Le esfuerzo por salvar a Zarina fue más o menos en vano, pues no sobrevivió, pero al menos dejó de sufrir. Lo único que me consoló, después de mucho lamentar tener que verla morir a eso de las cuatro de la mañana, fue que, aunque no le pude dar una buena vida, esa pequeña perrita encontrada en la calle con frío, hambre y miedo, conoció conmigo lo que era ser amada y el calor de un hogar.

Hay personas que dejan huella en la vida. Algunas lo hacen por su amistad, amor, apoyo, alegría... Y otras porque te enseñan que existe lo malo, mo feo, lo falso e hipócrita. Te enseñan que, a veces, lo mejor es alejarse, que no todos tienen buenas intenciones y que algunos llevan máscaras para conducirse en la vida. Hay personas que, al pasar por tu vida, dejan huellas como cicatrices de cortadas realizadas con los cuchillos envenenados de la mentira.

Volvamos al principio. Después de la lamentable muerte de Zarina, me tocó cavar su tumba con ayuda de mi hermana. El dia anterior la habíamos llevado al veterinario, pues habia empeorado muy rapido y... y se puso grave. Lloraba al moverse, estaba hinchada, no tomaba agua, tenía diarrea y vómitos y perdía el equilibrio. Lo peor de todo es que no teniamos dinero.

Hay una línea que se va tragando al sol. Lo distingo pese a la naranja y cegadora luz de esas horas, desde el asiento trasero de un vehículo que no recuerdo haber tenido. De vez en cuando, algunos árboles interrumpen mi contemplación, pero es solo por un segundo. Parece que el automóvil se mueve aprisa por cun camino sin asfaltar. Cada que me sueño dentro de un auto, esta imagen se repite. Sea la hora que sea.

Recuerdo que en esos días no salía más que para mis capacitaciones, y apenas terminaba, regresaba a la parada y volvía a casa. El aislamiento lo venia haciendo desde que Zarina enfermó y tenía que medicarla cada cuatro horas, ya que no le podía confiar el trabajo a nadie más. No sabían lo horarios, aunque los dejé escritos en un cartel pegado en la heladera. Esas cosas me hacían pensar que no les importaba en verdad.

A fines de febrero llegaron las primeras contagiadas a esta provincia. Ese mismo día, temprano en la mañana, yo hacía lo mas duro que me había tocado hacer en lo que llevo de vida: estaba cavando la tumba de mi perrita, una cachorra de solo nueve meses, que enfermó de pancreatitis, aunque fue mal diagnosticada. Pasó por al menos cuatro veterinarios cuando encontraron su verdadero padecimiento... pero demasiado tarde.

No le vi la cara. Nadie lo vio jamás, durante esos momentos en la dimensión onírica. Pero todos sentíamos su presencia, todos hablabamos de él. Nos inquietaba de igual manera, como si fuesemos una entidad colectiva que compartiera la misma consciencia. Teníamos el mismo miedo: ¿Qué hay detrás de la puerta negra? Yo quería saberlo, me adelanté un paso, puse la mano en el picaporte y una luz cegadora me deslumbró como cuando uno abre los ojos después del sueño en plena mañana.

No es lo mismo una sirena que un hibrido anfibio. Las primeras son inmortales, como si fueran dioses. No se reproducen como nosotros y cada de ellas tiene una habilidad. La suya es hacer descargas eléctricas mortales. La de su madre, es convertirse en Kraken. En cuanto a los híbridos, son humanos evolucionados que pueden vivir en el agua, son mortales y pueden reproducirse como nosotros. Su idea es hibridarnos a todos. Van a experimentar con los desertores. Desde aquí escucho sus gritos...

No diria que es una habilidad, sino una maldición. Cuando alguien te mira a los ojos y sos un basilisco, esa persona morirá al instante. No hay nada que hacer. Yo no decido cuando usarlo y cuando no. Debo cubrir mis vista en la ciudades y andas como ciego. Un basilisco siempre es un ser solitario. Eso si, cuando la otra persona no me ve, pero yo si lo hago, no puede mover ni un músculo. Solo respira. La paralizo por completo, como a este vampiro que esta mirando a Freya... sin acercársele.

