Recuerdo el primer día de agosto, no sabía que cambiarías mi vida. Recuerdo soñar despierta. Y creí que serías mío, brillaba el sol, era posible, pero agosto se me fue como agua entre las manos. Jugaba a inventar formas de decir te amo, sin decirlo, era ingenua y te creía mío. El calor de ese verano dejó un frío en mi corazón que no se va, recuerdo cuando íbamos en auto a casa, dijiste que ahí sería mi refugio, pero mi refugio lo encontré entre tus brazos.

La curiosidad hizo que el caballero detuviera su paso, observó a sus semejantes. Las marcas del enemigo estaban en ellos, a veces eran huellas suaves, otras aberrantes. Era el eco del tiempo su gran rival, que implacable avanzaba sobre todo el universo. Él no era inmune, viendo los ojos de su prójimo descubrió sus propias heridas. Porque el tiempo no perdona y lo sabía por experiencia propia.

Lanzó su búmeran contra mí, estaba furioso, me odiaba, lo leía en su rostro. Corrí con ímpetu, el arma casi conseguía su objetivo, me salvé al caer. Maldije mi suerte, padecí y chillé hasta por fin levantarme. Caminé, el tiempo me volvió valiente, reflexioné sobre la rabia y el rencor, limpié mis errores con agua pura, volví a la montaña. Entonces lo encontré por el camino: herido y agonizando, porque el odio era como ese búmeran y volvió al punto de origen.

Caminaba empuñando su bastón, ya era anciano. Su historia era triste, mi abuela lo amó en su juventud, y le envió una carta confesando sus sentimientos, pero él no leyó esa carta hasta hace dos años. —Iba a leerla, pero era joven, no le di importancia, un día la encontré en una caja y la leí. Acompañé al viejo y lloró frente a lápida de mi abuela, 《Debí leer esta carta, porque nunca sentí que alguien me amará como tú》Lo escuché decir. Quise decirle que era irremediable, pero preferí callar.

Era como una locura reflejarse en aquellos ojos azules, ver su sonrisa y ser el motivo. El sol se veía más dorado, el pasto era verde y el cantar de los mirlos se escuchaba tan afinado. ¡Era perfecto! Pero, ella tuvo miedo, sus ánimos menguaron por un segundo, en que él tomó su rostro entre sus manos, adivinando su pensamiento —Tranquila —dijo con voz dulce—. Será real, mientras no despertemos. Sí, era un sueño, pero, la felicidad que sentían era real.

Esnifó aquel polvo blanco y caminó unos minutos, entonces sintió el subidón, su corazón latió rápido, se quedó sin aliento, incluso dejó de escuchar el exterior. Por un solo segundo toda su mente se quedó en blanco. El dolor, el odio y la tristeza, todo lo que lo atormentaba se apagó, incluso hasta los malos pensamientos. Pero, fue un solo segundo, porque después llegó el éxtasis, y todo se volvió amarillo

—Te diré un secreto —dijo ella sonriendo—. A veces todo está mal, y solo quiero subirme a lo alto de la cornisa y saltar, hasta dormir. Él se echó a reír. Ella bromeaba, y el adoraba su humor pesimista. Ella volvió a ayudarlo a resolver ese problema que tanto le comía la cabeza. Y él se marchó feliz. Dos días después, a ella la encontraron sobre aquel suelo, muerta, cayó de la cornisa y nadie pudo detenerla. Cuando ėl lo escuchó, no podía creer que la broma amarga se hiciera real.

Leonel tenía ochenta años, tocó la puerta y ella abrió. Lo observó incrédula, casi no lo reconocía. —Cometí un grave error, debí elegirte a ti. Puedes hacer una excepción, ¿Puedes amarme de nuevo? ¿O es muy tarde? —preguntó él Ella pensó en el medio siglo que pasaron alejados, aún lo amaba y lo abrazó con fuerza —No es demasiado tarde, nunca te olvidaría. Leonel lloró mucho ese día, conmovido, porque la vida le regaló una última oportunidad para ser feliz y era muy afortunado

Había pasado un largo año. Era la primera vez que ella acudía al cementario, la observó atentó. La extrañaba tanto, que quería abrazarla, pero cuando lo intentó, ella maldijo el frío que sentía. —Mientras maldices mi mundo, anhelando mi regreso, ahora mis lágrimas se convierten en tus lágrimas —dijo pero ella no lo escuchó, decidió irse, porque después de todo nadie escuchaba a los muertos

El maestro de ceremonias me llamó al frente, mis piernas temblaban, comencé a recitar aquel pensamiento mientras veía su ataúd: —Madre, dime, ¿Cómo sabré si estoy equivocada cuando no estás? ¿Cómo caminaré cuando la tormenta me ahogue sin ti? ¿Cómo resistiré? ¿Cómo decidiré entre el verde y el azul? ¿Cómo sabre cual es mejor sin tu consejo?, dime madre, ¿Cómo lo haré? Observé a los presentes llorar, entonces me di cuenta de que todos nos haríamos la misma pregunta, sin obtener respuesta

karlly era una chica dulce y especial, fue mi hermana, más que mi amiga. Recuerdo la última vez que vi sus ojos y me despedí de ese pueblo donde ella se quedó. Pero el destino nos separó. Ella se dirigió a un abismo y no pude salvarla, envuelta en mis sueños, ella sumergida en penumbras. Escuché los rumores y volví al pueblo, para encontrar su nombre en aquella lápida. Ojalá le hubiera dicho cuánto la amaba, mientras pedíamos aquel deseo con nuestro hueso de la suerte.

Ella lo llamó, porque el orgullo de él seguía intacto. Ella actuó como si nunca hubiesen peleado antes; habló solemne y clara. Pero su tono de voz era frío y distante, él no se dio cuenta y creyó que todo estaba bien. Colgó la llamada creyéndose el vencedor, sin saber que ella había decidido dejarlo, mientras le escribía a un viejo amor.

Me tocaba la mejilla por el golpe que me había encestado, como si aquello mitigara el dolor. Sentía mi corazón retumbar, pero hasta que vi sus ojos llenos de lágrimas por fin entendí el daño que había causado. Ella no volteó a verme, y corrió lejos. Era nuestro final y en ese momento me di cuenta de que de verdad la amaba y quería estar con ella —¡Lilly!—exclamé, pero era demasiado tarde Olivia aún tomaba mi mano y yo quería que me dejara solo

Cuando conocí a Madison jamás entendí por qué James la engañó conmigo. Era tan hermosa e inteligente que me enamoré, Juntas tramamos un plan para deshacernos de él. Madison mató a su esposo y nos deshicimos del cadáver lanzándolo al mar. Yo no sabía que el esposo de Madison tenía un seguro de vida a su favor, ni tampoco sabía que sus amigos testificarían que la noche del asesinato ella estuvo con ellos. Ahora estoy aquí pudriéndome en la cárcel.

