Desperté en un mundo distinto, es el mismo pero hay variantes. Sé que ella es mi madre, más algo me dice que no lo es. Tiene su cara, sus facciones pero algo es diferente. Llegó mi hermano... espera, él no es mi hermano. No sé quién es... Tomo un arma y le disparó en la cabeza, mi madre grita desesperada. Yo sólo veo las viceras remojar el piso... de sangre verde...

Me encontraba en un campamento en medio del bosque, era de noche y como de costumbre mis amigos me mandaron a recoger leña para la fogata. Ya iba de regreso cuando un silbido me distrajo, levanté la mirada y vi pasar un objeto enorme. Era plateado, circular, parecía de metal y giraba sobre su propio eje. Iba tan rápido que enseguida lo perdí de vista. Regresé al campamento y les conté a mis amigos, pero no me creyeron.

"¿Porqué no podemos hablar con ellos?" Preguntó Anhk, observando desde las traslúcidas paredes de la nave, a un grupo de humanos que marchaba a casa después del trabajo. "La ironía de la humanidad, es que temen que otras razas, como la nuestra, les hagan lo que ellos mismos llevan haciendo durante milenios, tanto a otras especies, como a ellos mismos" respondió la capitana, sin apartar la vista del frente.

Se alzan sobre su cabeza las ideas sobrecogedoras de las luces que siempre aparecían en las noches en el cielo, unos años después se enteraría que solo se dedicaban a sondear su nueva adquisición a escondidas.

Al final de cuentas Fabio Zerpa tenía razón. Se burlaron de él. Andrés Calamaro le escribió una canción y ahora la NASA va a mandar a todo un equipo de expertos para ver los cadáveres encontrados en México. El Dr. Zerpa merece un reconocimiento. Aquí nuestro sincero homenaje: "Fabio Zerpa tiene razón Hay marcianos entre la gente No sé que quieren ni de dónde son Ni que hacen aquí en la tierra Fabio Zerpa tiene razón Fabio Zerpa tiene razón Fabio Zerpa tiene razón Hay marcianos entre la gente."