ivanselbor Iván Selbor

Cuento corto. Hay señales que de tan comprendidas y evidentes se dejan pasar. Y así es como hombres históricos terminan en un cuento.


Conto Todo o público.

#cuento #destino #filosofía #muerte #trabajo #camino
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El destino del hombre

Un hombre que podía ser todos los hombres trabajaba la tierra, que no era la suya pero sí en la que había nacido. Como él había tantos más que hacían lo mismo, los suficientes para no ser un número. Tres meses al año su única tarea era preparar la tierra para la siembra: quemaban, quemaban, quemaban, araban, araban, araban. A lo lejos, veían las máquinas enormes haciendo lo que ellos pero en mucho menos tiempo y comandadas por un sólo hombre. Entonces eran afortunados, tenían lo que muy pocos ahora tenían: un trabajo de catorce horas diarias. Cargaban sus bidones de quemar y quemar sabiendo que de eso se encargaban los aviones. Y ellos todavía eran de carne.

Eran ricos, no. Eran pobres, no. Eran libres, no. Eran esclavos, no. Eran dueños, no. De sus vidas, no.

Todo siempre iba a parar a un pozo, los bidones vacíos corrían la suerte de los muertos sin nombre. Siempre llegaba el día que aquel quedaba chico, y la solución para estos casos era una pala y un hombre. Pero nadie quería ser el hombre. No es que el trabajo fuese más pesado que quemar o arar, sino que bajo el orgullo les perturbaba la idea de estar cavando una tumba en soledad. Lo dejaban a la suerte: durante un minuto olfateaban el suelo para encontrar la mayor cantidad de gusanos muertos, y al perdedor se le otorgaba la pala. Había quien al ver casi lleno el viejo pozo iba guardando algunos en el bolsillo, los suficientes para no levantar sospechas.

A eso de las seis de la tarde de un día de marzo, le tocó cavar al hombre. Le bastaron dos horas para hacer el mejor pozo que jamás se había hecho. Igual de ancho que de largo. Observó su obra con indiferencia y al poco quiso salir. Se había enterrado hasta poco más de la cintura. En un movimiento torpe, se apoyó en uno de los bordes haciendo un esfuerzo con el brazo derecho para así pegar el salto, pero un pedazo de tierra se desprendió del resto y se vino con él, que cayó de espalda. Entonces quedó cara al cielo con la sábana de tierra hasta el cuello.

Váyase a saber cuánto tiempo estuvo el hombre solo en su tumba, haciendo nada, estando. Un pensamiento, sólo tal vez, se le había atravesado como espina. Al tiempo ya de oscuro, se asomaron las estrellas, que eran infinitas como las personas y las posibilidades. En algún momento de la noche se sacudió, salió del pozo, se echó a andar.

Recién la mañana siguiente fue que alguien percibió la ausencia, y era extraño, porque nadie decidía dejar de ser peón. Pasado un día más que no aparecía lo buscaron. El pozo era el lugar donde todos lo habían visto por última vez. Examinaron bien, no estaba él, sólo la pala. Y dejaron el caso, porque para entonces habían acordado tácitamente una verdad: se había muerto.

Al tercer día volvió. Lo reconocieron a lo lejos mientras caminaba, cada vez más grande y diáfano: su ropa era la de siempre, su gorro era el de siempre, su piel, la de siempre, sus manos, las de siempre. Sin dar una explicación que nadie se animó a pedirle, puntual se puso a trabajar. El resto no ignoraba su estado de fuga, pero al verlo allí, con las cosas de siempre, de a poco comenzaron a olvidar: olvidaron qué tarde de abril, olvidaron cuánto tiempo, olvidaron su nombre, sus rasgos, y para el ocaso, olvidaron que existía.

Ya nadie iría a recordar la historia del hombre, que interrogado por su destino, entre la vida y la muerte prefirió no elegir.

14 de Maio de 2020 às 19:32 9 Denunciar Insira Seguir história
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Fim

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Iván Selbor Escribo un cuento cada tanto, mientras pienso en otra cosa.

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Is Bel Is Bel
Sin duda me quedo con este relato como favorito. Es un gusto descubrir escritores tan buenos en esta página. ¡Espero impaciente nuevas historias!
May 19, 2020, 00:35

  • Iván Selbor Iván Selbor
    Es mi favorito también. Muchísimas gracias por leerme y comentarme. Tus palabras me alientan a seguir. May 19, 2020, 01:31
Tenebrae Tenebrae
El mensaje de la historia es muy fino, me ha encantado. La rutina es verdaderamente peligrosa si se llega a apreciar más que el simple hecho de estar vivo y de disfrutar cada momento. Estoy seguro que ese hombre está más muerto siguiendo esa rutina que el haberse quedado dentro de la tumba misma. Saludos.
May 17, 2020, 07:19

  • Iván Selbor Iván Selbor
    Gracias por tu lectura y compartirla conmigo. Me alegro que te haya gustado. Abrazo grande! May 17, 2020, 13:32
María Ramìrez María Ramìrez
Es increíble Ivan, parece que antes escogí el relato equivocado. Este es casi perfecto. Cargado de sentimiento. Parece que estoy ahi viendo a esos hombres cabar los ozos por una miseria. Muchas gracias y felicidades.
May 15, 2020, 17:24

  • Iván Selbor Iván Selbor
    Qué hermoso lo que me dices, María. Aprecio mucho tus comentarios! Espero que nos sigamos leyendo. Un gran abrazo! May 15, 2020, 18:51
Andrés Oscura Andrés Oscura
Es un relato muy interesante. Me sorprendiste de verdad. Tu redacción es impecable y tu narrativa, aunque algo compleja a veces, te engancha (al menos si eres capaz de seguir el hilo). Pocas veces he leído algo así. Algunas escenas y el final me parecen cargadas de ironía, pero lo genial es que te deja ciertas dudas para pensar. Creo que los textos que abren preguntas son mejores que aquellos que solo entregan respuestas (opinión personal). ¡Felicidades! Te sigo leyendo.
May 15, 2020, 16:34

  • María Ramìrez María Ramìrez
    Tienes toda la razón. Hay que preguntarse las cosas para poder actuar en consecuencia con las respuestas. Saludos May 15, 2020, 17:30
  • Iván Selbor Iván Selbor
    Me alegra mucho lo que dices. Y me alienta a seguir escribiendo textos así, esforzándome en la voz y el mensaje. Te envío un abrazo! May 15, 2020, 18:42
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