CAPÍTULO 1: “Una idea.”
“En la secundaria “Bangtan” todo podía pasar con un poco de imaginación.”
Imaginación era justamente lo que más sobraba en aquel grupo de amigos compuesto por personas bastante peculiares.
Park Jimin esbozó una sonrisa cuando vio cómo su amigo Kim Namjoon se quedaba observando a su compañera y presidenta de clases, Diana.
No era un secreto de que tanto Diana como Namjoon eran los mejores estudiantes de su clase y por ello habían sido elegidos para representarlos en el consejo estudiantil; ni mucho menos de que a su amigo le gustaba demasiado la chica de mirada amable y sonrisa contagiosa, siempre correcta en sus modales y carismática. Pero había un problema en todo aquello: el intelectual y siempre educado Kim Namjoon, por mucho que intentara acercarse a Diana para hablar con ella de una forma más amigable y cercana, siempre terminaba charlando sobre sus deberes como presidentes de clase. Él, en realidad, deseaba pedirle la oportunidad de una cita, el tiempo para hablar de temas que fueran del interés de ambos; y no sólo de libros y normas de convivencia.
Jimin no podía creer que, por muy buen orador que fuera su amigo (al igual que atractivo en su físico y forma de vestir), éste no pudiera entablar una simple charla con una chica. Bueno, en realidad, las chicas sí hablaban con él, pero la única excepción a la regla era Diana.
Qué frustración…
Y Micaela, amiga de Diana y compañera de banco de Jimin, suspiraba resignada por no poder encontrar una razón coherente por la cual Diana sólo escapaba cada vez que Namjoon se acercaba a ella con otro propósito que no fuera ir juntos a una reunión estudiantil.
-Tonta Diana – dijo en un murmullo al ver cómo la chica se encontraba con las miradas de Namjoon y rápidamente giraba su rostro sonrojado para taparlo con sus libros de “Historia de las Civilizaciones del Medio Oriente”. ¿Desde cuándo leer ese libro era algo interesante? Por mucho que se esforzara, Diana no podría leer por más de treinta minutos ese libro… ¿O sí?
-Mica, ¿Dijiste algo? – Preguntó Jimin al notar que los dos miraban a las mismas personas.
-Que Diana es muy tonta, sólo mírala: se cubre la cara para no hablar con Namjoon. – La chica señaló lo que ocurría en ese momento, y Jimin sólo pudo asentir totalmente de acuerdo. – ¡Por favor!, ¿Quién, en su sano juicio, no querría hablarle?, ¡Yo quiero hablarle! – Mica dijo aquello último como si pensara en voz alta, así que Jimin pegó un ligero salto cuando la vio ponerse de pie enérgicamente. – ¡Es más, yo ahora mismo…!
Pero no pudo terminar su frase ya que las carcajadas del amigo a su lado llamaron su atención. El chico parecía estar muriendo de risa sobre su pupitre mientras sus pequeños ojos desaparecían en su sonriente rostro. Mica pensó que él se veía realmente adorable cuando hacía eso.
-Basta Mica-chan, no puedo ver si me haces reír tanto – argumentó su amigo, sujetando su estómago ante los espasmos por las carcajadas.
-No entiendo por qué siempre ríes así cuando hablo de esta manera – confesó la chica sonrojada, cubriendo un poco su rostro con su largo cabello, y volviendo a tomar asiento.
-Eres tan calmada que cuando ves a Diana y Namjoon actuar cómo estúpidos, te vuelves salvajemente linda – respondió Jimin luego de un suspiro al terminar de reír, recostado sobre su banco, dedicándola una dulce sonrisa, de esas que sacaban suspiros y disparaban los latidos del corazón. Viéndola así, Jimin parecía un niño, y Mica lamentó no tener las agallas para plantarle un beso en ese mismo instante.
-Tonto Jimin…
-¡Hey! ¿De qué me perdí? , ¿Por qué pareces un tomate, Mica? – Kim Taehyung acababa de regresar luego de comprar los dulces que sus amigos le habían pedido para comer en aquel receso. Pero encontrar a Jimin muy sonriente y a Mica muy sonrojada, fue algo que llamó su atención. – Espera, no digas nada, Jimin te está molestando de nuevo, ¿Cierto? – . Y, dejando la comida sobre su propio pupitre, se acercó a la chica de una forma protectora, rodeándola con uno de sus brazos, para luego observar a su amigo de forma desconfiada. – Ni se te ocurra acercarte para molestar a “mi Mica”, ¿Escuchaste, acosador?
