Nadie te dirá la verdad. Todos ocultan ese secreto que nunca sabrás. La mayoría de veces para hacerte daño. Y por más buenas acciones que realices, sin importa tu raza, sexo o condición, al final tendrás que recurrir a mí, tú único salvador, aunque condenes tu alma eternamente. Yo, la mentira, esperaré paciente.

Nadie te dirá la verdad. Todos ocultan ese secreto que nunca sabrás. La mayoría de veces para hacerte daño. Y por más buenas acciones que realices, sin importa tu raza, sexo o condición, al final tendrás que recurrir a mí, tú único salvador, aunque condenes tu alma eternamente. Yo, la mentira, esperaré paciente.

Ella tenía todas las ganas de vivir. Alegre, risueña, enamoradiza. Un alma pura con un buen corazón. Él escondía las peores intenciones. Rencor, odio y malicia. La tristeza era un vacío dentro de su ser. Aquella última noche apagaron la luz. Al encenderla, ella sintió un vacío en su interior mientras él poseería para siempre su alma y corazón. La ausencia de rastro tras el amanecer demuestra que va en busca de su próxima víctima.

El cuerpo en reposo sobre la camilla espera. El uso de guantes de látex no mancharía su reputación, ni sus manos. Con las dos atrapa el cuello, ajusta; unos ojos se abren, el inmóvil despierta al sentir el dolor. Luego, lo que se oye son huesos retorcerse, arrancados de lugar. Horas después —Ya llegué, papá. —Hijo, justo a tiempo. Ya no lo soporto. —Del sofá se incorpora presuroso—. Son todos esta vez. —Padre, soy huesero de los vivos no de muertos. —A callar —pitea el esqueleto—, inicia ya.

Creo en la persona entregada a sus ideas, en los escritores dando su tiempo a la nada buscando triunfos sobre la muerte, y también creo en los lectores, leales seguidores opositores del olvido. Creo en el genio que me toca cuando imagino una historia, en el espíritu que me posee durante noches desveladas, en la eternidad de la vida donde personajes nos marcan y la ficción nos transporta. Creo en mis entendedores y en sus prosas que me aguardan. Creo en mis miedos, pero más en tu mirada.

Estoy recogiendo mandarinas en el frío intenso. Pelo la cáscara y el aroma ácido se me cuela, un líquido espeso se escapa entre mis manos, es sangre. Veo el horizonte pintado de un magenta degradado en tonos oscuros, un sol pálido y hueco de fondo. Ayer enterré a mi hermano, la comida se descompone por cada lágrima derramada, pronto vendrán los soldados. ¿Mamá por qué te suicidaste? Y me dejaste en este infierno de abuso y pólvora. El cáncer ya no duele como la violencia desatada por la guerra.

Acepto Pues me caso contigo no por enamorado, sino porque ya es tiempo. Acepto para protegerte, ambos lo hacemos, de un sistema que desmantela al desprotegido y viola los derechos por dinero. Desde que te vi supe: no debo trascender sin una confiable mujer. Y por eso me caso no por amor, sino por un obvio interés. La compulsiva sensación de verte cada mañana, de preguntarte si estás bien, hacer de confidente. Complacidos los dos al amanecer, acepto que es mejor envejecer juntos que separados.

Acepto Pues me caso contigo no por enamorado, sino porque ya es tiempo. Acepto para protegerte, ambos lo hacemos, de un sistema que desmantela al desprotegido y viola los derechos por dinero. Desde que te vi supe: no debo trascender sin una confiable mujer. Y por eso me caso no por amor, sino por un obvio interés. La compulsiva sensación de verte cada mañana, de preguntarte si estás bien, hacer de confidente. Complacidos los dos al amanecer, acepto que es mejor envejecer juntos que separados.

Cada mañana partía de casa para revisar los cultivos de trigo y centeno que ya superaban su metro de altura en los campos. Y como era de suponer, otra vez afectaron el sembrío. —Abuelito, mira eso. —Señala el niño pequeño dos parcelas más allá. —Sí, hijito, —y ni siquiera se las comen solo las aplastan— debatía en mi mente. —Quédate ahí no ingreses, iré a ver, —le dije. Hombrecitos lampiños de piel reptiliana se camuflaban entre las plantas. Quizás fue mala idea quedarme con el bebé que dejaron.

Éramos tres niños a merced de la noche. Mis hermanos y yo nos escondimos bajo las camas encerrados en las habitaciones de nuestros padres cuando la tormenta se desató. En el departamento se podía escuchar los truenos y ese retumbar que desgarraba los cielos. "Suena a que algo arriba muere, como si gritara" decía el menor. Yo los tranquilizaba, en la televisión pasaron que no duraría mucho ni que sería fuerte. Aunque nadie regresó, faltaban adultos en el condominio. Solo niños muy asustados.

Éramos tres niños a merced de la noche. Mis hermanos y yo nos escondimos bajo las camas encerrados en las habitaciones de nuestros padres cuando la tormenta se desató. En el departamento se podía escuchar los truenos y ese retumbar que desgarraba los cielos. "Suena a que algo arriba muere, como si gritara" decía el menor. Yo los tranquilizaba, en la televisión pasaron que no duraría mucho ni que sería fuerte. Aunque nadie regresó, faltaban adultos en el condominio. Solo niños muy asustados.

El guía atendía la fogata, habían troncos alrededor del fuego y en ellos sentados el grupo A. —¿Lino, qué imaginabas de niño? —habló el líder acomodando la leña. —Yo, perdí a mis abuelos en un incendio, un cortocircuito y... por eso deseaba ser bombero de grande. Uno con capacidad de controlar siempre el fuego. El guía movía la cabeza contento con lo que oyó. —Magnífico. Hubiera querido ver cumplido ese sueño. Apretó su sombrero. Es tu turno, Franco. —Tenía doce cuando unos ladrones entraron...

El guía atendía la fogata, habían troncos alrededor del fuego y en ellos sentados el grupo A. —¿Lino, qué imaginabas de niño? —habló el líder acomodando la leña. —Yo, perdí a mis abuelos en un incendio, un cortocircuito y... por eso deseaba ser bombero de grande. Uno con capacidad de controlar siempre el fuego. El guía movía la cabeza contento con lo que oyó. —Magnífico. Hubiera querido ver cumplido ese sueño. Apretó su sombrero. Es tu turno, Franco. —Tenía doce cuando unos ladrones entraron...

A veces Sientes que te arrancan por dentro Porque la sencillez, el contacto de un cariño real y la nobleza te la enseño quién menos imaginaste Algo que para muchos resulta insignificante, se transforma en parte primordial de tu universo Fue imposible dudar de ese sentimiento, y si el castillo se desmorona, continúa de pie porque todavía tiene que albergar a más protagonistas tan carismáticos como el anterior La valla muy alta, tú le ganaste al personaje de ficción que inventé para nombrarte. #Z

Hoy se fue el rey y dejó ancho y vacío el trono. Solo me arrepiento de no haber calculado este final, pero me esforcé en darle lo esencial y todo de mí. El príncipe ha jurado hacer un excelente período, confío en su relevo, es el mismo amor con diferente nombre y garras. Desde hoy no habrán más intercambios de llamados y esa comunicación tan cercana que teníamos. Una parte de mí muere contigo y regresará cuando toque volvernos a encontrar... Mi pequeño sol, el gigante de la manada, el león de <3

Anoche no dormí por culpa de ese gusano que, cuando se apagan las luces comienza su actividad. Echado salió de de mi ojo derecho, me causó comezón luego un ardor insoportable. Intenté jalarlo, pero por el dolor abandoné la idea. Este se introdujo de nuevo dejando una sensación de alivio. Exceptuando el hecho de que está en mis pensamientos diciendo cosas, perversas en general, como pasarle a otra persona o matarle antes; era tolerable hasta hoy que tuvo crías y se me escapan por oídos y naríz.

★Todos★ ~Eres de quien te demuestra amor incondicional~ Bienaventurados los que comprendan este fragmento

No estoy listo para la despedida No soporto decir adiós Que cierres tus ojitos y encomendarte a un lugar que desconocemos Del que nadie regresa Si soy quien quiere más, tiempo indolente, ¡basta ya! Coincidencias no existen porque existes tú El mundo de arriba y el mundo de abajo, no me alcanzan las palabras para agradecerte De miles de millones y juntos creamos esta historia Fue bonito, mucho y no sé cómo decirte adiós No, no estoy llorando.

No estoy listo para la despedida No soporto decir adiós Que cierres tus ojitos y encomendarte a un lugar que desconocemos Del que nadie regresa Si soy quien quiere más, tiempo indolente, ¡basta ya! Coincidencias no existen porque existes tú El mundo de arriba y el mundo de abajo, no me alcanzan las palabras para agradecerte De miles de millones y juntos creamos esta historia Fue bonito, mucho y no sé cómo decirte adiós No, no estoy llorando.

"Para tener una relación con otra persona, primero hay que impartir un tórrido romance con uno mismo" ~Y sí, cuando llegue esa persona ideal, sepas que eres el bígamo más bendecido de todos y nunca sufrirá de soledad~

Te conocí al otro lado del país de mis fantasías, y supe de inmediato que un personaje se ha mudado conmigo. Ahí en la frontera legal, tratando hechos cotidianos, intercambiamos diálogos, nerviosismos (tú empezaste) y risas. Ven las diferencias, mujer y varón, pero sabes que somos dos bobos queriendo amarse como nadie, equivocándose en lo mismo, siendo honestos, la comodidad de ser reales nos tiene por imanes. Nada podrá evitar que me arrodille a tus encantos, a tu voz que se desnuda ante mí.

No es coincidencia que se lleven bien, si en ella me inspiro para enamorarme, la chica que es amiga de mi ex, se ríe y admite que le da buena espina y que aflora cierta conducta. Más que un rasgo físico, yo extraño su voz, su compañía porque sueño todavía con lo bello que era tenerla a mi lado. Sus palabras, sus manías, sus detalles y sus te quiero. Aunque estuviera con otro lo soportaría con tal de verla pasar, verla viva y no solo por fotos porque me acostumbré a su aroma y a su forma de ser.

Alto de ojos azules, cabello largo y cuerpo fibroso, así es quien me gusta. El chico malo que se la pasa feliz molestándome, golpeando paredes en las noches, no deja dormir e insulta a todos. Los adultos dicen que es la pubertad. Suele espiarme por un agujero mientras me cambio, y el morbo de provocarlo me excita en demasía. No me importa que él sea mi hermano ni que viva encerrado décadas en la habitación sin ventanas, pues mis padres adoptivos lo ocultan porque les nació antes del matrimonio.

