Luna y olvido Seguir história

El olor a tierra húmeda siempre me pone melancólica. Desconozco la razón pero se siente como un vacío en mi pecho, Como si hubiese olvidado algo que debería estar haciendo, algo importante, pero cada vez que intento adentrarme en esa sensación todo se pone negro.
El olvido sucede así, nos aferramos a fragmentos de momentos que no nos damos cuenta cuando se comienzan a desmenuzar, perdiéndose en la arenas del tiempo para siempre.
Esta noche saldré de cacería. La luna está llena y brilla en lo alto del vasto cielo. El manto estelar ilumina las praderas y montañas. Puedo sentir como mis colmillos se humedecen, el viento huele a sangre.
Corro, rápida como el viento en dirección al olor, la saliva se me escurre por la esquina de mi rostro, el olor se siente más cerca, apresuro mis patas un poco más y llego justo a la falda de la montaña donde corre un pequeño arroyo y entonces la veo: Una joven de no más de quince años, con una herida en su brazo que no deja de sangrar. Relamo mis colmillos que están ansiosos por la carne fresca.
La joven se percata de mi presencia, y gira sus ojos cafés hacia mi, puedo ver el terror reflejado en ellos. Una extraña sensación me invade, la misma nostalgia que me trae el olor a tierra húmeda. De repente todo viene a mi: En otro tiempo , yo no andaba en cuatro patas, si no en dos, era como ella.
Mi mente se acelera y no puedo evitar el colapso. El peso de una vida pasada que acabó en una noche de luna llena, en un pasto húmedo por la lluvia, cuando me encontré frente a frente con un imponente lobo gris. Yo no era el cazador, si no la presa ¿Cuánto tiempo ha pasado, diez, quince, veinte años? no importa, ya nada de eso importa... solo el hambre que no desaparece jamás.