Hombre embarazado Suivre l’histoire

Rio como loco al ver las miradas absurdas de las personas que transitan cerca de mí, me fascina ver sus caras de asombro; y, sin duda, los susurros que se comienzan a dar a mis espaldas. En ocasiones canto en voz alta y a ratos parezco un loco bailando, todos mirando y criticando. Me pregunto por qué los prejuicios siguen siendo elevados cuando vivimos en un siglo que permite ver la maravilla de mundo que tenemos.

Por el día visto de elegante ropa, me lo debo a mí porque me encanta atraer miradas, soy coqueto por naturaleza, risueño y alegre en su mayor esplendor, pero hay algo que me molesta y es el hecho de que las personas siempre disfrutan de la desgracia ajena o de aquellos que critican el hecho de que seas diferente a ellos. Hoy, por ejemplo, mientras regresaba a casa empezó a llover, corrí y corrí para poder alcanzar el tren y mientras bajaba las escalinatas me fui de nalga; no me tocó más que reírme como imbécil, mientras la gente me ignoraba, de toda esa decena que camina en esa parada, solo una me tomó del brazo y me levantó del piso.

Me llamo Kevin tengo 30 años y amo la comedia, veo todo positivamente porque la alegría es lo que nos mantiene con vida. Mi proyecto es ser diferente al resto, busco historias entre los rieles del tren, en la lejana montaña e incluso en la hermosa playa.

He escuchado infinidades de argumentos que la verdad me quedo impactado ante tantos sucesos y me gusta imaginar las novelas que se crean a través de los cuentos. Vivo en la Gran Manzana, un lugar de maravillosas luces que alberga millones de culturas y religiones. Hoy, como cualquier día me subí al tren en dirección a Manhattan, trabajo en una radio y muy cerca de allí queda un parque en el cual me siento cada mañana.

Muchos pasan y me ignoran cada día, pero ese es mi propósito diario saber quién se detiene a la curiosidad de mi raro cuerpo. Mi proyecto se basa en una investigación que me lo tomé personal y quiero presentársela al mundo entero. Desde que tengo uso de razón toda persona que sea homosexual es vista de forma diferente, lo sé porque yo soy gay.

A parte de periodista soy ventrílocuo y cómico de la vida, hago reír a quienes me conocen y por eso haré conocer mi vida y mis deseos a través de mi propia imagen. Me fui de mi tierra, porque esta llena de prejuicios a pesar de vivir en un mundo tan moderno, me costó mucho luchar acá en New York, pero aprendí de la libertad que me brinda sus rascacielos.

Decidí ser Kevin, es decir, un hombre seguro de sí mismo y contarle al mundo quién soy en realidad. Me vestí como de costumbre, pero agregué algo diferente a mi rutina diaria, una barriga falsa, hasta yo me reí con ella al verme en el espejo porque no parecía hombre embarazado sino un gran barril andante, esos hombres cerveceros que se creen divinos con su dulce andar. Entonces, me pregunté en voz alta como puedo verme más real o a qué público puedo interesar si lo que quiero es ser mamá.

Recordé que mi padre tiene un amigo que trabaja en una televisora donde maneja un programa educativo dirigido a los niños y quizás me pueda ayudar. La forma más sencilla de reconocer a nuestra sociedad es por medio de la inocencia que imparten los niños. Así que decidí hablar con él y le conté sobre mi proyecto en el que obviamente dudo, pero que al final logré convencer.

Decidí rapar mi cabeza y que el candado de mi barba crezca un poco más para que mi rostro muestre firmemente que soy un hombre.

Normalmente, no suelo llenarme de nervios, pero estar ante un público tan exigente como lo son los niños es un reto, además no sé que pueden pensar de mí, un hombre embarazado. Sudaba tanto que parecía verano, pero no, estábamos en pleno otoño y el fuerte viento no aliviaba el mojar de mi rostro.

- Hola, chicos, ¿cómo están? Les parecerá un poco extraño ver me hoy aquí, pero quiero conocerlos un poco más de cerca y presentarles a mi bebé.

- Yo no veo a ningún bebé-. Argumento una pequeña de 8 años.

- Tampoco alcanzo a ver a tu bebé-. Dijo un niño de similar edad.

- Ustedes no pueden ver a mi bebé porque él aún no ha salido, esta aquí en mi pancita, pero pronto llegará.

- Eso no es posible a los hombres no les pasa eso, solo les sucede a las madres-. Me dijo Pablo, un niño bastante parlanchín por lo que pude observar.

- A partir de ahora por la nueva ley los hombres también podemos quedar embarazados.

- Mmm… No lo creo-. Me volvió a decir Pablo, mientras los demás niños reían como locos.

- De repente, hice sonar mi celular y todos quedaron callados.

Pump... pump... pump...

- Que yo no he sido sino mi bebé.

- Por como se tira tantos pedos, fijo tiene que ser un niño-. Envuelto en risas me lo decía aquel niño de pícara sonrisa.

- Acércate y quizás puedas oír a mi bebé, ven y pon tu orejita sobre mi pancita y habla con él un poco.

- Hola, bebé, ¿me oyes? Me llamo Pablo, podrías decirle a mi mamá que la extraño, dicen que los bebés son ángeles y estoy seguro de que mi madre también lo es.

- Me dio ternura su comentario y le di un gran abrazo, entonces, le dije que bebé lo había escuchado porque se estaba moviendo y si podría ayudarlo a comunicarse conmigo.

- Hola, bebé, dime algo si me escuchas.

- Hola, ¿me oyes? Por favor, podrías decirle a mi padre que estoy a punto de nacer.

- ¡Uy, me ha hablado! Dice que está a punto de nacer. Su rostro se lleno de asombro, empezó a saltar por todo mi contorno.

- Ah ya yai… Se me ha roto la fuente.

- Yo creo te has meado-. Su risa creció al punto de contagiar al resto del grupo.

- Es momento de pujar, niños necesito que me ayuden y cuenten conmigo, a la 1, a las 2 y a las 3… ¡ah!

- La bebé se parece muchísimo a ti, esta igual de calva, pero esta sana.

- Entonces, le pregunté que si veía normal que un hombre este embarazado y realmente me llevé una bonita respuesta.

- Mi madre antes de irse al cielo siempre me decía que en el mundo solo hay dos tipos de personas: gente buena y gente mala.

- Para ti qué significa que un hombre tenga hijos con otro hombre.

- Mientras haya amor que dar siempre estará bien, todos merecemos ser queridos.

- Si algún día ves a una pareja gay qué le dirías.

- Que Dios ama al prójimo que sabe amar.

Sonreí maravillado de escuchar a este pedacito de cielo, sin duda, su mamá supo darle el verdadero amor, ese sin condiciones y sin señalamientos. Hoy, pude comprobar a través de estos 5 niños que la sociedad puede ser mejor a punta de cariño y que nosotros somos quienes dañamos la mente de los más inocente cuando llenamos sus cabezas de prejuicios.

A partir de ese día fui diferente, definitivamente la energía y simpatía de aquellos niños me hicieron notar que soy un buen hombre, aunque no perfecto. Amo al prójimo, pero cometo errores como todo humano y eso me hace ser un mejor individuo que aprende con la caída del sol.

Ojalá algún día tampoco exista el racismo y que nuestra sangre sea vista de igual manera ante blancos, negros, mestizos, cholos e indígenas. Hay tanta variedad de cultura, rica en sabiduría que si nos unimos este mundo llamado tierra fuera diferente.

Sueño con un planeta especial, donde todos nos respetemos, incluyendo el amor a la vida ajena ante la propia naturaleza con sus árboles y animales.