A las cuatro de la mañana despertaba y corría a la terraza sin que nadie se diera cuenta. Cuando el espectro aparecía, ella era muy feliz. Se amaban en aquella oscura tranquilidad. Algunas veces se preguntaba quien de los dos era el fantasma, pero se consolaba con sentir un poco de calor en su frío corazón, mientras los envolvía un silencio aterrador.

Rutinas y mediocridad. Dramatismo e infidelidad. ¿Cómo terminamos así? No somos más tu y yo, son solo dos fantasmas en nuestro lugar, intentado enterrar el cadáver de nuestro amor.

Muchas tardes la vi sentarse a la orilla de aquel mar, no importaba si era invierno o verano. Ella se sentaba ahí, con el rostro ausente y un silencio profundo. Parecía que albergaba todo el dolor del mundo en su ser. Y cuando le preguntaba si estaba bien, me miraba y me decía: —Cariño, todos dicen que el dolor pasara y mejorarás. No les creas. Pero, el dolor es la diferencia entre la vida y la muerte. A veces vuelvo a verla en aquella orilla frente al mar, cuando me siento en su lugar.

El chico de la chaqueta roja tropezó conmigo. Ni disculpas me pidió, pero cuando lo vi cruzar el semáforo en verde atiné a gritar cuidado. Era tarde, porque fue arrollado. El señor de la tienda de mascotas salió a husmear como todos —Casi me roba los peces de Siam, diciendo que son como humanos que pelean contra su reflejo. ¡Y míralo ahora!—exclamó con tristeza Me quede pensando que ese chico tenía razón, la peor pelea siempre es contra ti mismo cuando no te reconoces.

Cuando llegamos al planeta y descendimos de las naves, nos esperaban con ansia y estupor. Nos apuntaban con todas las armas que tenían, todos exhibían tal valentía que quisimos retroceder y volver a nuestro hogar. Entonces recordamos que no teníamos ningún lugar en el universo al cual ir. Nos mantuvimos firmes y extendimos nuestra bandera de paz. Conocíamos su idioma, su historia y su verdad, sabíamos cómo conseguir su favor y su bondad. Cuando nos brindaron refugio, nuestra aventura comenzó.

—Estoy bien—dijo la chica en voz bien alta—. A mi no me importa nada, no me importa nadie, yo estoy muy bien. Sus ojos se llenaron de lágrimas que hicieron que su rímel se corriera por todo su rostro. Luego sonrió maliciosamente. —¡Hipócrita!—exclamó una vocecita que provenía de un oscuro rincón de la habitación. Ella no quiso averiguar quien era y salió de prisa con el corazón acelerado, pero por más que huía, aquella voz seguía resonando en su cabeza

Todos amamos los finales felices, pero en la realidad no existe ninguno. Nuestro final siempre esta vestido de muerte.

Sus ojos estaban llenos de resentimiento, había tanto odio en ellos que mi cuerpo temblaba de miedo. Contuve mis lágrimas y con esfuerzo pregunté si aún me amaba. Contestó con un rotundo no. Di la vuelta y me fui, pero supe que mentía, desde lejos pude escucharlo titubear al decir sí acepto. Quizás yo perdí la dignidad, pero ese día él perdió la última oportunidad de un amor de verdad.

Estoy de nuevo sin dormir esta noche. Los viejos recuerdos me consuelan. El tiempo no vuelve, el amor y la muerte lo saben. Mis rosas ya no florecen quedaron huérfanas de ti. Extraño tu rostro y tus hermosos ojos. El dolor de tu partida no tiene ungüento, el tiempo no vuelve, el amor y la muerte lo saben.

Cuando era joven tenía un amigo triste y solitario. Incomprendido se marchó del mundo y nunca más volví a verlo. Debí decirle que solo el amor te hace sentir dolor, pero el mismo amor sanará el dolor La tristeza te enfermó querido amigo, y yo tardé en curar tu herida. Me rompiste el corazón con tu partida, pero tu amor me rescató. Porque el amor pudo romper mi corazón, pero solo el amor pudo sanarlo.

La única vez que amé me traicionaron. Una noche oscura me hizo recordar que no hay posibilidad de sentir bondad. ¿Dónde dejaste escondidas tus palabras de amor? Una vez que obtuviste tu triunfo no dijiste ni adiós. Te dije como me rompieron el corazón y no tuviste compasión, Jamás admitirás que fui tu víctima, Por eso ahora tienes mi oscuridad, acabaré tu juego hasta el final, dónde ninguno de los dos puede ganar. Mi noche oscura, mi diciembre helado, mi azul favorito, me clavaste un puñal

Nos hicimos tanto daño. Dicen que recitas mantras tibetanos, espero que te den paz. Sí, recibí tu carta, pero elegí no leerla, estoy muy bien Sí, guardé tu carta, pero no me interesa tu versión de la historia. Olvida tus palabras amables, ser amigos nunca fue una opción. Mi culpa es tu culpa, deja de pedir perdón, suena ridículo, hipócrita e innecesario. Sí, recibí tu carta, pero nunca la leeré Sí, conservo tu carta, quizás no la leeré, no me interesa tu versión de nuestro final.

En el puente de piedra sobre el río Firtina, dos almas gemelas hacen una promesa de amor. Ella promete que se encontraran en otra vida, Él jura que siempre la amara. Su juramento lo sellan en nombre de Alá y rezan por su piedad. Vida tras vida su estrella brilla, y sus almas se encuentran, Pero no se reconocen. Vida tras vida su estrella brilla, predestinados para amarse, ¿Algún día se reconocerán?

Él temblaba, aterrorizado, con sus ojos llorosos y el rostro demacrado. Mientras la miraba encender en llamas el cuerpo de aquella mujer con la que él había compartido la cama esa noche —Disculpa la hora, pero el corazón me preguntó por ti, he venido a que le respondas—dijo aquella mujer mirándolo sonriente, no la conocía, pero presentía que nunca la olvidaría

Todos los traidores ya no me persiguen, me robaron todo, menos el aliento. Hay muchas heridas por sanar, lucho contra la tristeza todo el tiempo. Prefiero la soledad a los infieles, estoy intentando mantenerme sobria hasta el amanecer Solo estoy sobreviviendo y esté es mi mejor intento. Me prometí que no me terminaría la última botella de whisky, que mis demonios no me dominarían que los ataría en mi interior Los recuerdos de julio me golpean con fuerza y yo solo resisto es mi mejor intento.