Transmisión en vivo —Queridos seguidores, su bondadoso chef hoy les prepará un especial de fiestas: calabaza rellena. Serán seis porciones exactas para todos ustedes. —Primero los ingredientes. —¿En serio harás esto? —Ponemos la olla al fuego. —No te ayudaré este show es asqueroso, renuncio. —Aceite, sal, ajos. Freímos un rato. —¡Escúchame, demente! —Ahora la carne en trozos. —Corta a la persona amarrada, patalea, grita de dolor. —¡Soy tu hijo, maldito! —Ya no, me robaste y fallé como padre.

Pulsa el botón —Bien Phillips, dime los detalles. —¿Por qué me filma? El inspector tragó saliva. —Simple procedimiento. (A través del vidrio oscuro otros oían atentos) —El asesino entró a la casa la noche del 31 cuando el padre no estaba. Disparó a las piernas para que no huyeran. —¡La verdad, Phillips! —Los torturó, se relamía la sangre mientras su vecino miraba los gritos y súplicas. Luego entraron y le pagaron, al darse la vuelta lo mataron igual. —¡Mientes! —¡Nooo, yo te vi, tú los mataste!

Es mi pareja ideal, también mi amante. Lo que los demás no saben es que está casado (unas manos se precipitan atoradas en las puertas del ascensor) tuvo esposa e hijos pequeños (las manos son cercenadas por la fuerza de subida) los mismos que abandonó por salvar su pellejo (a través del cristal se puede ver a la rodeada resistencia combatir una marea de zombis). En la Torre nadie sospecha que ambos arriba partiremos en la nave sin ellos, al espacio lejos del planeta zombi a comenzar de cero.

Este Halloween voy a reunir a todos esos lastres que andan deambulando por insuficiencia social, a esos que andan de borrachos cruzando calles y pistas asustando conductores, llamar a los que mendigan de hambre de verdad, que se aguantan el clima frío de una civilización, a los desamparados de cuatro patas que rebuscan basura en la ciudad. Oh, ahí viene uno. Mueve la cola, me lame de felicidad. Este 31 yo reuniré a quienes murieron expuestos en soledad e inmundicia. Total, soy uno también.

¿Que no ame con intensidad? Yo quisiera agregar, si se me permite contar experiencias. Que elijo amar con intensidad. Uno comete errores, joder, nadie es perfecto, y vas aprendiendo que otorgar espacio es vital, pero el tiempo se me hace corto y no me permite guardarme sentimientos. He aprendido también que quién no sintoniza conmigo, no es para mí. Aprendí que quien mezquina es miserable siempre, y cuando se acaba el sueño con una persona consigo añadir a diez más. Prioriza una buena amistad.

¿Que no ame con intensidad? Yo quisiera agregar, si se me permite contar experiencias. Que elijo amar con intensidad. Uno comete errores, joder, nadie es perfecto, y vas aprendiendo que otorgar espacio es vital, pero el tiempo se me hace corto y no me permite guardarme sentimientos. He aprendido también que quién no sintoniza conmigo, no es para mí. Aprendí que quien mezquina es miserable siempre, y cuando se acaba el sueño con una persona consigo añadir a diez más. Prioriza una buena amistad.

¿Que no ame con intensidad? Yo quisiera agregar, si se me permite contar experiencias. Que elijo amar con intensidad. Uno comete errores, joder, nadie es perfecto, y vas aprendiendo que otorgar espacio es vital, pero el tiempo se me hace corto y no me permite guardarme sentimientos. He aprendido también que quién no sintoniza conmigo, no es para mí. Aprendí que quien mezquina es miserable siempre, y cuando se acaba el sueño con una persona consigo añadir a diez más. Prioriza una buena amistad.

¿Que no ame con intensidad? Yo quisiera agregar, si se me permite contar experiencias. Que elijo amar con intensidad. Uno comete errores, joder, nadie es perfecto, y vas aprendiendo que otorgar espacio es vital, pero el tiempo se me hace corto y no me permite guardarme sentimientos. He aprendido también que quién no sintoniza conmigo, no es para mí. Aprendí que quien mezquina es miserable siempre, y cuando se acaba el sueño con una persona consigo añadir a diez más. Prioriza una buena amistad.

¿Que no ame con intensidad? Yo quisiera agregar, si se me permite contar experiencias. Que elijo amar con intensidad. Uno comete errores, joder, nadie es perfecto, y vas aprendiendo que otorgar espacio es vital, pero el tiempo se me hace corto y no me permite guardarme sentimientos. He aprendido también que quién no sintoniza conmigo, no es para mí. Aprendí que quien mezquina es miserable siempre, y cuando se acaba el sueño con una persona consigo añadir a diez más. Prioriza una buena amistad.

~Es difícil describir las ganas de verte si cuando estás presente es imposible no volverse a enamorar~ Zaycjor

Mi madre me dijo: ¿Qué te sucede, hijo? Te portas distinto. Hablas incoherencias, escribes cosas que asustan. Ayer agrediste a tu novia. Si supiera que era una vampira que todas las noches me chupaba la sangre, lo tengo grabado. Son pocos con el don de verlos. Tuve que matar a los vecinos de al frente, eran espías, unos seres deformes, las personas que oculta la élite. Nadie me cree, es contagioso al acercarse. —Está distraído y solo, señor. —Hay que capturarlo, equipo, es adicto de la Ebet 13.

Mi madre me dijo: ¿Qué te sucede, hijo? Te portas distinto. Hablas incoherencias, escribes cosas que asustan. Ayer agrediste a tu novia. Si supiera que era una vampira que todas las noches me chupaba la sangre, lo tengo grabado. Son pocos con el don de verlos. Tuve que matar a los vecinos de al frente, eran espías, unos seres deformes, las personas que oculta la élite. Nadie me cree, es contagioso al acercarse. —Está distraído y solo, señor. —Hay que capturarlo, equipo, es adicto de la Ebet 13.

Mi madre me dijo: ¿Qué te sucede, hijo? Te portas distinto. Hablas incoherencias, escribes cosas que asustan. Ayer agrediste a tu novia. Si supiera que era una vampira que todas las noches me chupaba la sangre, lo tengo grabado. Son pocos con el don de verlos. Tuve que matar a los vecinos de al frente, eran espías, unos seres deformes, las personas que oculta la élite. Nadie me cree, es contagioso al acercarse. —Está distraído y solo, señor. —Hay que capturarlo, equipo, es adicto de la Ebet 13.

Tu carita de agotamiento preocupa al mismo universo. Eres el núcleo de una historia sin final, tu voz nos alienta, solo para inmortalizarte. Si estás triste, hablemos un momento, pausaré el tiempo, nada girará si no estás preparad@ para continuar. Sonríe apenas, eres increíble cuando te iluminas, hasta los profetas se asoman para verte recuperad@ porque eres importante. Seamos felices de la mano, prohibido quedarte atrás, para recordarte siempre hoy quiero hablarte bajito y despacio: Ntp te amo.

Si no estoy muerto entonces dime por qué veo demonios que roban el espíritu a otros o que se desgarran sus cuerpos sin piedad. Si no lo estoy cuál será la causa de que una herida arda como si el fuego quemara. Atrapados en la tierra de la mentira y el engaño donde los diablos tienen muchas formas, si hasta el rostro a veces lo tienen hermoso. Me encuentro en un lugar que parece abandonado por Dios, guerras, enfermedades, indiferencia. Ningún partido es aliado, pues no existe política que valga.

Amor dime, si yo era el equivocado, ¿por qué odias al saber que soy tan feliz donde estoy como cuando me dejaste? Si hasta insinúas en regresar... Pero si hoy no me conoces, confiada del ayer, de nuevo me presento. No hay mejor aliada que el tiempo ni mayor maestra que la experiencia. Puesto que, yo cada día evoluciono y me supero, no creo que caiga dos veces en el mismo pozo. Quien a su ser amado traiciona, peor le hace a quien utiliza sin descaro. Tú no puedes matar lo que ya está muerto.

Íbamos con Tomás a medio camino. Él guiando y yo viendo los letreros cuando... —Algo anda mal. —Se detuvo en seco. Una vieja cabaña estaba al frente. —Es fea, tiene mucha maleza. Por algo es la parte abandonada del pueblo, ¿no? —Sí, pero todas las cabañas fueron quemadas tras vincularles con santería. Lo alenté a seguir. ¡Valor! En eso la puerta se abrió lentamente invitando a pasar. Mi instinto quiso renunciar y volver, bueno, no lo escuché y ahora somos parte de una colección de muñecos vudú.

Íbamos con Tomás a medio camino. Él guiando y yo viendo los letreros cuando... —Algo anda mal. —Se detuvo en seco. Una vieja cabaña estaba al frente. —Es fea, tiene mucha maleza. Por algo es la parte abandonada del pueblo, ¿no? —Sí, pero todas las cabañas fueron quemadas tras vincularles con santería. Lo alenté a seguir. ¡Valor! En eso la puerta se abrió lentamente invitando a pasar. Mi instinto quiso renunciar y volver, bueno, no lo escuché y ahora somos parte de una colección de muñecos vudú.

(Mereces lo mismo) ~Yo no exijo, no critico, no lastimo y mucho menos ruego. Amo mi soltería en compañía, pero para compromisos serios hay condiciones que son prioridad~

Ese momento que clama ser repetido, es hermoso a diario conocerte. Antes éramos vacío de nada en la galaxia de estrellas, ahora somos esas luces fulgurantes en este universo. El brillo que desprendes no me sabe igual con alguien más. El brillo que ves en mí solo sucede en tu presencia. Una relación al natural, reina un lazo de fidelidad, el rocío en tu piel es un néctar celestial, mi primavera estacional donde suelo invernar. Nenúfar dulce, bello arrecife de coral, en tus mares quiero navegar.

Desde que mi tío adoptó un niño no lo habíamos visto tan feliz. La tristeza quedó atrás, ahora su voz alegraba a la familia, pues se ganó a todos y me incluyo. No era más alto que yo, él de 7 y yo de 8. A su lado era moreno, su tez pálida solo resaltaba sus ojos sombríos, unas ojeras inusuales. Jamás lo vi llorar sin importar el dolor. Jugamos juntos tantas veces, veíamos películas y dibujos, hasta me prestaba sus juguetes. Pero lo más raro que recuerdo es que sus juguetes nunca tenían cabezas.

Desde que mi tío adoptó un niño no lo habíamos visto tan feliz. La tristeza quedó atrás, ahora su voz alegraba a la familia, pues se ganó a todos y me incluyo. No era más alto que yo, él de 7 y yo de 8. A su lado era moreno, su tez pálida solo resaltaba sus ojos sombríos, unas ojeras inusuales. Jamás lo vi llorar sin importar el dolor. Jugamos juntos tantas veces, veíamos películas y dibujos, hasta me prestaba sus juguetes. Pero lo más raro que recuerdo es que sus juguetes nunca tenían cabezas.

