Las lágrimas se apoderan de mí, mientras veo como todo lo bueno que había en ti va desapareciendo, creando una nueva imagen para recordar lo que fuiste y lo que parece que nunca volverás a ser. Con el corazón más roto que nunca, escribo esto para poder sacarlo de mi pecho, deshacer el nudo en mi garganta e intentar olvidar todo el daño que estás haciendo.

Creerte una pieza de puzzle que debe encajar y saber que arte es justo todo lo contrario: no encajar en el mundo.

«Se deja la piel, la yema de sus dedos y su aliento, en describir a aquella chica, con todos los recursos que su experiencia le ha ido enseñando; decribiendo cada curva, cada línea, cada milímetro de su sonrisa. Aunque jamás podrá describirla en palabras, ya que eso sería injusto para ella, puesto que en su belleza no existen límites.» Si quieres seguir leyendo, visita nuestro perfil.

Te echo de menos. Si no lo hiciera no sería yo, y eso es algo que no me puedo permitir. Porque olvidarte es olvidarme y no sé si podría soportarlo. - Esther.

I segueixo sense entendre per què t'estimo encara, després de tot aquest temps, si estàvem fets per destruir els nostres llavis i no les nostres ànimes. - Marta

Llegó un momento en mi vida en el que me di cuenta de que todo cambiaba a mi alrededor a la velocidad de la luz. Menos yo. Yo permanecía quieta, casi como si estuviera tallada en mármol. Fue entonces cuando me di cuenta de que me había quedado estancada en un momento de mi vida que no duró realmente más de 2 minutos, pero que para mí supusieron años. Entonces, decidí moverme. Prometí que si el tiempo no pasaba por mí, yo arrasaría con él como un huracán. - Esther.

Yo odiaba los puzzles hasta que llegaste tú a mi vida y todo cobró sentido, todas las piezas encajaron, incluso tú en mis brazos, mis labios, mi vida. - Marta

Me miras, sonríes y no puedo evitar pensar: ¿No sabes que estoy aquí para joderte la vida? Sonrío. Ahora soy yo la que está bien jodida. - Esther.

A ser los de antes, a las risas, a los abrazos, los besos. A aquellos momentos en los que simplemente éramos nosotros, con nuestras tonterías, nuestras peleas, las reconciliaciones. Porque contigo quiero querer. Contigo quiero todo. Y sobretodo, contigo quiero volver. - Marta

Cuando escuché de tus labios esas cuatro palabras sentí que mi mundo se caía en pedazos. - Esther.

Ella, que baila sin música. Ella, que canta a pleno pulmón. Ella, que grita, chilla y ríe sin vergüenza alguna. Ella, que es feliz sin más. Ella, que llora a cara descubierta para luego pintar una sonrisa en su cara. Ella, que entró corriendo a mi vida con intención de desondenarla para irse, se quedó para convertirse en el caos más bonito que nunca pude ver. - Marta

Me vi romperme en el espejo de tus ojos. No sabía que dolería tanto verme en tus pupilas. Desde entonces mi reflejo ya no es el mismo. Ni yo tampoco. - Esther.

Vivo en la penumbra, atada por la oscuridad de mis actos, buscando aquello que llaman liberación. Anhelo que arranques con tus besos la oscuridad que hay en mi ser, que con tus caricias cures todas las heridas abiertas y esos ojos que me miran con ternura se conviertan en el faro que ilumina mi camino. - Marta

Limpio con mis dedos la sangre que recorre mis labios y la huelo: sangre fresca, de un joven deportista. Ningún manjar tan delicioso como ese. Vuelvo a observar el cuerpo inerte del chico y pienso en como deshacerme de él. Oigo un ruido y me giro, intentando buscar al culpable con velocidad pero es tarde. Miro hacia bajo y ahí está: una estaca atravesando mi pecho, llegando a la mortalidad y abrazando a esa vieja amiga: la muerte. - Marta

Espero que tu orgullo también te diga que te quiere. Que te bese. Que te cuide. Que te dé algo que yo no pude darte. Porque al fin y al cabo, lo preferiste antes que a mí. - Esther.

Me quité su cuerpo inerte de encima. La sangre se derramaba de su cuerpo gota a gota, melódicamente. En ese momento me di cuenta de que no tenía planeado cómo actuar a continuación. Tenía un cuerpo y mucha sangre, pero ¿y ahora qué? Una idea fue tomando forma en mi mente. ¿Por qué solo uno? ¿Por qué no más? Tomé la pistola y la guardé en el bolso. Esto solo acaba de empezar. - Esther.

Y como el refrán dice “lo bueno, si breve, dos veces bueno” pero nunca contempló el amor. Yo contigo quise ser eterna, olvidarme del reloj de arena que marcaba nuestro final. Y ese fue mi error: ignorar que nosotros estábamos hechos para ser fugaces, efímeros. - Marta

Tengo la esperanza de volverte a encontrar, tal vez en otros ojos, en otras manos o en otros labios. Sólo quiero volver a sentir de nuevo lo que una vez me hiciste sentir, quién una vez me hiciste ser. Tengo la esperanza de volver a reencontrarme con aquella persona que fui contigo. De abrazarme y susurrarme al oído que no estoy sola. Y que ya nunca más lo estaré. - Esther

Y mi color favorito siempre fue el azul. La inmensidad del océano, el mar en calma, el infinito en el que se unen cielo y agua. Pero fue justo en el momento en el que entraste en mi vida que me decanté por una tonalidad y es que, vida mía, mi azul favorito siempre será el de tu mirada. - Marta