Porque nadie es perfecto, y yo amaba tu perfección desde lejos. Una vez que atravesé tu infierno mis heridas te quemaron. Pero existe una regla sobre los amores imposibles: nunca hay que hacerlos realidad, yo la rompí y aquí estoy llorando por un millón de años. Duele el corazón, tratando de entender que el amor no es como quiero, Reparando algo que no tiene arreglo, en lugar de amarlo. Mira lo que me hiciste, soy contigo alguien que nunca seré con nadie más, aunque pase un millón de años.

Sherry cruzó la calle sin precaución. Una camioneta iba a arrollarla, pero aquél muchacho le salvó la vida. Cuando se repusieron del susto, Sherry lo miró confundida, ahora le debía la vida —Te debo un favor, pídeme lo que sea—Sherry tomaba en serio sus deudas personales. El chico rubio sonrió —Por ahora no quiero nada, pero ten por seguro que te cobraré. Los años pasaron, y la deuda siguió vigente. Sherry lo olvidó, pero Michael la perseguía, por que los muertos nunca olvidan.

Lydia estaba frente al espejo, en plena oscuridad y solo iluminada por la luna asomándose a través de la ventana. Su rostro pálido y sus ojos enrojecidos de tanto llorar. Aquel reflejo no podía ser ella. No podía ser la niñita criada por su padre. Sollozo de nuevo, luego llenó sus dedos de aquel maquillaje arcoíris. Miró sus ojos fijamente y delineó sus lágrimas con aquellos colores. Luego sonrió, ahora parecía de nuevo la princesa de papá.

El hombre se sentó sobre la silla, temeroso, frustrado y cansado. Su última empleada había renunciado. Se había quedado completamente solo. Caminó hacía la salida y en la puerta encontró un papel pegado. Lo leyó: "Te deshiciste de mí, pero la sombra de mi inocencia siempre te perseguirá" El hombre arrugó el papel, mientras temblaba de miedo. Su corazón latía con fuerza, como siempre retumban los corazones de los culpables y cobardes.

Estoy sentada frente al espejo, mis demonios me hacen más fuerte. Sostengo todo el dolor y estoy ardiendo. Estuve en lo alto, pero nunca consigo quedarme, siempre vuelvo a caer. Soy desalmada, nunca cambiaré, Nunca dije que era buena, te cegaron mis luces blancas, Mis demonios te intoxicaran, mis demonios te mataran, Cortaré tu cabeza y me quedaré con ella, porque es lo único puro. Si algún día logro escapar de mi infierno, escalaré la montaña, Te buscaré en la cima, incluso aunque no estés ahí

Cuento las horas, 1, 2, 3... no duermo, sigo en vela, y miro el reloj otra vez, 4, 5, 6. Necesito dormir, pero no puedo. Me miro al espejo, mis lágrimas me pintan de colores, azules, rojos y negros. Me miro al espejo para encontrarme, pero lo único que veo son mis demonios asomándose, riéndose, abrazándose.

He quemado todos los puentes, no hay forma de llegar a mí. Estoy sola en mi isla desierta. Estoy libre de los hipócritas y malagradecidos. Mi abuela solía decir que todos tenemos nuestro demonio personal, El suyo era mi padre. Y el mío lo veo siempre, todos los días, cuando me miró al espejo.

Mi pensamiento es tan romántico, no pertenezco aquí, Querido te llevaré conmigo. Un montón de gente que no es como nosotros, intentan encadenarnos. Llévame a mi lugar especial, no pertenezco aquí, Ni tú tampoco, Encontremos el momento perfecto dónde se unen todas las realidades, Serás mi inspiración. ¿Cuántas Auroras veremos? ¿Cuántos amaneceres cruzaremos, antes de ser una sola alma? Valdrá la pena cada sacrificio, La rosa más hermosa crecerá en nuestro jardín y antes del ocaso te amaré más.

Luchar y luchar, Estoy cansada de la guerra. Fácil victoria es la peor derrota, Pero al final, ¿Quién se queda cuando todos se van? Soy la víctima y soy victimario, Mi lado oscuro emerge por años, Mira a todos mis ídolos han terminado en soledad, ¿Qué me depara el futuro a mí? Todos los guerreros del rey no pudieron curar el corazón de la reina, porque ella nunca pudo entender que su amado era su peor enemigo. Luchar y luchar, Estoy cansada de la guerra, pero estoy lista para pelear.

A la mitad del camino me detengo, con la mirada perdida. La vida no es lo que esperaba, pero es todo lo que tengo. No me rendiré llegaré tan lejos como pueda. Algunos sueños nunca se harán realidad, si lo acepto puedo recomenzar. Y espero verte brillar en el camino. Y espero verte volar por el mundo. Ojalá que llegues hasta donde quieras. Y recuerdes que la vida está completa sí la vives con amor.

Y la tierra tembló desde sus cimientos, La escuché crujir, gritar, sollozar, enloquecer, enfurecer. Todo daba vueltas, les juro que parecía el fin del mundo, Pero no era así, no era el fin, Solo el fin de mi propio mundo…

Esperó a que él se fuera. Aurora caminó hasta el balcón, llevaba la medalla de su madre en su mano apretándola con fuerza. Se asomó al balcón y divisó a su esposo caminar lejos de ahí —¡No amarás, No amarás! —exclamó con vehemencia—. Pero lo amo y no debo amar. Una lágrima surcó su rostro, sujetó el collar, se acercó al borde y se giró de espaldas, cerró los ojos y se lanzó al vacío, murió al golpear su cabeza o quizás ya estaba muerta antes de caer.

Ella ya no me mira ni me habla, parezco un fantasma. Nos peleamos y no me perdona, todas las noches llora, ignora mis suplicas y palabras, yo la abrazo, pero no lo siente porque esta dormida. Hoy salió por la mañana y voy siguiéndola, hemos llegado al cementerio, se detiene en una tumba y estalla en llanto, me acerco y la abrazo, no entiendo lo que sucede, entonces miro la lápida y leo mi nombre escrito en ella.

