- Antes de hablar- decía- responderé sobre la salida del Edén. Fuimos embaucados por el dulce hablar de una serpiente; por el cuál, ese pacto fue roto. Desde entonces, hemos vagado por las ácidas tierras y putrefactas veredas. Sobrevivimos a pesar de ello y seguimos haciéndolo. Solo soy un hombre que perdió su norte y varé en éstos paisajes, no he cometido mal alguno a nadie de este reino, por lo que pido clemencia y justo juicio al hijo del hombre. Solo... me aleje. Continuará...

- Hace muchos milenios, desde la creación de la vida y la muerte, ha habido una limítrofe entre el reino humano y el reino de los salvajes. Cuándo el hombre cuidaba el Edén junto a la hembra, se hizo un pacto entre Díos, los hombres y los salvajes; pacto que fue quebrantado por el hombre- dijo- desde entonces, hemos establecido fronteras para que nadie invada al otro. Lo cual, hemos aquí; el hijo del hombre siendo acusado de traspasar el punto. ¿Qué dice el hombre al respecto? Continuará...

Tomé las responsabilidades a una temprana edad. No quería; no lo deseaba. Yo solo quería jugar con mis juguetes y crecer pensando en las buenas nuevas del mañana. Tomé tantas vidas durante mi reinado; unas obligadas, otras, por caprichos vengativos. Alejé de mí a tantas personas... y a mi único amor que la humillé en el proceso. A días de mi despedida terrenal, dejé mi reino a manos capaces; unas, que jamás conozcan la pestilente hediondez de la muerte en guerra. Le deseo paz a los que vienen.

El día que llegué, fuí llevado al estrado, donde la corte de los Búhos juzgaría mi llegada. Algunos animales, que estaban de jurado me observaban detenidamente; no parecía nervioso... o al menos, disimulaba bien. No había parte acusadora ni defensoría a mi derecha; solo éramos 3 partes. El sonido del martillar en el podio, me sacó de mis pensamientos. Le observé a tan majestuosa ave, mirándome fijamente tratando de dar una palabra para iniciar. Pero prevalecía el silencio. Continuará...

- No ha sido dicho- comentó el Todopoderoso entrando a la corte- Que todo el qué obre mal y se arrepiente ¿tiene derecho al Cielo? Tanto los humanos, que han pecado ante Díos por su desobediencia, como los salvajes, que comen a sus crías si no son aptos, ¿no son dignos de un juicio justo? Todo aquél que clame justicia, será con justicia juzgado. Porqué juez benevolente hay en los Cielos para todo el arrepentido. ¿Juzgarás con clemencia o con odio? Continuará...

- Nosotros, el jurado- habló uno- habiéndolo escuchado al acusado y al Todopoderoso, llegamos a la conclusión de que no hay falta alguna en él. Asimismo, en base a la declaración del mismo, este juicio lo hemos considerado como in vitro, y solo como una mera cuestión de pérdida en su camino del hombre. Aconsejamos, que esto, jamás existió y nunca pasó. Habiendo escuchado el búho todo los argumentos, pronunció: - qué así sea.