana.

Quizás no debería, pero Jimin sonrió extrañamente feliz, porque después de todo, al parecer, el destino sí existía.

2 de Janeiro de 2021 às 00:05 1 Denunciar Insira Seguir história
22
Fim

Conheça o autor

Cata Zoldyck @Allukata en wattpad y twitter Multishipper for a better skin, pero con una leve debilidad por el vmin uwu

Comente algo

Publique!
Juls Ortiz Juls Ortiz
Me gusta mucho, esta historia en verdad da para más, de verdad es muy buena.
January 15, 2021, 16:54
~