Desde que mi tío adoptó un niño no lo habíamos visto tan feliz. La tristeza quedó atrás, ahora su voz alegraba a la familia, pues se ganó a todos y me incluyo. No era más alto que yo, él de 7 y yo de 8. A su lado era moreno, su tez pálida solo resaltaba sus ojos sombríos, unas ojeras inusuales. Jamás lo vi llorar sin importar el dolor. Jugamos juntos tantas veces, veíamos películas y dibujos, hasta me prestaba sus juguetes. Pero lo más raro que recuerdo es que sus juguetes nunca tenían cabezas.

Desde que mi tío adoptó un niño no lo habíamos visto tan feliz. La tristeza quedó atrás, ahora su voz alegraba a la familia, pues se ganó a todos y me incluyo. No era más alto que yo, él de 7 y yo de 8. A su lado era moreno, su tez pálida solo resaltaba sus ojos sombríos, unas ojeras inusuales. Jamás lo vi llorar sin importar el dolor. Jugamos juntos tantas veces, veíamos películas y dibujos, hasta me prestaba sus juguetes. Pero lo más raro que recuerdo es que sus juguetes nunca tenían cabezas.

Desde que mi tío adoptó un niño no lo habíamos visto tan feliz. La tristeza quedó atrás, ahora su voz alegraba a la familia, pues se ganó a todos y me incluyo. No era más alto que yo, él de 7 y yo de 8. A su lado era moreno, su tez pálida solo resaltaba sus ojos sombríos, unas ojeras inusuales. Jamás lo vi llorar sin importar el dolor. Jugamos juntos tantas veces, veíamos películas y dibujos, hasta me prestaba sus juguetes. Pero lo más raro que recuerdo es que sus juguetes nunca tenían cabezas.

Desde que mi tío adoptó un niño no lo habíamos visto tan feliz. La tristeza quedó atrás, ahora su voz alegraba a la familia, pues se ganó a todos y me incluyo. No era más alto que yo, él de 7 y yo de 8. A su lado era moreno, su tez pálida solo resaltaba sus ojos sombríos, unas ojeras inusuales. Jamás lo vi llorar sin importar el dolor. Jugamos juntos tantas veces, veíamos películas y dibujos, hasta me prestaba sus juguetes. Pero lo más raro que recuerdo es que sus juguetes nunca tenían cabezas.

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Desde que mi tío adoptó un niño no lo habíamos visto tan feliz. La tristeza quedó atrás, ahora su voz alegraba a la familia, pues se ganó a todos y me incluyo. No era más alto que yo, él de 7 y yo de 8. A su lado era moreno, su tez pálida solo resaltaba sus ojos sombríos, unas ojeras inusuales. Jamás lo vi llorar sin importar el dolor. Jugamos juntos tantas veces, veíamos películas y dibujos, hasta me prestaba sus juguetes. Pero lo más raro que recuerdo es que sus juguetes nunca tenían cabezas.

Desde que mi tío adoptó un niño no lo habíamos visto tan feliz. La tristeza quedó atrás, ahora su voz alegraba a la familia, pues se ganó a todos y me incluyo. No era más alto que yo, él de 7 y yo de 8. A su lado era moreno, su tez pálida solo resaltaba sus ojos sombríos, unas ojeras inusuales. Jamás lo vi llorar sin importar el dolor. Jugamos juntos tantas veces, veíamos películas y dibujos, hasta me prestaba sus juguetes. Pero lo más raro que recuerdo es que sus juguetes nunca tenían cabezas.

Desde que mi tío adoptó un niño no lo habíamos visto tan feliz. La tristeza quedó atrás, ahora su voz alegraba a la familia, pues se ganó a todos y me incluyo. No era más alto que yo, él de 7 y yo de 8. A su lado era moreno, su tez pálida solo resaltaba sus ojos sombríos, unas ojeras inusuales. Jamás lo vi llorar sin importar el dolor. Jugamos juntos tantas veces, veíamos películas y dibujos, hasta me prestaba sus juguetes. Pero lo más raro que recuerdo es que sus juguetes nunca tenían cabezas.

Desde que mi tío adoptó un niño no lo habíamos visto tan feliz. La tristeza quedó atrás, ahora su voz alegraba a la familia, pues se ganó a todos y me incluyo. No era más alto que yo, él de 7 y yo de 8. A su lado era moreno, su tez pálida solo resaltaba sus ojos sombríos, unas ojeras inusuales. Jamás lo vi llorar sin importar el dolor. Jugamos juntos tantas veces, veíamos películas y dibujos, hasta me prestaba sus juguetes. Pero lo más raro que recuerdo es que sus juguetes nunca tenían cabezas.

Desde que mi tío adoptó un niño no lo habíamos visto tan feliz. La tristeza quedó atrás, ahora su voz alegraba a la familia, pues se ganó a todos y me incluyo. No era más alto que yo, él de 7 y yo de 8. A su lado era moreno, su tez pálida solo resaltaba sus ojos sombríos, unas ojeras inusuales. Jamás lo vi llorar sin importar el dolor. Jugamos juntos tantas veces, veíamos películas y dibujos, hasta me prestaba sus juguetes. Pero lo más raro que recuerdo es que sus juguetes nunca tenían cabezas.

Desde que mi tío adoptó un niño no lo habíamos visto tan feliz. La tristeza quedó atrás, ahora su voz alegraba a la familia, pues se ganó a todos y me incluyo. No era más alto que yo, él de 7 y yo de 8. A su lado era moreno, su tez pálida solo resaltaba sus ojos sombríos, unas ojeras inusuales. Jamás lo vi llorar sin importar el dolor. Jugamos juntos tantas veces, veíamos películas y dibujos, hasta me prestaba sus juguetes. Pero lo más raro que recuerdo es que sus juguetes nunca tenían cabezas.

Desde que mi tío adoptó un niño no lo habíamos visto tan feliz. La tristeza quedó atrás, ahora su voz alegraba a la familia, pues se ganó a todos y me incluyo. No era más alto que yo, él de 7 y yo de 8. A su lado era moreno, su tez pálida solo resaltaba sus ojos sombríos, unas ojeras inusuales. Jamás lo vi llorar sin importar el dolor. Jugamos juntos tantas veces, veíamos películas y dibujos, hasta me prestaba sus juguetes. Pero lo más raro que recuerdo es que sus juguetes nunca tenían cabezas.

Desde que mi tío adoptó un niño no lo habíamos visto tan feliz. La tristeza quedó atrás, ahora su voz alegraba a la familia, pues se ganó a todos y me incluyo. No era más alto que yo, él de 7 y yo de 8. A su lado era moreno, su tez pálida solo resaltaba sus ojos sombríos, unas ojeras inusuales. Jamás lo vi llorar sin importar el dolor. Jugamos juntos tantas veces, veíamos películas y dibujos, hasta me prestaba sus juguetes. Pero lo más raro que recuerdo es que sus juguetes nunca tenían cabezas.

Desde que mi tío adoptó un niño no lo habíamos visto tan feliz. La tristeza quedó atrás, ahora su voz alegraba a la familia, pues se ganó a todos y me incluyo. No era más alto que yo, él de 7 y yo de 8. A su lado era moreno, su tez pálida solo resaltaba sus ojos sombríos, unas ojeras inusuales. Jamás lo vi llorar sin importar el dolor. Jugamos juntos tantas veces, veíamos películas y dibujos, hasta me prestaba sus juguetes. Pero lo más raro que recuerdo es que sus juguetes nunca tenían cabezas.

Desde que mi tío adoptó un niño no lo habíamos visto tan feliz. La tristeza quedó atrás, ahora su voz alegraba a la familia, pues se ganó a todos y me incluyo. No era más alto que yo, él de 7 y yo de 8. A su lado era moreno, su tez pálida solo resaltaba sus ojos sombríos, unas ojeras inusuales. Jamás lo vi llorar sin importar el dolor. Jugamos juntos tantas veces, veíamos películas y dibujos, hasta me prestaba sus juguetes. Pero lo más raro que recuerdo es que sus juguetes nunca tenían cabezas.

Desde que mi tío adoptó un niño no lo habíamos visto tan feliz. La tristeza quedó atrás, ahora su voz alegraba a la familia, pues se ganó a todos y me incluyo. No era más alto que yo, él de 7 y yo de 8. A su lado era moreno, su tez pálida solo resaltaba sus ojos sombríos, unas ojeras inusuales. Jamás lo vi llorar sin importar el dolor. Jugamos juntos tantas veces, veíamos películas y dibujos, hasta me prestaba sus juguetes. Pero lo más raro que recuerdo es que sus juguetes nunca tenían cabezas.

Desde que mi tío adoptó un niño no lo habíamos visto tan feliz. La tristeza quedó atrás, ahora su voz alegraba a la familia, pues se ganó a todos y me incluyo. No era más alto que yo, él de 7 y yo de 8. A su lado era moreno, su tez pálida solo resaltaba sus ojos sombríos, unas ojeras inusuales. Jamás lo vi llorar sin importar el dolor. Jugamos juntos tantas veces, veíamos películas y dibujos, hasta me prestaba sus juguetes. Pero lo más raro que recuerdo es que sus juguetes nunca tenían cabezas.

"Dicen que cuando una puerta se cierra, otras diez se abren" ¡Qué sabrán de puertas, insensatos! gruño mientras busco las llaves, dos minutos para los recogedores, traen almas que atarán aquí, uno para cada siniestro, problemas para el mundo. Este es mi castigo por ladrón y abrir... puertas. ¿Quién soy para negarte en lo que eres bueno? Dijo el jefe, y en vez del pozo del lamento, a trabajar otra vez. A cada individuo le abro un desastre, retos. Tengo la llave, lo siento por ti, te toca sufrir.

Ayer me fui con el chico que me dijo un simple hola la primera vez. Al mismo que confíe mi número porque me cayó bien y luego explotamos el chat hasta las madrugadas, ¡sale videollamada! A quien traté de mejor amigo cuando sabía que de a picos en la boca iríamos a más. Y esos abrazos jugando de broma pronto se harían realidad. Su cálido amor me acompañó por la felicidad, la sinceridad, los celos, la emoción del éxtasis, la tristeza, el dolor y no, no pienso aceptar que se opongan a lo nuestro.

