Y si pienso algo? Podría pensar cualquier cosa, cualquier concepto y cualquier palabra. Podría empezar por definir que lo que estoy haciendo es un intento burdo de los inicios de un poema, pero en prosa. Bueno, sigamos.
Podría pensar en animales, en personas, en experiencias y en todo lo que me rodea. A ver, ¿qué puedo pensar?
Me parece impresionante cómo yo tengo mis taras mentales pero al escribir me libero de todas, como un prisionero durmiendo. Soy escritor de verso libre y de vida cautiva. De ojos enamorados pero de corazón cerrado.
Pienso muchas cosas y me voy de tema muchas veces, las manos de las personas me recuerdan a las musas, y las ganas que tengo de escribir de ellas son inconmensurables, como un niño haciendo fanfics.
Qué más puedo pensar... no sé. Tengo ganas de hacer historias pero quiero confesarme igualmente, me siento incómodo conmigo mismo porque no sé si bajar o subir por los callejones de mi mente. Mi mundo interno está en referendum.
Cuando no pienso nada estoy pensando en algo, pero no logro escudriñar esas ideas; minarlas para conseguir un buen texto. No creo que haya perdido la magia, pero me siento tan presa de mis trucos que me siento desaparecido de la razón, de las razones por las que escribo.
Escribo para crear historias, pero mis textos no son historias. Parecen monólogos que le confesaría a mi terapeuta, parecen cartas a mi yo del pasado. Ahora bien, me siento igual cuando plasmo palabras: ¿debería continuar?
Durante un tiempo, muchos autores empezaron con estilos nuevos que rompieron el molde, generando tras de sí, estelas de reconocimiento y arte novedoso. Habrá que seguir, supongo. Roma no se hizo en un día, y estos textos por lo menos me tardan semanas, incluso se dilatan hasta justo antes de publicar.
No sé. Sólo sé que siento más que pienso, pero sentir no se me hace pensar, porque de allí no se puede sacar una historia interesante; ni un autorreporte.
Supongo que volveré con más fuerza a pensar. En estos tiempos donde hay líos por definirlo todo, prefiero que la autorrealización llegue sola, sin brotar del corazón ni de la pluma (aunque por ellas me construya).
En ese momento acabo de escribir y me envuelvo en un bucle más bien extraño.
Justo acabo de terminar este texto listo para publicar y una sensación me envuelve completamente. Hacía años no la sentía y me siento muy raro, aunque muy bien. Se parece bastante a estar borracho, sólo que por unos segundos y sin efectos nocivos (espero).
Un detalle que me gusta es que esa sensación re-floreció mientras estaba escribiendo, pero no logro hallarle el por qué...
No.
Me quedo pensando y no encuentro nada. Por primera vez, me siento más preocupado de encontrar el por qué más que la palabra indicada para este párrafo, o la coma perfecta.
Bueno, a saber. Ojalá volver a sentir esto de nuevo, a pesar de ser partidario de olvidar sentimientos como estos (para que así, cuando vuelvan, la nostalgia no los afecte). Seguiré informando.
No sé a dónde conduzca esto, pero me encanta.
Merci pour la lecture!
¿Qué pasa cuanto te bloqueas? ¿Cuando no tienes inspiración? Este cuento es una reflexión en la que seguramente todos los escritories empatizarán. Está muy bien descrito los sentimientos y pensamientos, se nota que se escribe desde el corazón. 100% Recomendado.
Nous pouvons garder Inkspired gratuitement en affichant des annonces à nos visiteurs. S’il vous plaît, soutenez-nous en ajoutant ou en désactivant AdBlocker.
Après l’avoir fait, veuillez recharger le site Web pour continuer à utiliser Inkspired normalement.