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Notas de escritura parte 1

Donde discuto el proceso detrás del prólogo y el capítulo 1 y 2 de "El silencio de la tierra", entre otras generalidades de la historia.


El Silencio de la Tierra tiene su origen en un fanfiction que empecé a los catorce años. En ese entonces estaba OBSESIONADA (y si Inkspired tuviera opción "ponerle letras neón", lo añadiría, para más énfasis) con Los Jóvenes Titanes. Creo que también acababa de ver Startdust y La Brújula Dorada (His Dark Materials, la película original). Me gustó la estética de esos mundos, así que decidí intentar hacer una historia así.

La cosa es que era una niña de catorce intentando escribir, así que realmente no era muy bueno, pero me gustaba la idea de la historia. Borrón y cuenta nueva. Enjuague y repita por varios años. Muchas cosas cambiaron. Los personajes dejaron de parecerse a los de mi serie favorita, algunos cambiaron hasta de moralidad, de nombres, de apariencia incluso.


El paso final fue decidir donde la iba a desarrollar. Para ese entonces ya estaba en la universidad y tenía amigos en la carrera de Letras Hispanas. Una de ellas me dio el mejor consejo hasta ahora: Si vas a escribir de un lugar real, escribe de un lugar que sí conozcas bien. Y ahí fue donde decidí que la ciudad donde ocurriría todo sería donde yo estaba viviendo en ese entonces. Algunas cosas sí están desordenadas históricamente, por ejemplo en la época en que debe de ocurrir El Silencio, no existía buena parte de la Avenida 16 de Septiembre, se cerraba con el convento de San Francisco, lo mismo Avenida Vallarta/Juárez, que se cerraba con la Penitenciaría. También me gustó la idea de que una de las calzadas importantes de la ciudad fuera acuática, para darle más énfasis al muro de separación que hay en Guadalajara, ya que en la vida real se suele ver mal a quienes viven "de la calzada Independencia para allá".

Lo más gracioso es que al empezar a editar esa versión, el gobierno municipal de Guadalajara readaptó una de sus atracciones turísticas más importantes, las Calandrias, que son unos carruajes similares a los que se solían usar en la Belle Epoque. La idea era que dejaran de usar caballos y evitar así el olor del excremento de caballo en el primer cuadro de la ciudad, así como el maltrato animal a estos nobles animales, mas como mantenían la estética de esos carruajes, las calandrias se veían muy steampunk, aunque sin el vapor. Así que alegremente adopté ese diseño dentro de la novela, si bien ahí son el transporte de los plebeyos.


Creo que uno de los temas que se verán más es la pérdida y el duelo. Cuando escribí la historia por primera vez estaba enfrentándome a ver los últimos meses de mi abuelo paterno. Ahora que estoy reeditando, me estoy enfrentando a la pérdida de la normalidad con la pandemia, de querer volver a lo que había antes y sin embargo, no se puede recuperar esa vida anterior y hay que aceptar pasivamente el destino que tocó, tratando de poner la mejor cara posible, que es donde están Munin y sus tutores. Es un poco como en la mitología griega, donde los héroes reciben una profecía que tratan de evitar a toda costa, y en evitarlo, la profecía se realiza. Es la razón por la que aparecen también las Moiras, aparte de que me parecen figuras muy interesantes. Son muy temidas y aún así no sabemos casi nada de ellas.


En otro extremo, está Catalina y Robin, que buscan activamente cambiar el destino que les tocó, por más imposible que parezca.


En fin, espero los siguientes capítulos los disfruten también. ¡Nos leeremos!



9 de Outubro de 2020 às 07:51 0 Denunciar Insira 0
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