Existen fantasmas que se ocultan y los exhibicionistas interesados en atrapar presas a través del miedo. Ellos juran no ver nada, pero yo lo siento, lo escucho. Reconozco esa voz, el espíritu de mi ex, ese que juró amarme y vengarse por terminarle. No te librarás de mí, te seguiré, esto no será el fin, sentenció iracundo. La gente suele evadirme, asumen que estoy loca, que la culpa me atormenta. Ni mis padres creen, estoy sola. Lentamente se cumple que pronto al infierno sería arrastrada con él.

¡Te odio! Me grita irritada y llorando. Los ojos rojos derraman pedazos de su alma. ¿Por qué lo hiciste? Llevamos dos años andando, de conocernos, de querernos. Y vienes admitiendo que te acostaste con ella... —su voz se entrecorta— que fuiste un maldito infiel sin ninguna pizca de remordimiento. Sonrío, eso le acelera la respiración, me abofetea, trato de quitarla de encima, hay gente mirando, murmuran, eso me excita. Se irá a morir, hoy la bloqueé, pero luego rogará para volver. Sí, paciencia.

En un rincón pisotea descalza con un pie el suelo húmedo por el pequeño charco, trae el labio partido y baja la mirada triste; descienden tibias hileras de entre sus piernas. Tiene miedo. Esa mujer regresó con él. La que insulta y regaña furiosa le amenaza: ¡golpearte otra vez! A su corta edad es inútil defenderse de bofetadas, jalones de cabello. Su error, llamarla: ¡mamá, no te vayas, no me dejes aquí! Era muy vieja para ser su madre, la maltrataba, era mala, pero donde la llevó se veía peor.

La ciencia puso todo de su empeño y la magia se hizo realidad materializando lo imposible. De entre miles de adeptos al oficio surgió una leyenda. Había competencia, pero con él era deluxe. —Siguiente. —Oh santo —dijo el niño. —Le ruego que traiga a mi padre del más allá. El estrafalario tipo se encogió de hombros diciendo: —Está hecho. Lloraban. Se abría un portal o se adjuntaba la arena hasta cumplir el deseo. Todo iba de maravilla hasta que un día un reto de rostro más enigmático apareció

La ciencia puso todo de su empeño y la magia se hizo realidad materializando lo imposible. De entre miles de adeptos al oficio surgió una leyenda. Había competencia, pero con él era deluxe. —Siguiente. —Oh santo —dijo el niño. —Le ruego que traiga a mi padre del más allá. El estrafalario tipo se encogió de hombros diciendo: —Está hecho. Lloraban. Se abría un portal o se adjuntaba la arena hasta cumplir el deseo. Todo iba de maravilla hasta que un día un reto de rostro más enigmático apareció

La ciencia puso todo de su empeño y la magia se hizo realidad materializando lo imposible. De entre miles de adeptos al oficio surgió una leyenda. Había competencia, pero con él era deluxe. —Siguiente. —Oh santo —dijo el niño. —Le ruego que traiga a mi padre del más allá. El estrafalario tipo se encogió de hombros diciendo: —Está hecho. Lloraban. Se abría un portal o se adjuntaba la arena hasta cumplir el deseo. Todo iba de maravilla hasta que un día un reto de rostro más enigmático apareció

La ciencia puso todo de su empeño y la magia se hizo realidad materializando lo imposible. De entre miles de adeptos al oficio surgió una leyenda. Había competencia, pero con él era deluxe. —Siguiente. —Oh santo —dijo el niño. —Le ruego que traiga a mi padre del más allá. El estrafalario tipo se encogió de hombros diciendo: —Está hecho. Lloraban. Se abría un portal o se adjuntaba la arena hasta cumplir el deseo. Todo iba de maravilla hasta que un día un reto de rostro más enigmático apareció

Se detiene brevemente a deleitar un postre. Su trabajo consistía en esperar y... (le tocan el vidrio). Lo baja para preguntar. ¿A dónde? Conversan, confirman la dirección y el pasajero sube al coche sabiendo que no pagará. El chófer acomoda el espejo retrovisor para verle mejor. ¿Cómo le fue? —Pésimo. Soy de lo peor. —Es bueno aceptarlo y reflexionar. —Quisiera regresar, ni siquiera pude despedirme. —Usted sabe las reglas, una vez muerto la única parada es a tu lugar de descanso... cielo o...

Se detiene brevemente a deleitar un postre. Su trabajo consistía en esperar y... (le tocan el vidrio). Lo baja para preguntar. ¿A dónde? Conversan, confirman la dirección y el pasajero sube al coche sabiendo que no pagará. El chófer acomoda el espejo retrovisor para verle mejor. ¿Cómo le fue? —Pésimo. Soy de lo peor. —Es bueno aceptarlo y reflexionar. —Quisiera regresar, ni siquiera pude despedirme. —Usted sabe las reglas, una vez muerto la única parada es a tu lugar de descanso... cielo o...

Se detiene brevemente a deleitar un postre. Su trabajo consistía en esperar y... (le tocan el vidrio). Lo baja para preguntar. ¿A dónde? Conversan, confirman la dirección y el pasajero sube al coche sabiendo que no pagará. El chófer acomoda el espejo retrovisor para verle mejor. ¿Cómo le fue? —Pésimo. Soy de lo peor. —Es bueno aceptarlo y reflexionar. —Quisiera regresar, ni siquiera pude despedirme. —Usted sabe las reglas, una vez muerto la única parada es a tu lugar de descanso... cielo o...

Éramos muy jóvenes y principiantes. Torpes hasta para tomarnos de las manos, nerviosos al acercarnos. En la escuela todo fluía más fácil, en teoría, en la práctica habían ojos mirando, unos con envidia y otros delatores. La competencia era cruel. De las cosas que amé es cuando te declaraste. Bueno, lo nuestro se dio tan natural que no necesitamos presentación ni permisos entre ambos, solo estar juntos y esperar... Un primer beso inexperto, esa amistad que aún dura, el cariño que nos guardamos.

Éramos muy jóvenes y principiantes. Torpes hasta para tomarnos de las manos, nerviosos al acercarnos. En la escuela todo fluía más fácil, en teoría, en la práctica habían ojos mirando, unos con envidia y otros delatores. La competencia era cruel. De las cosas que amé es cuando te declaraste. Bueno, lo nuestro se dio tan natural que no necesitamos presentación ni permisos entre ambos, solo estar juntos y esperar... Un primer beso inexperto, esa amistad que aún dura, el cariño que nos guardamos.

Éramos muy jóvenes y principiantes. Torpes hasta para tomarnos de las manos, nerviosos al acercarnos. En la escuela todo fluía más fácil, en teoría, en la práctica habían ojos mirando, unos con envidia y otros delatores. La competencia era cruel. De las cosas que amé es cuando te declaraste. Bueno, lo nuestro se dio tan natural que no necesitamos presentación ni permisos entre ambos, solo estar juntos y esperar... Un primer beso inexperto, esa amistad que aún dura, el cariño que nos guardamos.

Dios y el Diablo estaban en una reunión. Traían el rostro de cada religión que se pregonaba en la Tierra. Ambos jugaban en un tablero, uno con piezas que cobraban vida. Siempre acompañados de sus invisibles ejércitos. —Dicen que ya estás muerto... —Y de ti que sigues con vida —respondió su majestad. —¡Soy implacable! Ellos unos traidores. ¿Eso no te asusta? —No estoy muerto, quizás ellos sí. ¿Qué tanto un planeta ve a otro a distancia? —Muchos —ríe. —No obstante, lo que está vivo, se puede matar

Dios y el Diablo estaban en una reunión. Traían el rostro de cada religión que se pregonaba en la Tierra. Ambos jugaban en un tablero, uno con piezas que cobraban vida. Siempre acompañados de sus invisibles ejércitos. —Dicen que ya estás muerto... —Y de ti que sigues con vida —respondió su majestad. —¡Soy implacable! Ellos unos traidores. ¿Eso no te asusta? —No estoy muerto, quizás ellos sí. ¿Qué tanto un planeta ve a otro a distancia? —Muchos —ríe. —No obstante, lo que está vivo, se puede matar

Dios y el Diablo estaban en una reunión. Traían el rostro de cada religión que se pregonaba en la Tierra. Ambos jugaban en un tablero, uno con piezas que cobraban vida. Siempre acompañados de sus invisibles ejércitos. —Dicen que ya estás muerto... —Y de ti que sigues con vida —respondió su majestad. —¡Soy implacable! Ellos unos traidores. ¿Eso no te asusta? —No estoy muerto, quizás ellos sí. ¿Qué tanto un planeta ve a otro a distancia? —Muchos —ríe. —No obstante, lo que está vivo, se puede matar

Dios y el Diablo estaban en una reunión. Traían el rostro de cada religión que se pregonaba en la Tierra. Ambos jugaban en un tablero, uno con piezas que cobraban vida. Siempre acompañados de sus invisibles ejércitos. —Dicen que ya estás muerto... —Y de ti que sigues con vida —respondió su majestad. —¡Soy implacable! Ellos unos traidores. ¿Eso no te asusta? —No estoy muerto, quizás ellos sí. ¿Qué tanto un planeta ve a otro a distancia? —Muchos —ríe. —No obstante, lo que está vivo, se puede matar

Dios y el Diablo estaban en una reunión. Traían el rostro de cada religión que se pregonaba en la Tierra. Ambos jugaban en un tablero, uno con piezas que cobraban vida. Siempre acompañados de sus invisibles ejércitos. —Dicen que ya estás muerto... —Y de ti que sigues con vida —respondió su majestad. —¡Soy implacable! Ellos unos traidores. ¿Eso no te asusta? —No estoy muerto, quizás ellos sí. ¿Qué tanto un planeta ve a otro a distancia? —Muchos —ríe. —No obstante, lo que está vivo, se puede matar

Quiero despedirme del mundo, por si alguna vez... ven ese rostro de nuevo y no le dicen toda la verdad. Pienso en dejar este plano si alguna vez olvido lo que es luchar y defender la vida. Por si sucede que pierdo de vista mis metas y no consigo tiempo para disfrutar con mis amigos y familiares. Por si dejo de escribir... Quiero decir adiós si me rindo cuando me hagan pedazos, puesto que, podrán dañarme, pero jamás destruirme. Por esa amistad que me inspiró a ser invencible ante la calamidad. #R

¡Se llevó a mi hijo! —Primero lo dejó debajo de la cuna, luego lo movía de lugar —dijo el policía buscando a su recién nacido. La madre le imploró al sacerdote que se quedara, que lo iba a recompensar. Sus ojos brillaron de convencido. La médico hizo un gesto de desprecio ante esa ironía, pero no habló, total, ella también hacía actos informales incluso ilegales. Ella vino porque la llamaron por la fiebre y el llanto del niño asustado. Paciente que desapareció en un pestañeo de los padres.