-¿Tu Mica? – Jimin lanzó una carcajada, abriendo sus ojos con sorpresa. – ¡Ja! No me hagas reír de nuevo Taehyung. Sabía de tu deseo por estudiar artes dramáticas, pero creo que te iría mejor con la comedia. – El chico continuó riendo mientras su amigo cambiaba su expresión a una de total desilusión.
Jimin aprovechó aquel descuido para ponerse de pie frente al asiento de Mica e inclinarse para sujetar el mentón de la joven sutilmente con una de sus manos. Sus profundos ojos oscuros se posaron sobre los de su amiga, y sonriendo de forma seductora, guiñó un ojo agregando: – Si fuera “tu Mica”, no estaría así de sonrojada ahora que yo la estoy mirando, ¿Verdad, Mica-chan?
La mandíbula de Taehyung casi quedó por el piso al ver aquella sucia estrategia de su amigo.
-¡Ella está así porque yo la estoy abrazando ahora! , ¿Verdad, mi Mica? – Tae se apresuró a responder volteando a ver a su amiga con la más grande e inocente de sus sonrisas corazón.
Mica no aguantaba tanta presión, siempre le ocurría lo mismo cuando sus amigos se ponían “cariñosos”. Desde que ellos dos habían comenzado a hablar, sólo había tenido ganas de regocijarse con cada mirada que le regalaban, y apreciar el tacto de sus manos contra su piel; pero el cerebro de Mica simplemente colapsó, y sólo pudo ponerse de pie en silencio mientras salía a paso apresurado del aula en dirección al baño.
Jimin y Tae se le quedaron mirando con duda, un tanto extrañados aun cuando no fuera la primera vez que ocurría aquello.
-¿Su nariz estaba sangrando? – Preguntó Taehyung, a lo que Jimin sólo se encogió de hombros.
Estefanía corría emocionada por los pasillos del primer piso, en dirección a su curso, intentando contener los gritos que quería dar por la buena noticia. Hacía sólo unos minutos, su novio Tony junto a su primo Jungkook le habían explicado que tenían un plan para despedir el año escolar, y era demasiado bueno para ser real. Tenía que contárselos a sus amigos cuanto antes, pues Tony y Kokkie le dijeron que los trajera al salón de deportes una vez que ellos terminaran su práctica de basketball para, entre todos, organizar la ejecución de esa idea. Sabían que los demás estarían más que de acuerdo con llevarla a cabo, después de todo era una iniciativa de los primos Jeon, los más famosos autores de bromas de toda la institución.
Tan ensimismada estaba en sus pensamientos, que no notó la pierna que se elevó frente a ella al grito de: – ¡No se puede correr en los pasillos!, ¡Alto!
La chica no supo en qué momento terminó de cara contra el piso tras un fuerte y doloroso golpe que fue presenciado por todos los estudiantes que estaban allí, y escuchado por aquellos en los alrededores. Algunos quedaron mudos de la impresión, y otros sólo comenzaron a reír.
Estefi giró hasta quedar boca arriba observando el techo, tratando de asimilar lo que había ocurrido mientras escuchaba unas risas bastante conocidas a su lado.
-¿Estás bien? – Preguntó Ayelén, una amiga de su clase, observándola con preocupación en su semblante.
-Eso creo… – Respondió Estefi tocando sus labios para luego aceptar la mano que la chica le ofrecía y enderezarse en su lugar hasta quedar sentada en el piso. – Parece que todos mis dientes siguen en mi boca todavía –. Volteó hasta encontrar a quienes seguían riendo –. Pero alguien más perderá los suyos. – Sentenció mientras se ponía de pie, tambaleando un poco, y se dirigía hacia los dos chicos que estaban sentados en el piso, riéndose a carcajadas.
Aquella risa de limpiavidrios podría reconocerla donde fuera. Ayelén la siguió de cerca porque temía saber qué ocurriría después.
-Te dije que iba a volar, ya la conoces, es tan flaca que cuando quiero ver la tele y ella no me deja, sólo debo empujar el sillón fuera de la sala con ella sentada ahí y ni siquiera me resulta un esfuerzo, ¡Ja, ja, ja! – Seokjin seguía riendo mientras daba palmaditas en el hombro de su mejor amigo Min Yoongi, autor de dicha “broma”. – Págame lo que me debes Min.
