“Viernes de desorden”
Ya caída la tarde, mi cuerpo gozoso, con ganas infinitas de llegar a mi casa y alistarme para ese party. Me preparo y busco mi mejor atuendo para que cuando llegue, se sorprendan todos al verme.
Con mi atuendo ya listo, me pasaron a buscar mis compañeros para ir a la fiesta.
Llegamos a la fiesta, estuvimos gozando y disfrutando de esta, pero en un giro inesperado llegaron los padres de la persona que organizaba la fiesta; enojados empezaron a sacar a todos de la casa, ya que la fiesta era organizada sin permiso de los padres. Luego de que nos sacaran de la casa, nos quedamos todos parados en la calle
Llamamos un taxi, pero este nunca llego, de repente nos percatamos de dos enormes perros que nos miraban de manera amenazante; de un momento a otro comenzaron a perseguirnos, así que nos dimos a la carrera todos juntos. A lo lejos vislumbramos una casa vieja y tocamos la puerta tan fuerte que casi la derribamos. La señora que vivía en dicha casa nos dejo pasar y nos brindó ayuda.
Un par de minutos después, llego el esposo de la mujer y este con enojo nos echó de la casa y tuvimos que irnos. Caminamos largos kilómetros por la carretera hasta que en una patrulla dos oficiales nos encontraron y nos encaminaron hasta la estación de policía.
Cuando estuvimos en la estación, un oficial no tardo en llamar a nuestros padres, quienes llegaron en seguida a pesar de las altas horas de la noche, y muy enojados. Adivinen a quienes les dieron el sermón de sus vidas.
“Fin”
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