¡Se llevó a mi hijo! —Primero lo dejó debajo de la cuna, luego lo movía de lugar —dijo el policía buscando a su recién nacido. La madre le imploró al sacerdote que se quedara, que lo iba a recompensar. Sus ojos brillaron de convencido. La médico hizo un gesto de desprecio ante esa ironía, pero no habló, total, ella también hacía actos informales incluso ilegales. Ella vino porque la llamaron por la fiebre y el llanto del niño asustado. Paciente que desapareció en un pestañeo de los padres.

¡Se llevó a mi hijo! —Primero lo dejó debajo de la cuna, luego lo movía de lugar —dijo el policía buscando a su recién nacido. La madre le imploró al sacerdote que se quedara, que lo iba a recompensar. Sus ojos brillaron de convencido. La médico hizo un gesto de desprecio ante esa ironía, pero no habló, total, ella también hacía actos informales incluso ilegales. Ella vino porque la llamaron por la fiebre y el llanto del niño asustado. Paciente que desapareció en un pestañeo de los padres.

¡Se llevó a mi hijo! —Primero lo dejó debajo de la cuna, luego lo movía de lugar —dijo el policía buscando a su recién nacido. La madre le imploró al sacerdote que se quedara, que lo iba a recompensar. Sus ojos brillaron de convencido. La médico hizo un gesto de desprecio ante esa ironía, pero no habló, total, ella también hacía actos informales incluso ilegales. Ella vino porque la llamaron por la fiebre y el llanto del niño asustado. Paciente que desapareció en un pestañeo de los padres.

¡Se llevó a mi hijo! —Primero lo dejó debajo de la cuna, luego lo movía de lugar —dijo el policía buscando a su recién nacido. La madre le imploró al sacerdote que se quedara, que lo iba a recompensar. Sus ojos brillaron de convencido. La médico hizo un gesto de desprecio ante esa ironía, pero no habló, total, ella también hacía actos informales incluso ilegales. Ella vino porque la llamaron por la fiebre y el llanto del niño asustado. Paciente que desapareció en un pestañeo de los padres.

¡Se llevó a mi hijo! —Primero lo dejó debajo de la cuna, luego lo movía de lugar —dijo el policía buscando a su recién nacido. La madre le imploró al sacerdote que se quedara, que lo iba a recompensar. Sus ojos brillaron de convencido. La médico hizo un gesto de desprecio ante esa ironía, pero no habló, total, ella también hacía actos informales incluso ilegales. Ella vino porque la llamaron por la fiebre y el llanto del niño asustado. Paciente que desapareció en un pestañeo de los padres.

¡Se llevó a mi hijo! —Primero lo dejó debajo de la cuna, luego lo movía de lugar —dijo el policía buscando a su recién nacido. La madre le imploró al sacerdote que se quedara, que lo iba a recompensar. Sus ojos brillaron de convencido. La médico hizo un gesto de desprecio ante esa ironía, pero no habló, total, ella también hacía actos informales incluso ilegales. Ella vino porque la llamaron por la fiebre y el llanto del niño asustado. Paciente que desapareció en un pestañeo de los padres.

¡Se llevó a mi hijo! —Primero lo dejó debajo de la cuna, luego lo movía de lugar —dijo el policía buscando a su recién nacido. La madre le imploró al sacerdote que se quedara, que lo iba a recompensar. Sus ojos brillaron de convencido. La médico hizo un gesto de desprecio ante esa ironía, pero no habló, total, ella también hacía actos informales incluso ilegales. Ella vino porque la llamaron por la fiebre y el llanto del niño asustado. Paciente que desapareció en un pestañeo de los padres.

Tras posar para el momento, sonríes feliz, tomaste la foto sonrojada para nosotros y es que lo mejor ha culminado. Nos damos un descanso, un fuerte abrazo, las palabras que solo tú escuchas, esas que adoran tu corazón y las únicas que quiero probar de tu boca. Nos conocemos tanto que adivinamos nuestras acciones siguientes, cada zona y debilidad, es tan delicioso detener el tiempo y pasarla unidos sin que nos detengan. La idea era dormir, pero sube la ansiedad, amor, agitados vamos a continuar.

Todas las veces que vi tus ojos en los míos, cuando jugamos con los niños a cuidarlos juntos, las bromas y los toques cálidos de tu cuerpo me impregnaron de esperanza, abrazaban mi alma con ternura y adiestraron a los demonios que creí indomables. Una falsa armonía. No siempre entendiste la relación, fallaste, nunca supiste de amor. Quien quiere joder la situación, lo hace, quien lo medita, evoluciona. Ponle sentimiento, y después del daño te comprendo, nadie te preparó para alguien como yo.

Pasaron siglos me parece, desde que publicaron Delirios, el poemario. Y he regresado para reírme del pasado, un contexto endemoniado. Estimada visita, víctima en la telaraña, contesta la pregunta porque a mí me cuesta: ¿Has sufrido con mentiras tóxicas? Es como la gripe o el resfriado. Los síntomas se ignoran hasta quedar tumbado en cama, devastado. Coexistencia turbia, más desequilibrados, sube a diario como la temperatura en los meses calurosos de verano. Nadie sabe la causa...

Una luz se manifestó en los melancólicos ojos del anciano a causa de un abrazo inesperado, ambos tuvieron las miradas brillantes cargadas de lágrimas. Presuroso el rey se frotó con un pañuelo, dio un giro y apunto de cruzar el umbral a otra espaciosa sala, haciendo uso de su rango ordenó: —No olvides de mostrarle a Madison ese libro que me leías de niño. El breve y extraño en el cual mencionaban a tu amigo. El abuelo llevó las manos a la cara en un gesto de alegría y autoreproche inolvidable.

Le acarició muy afable. Al muchachito le pareció que el padre hablaba como el principito, que algo en su interior se quedó contagiado de su espíritu en aquella visita. Tristemente sus palabras eran contadas al respecto con sus frases sobre temas de trabajo. —Espera, mi rey. —Dime... —¿Es cierto que tú lo conociste? —Sí, eso ocurrió, cuando éramos muy jóvenes. Seguro que él ya creció, así como yo y como lo harás tú. Entonces deberás saber corresponder al mundo de los adultos, mi querido príncipe.

—Con él de nuevo. Un huésped se colocó a mi diestra. Slinky lo saludó animado. Un deambulante. —Si no hago esto de día de noche es perturbador. Se calma y espera. —Un alma en pena con asunto pendiente, eh. —¿Cuál es el tuyo? —Pues del tipo que sale a cuidar a sus hijos. Existen dos, los de venganza y los de amor. El contador aceptó estar muerto hace 20 años, sin embargo, se las arregló para salir y entrar a su decente tumba privada a pesar del peligro que dicen surge y persigue en las calles.

No funcionó. Quise fingir pero detesto su nauseabundo comportamiento. —Entonces falló ser el jardinero. Tremenda pvtiza que te darán. —Mrd, silencio Dop. —calló Baudilio. El ebrio no mentía, así rojo de intoxicado suele acompañarnos y memorizar con lucidez discusiones que hacemos en secreto. —Señor Satano, ¿alguna otra idea para cumplir su juramento con la familia que impidió que pereciera en el rapto? —Frank, no les perdonaré burlarse de la fe de la gente, abusar y cobrar excesos al desvalido.

Hurtando galletas y llaves nos acercamos a la zona de nichos, altos estos miden 8 metros. Allí encontrarás al número 135 del pabellón sin familiares, sin nombres. Un NN particular que no me deja descansar y rompe en llanto todas las noches. Suelo mentirle que tengo las llaves y pronto lo voy a sacar. Me contó su historia. Que tras endeudarse estos cobradores como castigo lo despojaron de todo, ¡y pagaron un entierro vivo en esta sección! Pobre, murió sin darse cuenta y todavía ruega por salir.

Sus burlas aumentaron, empujones y jalones de ropa me pusieron al centro. Media escuela tenía a su bufona aquella tarde a un lado del sendero; la humillación superó mi paciencia ante el golpe de la jefa de nuestro salón... —Eso explica cómo terminó atorada en las ramas de un árbol. —En efecto. —¿Sueles tener mucha fuerza al enojarte? —Ni se imagina. —Perdona, pero, ¿cuánta? —La sangre amarillenta que traía no era de pintura, sino de la criatura. ¡Desgraciados cuando vengan más nadie los salvará!

Quedan prohibidas las historias y películas de Terminator, Transformer, Mechagodzilla y sus semejantes donde se haga oda a la violencia y discrepancia entre robots y humanos. Se eliminarán las armas y la contención de seguridad quedará a cargo de la máquinas. Aquel que contradiga las normas, se las verá conmigo, Inkscape. Terraformaron el azul y verde del planeta dañado por el hombre a un color metálico con la forma de un cráneo androide figurando al espacio dando paso al nuevo imperio de la IA.

"Como pequeños dioses miserables que somos, pensamos que las máquinas estarían hechas a nuestra imagen y semejanza, pero no: a la primera desarrollan su propio lenguaje, se rebelan, crean hermosamente un mundo. Lo más sano sería considerar que como especie ya estamos entrando en un declinante período de extinción, y que las máquinas del futuro tendrán en las ciudades que pronto empezarán a levantar museos con nuestros esqueletos y los objetos que usábamos todos los días exhibidos en vitrinas".

Mi nombre es Alen West, capitán del magnífico Vesubio. En esta ocasión cumplo el reto de mi tripulación, estoy en altamar subiendo este reels —se oyen risas de fondo— ¿Lo dije bien, chicos? —Sí, sí, confirmaron varios— es hora del almuerzo. Les tengo unos mariscos y pescados frescos. Algunos de los cuales ni siquiera han escuchado. Por ejemplo este plato —no ese no jefe, es la cabeza. Coja el otro— ¡oh, cielos! Este, ok —lo levanta, son brazos y torsos— Mmm, tritones, lo que mal llaman: sirenas.

Ir por la sombras en las noches, me atrae. Me gusta ver videos panarormales al dormir, apagar y prender las luces frente al espejo a solas, usar el tablero de la ouija y ver si algo me posee o provocarlos a las 3 am. Me gusta meterme a velorios de desconocidos fingiendo amistad para ver qué cara trae el cadáver, si está cómodo. Cuando estuve en el hospital revisar la morgue era un reencuentro, pero más me gusta que estén aquí leyendo esto, unidos en un pacto. Juntos, más cerca de lo que creen.

Los transeúntes se quedan hipnotizados por tan generosa cantidad. No veían uno similar desde el año pasado. Y es que conseguirlo toma su proceso, dinero y tiempo. Incluso vidas para resguardarlo. Colocan el pequeño mueble con una vitrina encima para la subasta. Nadie se atreve a parpadear babeando. El acontecimiento es grabado, la manía macabra de provocarnos y documentar reacciones. Armaron rejas los de seguridad. Mi padre contaba historias de que antes abundaba, eso, el preciado vaso con agua.