Solo quiero aclarar que no estamos muertos. Íbamos a morir y ellos decidieron experimentar con nosotros; supongo que lo hicieron pensando en cómo salvarnos la vida. Gran salvación. Saber que moriría en algún momento le daba sentido a mi existencia. Ahora no se porqué estoy en este mundo. No me ha quedado mayor tarea que ver pasar el tiempo encerrado, alejandome de aquellos que me consideran una abominación O bueno, eso "hacía", hasta que me ofrecieron la posibilidad de una solución.

En mi casa hay dos gatos. Ninguno es mío, son más bien como sobrinos. Pero en esta ocasion, aparecieron dos pequeños ejemplares. Uno era bastante normal, con el pelo gris y mirada oscura; y el otro, precisamente una hembra, tenía pelo azulado y brillante. Nunca había visto un gato con ese color de pelaje. Parecía de fantasía. También me llamaron la atención sus ojos verdes, similares a esmeraldas. Era una maravilla. Los dos tenían frío en esa caja y olían muy mal. Ni hablar. Vengan con mami.

En el mundo, entre nosotros, circulan energías que los humanos no pueden ver. Están dentro de ustedes y les dan vida. Pero no saben que existen. Los brujos sí, y podemos manipularlas, quitarlas y darlas, manejarlas a nuestro antojo. Y aunque somos iguales a ustedes en apariencia, somos mucho más perfectos. Los males que les aquejan no son nada para nosotros, no entendemos las diferencias de clase, raza y género. Podríamos matarlos, pero nuestra conciencia es incorruptible. O casi siempre.

¿Humanos mordidos por un murciélago que se convierten en no muertos? Ya quisiera. No, nosotros hemos sido transformados por capricho de Ellos. Estábamos enfermos e intentaron curarnos. Ahora no somos capaces de dormir, sentimos todos los olores, en especial los de los otros humanos, a quienes podemos provocar estados de lujuria, en los cuales su sangre es mucho más deliciosa. Y, para lograrlo, no necesitamos hacer nada más que mirarlos cuando tienen pesadillas.

Durante más de mil años creímos que eran humanos con cola de pez en vez de piernas, con un canto tan hermoso que era capaz de enloquecer... Nunca imaginamos que eran capaces de lucir como nosotros, caminar entre nosotros, y solo sacar su verdadera apariencia, su piel escamosa y dura, ojos rojos y enormes garras, una vez que te tuvieran agarrado del cuello mientras desagarraban tu cuerpo o te arrancaban la cabeza, como lo hizo ella, lentamente y en tres jalones, con el almirante.

No sé qué ganaron al separarse, si cuando uno no está el otro hace todo lo posible para imitarlo. Pero no del buen modo. Ambos son lapidarios y les obsesiona que sus hijos vivan la vida que ustedes no pudieron tener. Los autos no me interesan, los hijos y el matrimonio tampoco. Ni el dinero; la plata no vale más que mi dignidad o mi ideología. Pueden mirarme mal como les de la gana, por no tener ambición, pero ustedes la mataron. Este es su logro. Disfrútenlo.

Desde que tenía tres años, contaba cuentos con imágenes porque no sabía leer. Siempre que podía, leía relatos. Pero fue a los doce que enfrenté la primera novela, un thriller sobre médicos que me impresionó, me intrigó, me emocionó y me entretuvo. Entonces, hace más años de los que me gustaría, me di cuenta que yo quería hacer lo mismo. Intrigar, conmover, impresionar y entretener con las palabras y creando historias. ¿Lo logré? PD: Un año después, mi perra se comió la mitad del libro.

Sentí que estaba consciente, pero no me podía mover. Los bigotes de un hocico canino rozaban mi cara. Abrí los ojos y la vi. Era mi bebé, mi pequeña pequinés, pero al mismo tiempo sé que no lo era. No desde que una falla cardíaca me la quitó. Tenía los ojos hundidos, el pelo apelmazado, una secreción espesa de baba y parte del cuero que le cubría las costillas, carcomido y lleno de gusanos. No había hedor. Ella se echó a mi lado, como siempre, y se durmió roncando. Y yo aún no me podía mover.

Él era alguien fuerte, de carácter duro y por veces frío. La mayoría del tiempo no mostraba sus emociones, pero ella las podía notar con la mirada. Sabía cuando deseaba estar con ella, cuando su hermana lo enfurecía, o cuando le entusiasmaba un proyecto nuevo. Ella lo conocía bien. Sabía qué clase de hombre era. Sí, era. Desde hacía ya una hora, cuando ella le dio un golpe seco en la cabeza que le provocó una mala caída y le quebró el cuello, había dejado de respirar. Ahora era solo un cadáver.

