aniramlynx Aniram Lynx

El mal no puede existir sin el bien, ambos dependen uno del otro. Son indispensables en esta vida, el hecho que estos se hagan notar es por qué las personas abusan de su poder. Te hacen recordar si tu vida es bendecida o simplemente la suerte no está contigo… como cierto líder de la mafia más peligrosa del mundo hace recordar a sus víctimas antes de matarlos. ¿No es así Víctor Nikiforov? ➤ Mafia AU ➤ Ship Principal: Victor x Yuuri. ➤ Ship Secundaria: Otabek x Yuri ➤ Genero: Acción | Romance | Lemon | ➤ Advertencia: Esta historia contiene escenas gráficas, alcohol, sexo, drogas, muertes, uso de armas, sangre y groserías.


Fanfiction Anime/Mangá Para maiores de 18 apenas. © https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/

#yurionice #yuri-on-ice #victuuri #victor-nikiforov #yuuri-katsuki
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1. Creación

Un joven de cabellos azabache va corriendo entre las calles de Osaka a la luz de la luna. Como vil ladrón que parece ser, se esconde entre los callejones para evitar ser visto por alguien más.

Su adrenalina esta al tope y se siente capaz de hacer cualquier locura, desde lanzarse de un edificio sin paracaídas hasta escalar la montaña más alta del mundo sin protección.

Entre los callejones encuentra el edificio que tanto busca y entra en él sin hacer demasiado ruido. Los pasillos son alumbrados por una luz tenue, lo suficiente para alumbrar a este joven de cabellos azabaches que porta un antifaz de color negro para ocultar su identidad.

El aura que emite este joven es de misterio y suspenso, no es común ver a una persona vestida de negro con un antifaz y una katana sobre su espalda.

Sube al menos tres pisos por las escaleras y llega a su objetivo. Comienza a buscar desesperado entre sus bolsas algo con que abrirla y lo único que encuentra es un pasador. Con precisión y con cautela para no alertar a los que estén en el interior del edificio logra abrir la puerta.

Entra al interior del lugar y las luces están apagadas. La tenue luz que entra por la calle se puede observar que es un lugar pequeño y de insignificante importancia.

Sigilosamente comienza a caminar en el interior, evitando chocar con los muebles u objetos de la casa, recorriendo por la sala hasta que la luz de la casa se prende.

El corazón del joven late frenéticamente dentro de su pecho y en cuanto descubren su presencia, un hombre no mayor de 50 años aparece frente a él.

—¡Llegas tarde! —le reclama.

—Lo siento, el vuelo se atrasó —contesta con toda la calma el joven.

El hombre se lleva una mano a su frente y mueve la cabeza de lado a lado. Sobre lo que es la habitación del comedor hay una mesa de billar y alrededor de ella hay otros 3 jóvenes sentados, como si lo estuvieran esperando. El enmascarado toma lugar a lado de uno de ellos.

El mayor muestra su molestia por las facciones de su rostro y decide tomar lugar en el fondo de la mesa para hacerse notar. Estos chicos saben bien el por qué está molesto, puesto que siempre peligran sus vidas con lo que hacen.

—¡Me estaba preocupando por ustedes! ¿Qué es lo que tenían en mente y olvidaron consultarmelo? —exclama el mayor haciendo ademanes con los brazos.

Los cuatro jóvenes intercambian miradas y alguna que otra sonrisa. Ellos trabajan en secreto para quien solicite su servicio, normalmente es la agencia de seguridad quien acude a ellos, pero hay veces que son personas que tienen un gran poder e influencia en la política u otros grupos cuya importancia es al nivel de un rey.

Les encanta la adrenalina y los retos difíciles. Les pagan por matar, cosa que se ha vuelto un placer. Se encargan de aquellos que abusan de su poder sobre la política o ciertas organizaciones peligrosas para la humanidad. Nadie ha dicho que ellos son los ángeles de la guarda que hacen justicia, pues en ocasiones tienen que robar o incluso crear estragos en el área de trabajo.

¿Realmente quiénes son? Ni siquiera ellos mismos lo saben.

El líder de estas personas es de aspecto mayor que pasa de los 40, su largo cabello sedoso se ata de una coleta y su espalda es demasiado ancha.

El primer miembro del grupo es el más bajo y más joven de ellos, su piel es morena y sus ojos son gris oscuro. Sus cabellos negros caen sobre su rostro, sin cubrir los ojos. Es el más joven de todos y siempre está muy optimista. El tailandés es el maestro de las computadoras y es capaz de hackear cualquier máquina sin problema alguno.