Lena estaba recargada sobre el marco de la puerta, sonriente y descarada como siempre. Cherry la miraba con odio. Los labios color cereza de la adolescente Cherry se fruncieron, destapó la botella de gasolina que llevaba en su mano y la lanzó encima de aquella mujer que hizo un gesto de sorpresa, luego la pelirroja encendió fuego sobre Lena Smith, aquella maldita ardió en las llamas entre gritos de dolor. Cherry sonrió recordando que como dicen los griegos «quien ríe al último ríe mejor»

Bebé, déjame sola, me voy en un taxi, estoy destruida y me avergüenza quedarme sin aliento, la ansiedad es mi veneno. Me iré a casa y no saldré por semanas, no te enojes si no te llamo, esta recaída me costará demasiado tiempo. Soy una egoísta, no esperes más de mí, Lucho por mi estabilidad Vivo solo por sobrevivir. Temo antes de actuar, no puedo respirar, En la cuerda de la estabilidad todo bien antes de caer, Pero después en el suelo beso el infierno y el infierno me quema.

Si yo estoy ardiendo en las llamas, tú estarás en la fogata. Yo te amé, tanto te amé, hasta el día de mi muerte. Sabes que siempre fui un perdedor de corazón roto. Quise ser un héroe, pero ante tus ojos fui un villano. Y si estoy muerto para ti, ¿Por qué te duele mi ausencia?, Maldices mi mundo, anhelando mi regreso, mientras mis lágrimas comienzan a caer. Y puedo tomar cualquier camino, pero ninguno que me lleve a ti. Y en tu noche más oscura, mi llanto te arrulla

El amanecer lavó toda la inmundicia en mí, estoy limpia ahora, a salvo con mis convicciones, nadie puede hacerme daño otra vez. Querido, no te preocupes más, yo encontraré mi paz, Estaba tan asustada, que me lancé al fuego para verme arder, ahí encontré mi poder Y descubrí que nada es permanente, lo constante es cambiar Esto es una guerra y debes luchar por tu paz. Baila en la lluvia, ríe hasta enloquecer, valora lo que tienes, porque he visto personas perdidas en días que no vuelven.

Después del funeral, se quedó dormida, cuando despertó se dio cuenta de que algo había cambiado. Ella no era la misma, por lo menos debía tener diez años menos que el día anterior. Una ilusión pasó por su mente, salió corriendo y lo vio ahí, tal cual lo recordaba de niña, ¡Era su padre, estaba vivo! Corrió a abrazarlo, entre lágrimas y emoción dijo cuanto lo amaba, pero cuando lo observó pudo ver horrorizada como entre sus brazos su padre se convertía en cenizas.

Sobre el puente de Mudeirej, veo la vida pasar. Tantos adioses vaticinan los tiempos de cambio. En el final del mundo nos conocemos. Con la misma prioridad somos hermanos. Nos une la misma emoción. Sobrevivir a la extinción. Llévame a vivir el momento de gloria, el mañana ya no existe, me convertí en un soñador de los tiempos de cambio. Escuchó las voces del pretérito y las voces del futuro, se mezclan en una historia sin final, sin principio, sin verdad, ¿Alguna vez tendrá sentido?

La bruja maldecida esperaba su turno, ya había visto morir a las otras brujas. El humo nublaba su vista cada vez que se acercaba a las llamas de la hoguera. Antes de que fuera lanzada al fuego, un hombre apareció ante ellos: —Únete a mí, en la guerra de los maldecidos, y serás salvada—dijo. La bruja pudo ver en aquella alma, el poder del odio y la maldad. Sonrió perversamente y fue liberada al aceptar. La bruja maldecida había tomado una decisión que salvaba su vida y sellaba su destino

Los aldeanos de Villa maldita insultaban y escupían a las hechiceras, todos querían verlas pagar por improbables fechorías. La bruja maldecida los miraba con insolencia, sin culpa, desafiante. Entonces miró el rostro de aquella mujer, una joven hechicera, convertida hace muy poco, fue llevada y lanzada a la hoguera, sus alaridos de dolor penetraron con fuerza cada oído, provocando que la sonrisa de la bruja maldecida se esfumara.

Estaban en la cúspide de la colina más alta de Villa Maldita. Todas las brujas estaban a punto de ser quemadas en la hoguera, la gente las odiaba por el supuesto mal causado. Pero una de ellas reía sin cesar, era la bruja maldecida, reía y lanzaba hechizos malignos sobre aquellos que la insultaban. Sus manos y pies estaban atados a un enorme árbol, mientras reía sin parar esperando su trágico final.

Siento las cadenas atarme, las romperé, nadie puede estar donde no quiere, al final me iré, escaparé. Abriré las ventanas y escaparé, volaré como un pájaro, verás mi vuelo alto al cielo, Si algo no cambia, yo lo cambio, no me rendiré, escaparé. Escucha mi voz cuando digo ya no, Puedo perdonar el dolor y olvidar el amor, Si algo no cambia, yo lo cambio, no me rendiré, escaparé. Puedes aprisionarme, puedes engañarme, Puedes llevarme muy lejos, Renaceré como un fénix, al final volaré y escaparé.

—¡No lo ames!, ¡Si dices que lo amas, entonces mira lo que sucederá! —dijo aquel horroroso hombre, levantando la cabeza de la jovencita estirando con fuerza su cabello, para que mirara hacía un lado, ¡Una cabeza cercenada, estaba sobre la silla!, pálida, con los ojos cerrados, cubierta de sangre y con la boca entreabierta. ¡Era el hombre que más amaba y ahora estaba muerto! Los gritos de terror de la chica retumbaron por todo el lugar

El problema del amor es que ames más que el otro, y entregues todo de ti, hasta que no tengas más que dar El problema del amor es cuando te llevas por la pasión, mientras tienes tatuado otro nombre en tu interior Y sucede todo el tiempo, ¡Los cobardes que huyen del dolor!, hombres o mujeres se niegan a dar otra oportunidad, huyen del fracaso, ¿Alguien será valiente alguna vez para mantenerse fiel a su promesa de amor?

Todo lo que vez va a terminar, no tiene caso tanto llorar. No dejes el tiempo pasar, por que todos los que amas morirán. Todas las cosas tendrán su final, nadie lo evitará. Y ya que ni tu ni yo veremos el universo acabar, hoy podremos simplemente amar. Sería maravilloso ver las estrellas explotar como si su destino fuera hacernos soñar, pero es una profecía que no nacimos para atestiguar. Todo lo que ves va a terminar, no tiene caso tanto llorar, realmente es triste, no hay algo más dulce

A veces vienes a mi mente. En forma de una pregunta, ¿Si hubiésemos coincidido, te hubiera enamorado? Aún recuerdo tus ojos brillantes y mi juventud estúpida Es divertido pensar, si pudiste haber sido tú Y es una mágica fantasía, el imaginar que era la respuesta a tu soledad. Pero es divertido pensar si yo hubiera sido la indicada. Y no dejo de pensar, que, si una sola cosa hubiese hecho diferente, ¿Sería todo diferente hoy?

