1566617928 Francisco Rivera

Decisiones nacidas de lo opuesto, donde cada ser humano sostiene lucha de contrariedades mientras se está vivo, coleando y dispuesto a tropezar con la misma piedra en el camino, las veces que haga falta...


Histórias da vida Para maiores de 18 apenas.
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Comprador de indecisiones.

Como cauto marinero, sin vestimenta apropiada, su traje de calle reluce al sol por desgaste de uso y ser prenda única que promete garbo a su gira habituada desde casa al trabajo.

La estatura mantenida gravosa, de vigilante atento en cabrestante de vida, surte desafío de tempestades y aventuras no menos afortunadas.

Notoria figura desacreditada en negocios de existencia propia sobrelleva inventario mental de galeones y piratas, imagina que lleva contenido de cofres repletos de irresoluciones, dificultades perennes constantes e indecisiones para superar el mejor momento del momento precario que ensueña.


Siempre evade realidades que construyen a costillas propias a través de sinsabor de propia vida errante.

Con su cabello que brota desde la frente y hace arco para ocultar en giro necio curvado una calva de inicio precoz en los albores de la adolescencia, confirma su estampa de hombre joven cercano a la treintena de edades que oculta zona deforestada en absurdo intento capilar que derrama hasta el área de la nuca, y más revela que oculta, sin reparar en no aceptar lironda alopecia donde ya reina en tonsura para muestra ante propios y extraños que lo enjuician de manera equívoca creyéndolo de edad mayor, sin que esta asome aún y, por tanto, incumple.

Así, la redonda isla concéntrica del exterior del cráneo ostenta un tatuaje de bandera pirata donde ningún Robinson otea proximidades de desembarco o bien, ni pares de bucaneros y corsarios imaginarios decidan superar su burda intentona de enterrar cofres o cruzar ese desierto de lisura.


La nariz aguileña acentúa mirada rapaz que ostenta nerviosos ojitos de fantasía.

Camina sin prisa habitual y algo ligero.

Desplaza, desde pies pequeños y contundentes sus recuerdos de incursiones veloces cuando juega con el recuerdo de llanos y sortea contrincantes en celebradas gambetas, quiebres de cintura inesperada y regates fulminantes desde costados, esquinas o medio campo, siempre con pelota cosida a cualquiera de ambos pies. como mago ejecutor de malabares y guignol terco que enfurece a jugadores enfrentados y burlados semana a semana y, sin embargo, todo eso, hecha ya, pura basura de esta historia.


Ahora esboza mejor sonrisa; saluda desde su gesto icónico a cuantas personas lo reconocen en el andar y portar gastado traje de calle.

Paso a paso saluda aquí o allá porciones de muchedumbre que lo recuerda en mocedad y de ser ese diablo driblador en sonriente avance.

En hacer hartar el ego al anotar en racimo cuatro goles de autoría dividida: siempre dos más de lo que anotan compañeros coequiperos o contrincantes malhumorados.


Y, además, sin nunca dejar ventaja, a como dé lugar y cuando menos Dios se lo haya.

Así sea ante conjuntos que punteen tablas, dobles campeonatos logrados o sorprendentes temporadas ganadas, es impávido y duro de principio a fin.

En resumidas cuentas, insertadas en memoria prodigiosa que no sirven para nada en su vida anónima desmadejada, es ya retrato apergaminado que sólo queda para recuerdo, válido para quienes lo vieron jugar y aceptan, sin más, que lo sigue haciendo en alguna parte del infinito cielo cotidiano cada vez que suele aparecer desde siguiente dos de noviembre del año nefasto en que muere, tras ganar el quinto y último campeonato pero con coraje mortal por dividir el trofeo de máximo artillero con su feroz contrincante, quien mal le sobrevive y lo trae a la memoria popular al reconocer que en vida competida, siempre sí fue aquel mejor que éste, pero siendo vivos jugadores opuestos, preconizó ser mejor por delante de su rival, sin pensar que de eso, precisamente moriría.