-Entonces voy a dejar de hacer apuestas en tu contra – se lamentó el joven poniendo sus ojos en blanco una vez que pudo dejar de reír, mientras colocaba un billete en la mano extendida de su amigo. – Había olvidado que la apodábamos “la escoba voladora” en primer año.
-Ja, ja, muy graciosos los dos. En verdad, no sabría distinguir quién es el genio de la clase y quién el estúpido perro faldero. – Estefi se paró frente a ellos con los brazos cruzados y una expresión de furia en su enrojecido rostro.
Jin tuvo que taparse la boca para no soltar otra carcajada frente a la imagen de su hermana melliza. Ella se veía en verdad adorable cuando se enojaba, pero no pudo evitar sentir un poco de culpa por verla golpeada. No pensó que en verdad ella no fuera a ver el pie de Yoongi en el camino, aun cuando sabía lo despistada que solía ser al correr o hacer cualquier otra actividad física.
-Pues aquí ves al genio y éste es el perrito, ¿Acaso el golpe no te deja ver cómo él hace fiesta? – Respondió Yoongi, también conteniendo la risa ante las marcas de la baldosa sobre el rostro de su compañera.
-¡Oye! – se quejó Jin dándole un empujón, ofendido por las palabras. Pero la risa era más fuerte, así que ambos rieron de nuevo.
-No esperaba menos del genio Min Yoongi. – Estefi pronunció aquel nombre con cierto énfasis. – ¿O debería decir Min “Suga”?
El aludido cambió su expresión risueña a una de fastidio mientras dedicaba una mirada asesina a la hermana melliza de Seokjin. Ese apodo “dulce” por el que era conocido gracias a su carácter, no era uno de su total agrado; aunque esa idea había comenzado a cambiar cuando Ayelén lo había llamado así por primera vez sin conocer el origen de dicho nombre.
-Igual de insoportable que tu hermanito, ¿No? – Comenzó el chico poniéndose de pie frente a la joven y mostrando una sonrisa socarrona. – Eso sí viene de familia, pero… ¿De verdad son de la misma sangre? Porque sus caras son muy diferentes y, por mucho que te golpees, no lograrás mejores resultados.
-Muy chistoso en verdad, pero mejor tú dime: ¿Dónde dejaste tu altura, Suga?, ¿Se te perdió junto a tu creatividad para chistes contra mí? – Estefi arqueó una ceja satisfecha ante la forma en que había logrado borrar la sonrisa del rostro de su adversario. Entonces, sobreactuando una expresión de sorpresa, la chica se acercó hasta una de las ventanas. – ¡Oh, espera, creo que la veo ahí!
Ayelén contuvo una risa nerviosa, y Jin sólo se golpeó la frente un tanto cansado de las discusiones estúpidas que solían tener su hermana y su mejor amigo fingiendo que no se llevaban bien cuando en realidad ambos eran igual de insoportables con su maldito orgullo. Menos mal que su cuñado, Tony, era todo lo contrario, y que Yoongi nunca había mostrado interés por ser novio de Estefi, porque en verdad no hubiera soportado ese tipo de discusiones tan seguido.
-¡Ay, no!, me equivoqué, sólo era una paloma. – Estefi continuó su teatro fingiendo pesar con una mueca, para luego esbozar una enorme sonrisa de sorpresa. – ¡Pero mira, era una paloma mensajera! – La chica apretó su mano derecha en un puño, como si hubiera sujetado algo dentro de ella. – Y dejó este mensaje para ti.
Antes de que Yoongi pudiera reaccionar, el puño de su compañera se estrelló en sus costillas haciéndolo retorcer en su lugar, obligándolo a ponerse en cuclillas.
-Oh, el mensaje era doble – dijo la chica dándose la vuelta hacia su hermano para golpearlo en un brazo el cual luego pellizcó con furia.
-¡No, no, Estefi, yo no fui! – Llorisqueó Seokjin sin poder zafar del castigo, cerrando sus ojos con fuerza.
-Claro que no, pero animaste a tu amigo a hacerlo, así que el crimen es compartido – le recordó su hermana sin dejar de presionar la piel del chico. – Esta noche te encargarás de la cena si no quieres que le cuente a papá y a mamá que casi me dejas sin dientes.