—La leyenda de la novia cadáver, dice que una mujer se suicidó en este bosque, su marido enloqueció al encontrarla, y cada primer viernes de marzo al mediodía se escuchan sus gritos de horror en el bosque—dijo Filibert Cherry no prestó atención, caminó unos pasos delante de él, pero cuando escuchó un grito desgarrador, miró asustada. ¡Una figura terrorífica, alta y deforme tomó los tobillos de Filibert y se lo llevó arrastrando!, Cherry quiso salvarlo, pero nada pudo hacer.

Tal vez yo te lancé a los lobos y respondiste volviéndote el líder de la manada, Tal vez yo tengo una mala reputación que me precede, pero sé que eres valiente. No quiero ver a nadie, si te veo a ti. No quiero amar a nadie, si te adoro a ti. Estuve perdida en un camino por veintiún años, al fin desperté al amanecer. Y comprendí que el amor no es locura, Y entendí que el amor no es pasión desbordada, Aprendí que el amor es paz interior, Entonces la venda en mis ojos cayó y te encontré otra vez.

¿Quién puso al tirano a cargo? Y no al bondadoso que siempre ayuda. ¿Quién puso esta vida en mi espalda? Y no en mis manos para disfrutar ¿Puedo descansar un momento? ¿Puedo abrir todas las puertas que me cerraron? ¿Puedo llorar por un instante? ¿Puedo gritar todo lo que siento? ¿Puedo ser yo mismo? ¿Puedo respirar?, aunque sea solo por hoy. Escuché a Dios y escuché al hombre, Pero ninguno me respondió ¿Quién soy yo?, Intentó ser un ángel, pero veo un demonio, Creo que llegué a mi límite

La tormenta cae, permanezco sobre las rocas del mar. No me moveré, aún espero algo que siempre anhelé. Nunca volví a ver a los amigos, ni cumplí mis más grandes sueños, Desde tu desaparición solo sueño con verte de nuevo. Pero soy lo que soy, y eso no cambiara por toda la eternidad. Así que no me iré, ni tampoco dormiré, permaneceré aquí hasta que descanses junto a mí, No me rendiré y te buscaré. No dejaré de respirar hasta que descanses junto a mí.

—Y muero de ti amor, al encontrarte en mis sueños, ¿Alguna vez será cierto? escucho los latidos de tu corazón y espero con ilusión encontrar la llave de tu alma, la buscaré con calma, incluso aunque la encuentre, en mi último respiro diré tu nombre, mientras muero de ti, amor—ella terminó de escribir aquella nota, la doblo con lentitud y escribió aquel nombre, su mente recordaba todos los nombres que había tenido, pero si le tocaba elegir, prefería llamarlo amor.

Sal al exterior, abre las ventanas, un nuevo sol está brillando. De nada sirve la tristeza si la sufres por mucho tiempo. A veces solo debes dejarlo ir. Tal vez la vida tiene momentos muy malos, pero hay que vivirlos Aprende a ser valiente, conviértete en tu propio héroe. Pon tus recuerdos a volar y en cada uno encontrarás Como convertir el infierno en un cielo. Pon tu fe en tus sueños, nunca dejes de seguir y Si algún día pierdes el camino, sigue a tu corazón

¿Por qué me siento tan mal?, solo veo mis lágrimas se comienzan a derramar. Volar a otro lugar, por más que quiero mi conciencia limpiar. Lo intento, pero al mirar mi reflejo en el espejo, veo a alguien que no soy y me asusta, lucho contra el impulso de matarlo y solo le grito que se vaya lejos: Pero en el espejo está el fantasma, Y me convierto en el fantasma.

Recuerdo el día de agosto que te conocí, el amanecer brilló entre nosotros, Jamás volví a sentir, ese amor que creció en mi corazón. Pero agosto se nos fue como el agua entre las manos, solo fue un segundo, y te sentía mío, éramos tan jóvenes para amarnos de verdad, agosto se fue en suspirar, nunca fuiste mío

—Si dejaras de mirar al cielo llorando, me verías a mí. Deja que nazca el amor. Si algún día te encontraras en el aquí y el ahora, podrías disfrutar de esta noche como un sueño. Así que deja que nazca amor. Vamos, triste azul, conviértete en arcoíris de color. Los días tristes siempre existirán. No tengas miedo de verme partir algo de eso es vivir. Así que deja que nazca el amor—dijo él, pero ella no contestó, seguía mirando al cielo sin notar aquel hilo rojo que la unía a él

—Muero de ti, amor, tu mirada me hace perder la razón. Búscame en tu corazón, seguramente ahí estoy yo. Muero de ti, amor, sí, hay un lugar en el mundo donde solo somos tú y yo. Muero de ti, amor, pierdo el aliento ante el deseo de saborear tus besos—dijo mirando sus hermosas pupilas que derramaban lágrimas de dolor y tristeza, aunque ella intentó sonreírle simplemente cerró sus ojos y expiró su último aliento

Escucho el rugido de mi corazón por ti, estoy roto. Cayendo al abismo, no logro escapar, ni ver cielos azules ni días soleados. Todo el tiempo que perdí creyendo en ti, todas las personas que olvide pensando solo en ti y estoy roto. El silencio de los inocentes que no quise oír ahora muere dentro de mí, estoy desangrándome. Derramando millones de lágrimas, me convertiré en la lluvia que empape tu cuerpo. Aunque permaneceré roto

Él construyó un hogar para mí, seguro y lleno de amor, con hermosas ventanas para que yo admirará el mundo, con blancas paredes para que yo pintará un cielo. El destino estaba echado y hoy que es hora de que te vayas me quedo sola, algún día también he de irme pero ahora buscaré fuerza en el recuerdo de tus abrazos para salir adelante. Y me quedo en este hogar que él construyó para mí, dentro de mi corazón

Querida muerte, te veo en la plataforma de las lágrimas te burlas al observarme. Todo lo perdido que nunca regresará, hace eco dentro de mí. Es duro pensar, que tu poder no me permite ganar. Aún veo los rostros de mis amados, han muerto entre mis brazos. Y pasa otro día más, estoy enloqueciendo de la ansiedad. El temor de saber que no resistiré otro adiós, me hace suplicar por mi muerte, pero dices que espere que llegará mi turno, el mañana nunca muere.