Comprador de indecisiones 2


Ayer, hoy, mañana, quizá más contagios por hora, hace grueso el dato estadístico en un mundo atribulado y compartido, donde ahí estás tú...

Aumento de infectados dentro de una cronicidad de veinticuatro horas con incremento inclemente en geografía territorial del país donde vives.

Resalta la pandemia local revelando el estado de precariedad, reserva, duda racional inconsistente y austeridad bajo desidia o pecado de administración de salud humana, de activos sanitarios sin presupuestos ni infraestructura y dotación posible de insumos, entre otros aspectos.


Develan la otra pesadilla: la llamada indisión o dicho de una cosa sobre la cual no ha caído resolución, encontrarse irresoluta o abierta de manera preocupante ante la subsecuente improvisación de un siguiente peligro de contagio más elaborado que el efecto Covid-19 visto enfrente de narices de autoridades sanitarias de todo el planeta.

Otorga discursos de palabrería vana y resultados de contención epidemiológica más que tardía, insuficiente, ignorante, insensible y deshumanizada.

¿Se encuentran semejanzas entre tu país y el mío?


Hoy, ciento ochenta y ocho países se reparten miles de muertes y suman millones de decesos en el desconcierto de naciones atribuladas: sellan pacientes recuperados aún en peligro de volver al rebrote de lo salvado en ese primer contagio nefasto.

La superación de casos en infecciones diarias parece no hacer diferencias de grado ante un entramado de respuestas de parte de los estados comprometidos en la lucha de erradicación de males, donde convulsionan ciudades, habitantes y personal de frente sanitario.

Obtención de resultados a la baja ó a la curva ascendente, y esperanzas de obtención de mejores resultados ante la evidencia da la impresión de rascarse con uñas propias, mientras nada ocurra, como lo que ahora ocurre.


Como si los afectados de cada nación fueran enemigos de cada nación frente a los estados que integran este mundo pandemon iado, se muestra sin verdadero espíritu empático y con indecisiones perturbadoras.

Queriendo hacer causa común ante este contagio de reciente pasado, es que se considera que se toma al género humano como una persona que tiende a retrasar la toma de decisiones, importantes y trascendentes, pero sin dejar de lado que resultan no menos estresantes, como restando vigor a los actos solidarios, donde acaparar posibles curas a potenciales infestados es no atenuar el miedo de ser verdaderos pobladores necesitados de prevención e informción constante.

Quizá salvar la vida sea, acaso, cuando la población se torna en electores potenciales ante la inminencia de campañas presidenciales, estatales, departamentales o locales que permiten hacerse nuevamente del poder político para terminar, cuando hay triunfos correspondientes, con libertades humanas de connacionales inconformes por la manera en que se les gobierna: no sólo ahora y hoy, sino a cómo ocurre en Norteamérica, España, Alemania, Francia, Argentina u otros pueblos inquietos y molestos con sus dirigentes de salida del poder que detentan.


¿Nos espera algo semejante en nuestra propia realidad nativa?

¿Ocurre lo mismo en tu país, el mío o el de quien esto lee?

Evidencias estructuradas por la ausencia de atenciones en tiempo y forma, colapsan desde antes de la pandemia sus servicios de salud en muchas naciones y tornan indecisas sus obsesiones donde no quieren ver las escasas opciones que existen y terminan por no decidirse con satisfacción plena, ya sea antes de llegar al poder sus dirigentes o bien, ya instalados sobre éste, más parecen ciegos en tierra de tuertos.


Así, el mundo desigual y frágil es puesto de rodillas bajo premisas de posibles causas o factores de indecisión.

La humanidad, por virus microscópico entrega saña desde esta pandemia a cada sociedad contagiada y parece prefigurar en sus entrañas el microbio de poderosos sentimientos de inseguridad.

