Y corren como hormigas en apuros al escuchar el sonido de esa música profunda; esa música que se les mete por los tímpanos hasta lo más profundo de su corazón. Los pies saltan con alegría pisoteando la tristeza que tanto cargan dentro de esa alma luchadora. Con los ojos bien abiertos y las pupilas dilatadas exigen más, más fuerza de esas notas que se evaporan en las paredes sudorosas. El cosquilleo los consume, esa ansiedad insaciable que les brota por los poros al ser liberada. Emoción, llan...

Sigo en movimiento, con los ojos abiertos y despiertos; con ojeras y cansados. Las piernas activas dando pasos, una después de la otra, pero añorando estar clavadas. Y si es tan bueno el cambio, por qué duele tanto? Por qué cuesta pararse de la cama y aceptar que es un nuevo día, que en definitiva sigo aquí . Mis manos, el lápiz, tus manos, los colores, tus dedos, tu piel, mis lagrimas. Por qué no se quedan quietas por un segundo, y me me dejan sin sentimientos; aunque sea por un leve segundo.

Y me miro en el espejo nuevamente, esperando ver un rostro diferente.Pero ahí están esos cachetes que no desaparecen. No logro entenderlo, debieron ser las dos manzanas que comí en el día. Si duermo temprano no tendré que comer nada más, no entiendo cómo puedo seguir con hambre; este cuerpo no me deja en paz. Lo castigo quitándole la comida, estoy irritable a cada rato; que no me hablen! Que no me hablen más! Y nuevamente esas fotos que me sacan, pareciera que lo hicieran con culpa, con odio.

Y si solo estoy muerta en vida? Las mismas calles me saludan con su hipocresía , y los ojos ya ni me percatan.El sol brilla nuevamente, de la misma forma que lo lleva haciendo desde que tengo memoria, ya no produce alegría si no fastidio. Todo gira sin cambio alguno, y mi cuerpo solo reza por quedar hundido bajo tierra, para sentir así sea la soledad.

La miró profundamente esperando ver su reflejo; pero ya no es lo mismo. Ella cambió, las dos cambiaron. Y aunque sean dos gotas de agua expulsadas por el mismo río, ya no saben igual. Quién eres tú? Y recuérdame quién soy yo. Ya que tú eras mi luz, mi ancla; y ahora solo lloran dos náufragos perdidos buscando su reflejo.

Al cerrar ese capullo sobre mi cuerpo helado puedo sentir mi corazón latiendo cada vez más lento. Late sin fuerza, sin importancia de quedar totalmente paralizado ante este mundo arrollador y carnívoro. Pero no se da por vencido, no logra rendirse, no es lo suficientemente valiente ni fuerte para pararlo todo y dejarme inmóvil y sin sufrimiento. Tanta gente al rededor, y ni una puede llenar ese vacío por dentro, un vacío de puro llanto y melancolía; pero melancolía de qué? Si nunca fueron míos.

Corrí lo más rápido que pude, pero ella era más fuerte, más ágil. No pude hacer más que rendirme a sus pies, colocar mis rodillas a doloridas en el suelo; y cederme ante ella. A los dos minutos ya siento las mejillas húmedas como dos mares inundados; el corazón arrugado como un trapo sucio y las pestañas como dos parabrisas cansados. Yo sabía que volvería, y por un momento llegué a creer que la vencería.

Me miró de entre ojo, de lejos podía notarlo navegando en su mente. Sus pupilas negras como dos bolas de billar que cubrían la mayor parte de sus ojos; esos ojos tan abiertos que penetraban en lo más profundo de mi alma. Esa sonrisa extasiada, que tanto esconde el dolor por dentro. Sus brazos rozando los míos, acariciando suavemente mis manos , subiendo por mis brazos hasta llegar a mi cuello. Donde sus labios se apoyan en mis orejas al sujetarme del cuello como un animal hambriento.