A su lado está uno de los más serios. El kazajo de cabello negro con un estilo undercut tiene ojos marrones inexpresivos, como los de un asesino. Cuando se trata de capturar y matar al criminal, no se toca el corazón y dispara sin dudar. Experto en la medicina para ayudar a los demás en caso de que salgan heridos.

Pero no es el más frío, pues el coreano es totalmente callado y obedece las órdenes de su líder. Su mente trabaja demasiado rápido que es capaz de adivinar los pasos de los enemigos a seguir, elaborar enormes planes y coordinar cualquier asesinato. Su piel pálida hace que resalte sus ojos y sus cejas que solo muestran seriedad o molestia… cualquiera de las dos. Solo es cuestión de tener cuidado si le haces enfurecer.

Y por último se encuentra el enmascarado que acaba de llegar. Él se encarga de las peleas, las negociaciones y las cazas de víctimas. Su piel es blanca y su cabello de ébano es un poco largo que siempre lo ata de una coleta. El japonés seduce a su víctima con su belleza, igual que un incubo y así busca las respuestas. Después de encontrar lo que busca y sin ninguna otra opción los mata. Sus ojos caramelos y las curvas de sus caderas son el arma secreta y que no te deje engañar su apariencia… es el más peligroso de los cuatro.

—Creo que no era necesario volar la casa del alcalde de aquella ciudad en Estados Unidos —continúa el líder molesto.

—¡Ay no exageres! Teníamos que eliminar toda evidencia para no ser descubiertos —dice con una sonrisa burlona el menor de todos.

—Y lo curioso es que esa casa era un blanco fácil, no te imaginas lo fácil que fue engañar a su esposa… ¡Ha! Creyó que me acostaría con ella —se burla el japonés mientras se quita la máscara.

—Todo mundo cree eso, eres peor que una maldita viuda negra… los enredas en tu telaraña de mentiras y cuando caen los matas de una sola mordida —se burla el tailandés.

El líder deja caer sus manos sobre la mesa para callar lo que parecía una discusión fuera de lugar.

—Esto es serio, pudieron descubrirlos —dice el líder evitando gritarles.

—Las cámaras de seguridad habían visto el rostro del idiota de Eros, por eso se colocó los explosivos en ese lugar —explica el Kazajo.

El líder piensa en las palabras que dicen sus subordinados y su semblante comienza a calmarse. Les preocupa el bienestar de estos chicos porque son su más preciado tesoro. Él salvó a estos cuatro chicos de una muerte segura.

Antes de conocerlos, Celestino estuvo dentro de la mafia Italiana cuando fue joven, pero las cosas comenzaron a tornarse extraño y decidió fingir su muerte y escapar al oriente para comenzar a frustrar los planes de todo aquel que quiera hacer el mal a las personas o a quienes necesitan matar.

Primero llegó a Japón. Mientras caminaba en un mercado del barrio más pobre, encontró un pequeño niño tirado en un callejón esperando lentamente la muerte. Estaba totalmente desnutrido que le costaba levantarse. Lo que le cautivó a Celestino fueron sus ojos color caramelo. No dudo ni dos veces en llevárselo a casa y cuidar del pequeño de tan solo 7 años. Yuuri escapó de una casa de adopción donde siempre era golpeado y abusado por los demás niños y sus cuidadores, por lo que le suplicó a Celestino que no lo regresara a ese lugar infernal. El mayor entendió y se lo llevó con él, convirtiéndose en su padre adoptivo.

Dos años después uno de sus viajes en Corea del Sur, andaban en una carretera camino a un viejo pueblo, que estaba a más de 4 horas de la ciudad. Nevaba mucho y el frío podía calar los huesos si no llevabas la ropa adecuada. El pequeño nipón encontró entre la fría y oscura noche un niño sentado debajo de un árbol con la cabeza recargada sobre sus rodillas. Sin miedo a que fuera una broma o un fantasma, Celestino bajó del auto a verlo y lo que le alarmó es que Seung Gil comenzaba a congelarse y casi no podía mantenerse despierto. Lo llevaron a casa y lo cuidaron hasta que el pequeño pudiera hablar. Su familia había sido asesinada y como último momento le pidieron al niño que huyera. Él vagaba por el bosque en búsqueda de ayuda pero el frío comenzaba a llevarlo al sueño eterno.