En tanto el precario mundo contemporáneo continúa buscando curas, sustituciones, retrovirales, inyecciones de mañana antes de que la realidad del futuro vuelva a sobrepasarse, a como nos acostumbramos a vivir en 2019 a 2020, vividos con experiencias infinitas y ahora con situaciones finitas y nuevos virus en turno y ante determinados tiempos... donde aun permea la baja auto estima y la falta de motivación.


Las regiones de progreso en erradicación de pobreza y reducción de desigualdades parecen ejemplos de lo que se quiere revertir a cuentagotas ante el tema inmediato de una falta de igualdad de oportunidades, donde se sospecha que la población más vulnerable delega ciertas decisiones porque aún no parece aprender elegir y cuándo decidir cambiar su estilo de vida, con la calidad que merece, no, la que suponen otros que debe merecer.

O bien, con la posible atención global ante el hambre y otros aspectos dejados de lado, desde años antes del problema de pandemia padecida donde no se evita elegir la mejor opción.

Y aún, para cuando el peor momento resulte necesario y se imponga ante la propia sanidad humana, sin contar hasta ahora con un modelo elaborado previamente para defender a la población local de amenazas de este tipo y desde las infecciones experimentadas en el pasado no lejano, que quedan ahí, en estado de latencia esperando resurgir sus antiguos contagios, creídos controlados, o bien, siendo cosas del pasado, sin que se evite sentir estrés por falta de información.


¿La humanidad se une en causa común ante este flagelo y debe requerir mejorar su imaginación para conocer posibles resultados de prevención, cura y tomar nota de lo bueno alcanzado ante lo malo por mejorar en el aspecto sanitario?

¿Es así o mera ilusión, y se asiste a una inseguridad emocional donde la persona no tiene confianza en sí misma, manifestando malestar y nerviosismo, miedo al fracaso o sentirse objeto de burla del resto de la gente?

¿O ante los que deban presentarse en lo inmediato ante personas indecisas rodeadas de dudas, y de alguna forma potenciales alimentadoras de su propia inseguridad?


Con las noticias del día a día, lo que se difunde también acumula dificultades para tomar decisiones y alcanzar para bien o para mal alto impacto en la propia autoestima individual, de pareja, en familia, de comunidad y hasta con alcance social.

Atrapados en esa densa red de indecisiones, la confianza propia y auto valoración puede disminuir, pero se debe encarar esa reducción al analizar lo que nos hace impotentes y nos lleva a cuestionar el rescate de las mejores capacidades que poseemos.

La inducia o provocar o causar algo en un segmento importante como el de la mujer, va ligada a la falta de confianza y redirecciona directamente a cuestionar sus decisiones y asocia un sentimiento de inseguridad, una excesiva autoexigencia a no equivocarse que las puede llevar a la indecisión crónica, cuyo hábito es, precisamente evitar tomar una decisión, quizá a punto de desfallecer, llena de ansiedad, a veces inconsciente, donde se da lugar a sucederse de manera regular o repetida pequeñas elecciones sin sentido.


Un ser humano sin voluntad es fiel reflejo de desorden mental donde su persona, su ser individual, el sentido de ser sujeto no es capaz de tomar una decisión por simple que lo parezca, dentro de su cotidiano vivir.

En cierto extremo, la decidofobia o miedo a tomar decisiones lleva a ciertas personas a un estado de abulomania o desorden mental donde la persona se siente incapaz de tomar cualquier tipo de decisiones ante situaciones presentes, concretas dentro de su vida cotidiana, sin tomar en cuenta o en plena independencia respecto de la magnitud o de la importancia que reviste el momento de tomar cartas en asuntos críticos, poco comunes o inusuales de la vida y de la existencia propia.

Ya lo expondremos en casos diversos, estar atentos y, de ser posible, hacer llegar sus comentarios.



Comprador de indecisiones 3


Llega como cualquier otro a la Terminal de Autobuses del Norte, carga situaciones salobres tras experimentar ocurrencias en pactos de Barones, de Dueños de Comandancias de Pax Impuesta en una Ciudad de nombre parafraseado: Mataulipas, en vez de: Tamaulipas...