Me pregunto si sobreviviré, ¿alguien reza por mí?, las preguntas algún día tendrán respuesta y todo será un mal sueño. Hay fantasmas persiguiéndome como aves de carroña, mi alma está enferma y esas voces que jamás cesan, me dicen que es mi culpa, las silencio, pero por la noche gritan más fuerte. Ojalá tuviera dieciséis años pero hace diez años que no tengo dieciséis No han pasado más de siete semanas todo parecía irreal ahora todo está derruido. Pero no han pasado más de siete semanas

Eres mi azul de cielo, el paraíso de mi infierno. Eres mi colibrí y el despertar, el sonido de la mañana. Eres la brisa matutina y la prisa de mis días. Eres mi alegría, mi armonía, mi desconsuelo y mi agonía. Eres la rutina y lo extraordinario, lo completo y lo destinado. Eres mi fogata en mi desierto, mi calor en este invierno, eres mi lucha y mi constante. ¡Lo eres todo y mucho más!

Recorreré todos los valles, y escalaré grandes montañas, soportaré gélidos inviernos a cambio de que no me olvides. Soportaré la fuerza del viento erosionar todas las rocas, y observaré cada estación cambiar en el tiempo siempre recordándote. Estarás en mí como el sol calentando la tierra, como la luna que enciende la oscura noche, tú encenderás mi alma, por favor no me olvides. El amor no muere, solamente sabe crecer, ramificándose por todo mi ser, así que no me olvides

Tantas personas me dijeron lo especial que era, no había un límite para mí, llegaría hasta lo más alto. Entonces iba muy deprisa sin pensar en estrellarme porque era tan joven para parar. Ahora estoy peleando conmigo mismo, confiando en mis demonios, mientras una lluvia de estrellas ilumina el cielo. Ahora estoy peleando conmigo mismo, confiando en mis demonios, mientras una lluvia de estrellas ilumina. Mientras una lluvia de estrellas ilumina el cielo.

Estaba loca de amor. Estaba loca por demostrarte cuanto moría por ti. Podíamos saltar al vacío y sabía que este amor sería nuestro paracaídas. ¿En qué momento dejo de funcionar?, los otros lo advirtieron tantas veces y no quisimos escuchar, sobre estos momentos de debilidad. Fallamos cuando nuestros fantasmas arrogantes lucharon entre sí Pero aún abrázame, besa mis labios para siempre. Pero aún acaríciame como si mi cuerpo fuera tu templo, como si fuera real y no un falso amor.

Llorar, llorar por ti, como si fuera la primera vez Llorar, llorar por ti, incluso si piensas que es lo único que haré. Estaba viviendo en un vagón donde el tren viajaba muy lento desperté y ya no estabas junto a mí Dices que enloquecí, que no seré la misma. Llorar, llorar por ti, como si fuera la primera vez Llorar, llorar por ti, incluso si piensas que es lo único que haré

Lágrimas tristes y calientes, Recorriendo mi interior, Hablan de una herida que jamás sano. Oculto mi intención y conmociona el corazón. Amándote es el único instante capaz de borrar mi soledad Dame un segundo más y tráeme tu paz.

Bueno, después de tanto tiempo puedo hacer un balance, yo te doy puntos por las risas y tú por mi compasión. Podemos salir con saldo a favor, si te entregas a la destinación y yo me rindo al sortilegio. Si nos quedara un solo día, haría que valiera la pena. Haría que durara como la eternidad Bueno, después de tanto tiempo, admitiré que fuiste lo mejor. Y si pudiera retroceder atrás, volvería a tu lado siempre, Fueron años maravillosos, Ojalá hubieran sido eternos.

Y cada año alineado al sol seguí amándote, prometí que te olvidaría, pero me quede amándote, Y me perdí en tus ojos brillantes, como si fueran míos. Sigo enferma de esta fiebre de amor. Y tú te convertiste en mi marca personal a vencer. Tú eres una sombra dentro de mí. Y cada año prometí olvidarte y seguí recordándote. Como una maldición que trastornaba mi razón tienes atado mi corazón, los años sin ti están alineados, eres como un sol que orbito sin parar. Siempre volveré a ti.

Estoy rezando por ti, que cada día alejados seas feliz. Que el sol ilumine siempre tu ventana y la lluvia solo refresque tu alma. Estoy rezando por ti, amándote a la distancia y adorándote en mis fantasías. Estoy rezando por ti, que tú cielo sea azul y las estrellas brillen para ti. Amado mío que mi plegaria sea escuchada,  porque cada día pasamos de ser conocidos a simples extraños,  pero cuando nos une ese mismo latido del corazón siempre estaremos juntos

Cuando voy a dormir te veo siempre en mis sueños. Siempre pensando: ¿Dónde estás tú?, ¿Dónde estás tú? No hay un instante que imagino donde no estás tú. Y me pregunto si estas triste por mí, ¿Dónde estás tú? Te extraño tanto ¿Dónde estás tú?, ¿Tienes frio?, ¿Sientes algo?, ¿Algún día volveremos a vernos? Te extraño tanto.

Te amo desde tiempos inmemorables dime qué eres mío, que algún día me amarás, que despertaré del infame sueño, solo para volverte a encontrar.

Sentado sobre su trono de miseria, en su cabeza reposa sangrienta la corona de espinas. Rudo e insensible. Pellizcando sus manos porque el dolor es lo único real. Ve a todos correr, ¡El apocalipsis está por comenzar!, cuando comienzan a gritar, el comienza a chillar . Las lágrimas no valen la pena, porque si pudieras empezar de nuevo, muy lejos de aquí, volverías a hacer todo igual, encontrarías una manera. Me decepcionarás, me lastimarás. ¡Querido amigo, tu muerte es mi libertad!

—¿Quien eres tú? Su mirada de fiera logró encender lo más profundo de su alma. El no dijo nada. Se quedó en silencio y agachó la cabeza. Ella tomó su barbilla obligando a qué le mirará. No podía decir nada, pero no hacía falta. Aquellos corazones latían al unísono y sus cuerpos temblorosos se arrojaron al abrazó. ¡Almas gemelas ardiendo de una misma llama azulada al fin fusionadas!

Y si muero hoy, he de llevarte al paraje de las promesas dónde volveré a amarte, hasta que cruce al amanecer y el ciclo se repita una y otra vez.