No sé adónde tenía que ir, pero no estaba sola. Ari caminaba conmigo, mirando al frente, a diferencia de mí, que observaba el exterior en cada ventana del pasillo... hasta que vi una figura que me hizo parar la marcha. Era un gato, blanco y peludo, de la raza persa, que tenía el tamaño de un caballo. Movía el rabo, mirando hacia los árboles de patio, mientras que yo me quede ahí, extrañada, preguntándome qué era esa criatura. Cuando escuché la voz de Gilda, me di cuenta de que estaba soñando.

Cuando salió a la luz por debajo de la manta, no tuve reacción. Jamás había visto cosa más espantosa. El cuerpo peludo de una rata con ocho patas peludas, una dentadura afilada que sobresalía en su enorme boca, que estaba abierta y llena de saliva. Qué asco. Comenzó a acercarse a mí, mirándome con sus ocho ojos rojos, y del vacío a mi alrededor salió un fiel zapatilla, con el cual golpeé ese pequeño cuerpo varias veces, hasta que dejó de moverse, y se convirtió en un charco de sangre oscura.

El viernes, antes de que se recomiende el aislamiento preventivo (que fue el 15 de marzo), tuve una reunión con mi jefe y la voluntaria del JICA, una agradable japonesa llamada Yumi, que había llegado a Argentina antes de que el virus se propague. Determinamos cuáles iban a ser los materiales de clases, horarios y demás. Para mi mala suerte, los meses que trabaje haciendo mis propios manuales valieron poco...

La ansiedad no es extraña para mí. La sufro desde hace mucho tiempo, pero aprendí a lidiar con ella. Antes pensaba que era una tendencia de auto boicot, pero no. Ya sé que no lo es, y durantr años lo traté con Alplax. La consecuencia de tener ansiedad fue el insomnio, sobrellevado por casi una década, que me ha llevado a que me cueste dormir y luego despertar, olvidando exámenes, reuniones, clases, y a tener problemas alimenticios por saltarme comidas, entre otras cosas.

Después de enterarme de que una de las primeras infectadas era becaria en la universidad a la que asistía, y que estuvo ahí antes de su diagnóstico, llegó otro problema: la ansiedad. Yo tenía que ir justo esos días para hacer unos trámites presenciales y conseguir unas copias porque mi impresora se habíadescompuesto. Los chakras no se alinearon a mi favor, dirían los esotéricos.

¿Son de soñar que, en el momento de inminente confrontación, posiblemente física, justo en ese preciso instante aparece un arma, ya sea cuchillo, palo, bate, palote o lo que sea, y pueden defenderse? O que, si esto no sucede, adquieren una habilidad que no poseen cuando están conscientes, y pueden dar golpe como si fuesen artistas marciales? Pues a mí sí, y mas seguido de lo que quisiera admitir en voz alta.

Comencé a pensar en buscar algo de ayuda psicológica, como había hecho en el pasado, pero... ¿adivinen qué? Llegó la noticia de que en esta provincia había dos infectadas. Antes de eso, yo había salido, pero no tuve tiempo de de ir a la primera sesión. Siquiera pude llevar los papeles de la obra social.

¿Les ha pasado en la vida que quieren hacer algo y siempre los interrumpen, como si de una mala sitcom se tratara, o de un capítulo del Chavo? A mí sí, pero en sueños, cuando quiero ir al baño. El simple hecho de cerrar la puerta y estar a solas en ese cuarto parece una odisea, debido al desfile de impertinentes que deciden molestarme una y otra vez. ¿Será que mi inconsciente me quiere decir algo?

Antes del 28, yo quería tener dinero, pero después de ese dia, ya no me importaba. Con pagar las cuentas y comer me bastaba. Estaba deprimida, y llegue a colocar bultos en el piso o en mi cama para simular el peso de Zarina. y su presencia. Reemplacé las cosas que iban en sus espacios con otras cosas, escondí sus platos, y me parecía que la veía en todas partes. Ni les cuento todo el peso que perdí, pero no llegaba a los 50 kilogramos

Cuando terminamos de cavar la fosa, la colocamos allí envuelta en una toalla y una manta que le tejí, y junto a sus peluches favoritos. Recuerdo que casi no entraba y no podiamos flexionar sus patas. Dolorosamente la hicimos encajar allí. Y fue doloroso para nosotras, porque ella ya no podia sufrir.