Inmediatamente cruza el espacio del andén de llegada de autobuses y toma rumbo al exterior de ese recinto de viajeros intermitentes en salidas o llegadas recurrentes.

Encuentra miradas expectantes, contrariadas o felices de salir de esta ciudad, la cual, se cree libre de baronías, de jefaturas de comandantes de seguridad civil o ciudadana.


Se sabe, desde mucho antes, o desde siempre, que acá también se bailan las polkas al estilo norteño en versiones de huasteca tamaulipeca.

Que adapta al ritmo de vida de la chilanga gente que degusta, quizá, más, escuchar y apreciar esa manera de bailar.

Once años atrás de ese presente, el Golfo, en cartel que se auto difunde, enseña una nueva didáctica de práctica con saña: una lluvia de fuegos amigos perpetrado desde su crimen organizado, dispuesto a volver ley el tableteo metralleta que espanta para siempre a toda reacia persona tamaulipeca.


Adopta broncas emisiones de voz al hablar cualquier palabra que salea de su boca, desdentada ya por aquella golpiza que recibe ante una imprudencia de ir sólo a comprar unos tacos a la vuelta de la esquina.

Tampoco olvida los tablazos acomodados en ese levantón que libra, sólo porque Dios es grande y, sin embargo, continúa siendo renegado ateo que vive para seguirlo contando, y ahora escapa, por mínima distracción de sus captores y hace huida al entonces Distrito Federal.

Inocencia pasada por momentos de angustia continua, la vive en Reynosa y Matamoros, sin poderlo olvidar.


En ejecuciones sumarias sin cuenta posible en Nuevo Laredo, se habla de un cambio de percepción de los barones de comandancia que omnipotentes, controlan todo lo posible: tanto lo material como lo humano.

También lo comercial y exportable.

Lo contable y financiero y el incendio de plazas, sin aspaviento alguno.


Después, en una reflexión práctica, los amos-capos deciden salvar los activos de negocios e imbuir a la sociedad local donde reina un darse la viada [la vida], el chance, para no continuar auto perjudicándose a sí mismos y todo aquello que tocan, superando, incluso, lo fabulado por el
legendario Rey Midas...

De ahí, de esos momentos cinéticos le viene el gusto por los huapangos en estilo tamaulipeco, cuyas décimas o versos cantados en meritoria improvisación, dan cuenta de personajes, lugares, costumbres vaqueras, festivas alegorías y de hermosas mujeres.

Indómitas como lobas y amantes fervientes del amor en pareja, en familia y a la tierra que les da la oportunidad de vivir, son ejemplos de esos habitantes residentes en casi ochocientos mil kilómetros cuadrados de territorio nacional.


Rememora las colindancias al norte con Estados Unidos de Norteamérica, al sur, con Veracruz; al este, con el Golfo de México y al oeste, con Nuevo León y San Luis Potosí resultando para él influjos poderosos que impone la región noroeste dentro de ese clima seco, estepario.

En tanto que, en el sur, el propio clima templado lluvioso, con lluvias aisladas en verano, le recuerda que allá se queda Alondra, quien cubre bajo sus brazos al hijo que no tiene presencia y sustento de padre, sobre todo, cuando este páter familias cree vivir en estabilidad, hasta que comprende que los lazos de familia de parte de ella son importantes baronías de comandancia.

Y donde sólo uno le disputa la mujer con todo y vástago al que, en determinado momento, ha de aleccionar en cuanto crezca, como ocurre con tantos infantes, adolescentes y jóvenes deseosos de ingresar al afamado cartel del Golfo, y si Dios les da vida, alcanzar disfrute del efímero poder y dinero fácil, no sin el alto riesgo que representa pertenecer a tan nefasto matriculado, extendido en todas partes del territorio no sólo mexicano, sino norteamericano.


