melvelasquez09 𝓜𝓮𝓵 𝓥𝓮𝓵𝓪𝓼𝓺𝓾𝓮𝔃

A veces un acto compasivo puede ser el mas cruel de todos...


Conto Impróprio para crianças menores de 13 anos. © Todos los derechos reservados

#drama #historia-corta #ruptura #sacrificio
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Capítulo único



Su mano temblaba sobre el revolver de forma incontrolable, mientras su dedo dubitativo se posaba sobre el frío gatillo; su respiración irregular, atravesada por débiles sollozos, era el único sonido presente en la habitación, abandonada cada segundo por la endeble luz de la tarde.


Ella mantenía la mirada serena al frente, presente y a la vez ajena de todo suceso, mientras el frío cañón reposaba sobre su cien derecha.


Él temblaba a cada segundo, el pecho le ardía en agonía mientras se repetía una y otra vez en su cabeza que no quería herirla nunca más.


Cruzaron sus miradas por última vez antes de caer el Sol, aquella mirada clara y serena chocaba contra los ojos oscuros cubiertos de lágrimas y con ello un ruego silencioso exigía ser ejecutado antes de que la noche lograra atraparlos.

Él apartó la mirada, abatido por sus demonios y se culpó una y otra vez por no haber logrado salvarla de su destino.


"No puedo hacerlo"


Ella pareció leer sus pensamientos y extendió con sutileza su mano hacia él, apretando el brazo ajeno y reclamando atención que tuvo cuando aquella mirada llorosa volvió a cruzarse con la suya. Una sonrisa cálida se formó en aquellos labios secos cansados ya de soportar, recordándole a él la razón que movía sus acciones.


Aquella pálida mano femenina secó con extrema delicadeza algunas lágrimas perdidas en la piel masculina y luego bajó hasta apretar de nuevo el brazo tenso que tantos años la sostuvo en sus más densos declives, aquellos brazos que tanto amor le brindaron cuando creía no merecerlo.


Ella cerró los ojos en total serenidad, juntó sus manos sobre sus piernas y comenzó a golpear con sus dedos la superficie de su falda, contando hasta cinco con cada golpeteo; sus rubios cabellos acariciaban con delicadeza el cañón sobre ellos y sus comisuras se estiraron en una sonrisa cuando él retiró por segunda vez el seguro.


"Es por misericordia" se repetía él una y otra vez, mientras intentaba mantener sus manos firmes sobre el verdugo de metal. Su corazón se retorcía de dolor a cada palpitar, todas sus memorias con ella corrían una y otra vez en su cabeza y las lágrimas fluían sin control ni oposición por sus mejillas.


"Cinco"


Él inhaló el aroma femenino aún vivo por última vez, se embriagó en los recuerdos de aquella piel y recordó el camino de pecas en la fémina espalda que tanto gustaba recorrer con sus labios.


"Cuatro"


Apretó sus labios resecos mientras invocaba el valor que necesitaba y recordaba la última noche de terror entre lágrimas femeninas, que imploraban misericordia a aquel que movía los hilos del destino en la lejanía infinita.


"Tres"


Cerró los ojos con fuerza, mantenía la mano firme sobre el metal y sentía los cabellos de miel enredarse en sus dedos, como tantas veces lo hicieron en las noches de vigila, pobladas de deseos frustrados ahogados en el océano de la realidad.


"Dos"


Su dedo índice comenzó su lucha contra el gatillo, mientras ella sonreía en sus memorias libre de todo dolor, libre de toda carga, como solía hacerlo antes de los tiempos de terror.


"Uno"


El sonido ensordecedor golpeó sus tímpanos, la fuerza del disparo golpeó su brazo en retroceso y el llanto ocupó los espacios que el sonido de la muerte se esmeraba en seguir ocupando. Se aferró al cuerpo entre sus brazos con fuerza, sintió la calidez que se escapaba del cuerpo amado y el ardor en su alma aclamaba un tsunami que arrasara con todas sus culpas.


"¡Se me escapa!"


Él tomó el revolver entre sus manos, el carmesí brillaba sobre el metal gris y gritaba su nombre y su pecado sin descanso; el cañón tibio tocó su cien dejando las manchas rojas a su paso, mientras ella reposaba inmutable sobre sus piernas, entregada para siempre al sueño eterno. Aquel rostro femenino seguía tan sereno a pesar de las manchas de hemoglobina y sus labios pálidos aún mantenían aquella sonrisa de perdón que a él no daba calma, que nunca redimiría sus acciones.


—Este no es el final.—murmuró él entre sollozos, mientras su dedo jugueteaba sobre el gatillo.


"cinco, cuatro, tres, dos, uno"



NOTA: Vale la pena recordar que mis letras nuncapromueven conductas autolesivas, nivanaglorian el suicidio. Para entender el contexto en el que nacen estas letras remitirse a la canción "Murder Song" de Aurora y entender el shock que me permitió escribir esto.

11 de Maio de 2020 às 03:37 5 Denunciar Insira Seguir história
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Fim

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𝓜𝓮𝓵 𝓥𝓮𝓵𝓪𝓼𝓺𝓾𝓮𝔃 🎧Melómana🤘🌷 Escritora📖 Cosmonauta🔭🧐 Socióloga y Trabajadora Social💖🖖Geek/otaku🌸🎨Artesana e Ilustradora. Creadora de mundos incansable. Puedes encontrarme en Wattpad, instagram y Deviantart y Twitter.

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Betty Johnnes Betty Johnnes
Fortísimo, buenísimo!
October 10, 2020, 06:06
Andy P French Andy P French
Que fuerte pero que interesante. 🤔🤔
October 05, 2020, 02:35
Ookami Ootoko Ookami Ootoko
A mi me da alusión a cuando terminas una relación, es que se siente tan doloroso !
May 30, 2020, 16:06
Iván Selbor Iván Selbor
Elegiste una forma de contar muy original, y la llevaste a cabo excelentemente. Te seguiré leyendo.
May 14, 2020, 20:38

~