Josue es distraído, y lo asume sin problema. Y eso no se contradice con su fuerte sentido de la responsabilidad. No piensa que los demás deberían creer lo mismo que él o adaptarse a su moral, ya que no quisiera que lo señalaran por lo mismo. Le encanta estar en calma, quizás solo o en compañía, pero sin inmiscuidos ni criticones. Mentirosos y aduladores, están prohibidos en su vida.

Camino, camino y camino; acelero el paso, doblo la esquina, sigo avanzando, pero aún lo siento. La imprimó tanta velocidad a mis piernas que si eso fuera real, sé que me dolería. Sin embargo, todavía está ahí. Miro para todos lados, notándome sola, y de todas formas, es como si desde las sombras algo me siguiera y no me perdiera de vista. No piedo escapar, vaya a donde vaya. Escucho la voces sin dueño... hasta que miparanoia toma forma en cuerpos extraños.

Ayer me desperté por la noche, y fui andar unos pasos por la casa, como siempre. La única diferencia es que, en esa ocasión, estaba dormida. Me senté en el sillón que puede verse desde el pasillo, y allí me quedé un rato. No se de cuanto tiempo. Cuando me hermana se levantó para ir al baño, me vio, escuchó que balbuceaba incoherencias y me envió a dormir. Y lo hice. Es la costumbre. Bueno, eso es lo que me contaron al día siguiente, como cada vez que pasa. De vez en cuando, yo soy sonámbula.

Eso era lo que se preguntaba ella, mientras veía a la que consideraba su rival, aquella con quien peleaba por atención, por reinvindicarse a sí misma y a su propio atractivo. Pero en esa ocasión, no era momento de pelear, de medirse. La otra chica no estaba en condiciones. Si fuesen enemigas, se hubiese unido a quienes, en ese momento, la estaban humillando y que pronto la adentrarían en la oscuridad. Pero no lo hizo. Decidió ayudarla, borrar las pruebas. Porque ellas solo eran rivales.

Estoy hecha de fuego, uno que destruye y crea. Junto a los mios, me he llenado de ambición, he jugado con muchas vidas, con especies. Hemos creado razas, materiales para llenar el mundo, extensiones de nuestra imagen. No estaban destinadas a odiarse. Nunca lo estuvieron. La eternidad de mi existencia me ha enseñado que una de mis hermosas creaciones ha heredado nuestra soberbia, nuestro fuego destructor. En mi forma original, de criatura alada y enorme, recorro el mundo observando su predición.

A la edad de 16 años pasamos por el ritual, en el cual perdemos toda conexión entre la lógica y lo emocional. ¿Por qué a esa edad específica? Porqué ya somos fertiles. Y en nuestra sociedad no existe el concepto de familia. Los más aptos se reproducen sin vínculo sentimental, no lo tienen entre progenitores, ni con sus crias... o hijos. Aunque no los llamaría asi, ya que no existe una relación. Los niños son criados por brujos menores, pero eso es complejo de explicar. Será en otra ocasión.

Todas las noches tengo el mismo sueño, recuerdos de cuando tenía nueve años, hace ya más de una década. Pero esta vez es diferente. No hay figuras amenazantes a mi alrededor, no hay monstruos que disfruten humillándome, pero siento una mirada intensa sobre mí. No me intimida, ni me da asco. Es más, me hace arder la piel, el vientre; se me seca la boca y me tiemblan las piernas. Él no hace nada, solo me mira. Se acerca y me observa. Cuando abro los ojos y despierto, él continúa mirándome.

Antes era egoista, había construido un muro a mi alrededor, disfrazada de arrogancia y de una actitud de mujeriego. Pero no lo era. No quería enamorarme, pero tampoco quería sentirme solo. Después de dos años, me acostumbré a pensar así, a salir los fines de semana con una amiga diferente... Hasta que apareció ella, con su hermoso cabello negro, sus ojos ligeramente asimétricos, su boca rosada y perfecta, con su sonrisa contagiosa. Mi vida de antes fue insignificante a partir de entonces.