Luego entonces, intuye separarse de esos lazos por conveniencia de vida en su intento ciudadano por mantener demandas desde un plantón recíproco puesto en el Puente Internacional Número Dos, justo cuando, harto de su trajinar de ir y venir de Nuevo Laredo, México a Laredo Texas y viceversa.

Lleva a cabo propósitos de trabajo legal dentro de una maquiladora que paga de manera ilegal, ensamblando partes de micro-componentes y siempre atisbando la oportunidad de introducirse más allá del gabacho.

Reconoce que, sin papeles necesarios, antecedentes penales o cualquier otra pista delatora de sus actividades individuales, es una finta, una necedad, un sinsentido, nomás para presumir en oportunidad postrera a la flota, a los chacalillas del barrio, y sentir importancia por haberse aventurado a tanto, pero por nada de nada...


Impresiones de la Sierra Madre Oriental en recorridos al estado de norte a sur, lo ve apreciar el paralelo en vista de ciento ochenta grados ante la Sierra de Tamaulipas y en episodios violentos al norte, dentro de la Sierra de Pamorantes, así como también en esas llanuras al norte y a lo largo del litoral del Golfo de México.

Entonces, se decide a no seguir esa ruta pese a realizar recorridos por las inmediaciones hechas en determinados momentos trágicos, como los sucesos anónimos en los ríos Bravo y Salado.

O también, de huidas estruendosas en los ríos San Fernando y Soto La Marina y en aquella otra, la de media muerte en río Pánuco, donde salva la vida hasta desplazarse por sus propios medios al afluente El Tamesi.


Por eso, sus recuerdos vanos, once años atrás, lo creen ciudadano no oriundo, pero ciudadano en la más violenta ciudad de la República Mexicana.

Es ésta, donde casi a diario y año por año se suceden ejecuciones en paso fronterizo.

Asesinatos donde sea.


Acometidas de salvaguarda en expectante repliegue al suelo para evitar balas perdidas de los enfrentamientos armados que hacen temblar de miedo a Rambo ó a cualquier estrella del celuloide.

Se siente, sobre todo, un creciente halo de icónica y celebrada triste fama de esa pax auto impuesta, primero entre narcos.

Después con autoridades y ciudadanos, logrando derivar en giro silencioso a la vida de regreso, a las normales transacciones siempre diferentes a que se dedican sus dueños absolutos.


Son parte de esencia y sustancia donde se deja el rumor de muerte, ondeando tranquila en incesante cobro de vidas, pero sin rotativos de ocho columnas, sólo referidas ante aventuras de historias desventuradas que los juglares locales confieren a su narrativa musicalizada.

Como ese esfuerzo hecho queriendo conferir cultura a su cultura violenta, aquella visita del gran Gabo García Márquez nutre sus historias junto al coronel Aureliano Buendía y su descendencia de circularidad infinita.

De ese autor celebrado que distingue lo que ocurre, por ejemplo, en su momento nativo, allá, en tierras de Colombia, y ahora semeja lo que ocurre en México, dentro de ese girón de patria afrentada, hermosa, bronca e imperecedera del inconsciente colectivo, llevado en la sangre en terror trocado en resiliencias adelantadas, a como el resto del país se debe acostumbrar, tanto en lo local, como en lo nacional, propiamente hablando.


Y, sí, llega como cualquier otro: como tú, como yo o como quien sea a la Terminal de Autobuses del Norte, cargado de situaciones salobres tras experimentar lo que ocurre en esos pactos de barones, de dueños de comandancias de pax impuesta en una ciudad de nombre parafraseado:

Mataulipas... ¡Flor eterna!

"¡Tamaulipas querida, nunca más te he de olvidar...!"


CONTINUACIÓN

COMPRADOR DE INDESICIONES 4

23 de Julho de 2020 às 17:52 1 Denunciar Insira Seguir história
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Leia o próximo capítulo Comprador de indecisiones 4

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Roberto R. Roberto R.
Muy bien!
July 24, 2020, 04:19
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