-¡De acuerdo, de acuerdo! – Aceptó el joven acariciando su brazo dolorido una vez que su hermana lo dejara libre de su agarre. Había olvidado que, por muy delgada que fuera, Estefi tenía demasiada fuerza cuando se enojaba.
-Y tú, inepto, hazle honor a tu apodo y deja de ser tan agrio. – Estefi se giró para observar a Yoongi, quien seguía en el piso sujetando sus costillas golpeadas, pero Ayelén ya estaba a su lado dándole dulces caricias. – ¿Es en serio? Aye no entiendo qué le viste de lindo a este enano… – confesó su amiga fingiendo desagrado ante la escena melosa de la pareja.
-¡Todo! Ji, ji, ji. – respondió ella sonrojada, escondiendo su rostro en el pecho de Yoongi quien sonrió un poco avergonzado ante la confesión, mientras le mostraba con orgullo su dedo medio a la hermana de su mejor amigo. – Él es mi terroncito de azúcar.
Terminó de decir esto y ambos se dieron un besito en los labios provocando que tanto Jin como Estefi arrugaran sus narices al mismo tiempo, notándose allí el parecido familiar.
-Cómo sea –, continuó Estefi cerrando los ojos y agitando una mano, en un intento por quitar la imagen de ese meloso beso de su cabeza. Yoongi había sido el mejor amigo de su hermano durante años, siempre había sido una persona poco sociable y fría, hasta a veces muy desagradable con ella; por lo que verlo así de enamorado le causaba una sensación tan extraña que no podía encajar dicha idea en su mente. Y mucho menos con Ayelén como parte de la historia, ya que la chica era demasiado dulce y amorosa, todo lo contrario a ese cretino. Por mucho que intentara ocultarlo, Estefi apreciaba a Yoongi a su manera. – ¡Tengo grandes noticias y ustedes tienen que estar presentes cuando las de!
-¿De qué hablas? – Quiso saber su hermano cuando ella tiró de su brazo para que él se incorporara.
-¿Tony te dejó embarazada? – Yoongi preguntó aquello fingiendo sorpresa mientras se llevaba una mano a su boca y la otra la mantenía firme en la cintura de Aye. – Felicidades Jin, seremos tíos.
-¡¿Qué?! – El grito de Jin fue bastante fuerte.
-¡No es eso! – Se apresuró a contradecir Estefi, jurando que mataría a Min Yoongi.
-¿El ADN dio negativo al fin y no eres familiar de Seokjin? Eso tendría mucho sentido.
-¿Cómo? – Jin volvió a preguntar arqueando una ceja mientras miraba a su hermana. – ¿Eso es cierto? ¿Cuándo te hiciste una prueba?
-¡Tampoco es eso!
-¡Te harás cirugía para dejar de ser tan plana! – Yoongi señaló con un dedo el pecho de la chica, quien se cubrió de inmediato como si no tuviera puesta su camisa.
-¡Yoongi! – Gritó Estefi al borde de los nervios, totalmente sonrojada porque el chico no dejaba de decir todo aquello casi a los gritos, por lo que otras personas podían escucharlos.
-¿Plana? – Jin miró el cuerpo de su hermana confundido. – ¿Tony te ha obligado a hacerlo? Ese cretino…
-¡¿Eh?! ¡Nada de eso! – Estefi no sabía si estar más molesta con su hermano por creer todo lo que el patán de su amigo decía sobre ella.
-Aunque Tony me cae bien, todavía no entiendo cómo puede aguantar la locura de esta chica – agregó Yoongi pensativo.
-¡De la misma manera que Ayelén aguanta tu cara! – Terminó por gritar Estefi atrayendo todas las miradas hacia ellos. Pero rápidamente el resto de los alumnos continuó con sus actividades, sin prestar mayor atención.
-Hermanita – Jin tomó las manos de su hermana haciendo que Estefi pestañeara confundida y olvidara su enojo por unos segundos. – No importa lo que digan de tu cuerpo, o de tu podrido carácter, o de tu loca alegría. Eres única para mí, hermosa y única. Perfecta así cómo eres.
-Ah…
Yoongi arqueó una ceja ante la escena, preguntándose si su amigo hablaba en serio o sólo era una práctica de sus clases de teatro.
-Aunque obvio que papá y mamá pusieron más esfuerzo en mí a la hora de repartir los genes… – Jin dejó de hablar en ese momento, cayendo de rodillas por el golpe que había recibido en su estómago. – Sólo era un chiste…lo juro…hermanita bella…
-Ve a contar tu chiste a un teatro, Seokjin. – Estefi masajeó sus nudillos luego de haber tomado venganza por la actuación de su hermano.