Estaban sentados en la arena del mar. —Debes confiar, la lluvia se detendrá, es seguro. —No tengo ganas de nada —ella se recostó —. Me gusta hablarte, incluso si no eres real. Lilo rio divertido —Tú eres la irreal. —Todos quieren conocer su futuro, así lo harían mejor. —Estás tentándome pero no revelaré tu futuro, Lía —dijo—. Vivir es difícil. Pero, mejorará. Lía miró sus pupilas deseaba no volver. No podía hacerlo. Mantendría la promesa, cada uno en su realidad; esa donde no se conocían.

Fumaba y ella admiraba mi cigarrillo. Yo intentaba ocultar mis manos temblorosas y mi temor —¿Te gusta tu trabajo? —pregunté y sus ojos se abrieron enormes —¡Oh, sí! Me encanta. —Pero, todos te odian —ella bajo la mirada triste, luego me miró sonriente —Los que se quedan me odian, suelo pensar que es envidia, los que se quedan no lo saben, pero todos los que me he llevado, siempre terminan agradecidos. Entonces, ¿Nos vamos? —preguntó la muerte y tomé su mano, para emprender el viaje

En el país de hombres y monstruos la mitad de la población voto para designar a su líder. Él juró que ayudaría a los pobres conservaría a los de en medio, quitando privilegios al avaro. Todos creyeron, porque el líder recorrió la ciudades pobres, sonrió y escuchó quejas, no sabían que era una estrategia para subir al poder. Luego enloqueció y ahora estamos aquí: los pobres siendo más pobres, los de en medio volviéndose pobres y los ricos... compartiendo su trono con los amigos del líder

Eran como hormiguitas, encerradas en una jaula, él las observaba desde las alturas. No eran conscientes de que cada cosa que hacían sucedía por su designio. Él estaba orgulloso de su creación, era amoroso y severo a la vez, sin embargo en ocasiones sufría al ver el dolor de sus hormiguitas, cuando frustradas caían en desgracia y maldecían su nombre, sin entender que, ese dolor era necesario para que algún día volvieran a él.

El caballero veía a todos caminar por aquí, por allá, ninguno pertenecía a un lugar, pero corrían de prisa, como si el tiempo fuera agua en las manos. En cambio, él iba despacio, disfrutaba sus pasos, cada uno le enseñaba una lección, una emoción que lo hacía sentirse feliz y en paz. Parecía una isla a la que no cualquiera podría ingresar, no era elitismo, sino la recompensa de saber valorar la vida.

Era un día agotador. Tal vez él no debió gritarle ese día, como siempre, tal vez era una cuestión del destino y aquella historia ya estaba escrita. Quizás todos tienen un límite y ella llegó al suyo, o podemos culpar a la mala suerte. A lo mejor nunca lo sabremos, pero cuando la policía llegó el cuchillo estaba clavado en el cráneo de aquel hombre, mientras su dulce esposa seguía comiendo como si nada sucediera a su alrededor.

Ellos se han rendido. Meylir I ha ascendido al trono de Zaré, las condiciones de la paz señalan que somos refugiados, no pertenecemos aquí, ha advertido que debemos permanecer en el bosque Moat y no podremos volver a las ciudades. Tenemos prohibido acercarnos a los lactinos y ellos tampoco se acercarán a nosotros. Hemos aceptado. Oona crece como una poderosa hada, aunque su comportamiento no es normal. Vivimos hasta ahora en paz, pidiendo a nuestra deidad nunca volver a la guerra.

Nya al fin dio a luz a un hada igual a sus antecesoras, la han nombrado Oona. Pero la guerra ha comenzado, nos hemos ocultado de la ira de Bohan. El fuego, la sangre y el dolor nos persiguen, éramos tan solo ciento veintisiete refugiados espaciales, ahora solo noventa y tres. Los lactinos han perdido mucho más, nuestra fortaleza perdura, aunque nada ha evitado la muerte de Nya, y en venganza tomamos la vida del rey. Vemos la bandera de paz ondear en la cúpula del castillo.

Bohan II inició una cruzada contra todos los que habitamos el bosque Moat. Usó balas y espadas de hierro, sabiendo que ese metal vulnera a nuestra raza. Por desgracia o quizás suerte, Nya descubrió que estaba embarazada. Sería la primera criatura hija de una ninfa y un lactino—así denominamos a esa raza—. Pero tenemos miedo, si del apareamiento de un mago y una ninfa nacía un hada, ¿Qué clase de ser nacería del vientre de Nya?

El rey a desposado a Nya, nuestra bella ninfa, hija del mago líder Reagan, pero no son felices. El rey es violento y cruel, desquitándose con nuestra raza. Aunque lo hemos ayudado, nos ha pagado con traición. Salvamos a Nya del repudio del desequilibrado rey, y nos refugiamos en el bosque de Moat junto a sus criaturas antiguas y deslumbrantes, fue una osadía lograr su respeto, pero al final nos volvimos amigos y vecinos, mientras nos unía un mismo enemigo Bohan II.

Un día el dragón Anam Dubh se escapó y llegó hasta el reino de Zaré, atacó a sus habitantes y destruyó la bella ciudad, nosotros corrimos a rescatarlos apaciguando la ira de Anam Dubh cortándole sus alas y dejándole ciego, así, el desgraciado dragón huyó al exilio en la cueva de Darkness. Como recompensa el rey nos distinguió como miembros honorables de su legión de súbditos y también desposó a una de las nuestras, desde ese momento creamos un lazo inquebrantable.

Cuando recorrimos ese planeta vivimos grandes aventuras, sus dos brillantes lunas Atea y Orfea iluminaban la noche, surfeamos en grandes olas y recorrimos ese mundo hasta llegar al bosque de Moat, sus árboles era tan altos y frondosos que no permitían que la luz del día permeara y estaban en completa oscuridad. Ahí conocimos criaturas extrañas tan salvajes como únicas, pronto nos volvimos amigos. Ellos rendían tributo al Anam Dubh, era un dragón de tres cabezas.

Ellos eran gobernados por el rey Bohan II. No eran como nosotros, sus cuerpos eran frágiles y el tiempo parecía golpearlos con rudeza, haciéndolos lucir vulnerables conforme avanzaba. Nosotros en cambio nunca envejecíamos tras la adultez y nuestra fuerza se mantenía intacta, pero ellos tampoco tenían nuestras habilidades, aunque en su singularidad eran hermosos. Nos nombraron de muchas maneras, pero el rey ha optado por designarnos: Magos, hadas y ninfas.