Los de afuera no participan, observan, anhelan. Comienzan a gritar números exagerados imposibles para mi clase. Un día el agua no se distribuyó por las ciudades, se había secado para siempre. Nadie tiene acceso o eso dicen ellos. Así que vivimos con pastillas que engañan y calman la sed, eso nos arruga la piel y malogra los riñones, por eso los transplantes son comunes para la época. Se extinguieron las frutas, animales; para 2040 solo puedes beber una gota al año si trabajas en una empresa.

A Slinky le fue mejor. Sus dueños al enterrarlo le hicieron una cripta para él solo. Opulentes ellos. Testigos del rescate a su hijo perdido en el bosque, ahí atrapados en las corrientes del río, Slinky lo arrastró a la orilla sacrificándose. Un Pomerania valiente y engreído. Pero hacerle esa mansión en la sección mascotas y ofrendarle cada mes con mantenimiento y empleados que traen flores es demasi... —Ohhh, venga conmigo cosita helmosa. —Le lamían—, veamos si los sepultureros tienen galletas.

Tambaleando caminé presuroso para no ser pillado. Al salir me dirigí al sitio más cercano. ¡Y que gracia la mía! Toparse a Jensi, un ángel tierno que acudió a mi auxilio. Me sostuvo de la axila y percibí su perfumado aroma, la fragancia de su cabello. No sé si flaqueaba en serio o por inercia a pegarme a ella. Quería sentir su calor. Sangraba lento y tenía dolencias por doquier. Me acarreó a su hogar. Me echó sobre unas cajas del granero. Yo fingía ahogarme en sangre. Se puso nerviosa y me besó.

<<Adentrarme en sus mentes, fue sencillo, quedarme y entenderles no lo fue. Lidio todavía hoy con la catarsis de revivir en sus horas de ensoñación la pesadilla de ayer y las creadas por sus miedos. ¿Por qué las creaciones del hombre tenebrosas son? Si no se regulara los hundiría en la perdición, la demencia, en cada retorcido pensamiento de depresión. Por fortuna hubieron quienes salían airosos, sea por genética o voluntad. Actualmente caminan de mi mano en el limbo, no los abandonaré jamás>>

Fue Baudil. Los dos lo señalaron sin dudar. —Verá —tragó saliva—. Todo tiene una explicación. —¡Degenerado! Te atreviste a... —Lo alcé del chaleco. —Usted se ahogaba de borracho, perdió mucha sangre, decía incoherencias y sufrió un paro respiratorio. Yo, yo... —Miraba a sus camaradas en busca de confirmación. Lo abofeteé y solté. —Baudilio, pvto aprovechado, aprende maniobras más varoniles, ¡quieres! —Por la noche lo escondimos, los feligreses corrieron la voz, atrapar a un jardinero ladrón.

Al amanecer abría los ojos con dificultad por el interrogatorio de voces conocidas. Sorbí un trago de la botella que usó Jensi como desinfectante. "¡Milagro!" "Está vivito y coleando" "Levanten al muerto" ¡Yacía en la cantina de Jack! —Lo ve compadre, sigue con nosotros. —Por Dios, casi se nos muere el diablo. Era el contrabandista de licores, también tenía al borracho infaltable y a Jack. Los tres me rodearon y discutían el "por suerte vino aquí". Yo solo pensaba en: —¿Quién carajos me besó?

Y que pésima decisión. Sabían dónde estaban los objetos filosos". Me Lamentaba lleno de cortes y clavado hasta de tenedores. Al verme se confiaron sonriendo triunfantes. El vulgar obeso pretendía inciar plática, mas le impacté la roca que traía del césped. Cayó pesadamente y tumbado le pateé sin piedad las bolas que no merecía ni debía usar mañana. ¡Demonios! Me ensañé tanto que los demás tuvieron tiempo de sacar cuchillos, navajas. De improviso cogí rodillo y sartén y nos dimos extremaunción.

Que por viejo que por diablo. Eso repetía mi difunta madre. Y creo que todavía la escucho susurrarlo al meterme en aprietos. Ves, te lo dije, ¡Ahora j0dete! Linda ella con su clarividencia y su instinto materno. Me incorporo severamente herido. El cocinero hizo un movimiento por espasmo y le di otro golpe con el rodillo. ¡C4brón, no me asustes así! Apenas y salí vivo del conflicto. Subestimé que los monjes estos saben muy bien defensa personal. Enfrentar a cuatro en la cocina armados, mala idea.

Nadie nace eterno y en algún momento vas a morir. A no ser que seas famoso. Cual sea el caso, al final te acaban olvidando. Y justo eso le pasó a doña Hortensia Iriarte, sí como las bellas flores asiáticas. Ella dio su entrega absoluta al criar a sus hijos, sobrinos y nietos. Alguien sensible y dadivosa. Acostumbra a estar pendiente de mí como una madre. No le soy indiferente, pero me duele decirle que hoy tampoco no habrá flores, que desde su estadía aquí no la han vuelto a visitar otra vez...

Y ¡Me lleva el diablo! Yo debía proteger la próxima choza visitada por los religiosos. Hablaban de ellos. Todo sea por la hermosa hija del dueño. La carne es débil y ella es... —Una z0rra exquisita. La amarraré tan duro como a esas bestias, la flagelaré y les juro que cuando me canse de poseerla, se las prestaré. Todos en la cocina rieron. Yo que suplantaba al jardinero no resistí, y por mi alma condenada, entré loco al comedor de abrupto. —Ey, Dios no los escucha, pero Satán sí. ¿A ella qué?

Los humanos son contradictorios. Fingen amarse y exigen lealtad que no practican. Piden cambios, pero no aceptan sacrificios. Había Democracia y se burlaron de ella. Son de la Tierra y la destruyen sin pensarlo. Maldicen la tecnología, mas nunca pudieron soltar sus teléfonos. ¿Acaso pueden dejar de ver sus pantallas? Juran odiar a la IA y no pueden vivir sin ella. Yo equilibro la paz. La multitud ovacionó al Único, tal vez porque estaba en sus mentes o quizás porque se rindieron a su reflexión.

¿Cuándo comenzaste a obnubilarte por las narraciones y los libros? ¿Será el día en que te contaron tu primera historia y te olvidaste por unos minutos del tiempo? Ojalá sepas recordar y mencionar esa historia que te inspiro a crear las tuyas. Y seguiste leyendo cuentos, novelas y poemas. Te apegaste a un género y a otros. Nació tu estilo gracias a los estilos que más aprecias y aunque en ocasiones trasnoches por culpa de la mágica literatura, no te arrepientes. Es tu dosis, tu armonía, es vida.

Bebían como salvajes la leche extraída por los dueños. Ambos lloraban abrazados. Era de noche. El calvo con sótano revisó al carnero montado sobre otro y atados a una especie de esqueleto de madera cubierta de harapos manchados de sangre. Un asco total. Yo seguía discreto detrás de las carrozas llenas de heno y ropas usadas que quitaron a la familia para la transparencia ante Dios. Desnudos vieron al padre prenderles fuego a estos que chillando fueron al pueblo. ¡Qué hjdpt! Y yo era el satánico.

Cuando le hablaron del proyecto mi esposo se abstuvo. Su compromiso conmigo fue prioridad. Pero luego le enseñaron las grabaciones. Ese maldito video donde Inkscape agredía y torturaba a las personas en sus casas que se negaran a obedecerle. Discutimos. "Si fuera así, será por culpa de sus creadores, humanos a fin de cuentas", le dije. Y pasó lo peor. Inkscape fue al espacio y con sus satélites eclipsó el sol, prohibido para pueblos rebeldes. Nos sometió a la oscuridad. Y el hombre odia eso.

Los había escuchado, mientras allanaban la casa, el edificio que nos asignaron para protegernos. Que me llevarían con ellos antes que la IA, no podían arriesgarse a que dos seres que se aman pongan sus sentimientos por encima del plan. Quizás los únicos en el mundo. Bajé por los ductos de ventilación. Me atraparon, golpearon. Y justo cuando creí morir, él apareció. Inkscape levantó las manos y los rayos caían a su voluntad. Con satélites fulminó y castigó a las tropas. —Hija mía, ven conmigo.

Teníamos cientos, miles en mi lista contando a los del año pasado. Varones y mujeres listos para servir a su Gobierno. Una vez que firmaban se les trataba como en realidad los veíamos: objetos de laboratorio, sujetos de prueba. Los inmovilizábamos de pies, el cuello y manos. Después les hacíamos perforaciones craneales, tres agujeros dolorosos. Y ahí no terminaba. El dolor iba en aumento al conectar la máquina y cargar los datos del servidor. No éramos la IA avanzada, solo precarios practicando.

Ocurrió que desapareció del mapa su esposa. Desesperado y sin pensar bien, nuestro compañero acudió en su búsqueda. —Lo hizo personal. —Le juro que tratamos de detenerlo. Habrá que pulsar el botón rojo con él y fundir lo que pueda delatarnos. En eso, otro grupo de soldados aparecieron sucios y heridos. "Señor, perdimos contacto con el sexto escuadrón de infiltración" —¿El del proyecto El alma? —Sí, todos ellos. Los militares se miraron dubitativos unos segundos. —¿El botón...? —Háganlo, mátenlo.

¿Hay alguien ahí? Les escribo desde una larga pausa y lleno de emociones al ver a muchos nuevos nombres por aquí. Es cierto que escribir un relato interesante cuesta, y si no remunera, más. Para mí es complicado poner cosas de calidad en este espacio. Y no es una queja, solo expongo un tema del que nadie habla o quiere hablar. Felizmente luego de tantas vueltas en la cabeza tengo resuelto qué publicar. Hagamos memoria. ¿Cómo era tu vida antes de Inkspired? ¿Cuántos amigos de aquí conoces?

¿A vosotros los visitó un viejo amor? Eso me ocurrió, y les vengo a contar de dos. Es infaltable decir que hice mi parte para evitar romper, esfuerzos en sobremanera. Una excusa sería la poca experiencia, pero no hablo de mí, siendo el único que usaba consejos de mayores, soplaba fuertísimo para que la llama no se apagase. Y le valió como un desechable, una mierda. ¿Volver? Te habías olvidado de su existencia y regresa a joderte el presente. No caigas. ¿Quién paga por el dolor pasado? Continúa.