-Si ya dejaste de hablar como loro, podríamos ir al salón de clases de una vez antes de que termine el receso, ¿No? – Le recordó Yoongi de pie junto a Ayelén. – No nos dejarás en paz hasta que te escuchemos, así que date prisa. Quiero pasar mi tiempo con mi chica.
-Cariño, no seas tan rudo con ella, es mi amiga también – se atrevió a decir Aye atrayendo la mirada de su chico, quien sonrió de inmediato divertido por el bello rubor que cubría las mejillas de la joven.
-Tranquila pequeña, a ella le gusta. La conozco desde que éramos niños y siempre tuvo gustos extraños usando cadenas en sus pantalones y tachas en sus pulseras. – Yoongi habló de forma suave para Aye quien parecía no entender mucho lo que el joven decía porque era más lo que se concentraba en ese rostro que tanto amaba, que en las palabras de burla que él dedicaba a su amiga. – Si no por qué crees que Tony siempre lleva cadenas en…
-¡Ya vámonos! – Habló de forma abrupta Estefi, casi escupiendo veneno por su boca, y tomando a su hermano de un brazo para comenzar a caminar pisando fuerte en dirección al aula.
-Estefi, me dijiste que usabas cadenas cuando eras punk…No me digas que ahora lo haces porque… – comenzó Jin haciendo cálculos mentales de forma inocente.
-¡Cállate!
Finalmente, los cuatro estaban en su clase viendo con desesperación (y hasta cierta impotencia), cómo Namjoon no dejaba de dedicarle miradas de enamorado a Diana quien sólo se limitaba a cubrir su rostro con todo lo que tuviera al alcance de sus manos: un libro, un cuaderno, su caja de colores, la espalda de algún compañero, su bolso y hasta el cesto de basura.
Pero lo que también atrajo su atención, fueron las risas que venían del fondo de la habitación acompañadas de música. Todos los presentes, incluidos Jimin, Tae y Mica (quien había regresado al aula luego de superar su colapso mental y hormonal), prestaban atención a la pareja feliz y totalmente explosiva que bailaba sin preocuparse de las miradas curiosas a su alrededor.
Jung Hoseok, (o J-Hope como prefería ser llamado), no dudaba ni un segundo de disfrutar cada movimiento y paso que daba al ritmo de aquella música junto a su amada Gabi. Ambos eran bailarines natos, sentían la música en sus venas y lo dejaban ver como un grandioso espectáculo. Amaban tanto lo que hacían, que contagiaban esa felicidad al público que los observaba. Y había sido ese mismo amor por el baile lo que los había unido cuando se conocieron en el taller de danzas libres del colegio. Desde que sus miradas se cruzaron y sus pasos sincronizaron, supieran que sus corazones también lo habían hecho.
Por eso, todos aplaudieron cuando su rutina terminó con un apasionado beso. “¡Bravo!”, se escuchó gritar entre los aplausos, mientras Gabi y Hoseok recobraban el aliento sin dejar de mirarse a los ojos, sonrientes y triunfales.
-Lo hiciste genial, mi reina danzante – habló al fin el chico tomando las manos de su amada y pegando su nariz a la de ella en una suave caricia.
-Igual que tú mi Hobi Hobi – respondió la chica emocionada, depositando un besito en la nariz de su amor.
-¿Por qué no te quejas sobre lo empalagosos que son ellos también? – Preguntó Yoongi a Estefi.
-Porque de ellos sí lo espero, pero de ti ni en sueños – respondió la aludida encogiéndose de hombros como si la respuesta fuera muy evidente. Yoongi gruñó por lo bajo. – ¡Hey, chicos!
Estefi saludó a Jimin, Tae y Mica quienes se habían acercado hasta ellos.
-Verlos bailar inyecta energía, ¿Verdad? – Sonrió Taehyung, y Mica casi se tiró en sus brazos al ver lo inocente que se veía hablando así de sus amigos.
-Ni que lo digas, yo me siento con mucha energía como para bailar también – confesó Seokjin, recibiendo miradas escépticas de todos, en especial de Yoongi. – Anda Taehyung, vamos a bailar también.
-¿Lo dices en serio, “Dos pies izquierdos Jin”? – cuestionó Yoongi entornando sus ojos.