El tercer niño lo encontraron en su viaje en Kazajistán al año de salvar al coreano. Era el único sobreviviente de un choque masivo en plena carretera. Tenía heridas muy graves que requerían de una atención médica con urgencia. La idea era llevar al niño kazajo al hospital y que los familiares lo identificaran pero pasaron los días y jamás llegó algún familiar que lo reclamara. Otabek tomo afectó a Celestino y a sus dos niños al igual que ellos, por lo que decidió “secuestrarlo” del hospital y llevárselo consigo.

Cuando el nipón cumplió 13 años, decidieron viajar a Tailandia por simple turismo. Lo que no esperaban es que habría un atentado de terrorismo cerca de ellos. La bomba acabó con toda una escuela de niños junto con sus padres. El único sobreviviente fue Phichit. Celestino lo sacó de las llamas del lugar y lo cuidaron desde entonces.

Los cuatro niños se sienten agradecidos por todo lo que Celestino hizo por ellos y siempre han sido amables y nobles.

Comenzó a entrenarlos para que no fueran abusados por las demás personas y es cuando Celestino entendió que esos niños habían sobrevivido por algo y decidió aprovecharse de su talento. Los cinco se han vuelto unos grandes mercenarios que trabajan bajo el seudónimo de meurtriers.

—Como sea, nadie se dio cuenta y no sospechan de nosotros —dice Yuuri con una pequeña sonrisa.

—Bien, esperen a las siguientes instrucciones, ahora vayan a descansar.

Los cuatro salen de esa habitación y caminan hacia su alcoba. La relación que tienen entre es extraña, se consideran hermanos y se tienen un gran cariño mutuo. Los menores respetan a Yuuri como un hermano mayor y son capaces de arriesgar su vida por él. Seung Gil y Phichit tienen algo especial como pareja.

—Quiero dormir, así que no quiero escucharles coger —les dice Yuuri amenazándolos con la mirada.

—¿Qué te hace pensar que haremos eso? —dice con una sonrisa Phichit.

—Los escuchamos todo el tiempo —dice con seriedad Otabek.

—Sólo usen almohadas para taparse los oídos —sugiere Seung Gil con una pequeña sonrisa

—O tú deberías morder la almohada por favor —le dice Yuuri al coreano, quien pone cara de pocos amigos

Otabek y Yuuri entran a una habitación diferente a la de sus compañeros. Su habitación es pequeña pero en ella hay una litera en la que Yuuri se ha adueñado de la cama de arriba y no deja que nadie se acueste. Odia que toquen sus cosas.

—Por un momento tuve miedo… creí que quedarías atrapado en esa casa —escucha a Otabek desde abajo.

—No debes mostrar tu debilidad, recuerda muy bien quién eres y nunca debes mirar hacia atrás —le regaña Yuuri.

—Si pero no sería capaz de dejar a alguien atrás y menos a ti.

—No pasó a mayores. Por ahora déjame descansar, ¿quieres?


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Mientras tanto en otro lugar lejos de Japón, en una oficina totalmente oscura con muebles lujosos, caros y de diseñador en el interior, se encuentra un hombre cerca de los 30 bebiendo un poco de champagne mientras escucha opera. Hacer esto lo mantiene relajado y con la cabeza fría antes de hacer cualquier impulso de estupidez, pues suele comportarse de vez en cuando como un niño caprichoso.

Frente a él se encuentra una persona de rodillas suplicando por su vida mientras que un joven adolescente le apunta con una daga en la yugular.

—Lo diré una vez más… ¿Dónde está lo que me prometió? —dice el hombre con un tono demandante.

—Señor… yo… disculpe es que en el camino no esperábamos que… unos mercenarios entraran a casa de mi hermano y la redujeron en cenizas —la voz del hombre arrodillado comienza a reflejar miedo e impotencia por no poder salvarse.

El hombre se levanta con la copa en mano de su lugar y se acerca al hombre del suelo. El adolescente le toma por los cabellos y le alza el rostro para que su jefe lo pueda observar con mayor facilidad.

—¿Mercenarios? ¿Qué clase de mercenarios? —pregunta.

—N-no se con exactitud quienes son… pero se hacen llamar Meurtriers.

—Meurtriers… suena a que los italianos están detrás de nosotros —el hombre juega con el líquido de su copa mientras se levanta del suelo.

—E-en realidad… señor… eso es francés y significa asesinos.

La copa que tenía hace unos momentos en su mano ahora se encuentra sobre el suelo totalmente rota y en su lugar está un arma de fuego apuntando al hombre del suelo.

—¿Insinúas que soy estúpido para darme cuenta que eso está en francés?

