Madrugada canina Seguir história

El perro ladraba sin cesar, junto a él lo acompañaban el sonido de no tan solo la noche, sino que junto a él se escuchaban los ecos de las personas dormidas, ¿perros hambrientos serian?,¿Se habían escapado de alguna casa y ahora se sienten perdidos?

Con el pasar de los minutos el sonido, pasa de ser una leve señal de las altas horas de la noche, a un angustiante recordatorio de lo solo que me encuentro a las 2:00 am.

El sonido se vuelve cada vez peor, y los alaridos incesantes se mezclan con la turbiedad de mis pensamientos, ¿intentaran aquellos animaes—lejos sin hogar comunicarme algo?, puede ser posible que dichosos sabuesos irrumpidores de mi hora de dormir, busquen hacer acentuar el odio que me tengo por estar despierto a estas horas de muerte.

Una vez escuche que cuando uno de esos dichosos e irremediables ladradores, hacen ruido durante la madrugada, es simple y llanamente porque ven espíritus que yacían muertos reciente o antiguamente, pues su acompasado estrépito me hace que creer que hubo una horrible matanza cerca de mí no tan lejana cama, pues aquellos alaridos harían cabrear hasta el más paciente.

No aguantaba más, salí a ver qué era lo que producía aquella rabia en esos animales, la sorpresa no fue nada grata, pues no se encontraba ya ninguno de ellos y en la calle no había nada más que aquellos espíritus invisibles para mí a los cuales ellos ladraban, hubiera deseado poder verlos para decirles lo solo que me hizo sentir aquel paisaje tan absurdamente tranquilo.

Cuando fui de nuevo a mi cama con el afán recuperado de mi sueño, cuando mis ojos estaban cerrandose, escuché otra vez el rugido de aquellos animales nuevamente...

Aunque ahora ya no me molesta, porque junto a mis pensamientos acepte que el estar solo sería mi maldición al igual que aquellos seres invisibles para todo aquel ser que está vivo.