-¡Ja! Te sorprenderás cuando me veas mover las caderas –. Su amigo comenzó a moverse ante la risa de los demás y la cara de vergüenza de su hermana. Algunas chicas lo miraron con interés, a lo que Estefi respondió con rayos por sus ojos. – ¿Ves? A este paso podré igualar a Jimin y las chicas van a caer rendidas.
-Eres muy chistoso Jin – rio Jimin dándole algunos golpecitos a su amigo en la espalda. – ¡Pero hay que admitir que te mueves mejor!
-¡Yeah man, I’m worldwide handsome, you know! – Jin exageró su acento al hablar en inglés, volviendo a causar risas en sus amigos, pues su próxima clase sería justamente la de inglés y, aunque Jin fingiera ignorancia, él era bueno hablando el idioma, pero demasiado modesto para aceptarlo.
Estefi suspiró ante las ocurrencias de su adorado hermano, y rápidamente volvió a su cometido: – ¡Hey, Hobi y Gabi vengan, tengo algo importante para decirles!
La parejita feliz se apresuró a reunirse con el resto, mientras que Namjoon se acercaba también y Diana intentaba hacer lo mismo poniéndose detrás de Aye para no tener tanto contacto visual con su compañero de clases. Estefi golpeó su frente al ver aquello, y Mica casi gritó, pero la sonrisa de Jimin fue suficiente para dejarla tranquila. Taehyung no tardó en aportar lo suyo con una caricia en sus cabellos. Pobre y afortunada Mica.
-Escuchen, cuando termine nuestra clase de inglés, Tony y Jungkook me pidieron que fuéramos a verlos en la sala de deportes. - Estefi dio el anuncio con chispas brillando en sus ojos.
-No me digas que llegó el momento – Se adelantó Hoseok totalmente emocionado, haciendo que Gabi comenzara a saltar en su sitio.
-¡La tan ansiada despedida de año escolar! – gritó Jin junto a Jimin y Tae.
-No entiendo mucho a qué se refieren – confesó Ayelén un tanto perdida, pues ella era nueva en el colegio ese año.
-No te preocupes amor, yo te voy a explicar. – Le tranquilizó Yoongi con una enorme sonrisa. – Es un evento imperdible en esta institución, y los primitos Jeon siempre lo hacen memorable.
Todos estuvieron de acuerdo con esas palabras y comenzaron a hablar muy animados.
-¡Oigan, oigan! – Pero el ánimo fue derribado por las palabras de la presidenta de clase. – ¿Ustedes en verdad creen que pueden hablar de este tema frente a nosotros? – Diana se señaló y luego señaló a Namjoon, quien estaba animado también hasta que entendió a qué se refería su compañera y fingió compostura. – Hello, somos sus presidentes de clases, es más que obvio que no podemos permitir que algo así pase.
-Oh, vamos, como si alguien alguna vez hubiera podido impedirlo – se burló Jimin siendo apoyado por sus amigos.
-Pue este año quizás ese alguien sea yo – sentenció Diana muy segura de sí misma, sintiendo cómo todas las miradas la traspasaban con cierta ira. – No pienso participar en esto, soy una persona con responsabilidades.
-Diana eres la persona más amargada que he visto en mi vida, por favor. – Le enfrentó Estefi parándose frente a ella con frustración. – Ningún presidente se ha opuesto antes a este festejo, ¿y tú quieres ser la primera? ¿Quieres marcar historia acaso?
-Quiero hacer lo correcto. – Respondió su amiga con seriedad y cierto enojo en su mirado porque Estefi había acentuado algo que para ella era doloroso pero cierto: Diana no disfrutaba del todo de su vida escolar. La chica regresó a su banco sin decir otra palabra.
Todos quisieron protestar, pero el sonido del timbre indicó que el receso había terminado ya, por lo que no tuvieron otra opción más que regresar a sus asientos.
Gabi meditó lo ocurrido unos minutos antes, mientras veía a sus amigos acomodar sus pertenencias para comenzar con la clase de inglés. Por unos segundos una idea vino a su mente pero le pareció demasiado estúpida. Entonces supo que no era una idea desechable cuando vio cómo Namjoon intentaba ser amable con Diana luego de la pequeña discusión.
-¿En qué piensas, nenita hermosa? – le preguntó Hoseok al verla tan seria y callada.
-Creo que tengo un plan para que nuestra presidenta disfrute de este festejo de fin de curso.
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