Ella recitaba la oración, una y otra vez. Su difunta tía le dijo que era milagrosa, capaz de cumplir cualquier anhelo. Sus ojos estaban asustados, pero siguió rezando. Su vestido estaba empapado de sangre y el cuchillo estaba a su lado. Cuando el cuerpo del hombre que estaba en el suelo se movió, ella se estremeció de terror. Miró sus enormes ojos totalmente grises y le esbozó una siniestra sonrisa al hacerle un pacto de amor.

Las personas rezan por la felicidad. Si estás a mi lado el paraíso existe. Agradezco a Dios que te ha puesto en mi camino. Ningún día será escrito en mi vida sin ti. Nuestra alma es una sola. No hay obstáculos insuperables para quien ama. Este poema es para el único dueño de mi amor, mi alma gemela, mi lazo inquebrantable. Mi querido con rostro de Ángel, ningún día será escrito en mi vida sin ti

—Todos los corazones que rompí no valieron la pena, cariño, porque solo tu corazón roto fue capaz de romper el mío—vi una lágrima correr por su mejilla—. No sabía cuánto adoraba llorar, hasta que me hiciste llorar. Y nunca fui tan inocente como te lo hice creer. Permanecí en silencio, uno de los dos debía hacerlo. Si confesaba mi amor quizás entraríamos en pánico. No teníamos tiempo de amar, solo de decirnos adiós. «Ojalá nos encontráramos en otra vida» pensé mientras el avión caía.

Te amé en mis sueños, No lo pude decir. Te abracé hasta que dormiste, Nunca lo pudiste sentir. Recé por cada uno de tus deseos, Escribí poemas que nunca quisiste leer. Convertí en canciones todos tus silencios, Y nunca lo pude decir. Te odié por despecho, Y nunca lo supiste. Vigile siempre tu camino, Y nunca te enteraste. En silencio te bendije con todo mi amor. Ahora que estás en soledad, ¿Me darías una oportunidad?

Eran las tres de la madrugada, escuché que tocaron el timbre. Bajé la escalera, mi madre se unió a mí y presas de la angustia fuimos a la puerta principal. Pude asomarme a través de la mirilla, y lo vi. ¡Era mi padre!, pero el estaba muerto. Mis ojos se llenaron de lágrimas, mi madre se negó a abrir. Llamé a mi novio, estaba angustiado —¡No abras la puerta!—exclamó—. Ellos no son nuestros muertos... El grito de terror de los vecinos rompió el silencio, mientras aún llamaban a la puerta.

Me llevaron arrastrando hasta el patíbulo, mi rostro estaba sangrando por los golpes. Cuando pusieron mi cabeza sobre el suelo sentí terror, chillé y supliqué, pero no tuvieron piedad. Alguien sujetaba mi espalda para que no me irguiera. Comencé a rezar a Dios que salvará mi alma y pedí perdón. De pronto me sentí liberado, me levanté, los hombres se alejaron de mí, ¿Fui salvado?, ¿Es un milagro?, pero cuando mire al suelo encontré la respuesta, al ver mi cabeza cercenada.

Frío invierno, helado desde julio, sentimientos congelados, no veo más la luz. Escribo para sentirme mejor. Oye depresión, ¿Ya vienes de nuevo? No puedo recordar como luchar contra ti, ¿Puedes darme una tregua y quedarte en pausa?, Por un momento no quiero ser un perdedor. Necesito una señal para recuperar el control, Y robar aliento para crear una historia, robar vida a la muerte, y conservar ese sentimiento peculiar que detiene mi dolor, cada vez que vuelvo a escribir

Ella lo encontró, atado a su meñique, como dice la leyenda, sujetó aquel hilo dorado y lo siguió, caminó y caminó. Cruzó bosques, montañas, desiertos, ciudades y aldeas. Entonces lo halló, ahí de pie, sobre la arena del mar, en una noche estrellada y no tuvo duda, era su alma gemela. Aquel hilo se podía enredar, se podía alargar, o tensar, pero nunca romperse, sonrió satisfecha, mientras se alejaba, sabía que siempre se volverían a encontrar.

¿Cuándo se acabarán los días del perro? Papá dijo que nunca me enamorará, el amor incita la furia, la furia da a luz las esperanzas y el miedo se encarga de romperlas. ¡Que se terminen los días del perro!, porque siento que me están quemando. ¡Malditos días del perro!, Mi padre dijo algún día madurarás y los días de perro acabarán Que llegue ya mi senectud. Algún día que extrañe la juventud sabré la estupidez que hay en mí, entonces reiré y seré feliz porque los días del perro al fin acabaron

Tengo el corazón sangrante desde tu partida, me siento tan sola nada me consuela. Soy como un cachorro abandonado en el invierno. Mis lágrimas inundan la ciudad, pero no apagan las llamas de este infierno. El tiempo se burló de mí y el destino me observa severo e inclemente. No veo un futuro claro, me carcome la culpa, la furia y la tristeza. Languidezco en esta agonía, tengo el corazón sangrante aún espero tu regreso.

¡Rompe los círculos!, Joder, los escucho decir todo el tiempo. Esto se trata de mí. Soy como un maniquí de aparador, pero es difícil, todos a mi alrededor y yo sin ver mi reflejo en la vitrina. Todos necesitan un tiempo a solas. Y cuando estoy sola no puedo respirar. Puse todas las apuestas en un caballo que nunca ganó. Ahora los jugadores han tomado contra mí. Y he sido tan timado como ellos. ¿Seré culpable o no?

Bajo las estrellas, miro tu hermoso rostro, eres tan brillante que no puedo dejar de acariciarte. Bajo las estrellas, veo mi destino en tus ojos, no permitas que mi vida pase lejos de la tuya. Yo pelearé las mil batallas, y lucharé contra todos los monstruos, a todos ganaré con tal de defender nuestro amor. Yo ganaré esta guerra, y venceré a nuestros enemigos, a todos ganaré con tal de defender nuestro amor. Pero hoy mi alma está tan cansada, esta noche déjala descansar sobre tu pecho.

¡Oh, Anhelo de cosas imposibles!, ¿Tienes un motivo para seguir creyendo? El frío en mi corazón se vuelve fuerte y algo en mi está muriendo, Dame una esperanza de amor para seguir tibia. Suplicando al tiempo, una oportunidad de vivir, que solamente contigo vale la pena. Pero tu jamás vuelves a mí. Solamente contigo vale la pena. Espero amarte antes de abandonar está tierra.