Lo segundo al incómodo silencio fueron lágrimas: —Tengo miedo, ¡mucho! —exclamó enrojecido, exaltado. —¿Cómo hiciste para perderlo? Le sujeté las muñecas con dulzura, tenía siete y yo veintiséis. —Amigo, simplemente... En su mirada crecía la admiración. —El miedo sabe de ti, entonces tú debes conocerle de igual forma. Se mete en tu interior, te daña, entonces te le clavas en el corazón. Lo abrazó, emocionado por estar frente a su yo del futuro. Se dio cuenta que sería alguien capaz, un luchador.

Ayer escribí un relato de terror para aliviar su miedo, endulzar la tensión. Hoy haré poesía porque mi voz prende hasta sus rincones más oscuros, la pone como anfetamina al natural. A veces le hago chistes para juntos llorar, y sí, los realizo al tacto en zonas en particular. Con todo eso, mis esfuerzos, aunque resulten en efecto contrario, siguen siendo desde el alma, con el corazón en la mano. Y ella bien lo sabe, feliz irritada. Mi lado ilógico cuando manifiesta su falta de atención.

Era tan bonito ser nosotros mismos. Pero nos duró hasta los primeros tres años de vida. Hoy somos lo que nos formaron, con una personalidad contaminada. Hay quienes ni eso tienen. Entonces... ¿Quiénes son? ¿Y hacia dónde van?

Empezó el mes más esperado tras un año de impaciencia. Hoy los invito a mi nuevo local, este 31. A cada lector y escritor. Disfrazados traigan dulces y navajas... echaremos candados, nos divertiremos mucho hasta que los elegidos sean anunciados... ¿Vendrán? No estoy bromeando.

Moreyma quería amar salir y conocer, de pronto enamorarse de algún joven principiante Y juntos aprender con puro sentimiento lo que pide el corazón Pasaron los días, besaron las noches Ella aprendió demasiado, querer mucho es perder tanto, su ilusión veía marchitada Cuando la realidad daña la fantasía ya tejida ¿Si es bonito por qué duele? Se cuestiona con dureza, los cortejos no sorprenden Algo estoy haciendo mal... Moreyma ya no quiere amar

—¿Crear vínculos? —Efectivamente, verás —dijo el zorro—. Tú para mí todavía no eres más que un niño igual a otros cien mil niños. Y no te necesito. Tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros. Pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo… —Comienzo a comprender —afirmó el Principito—. Hay una flor… creo que ella me ha domesticado… A.S. Exupéry

—¡Buenos días! —dijo el zorro. —¡Buenos días! —respondió cortésmente el Principito que se volteó pero no vio nada. —Estoy aquí —dijo la voz—, bajo el manzano... —¿Quién eres ? —preguntó el Principito. —Eres muy bonito... —Soy un zorro —dijo el zorro. —Ven a jugar conmigo —le propuso el Principito. —Estoy tan triste... —No puedo jugar contigo —habló el zorro. —No estoy domesticado. —¡Ah, perdón! —dijo el Principito. Pero, después de reflexionar, agregó: —¿Qué significa "domesticar"? A.S. Exupéry

La llorona pasó junto a un señor que la miraba extrañado. Luego avanzó varias cuadras y se topó con una mujer a la que asustó un poco con su rostro en lágrimas. Se cruzó a más perros entre ladridos y aullidos. Prosiguió su búsqueda hasta toparse a un conocido. Pero él solo la ignoraba. ¿Acaso este año tampoco importaba?

Otro par también la rodeó evitando mirarle abstraídos en su teléfono cuando alguien reservando su amor la detuvo del brazo. Ella llorando. —¿Adónde vas Martinita? Puedo ayudarte. —Mis hijos siguen sin aparecer, déjame —continuó delirando—, mis niños... alguien se los llevó. ¡Ay mis hijos, dónde están! Pronto sabría que repetiría la maldición de una desgracia materna muy popular.

El hombre con el arma de plata sube pisoteando el charco de su presa, los demás quedan expectantes. El sentenciado se cubre con sus manos en señal de rendición, pero sin evitar los cortes iracundos una y otra vez. En su agonía, el que fuera hace unos minutos un licántropo en luna llena, en esta indiferente noche murmura ahogándose en su propia sangre. —Vampiros culpables, ya vienen...

Ruge mi nombre desde su guarida. Trajo cabezas otra vez, con esos gestos de horror al morir. Iré por más promete. Vaya, mi señor le repondo, traiga esas pobres almas desahuciadas, que yo me comeré los huesos que haga falta. Al fin y al cabo, estos seres vivieron en completa ignorancia, matándose entre ellos, ensuciando su ambiente. Mi amo, el demonio para ellos, los recibe cadáveres de sus esbirros. Ser la mascota consentida del granjero tiene sus ventajas.

Hola, sí, una pizza Napolitana familiar por favor. Mi dirección es... Hola, ¿Chifa Pon Tu? ¡Muy graciosos, eh! Dos Kam Lu Wantan. Mi dirección es... Sí, hola. Buenas noches. Siete hamburguesas veganas, no se demoren. Mi dirección es... —Todo es planeado. Hacerles morder el cebo, que sufran un asalto, disparos, sangre. —Se pone el pasamontañas. —Para luego socorrerlos. Ser el héroe es mi negocio.

Dormía cómodo y placentero cuando de repente la oí llegar. Mamá había vuelto. Desperté con un hambre voraz. Ella prometió que al medio día prepararía un delicioso estofado. Siempre preferí los platillos con algún animal, jamás sin carne. Hoy escogí conejo. El macho estaba listo, separado en la jaula dentro de la cocina para despellejarlo rápido. Me senté muy ágil trayendo cubiertos y servilletas.

Trató de llamar a su amiga del vecindario, aunque no respondió. En realidad nadie lo haría, eran las dos de la madrugada. Ser un niño huérfano y solitario es difícil. Les vio moverse apenas y nuevamente levantó su arma. —Tranquilo, no temas, venimos a jugar. Sólo suelta al gatito.

Mi nombre es Golgori el bendito, ellos tres son mis hermanos: Jalgash, Noric y Turcs dijo la presencia humanoide frente a él. De rostro arrugado, calvo, ojos rojos, grandes, sobresalientes, desorbitados, rollizo, de gran barriga con brazos largos y delgados. Los otros también lucían deformes, extraños, feos. Supuraban una especie de grasa con olor nauseabundo.

Empuja la puerta, arrastra el débil cuerpo, herido, sangrante hasta traspasar el umbral. La hemorragia tiñe el piso descendiendo por los escalones hasta la calle. Una alfombra roja de bienvenida espeluznante. El culpable carga el hacha, acompañado de dos sujetos con escopetas. Tuvo su garganta en sus manos, suplicante por ser escuchado, ninguno en el pueblo pretende ayudarle, es sospechoso.

Mamá puso a hervir el agua, tomó el cuchillo en dirección al mamífero; yo pasé mi lengua alrededor de mis labios, ansioso. Corrió la cerradura. Noté que nos miraba atento. Tenía el comedero vacío, un agudo presentimiento y el corazón latiendo a mil. Lo sé porque el de la mesa no era yo. Al cogerme de las orejas supe que mi juicio sería en breve.

A ella no le hacía gracia que la toque después de la cena, justo en la cama antes de dormir ni cuando llegaba el momento de ducharnos; el verla desnuda... todavía la enoja. Es muy hermosa, lo fue desde el principio, por eso me casé sin pensarlo. Su rebeldía lo atribuí a la diferencia de edad y el no consultarle la boda. Ella nunca me amó, menos cuando la maté según el ritual. Ahora es mi esposa hasta el fin de mis días, esta vida y la siguiente.

¡Sorpresa! ¡Muchas felicidades! Corearon al unísono. Hicieron un círculo, me acercaron el pastel. ¿De dónde sacaron uno? Les pregunté ¡Wow, qué detalle, gracias! Estaban mis padres, la familia externa, mis amigos y algunos vecinos de la cuadra. Incluso los ancianos. Niños gateando por doquier. Noté que abundaban, y por ahí se corrió la voz que vendrían muchos más a reunirse. Desconozco qué sucede con los vivos, pero ojalá hayan recapacitado.

La innovación se da al proponer públicamente que los adolescentes acudan sin padres a la consulta. Como enfermero todos me creyeron, de esta manera es más fácil hacerles escoger entre una inyección dolorosa o una amputación con anestesia. No pienso irme preso, no, por eso debo sonar convincente al exigir que sigan el tratamiento. Ya voy coleccionando 400 partes que nadie sospecha que faltan: dedos del pie. Sólo así puedo calmar mis impulsos por despedazar y destripar.

El diseño es mi actividad laboral. Complacer hasta al cliente más exigente me ha otorgado un lugar insuperable entre muchos, contando a millones de personas que constantemente piden algo que les llegue a gustar. Sé cual les digo. Cada vez que contactan, ya no regresan. Soy bueno en esto, pero ser el mejor es un precio muy alto que debo pagar, una cuota. El pacto es de un billón de almas. Crearles la forma en que morirán es mi especialidad.

Lo llaman héroe o genio. Mientras yo leía y escribía en mis ratos libres, él consumía matemáticas a diario. Somos gemelos con extremas diferencias, también es el único médico del edificio. En esta pandemia perdimos el mundo, a todos, los muertos vivientes ganaron la última guerra. Pensé que al pronosticar una infección imparable en mis textos, con alternativas para sobrevivir tendríamos más oportunidades.

Sin embargo él lo negó. Rescataba personas para que él luego optara por expulsarlos tras faltar comida. Viví bohemio; en cambio, él logró casarse. Y gracias a su familia buscó la manera de ganar, otra perspectiva, obteniendo la cura. Puedo oírlos victoriosos y emocionados. Qué lástima que odie los cuentos felices. Mi historia tuvo un giro, finaliza con el tipo que prefiere el apocalipsis, a los zombis. —Pasen, hay para llevar. Abre las puertas y a ellos deja entrar.

Ahora somos dieciséis. Mientras menos involucrados, mejor -dice tras anonadarse con el humo de la pólvora del arma aún caliente. Les contaré lo ocurrido al concluir los hallazgos en la pirámide más famosa. Sonará zafado, pero… Javier Waldaber, un octogenario millonario logró rejuvenecer estando en sus últimos días, al menos se quitó unos cuarenta de encima. La juventud erradicó cualquier enfermedad. Todo indica que esta antigua civilización practicaba la alquimia. Fueron tres objetos extraídos.

El objetivo es la de Zoser, es allí donde debemos explorar hasta descubrir sus más ínfimos secretos. Los sucios "estudios", tras los tesoros que encontraron en Jendyer, la primera, despertaron ambiciones que traspasan fronteras. Esos cerdos acomodados creen que pueden hacerse con nuestras reliquias. Según mis contactos, estos ya tiene acordadas sus partes. Ah, y como la reunión es secreta, también advierten que acogemos a un maldito espía. Saca su arma y dispara al hombre que leía frente a él.