—¡N-no! Sé que usted es demasiado inteligente y… y lo he juzgado mal… yo…

—Haces mucho ruido —el adolescente corta la garganta del hombre con una abertura profunda. Se acerca a su oído y sin borrar una sonrisa psicópata le murmura—. Creo que en tu casa no te enseñaron cuando debes tener el hocico cerrado.

—No estás tratando con un perro, así que no trates de enseñarle modales —le menciona el hombre que comienza a caminar en círculos alrededor de ellos mientras guarda el arma en su saco.

—S-señor… por favor… —suplica el hombre arrodillado oprimiendo la garganta para que pueda hablar—. Tenga piedad en mi… se lo suplico… yo… deme otra oportunidad.

El adolescente comienza a reírse macabro y ruidoso como un desquiciado. El color de la sangre comienza a descontrolarlo que necesita continuar con otro corte más, así que no lo duda y decide hacerle otra profunda cortada en su pecho. El hombre arrodillado grita como puede por el dolor y el contacto rápido de la daga sobre su piel.

—¿Piedad? —alza una ceja el hombre—. Eso no existe en mi vocabulario. ¿Usted sabe quién soy yo?

El hombre arrodillado agita la cabeza de arriba hacia abajo. Sus labios se abren para pronunciar el nombre de la persona que está frente a él y sin dudarlo, el hombre vuelve a sacar el arma de fuego dentro de su saco y dispara en la cabeza al hombre.

—Tsk, mancharas la alfombra favorita del viejo —le dice el adolescente renunciando las ganas de asesinar al hombre al dejarlo caer sobre la alfombra—. Además… tu prometiste una muerte dolorosa y volando los sesos no es más que A-BU-RRI-DO.

El hombre comienza a reírse de lo que dice su compañero y su expresión de decepción.

—Entonces ya sabes que hacer… solo no lo arrastres o derramarás la sangre.

El adolescente truena los dientes de la molestia y toma el cuerpo del hombre muerto para sacarlo de la habitación y esconderlo en algún lugar donde no se encuentre.

El hombre suspira profundo y se acomoda el mechón de cabello que cae sobre su rostro. Camina hacia su asiento y prende su computadora portátil. Abre un buscador en la red y teclea la palabra Meurtriers.

Lo primero que encontró fue el significado de la palabra… si el buscador fuera una persona, estaría muerta. Pero lo que le llamó la atención es algunos artículos de periódicos de otros países. Por supuesto que muchos de estos no le entienden porque están en japonés u otro idioma diferente al ruso.

Lo poco que entendió es que es un grupo de mercenarios que se dedican a frustrar los planes de algunas personas o compañías que han causado el mal. A su mala suerte no encontró alguna foto de algunos de ellos. Solo ha visto entre letras el nombre de Eros.

—Mientras ellos no se acerquen a mí, el mundo estará en paz —ríe entre dientes el platinado mientras cierra su computadora.

Se levanta de su escritorio y camina como si estuviera danzando al ritmo de la ópera hasta llegar a lo que es una pequeña cantina. Saca una copa debajo de la mesa y se sirve un poco de vino tinto.

Por una extraña razón, el color del vino le recuerda a la sangre. Toda su vida se ha visto manchado de esta que incluso ha comenzado a hacerse la idea que la copa que ahora bebe no es más que sangre de alguien que habrá matado.

La puerta de su oficina se abre de manera violenta, una joven camina con paso acelerado y su rostro muestra un poco de preocupación. En su mano tiene una especie de una hoja doblada.

—Señor, son ellos otra vez… los Italianos —dice la joven.

Le entrega la nota doblada y el hombre la abre. No se sorprende al ver escrito en sangre la palabra: Morte.

—Esto sí que se pondrá interesante. Esos idiotas no entienden que conmigo no deben meterse ¿Qué no recuerdan lo que pasó en Barcelona?


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Continuará.


Probando, probando... 1, 2, 3.


Ya había publicado esta historia en wattpad junto con otras más del fandom de Yuri on Ice, pero agradeceré a las personas que se encargaron de reportar mi historia y que esa plataforma no hizo nada para revisarlas.


También publico en Tumblr, pero quiero ver que tal va este sitio. Me gusta de verdad y esperemos que sea algo bueno. :D


Espero que les guste esta historia, si todo sale bien iré publicando seguido.


Saludos, lindos fantasmitas.

25 de Junho de 2020 às 03:55 0 Denunciar Insira Seguir história
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Leia o próximo capítulo 2. Cambio.

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