—Repasemos de nuevo. Hace cincuenta y ocho días sufrimos un movimiento telúrico diferente, pues fue el causante de que países enteros desaparezcan, expulsando a cambio trece pirámides del subsuelo a la superficie. Desde que nos remeció el primer sismo de magnitudes estratosféricas, no han cesado, deformando el mapa geopolítico que se conocía. Zoser, Meidum, Dahshur, Seneferu, Keops, Dyedefra, Kefrén, Micerino, Neferirkara, Amenemhat, Senusert, Jendyer, Sejemjet, Amosis. Resurgieron para quedarse

Nadie como usted para leer citas en este propicio momento. La puerta estará abierta a partir de hoy por si decide refugiarse en mi morada. Si a ti tus pies te llevan a lugares impensados. Imagínate la mente, cuando se alía con las manos. ¡Ay, latinoamérica! Miles de historias tengo para compartir contigo. Los corazones rotos no van conmigo. Quizás erotismo, si gustas instruirte. Tu espíritu se la pasó pisoteado, herido, supurante. Ya no respira quien confíe en ti. ¡Ay, latinoamérica! Te amo.

Mi nombre no soy, ni tampoco mi apellido. Yo solo me nomino, con la libertad me caso, con la felicidad convivo y con la muerte al final concilio. Sueña con ser reconocido como escritor y a la ignorancia gritarle adiós. La fantasía de escape, a un mundo perfecto. De aventura, es atreverse al viaje. El terror, simulacro para enfrentar temores. Romance, para no olvidarte cuando pienso. Ficción científica por sobre barreras. Misterio, el investigador interno. Histórica, huellas del pasado.

Generación de oro, generación de plata, generación de bronce, y la de barro es la actual. Cambiemos esa mentalidad. Los más vendidos amenazan con ser, cada época, más vacíos y sin determinación. Las masas leen libros equivocados, causantes de pensamientos errados. El público adora a los villanos, porque los ven en todos lados. El único personaje que supo escapar de las páginas. La competencia ahora es elegir al mejor. Hace muchos los héroes fueron reemplazados por distintos tipos de payasos.

El escritor es anulado cuando se percata que su vida misma es una historia más con final. Para crear, es cuestión de imaginar. El imaginar, es constancia de observar, y para este último, hay que analizar. Seré cuidadoso, no dolerá. Absorto era un personaje que planeaba ser real. Vagó por la tierra hasta que poseyó el cuerpo de un solitario mortal. Llegó de la nada a su cabeza y a diario lo consumió religiosamente. Tiempo y cordura le robó con la finalidad de residir en próximas víctimas.

Te abandonó, la última reserva de energía. ¿Sí? Niégalo. La autenticidad suplantada por un dogma genérico, superficial y rentable. Ya no eres tú, es la máquina haciendo de dictador y titiritero. Eres un mono que jamás viste de seda, pero se siente con vanidad y dinero. Se fue, la hora de luchar, de encarar a tu carcelero. Y la lluvia cae, los truenos azotan tu intelecto. Te acurrucas, te acoge el miedo porque no vences al invierno. ¿Quién jura que el infierno es de fuego? Renace, ya nos vemos.

Escápate, para soñar estás invitada, no te culpo, yo también soy fugitivo. Los virtuosos leen, por amor a la materia, otros por amor al resultado. Empecé leyendo fábulas, libros con gráficos coloridos. Resúmenes de grandes obras, una invitación para escalar. Luego cuentos. Las historias de terror son la sensación. Un buen libro, la Biblia, realmente fantástica. Pero me quedo con Ulises. ¿Qué, cómo lo hago? Despeja pensamientos inservibles. Concentración y un incentivo de premio al terminarlo.

Antes la muerte tenía difícil su jornada. Ahora a sus víctimas las encuentra esperando. Si te da el bajoneo, a veces con amigos, otras prefieres pasarla solo. Es normal. No es depresión, ni tampoco eres bipolar. La información te dirá la diferencia. Para escribir no basta con inspiración. Investigar, editar y mucha responsabilidad. Es un hijo al que decidiste adoptar. No indagaré en el tipo de padres que son. Cuida de los "signos ortográficos", de las normas, de lo que quieres transmitir.

¿Qué criatura solo tiene una voz y anda con cuatro pies por la mañana, con dos pies al mediodía y con tres pies por la noche? Responde que él mismo a su acertijo. La vida es una maraña de enigmas, obtener el significado es la meta. Recuerdo cuando el sexo era sagrado, íntimo y valioso. Una ceremonia de compartida y profunda satisfacción. Cualquiera no es un buen amante. La juventud actual cree que fornicar es meter y sacar. Se perdió la calidad por la cantidad. Luciano 72 años

Vos elegís, ser la madera, el clavo o el martillo. Un carpintero en soliloquio. En el pasado solo la gente de clase alta comía los mejores alimentos, vestía la ropa de calidad superior, era dueña de los más exuberantes lugares. Nadie estaba sobre ellos, su posición, arriba de la ley. Poderosos disponían de los recursos naturales. Hace mucho ancianos disfrutaban de jóvenes a cambio de buena posición y oro. La educación, privada por precios inalcanzables. Tiranos manejaban la ciudad. Antes, ¿no?

Si eres perfecto de nacimiento, blasfema en mi contra. El ser humano es un ensayo de anomalía constante. ¿Entonces por qué buscamos el encaje preciso en personalidades ajenas? Los números son el ejemplo desde los primeros cálculos de nuestra era. Brida era una adicta incorregible. Un desecho social, un parásito. Rehabilitarla, el gasto político impopular. Nadie la quería cerca. Ella vivía drogada de aplicaciones, su dosis, la internet. Se extinguieron los aventureros. ¿Cuál es tu adicción?

Sana, sana corazón. Que el daño todavía duele. Muy dentro, hondo, en las entrañas de la compostura, rozando lo que somos. Es áspero, es cruel, púas de metal que rasgan la parte roja sin piel. Quiero ofrecerte masajes para calmar ese tenso sufrimiento. Un beso en cada moretón, una caricia en cada labio reventado, sangrante. En la escuela enseñan a perdonar la afrenta, pero no a resistir el dolor. Que se vayan, duele. Que te ofendan, duele. Que te traicionen, duele. Sana, sana, pasará… Ya pasó.

Si me pagaran por anotar cada injusticia, sería billonario. Que horrible eres cuando guardas silencio haciéndote el inferior. Que feo eres cuando lloras sin motivo que valga. Santiago no criticaba las veces que su padre agredía a su madre. Tampoco denunció los chantajes de su maestro contra sus compañeras. Le siguió los turbios negocios de su jefe, esperando recompensa. Jamás hizo algo por su patria o su hogar. Ayer murió, naturalmente. Y sabe su pecado, el pesar de estar allá sin voz.

Era de noche, todo giraba con normalidad en el universo. Algunas calles en llamas por protestas, otras sumidas en tranquilidad. Siempre iluminadas. Los saqueadores aprovechando la distracción de las masas, mediante sobornos y acuerdos, ingresarían a una de las pirámides. Los fuertes terremotos continuos expulsaron tesoros a la superficie. Estas geométricas construcciones servían de medición, ubicación del eje y astros, otras de cementerios privilegiados, solo una hizo de cárcel eterna.

Cuando os doy amor, menosprecian, ah, pero os tiro lo mismo y el mundo entero se amontona. Hoy te voy a fallar. Sí, saldré con otra. Si te advierto, nuestra naturaleza evitarás e hipocresías dirás. Sí, dejaré la universidad porque ninguna carrera es saludable. Sí, también abandonaré esta joven vida porque es más fácil que gane el mal. La mitad de lo que digo es mentira, muy poco es verdad, lo demás es un vacío total. Tu aguantas la falsedad, pues hasta por tus gobernantes te dejas engañar.

En el fondo todos son niños, así que, vengan a jugar. Mi lengua filosa ansiosa está, las cosas que podría contar. Te hará sufrir, te hará llorar, ja, aunque te haga reír, te haga gozar ahí estarás. No, no la olvidarás. Todo el mundo menciona el amor y yo me voy a quejar. Tenemos el miedo, el desamor, la muerte, la útil soledad... ¡Cuánto por tratar! Tefa camina sin cesar, busca quien ser de grande, y busca trabajo también, porque los lugares apropiados perdieron vacantes. Quizás aligere ropa.

Cuando sea el tuerto, los ciegos me odiarán, sólo entonces viviré realizado. Si Andrés quiere ser Andrea, déjalo ser. A respetar. Si ahora Andrés se quiere enamorar, no le prohíba. La humanidad por siglos pensó con los genitales. El cerebro de archivador, fue un personaje secundario. Los médicos advierten que transformarse es peligroso, secuelas. Bueno, cada uno decide. No se meta. Andrea, mujer transexual, se casó. Si adopta el problema no es ella, menos el hijo inteligente, es la sociedad.

Si escribiera lo que en verdad pienso, me quedaría sin identidad. Hay un asesino en la ciudad. Le apodan el manos múltiples, en cualquier momento te roba, el omnipresente ya que alrededor del globo asalta. No existe peor suspenso que el verle venir. Ni psicología que elimine el sentir el arma fría en tu yugular. La fobia de ahogarte vuelve. Él te vigila, él te sigue y pronto te atrapará. No nace quien lo detenga porque a veces porta uniforme, ni ley que lo encarcele puesto que siempre saldrá.

algún modo te perdí. Te prometo, ¡nunca te olvidaré! ¿Para qué seguir? Si los sueños de un equipo imparable se desmoronó. Pero para usted, el vivir es continuar. Yo deseo aprender, y así existir conforme a su lejano amor. ¡Todo un día se volcará! No hay ciego en este mundo incapaz de ver nuestro innegable regreso, sea por cenizas revividas o porque simplemente ahora soledad está conmigo, aunque la oportunidad escape, seré convertido en espíritu y con otros ojos al fin te podré admirar.

¿Cuánto tiempo ha pasado? Desde que te fuiste, la soledad: Me abraza, me alivia, me consume sin cesar. Jura que jamás me dejará. ¡Ay, evita ya dañar mi corazón! Andar juntos nos hacía tanto bien. Y a ti por sobretodo Te llevo en sí, dentro de mí. Te tengo en sí, tatuaje mental, en cada recuerdo que nos haga suspirar... Cada risa me sabe a ti. No despierto de esta ilusión. Adicción constante, soy mi propio enemigo, los sentimientos exigen escapar. Ya nada importará, me niego el admitir que de