kaito jose antonio mayta guerrero

En la academia Raizen, han habido raros cambios desde que un chico llegó como estudiante extranjero. Ryoko Hashiwaki, una estudiante común conoce a este chico cuando lo ve lanzar rayos en medio de una pelea, y se revela como un elemental de trueno. Ya que ella sabe el secreto de este chico, dice que esconderá su secreto si él la ayuda a verse en como una chica en la escuela, ya que para muchos por su cuerpito se veía como una niña aún con tener 16 años.


Fiction adolescente Tout public.

#rayo #elemental #familias
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Vinieron los truenos.

Parte 1.


En la secundaria Raizen, fue donde comenzó todo. Como una historia normal.

Vino un nuevo estudiante de intercambio, aunque era un japonés que estudió en el extranjero.

Este chico tenía sus rasgos de un gringo, al ser rubio y de piel blanca, teorizaron muchos que sería el imán de chicas del cual envidiar. Sin embargo, no fue así.


Vino una estudiante linda, que en el primer día de la academia se volvió la popular en el instituto.

Otros más, estudiantes comunes, profesores comunes, y todas las cosas típicas de una historia común de preparatoria.

Aunque muchos les gustaba ver caras nuevas que pudieran ser sus nuevos amigos(as), novios(as), y más, para algunos aquí la vida era aburrida.

El aburrimiento era algo que te mataba por dentro al quitarte los ánimos, cuando eres alguien con un 'elemento'.


Si no tienes elemento, la vida aburrida no sería un problema, harías caso a los adultos como ellos esperaban, y nadie jamás te molestaría por hacer tareas porque las harías tu mismo.

Pero eso, no era más que ser aplastado por la realidad.


Por eso, si uno orase a Dios, deseara a una estrella fugaz, lograse con esfuerzo, intentar hacer tal vez, que el mundo, fuese un poco más interesante. Es lo que todos los que tenían 'elementos' desean.


Entonces, por ese deseo, alguien que lo pidió a ese deseo logró hacer del mundo un lugar mucho más interesante.


Pero, como dice el dicho: cuidado con lo deseas....

*Trueno**

*O sea que se escuchó un trueno repentino en la academia.

....o tu deseo, se cumple.



Parte 2.


"Bueno, nos vemos Ryo-chan." Dijo una hermosa estudiante de la academia a una niña, su amiga, quien estaba empacando sus cosas ya que la clase terminó.


"Ya hasta mañana, Aina." Respondió la niña, pero en realidad era una adolescente de la edad de la joven.


Luego de terminar de guardar sus cosas, ella, la joven con pinta de niña salió por la entrada de la academia.


Su nombre era Ryoko Hashiwaki, era una chica con apariencia de una niña de 10 años por una anormalidad en su cuerpo, lo que la hacía verse linda para muchos, para ella era una molestia.

Estaba yendo a su casa, como parte de su usual rutina, que después que ingresar a preparatoria, terminó volviéndose aburrida de lo que era antes cuando estaba en secundaria.

De paso, llegó a un parque, donde vio algo como una pelea entre jóvenes que parecían ser estudiantes de otra escuela.

Estaban fastidiando a un estudiante rubio que usaba el uniforme de la academia Raizen. Parecía que le estaba yendo mal el levantarse, pues lo empezaron a patear cuando él trataba de ponerse de pie.


Ryoko instintivamente se lanzó a ayudarlo...


"¡Oigan ¿Qué están haciendo ustedes?!" Gritó con fuerza que la oyeron.


"Oigan chicos, miren."

"¿Una niña? Mejor todavía."

"Es increíble que alguien tan infantil venga a ayudar a un miserable como tú."

No parecían respetar a nadie, ni siquiera a una niña, pues así se veía Ryoko por su apariencia.


"Y, ¿qué vas a hacer?" Dijo uno de los agresores, mientras tenía al chico rubio bajo sus pies.

"Llamaré a la policía." No dudó en decir eso Ryoko, mientras sacaba su teléfono y marcaba a la comisaría mientras solo veía al chico que estaba ya lastimado del rostro, que una gota de sangre se le vio salir de su nariz.


"¿Eh? ¡No llamarás a nadie!"

"¡Atrápenla!"

"¡Que no se escape!"


Los chicos fueron a perseguir a Ryoko, quien comenzó a correr por el miedo instintivo para esconderse en los árboles cercanos del parque.


*Puff*


De repente, se tropezó con una rama caída. Ahora si que estaba mal, pensó de sí misma, pues se torció un tobillo.


"Ja ja, ya no pareces ruda ¿o si?"

"¿Qué quieres entonces?"

"¿Por qué no un poco de diversión?"


Sus caras desagradables veían a Ryoko que no podía levantarse por el dolor en su pie.

Parecía que le iban a hacer algo horrible a Ryoko, se veía en sus caras llenas de sentimiento sádico. Eran más horribles estos chicos que lo que ellos pensaban hacerle a Ryoko. Hasta que...

*Flash*


Algo como un rayo pasó cerca de los chicos, y se puso en medio de ellos y Ryoko.


"¡Oye ¿quién eres tú?!"

"¿No ves que estábamos a punto de divertirnos?"

"Sí, al fin podría sentir el privilegio de acercarme a una chica."


"Ja, que tarados." Dijo el joven mientras el viento sacudió su cabello rubio. A Ryoko se le vino una imagen a la cabeza, de la identidad de este chico.


"¡¿Qué dijiste?!" Parece que el insulto de 'tarados' les hizo daño a sus orgullos de estos chicos.

"¡¡Ahora verás!!"


Los tres se apresuraron en atacar al joven. Pero él no se acobardó, y esperó a que se acercaran.


De ahí, como magia, el joven luchó contra ellos sin mucho esfuerzo. Sus movimientos no se veían como los de una persona, pues eran rápidos, precisos, e incluso se pueden decir fantásticos.


No se entendió para los agresores cómo era que podía moverse así sin mucho esfuerzo, pues no se veía cansado a pesar de doblarse, flexionar, retroceder, avanzar, golpear, agarrar, defender y atacar. Con nada de eso parecía estar cansado.


"¿Quién o qué eres tú?"

"Sí, ¿Qué eres, cómo puedes hacer esas maniobras?"

"Ningún profesional en artes marciales puede hacer eso."


"Yo, solo soy un joven que piensa más rápido que el rayo." Anunció el joven sin muestra de arrogancia, era increíble ver a alguien como él en la vida real.


Con sus acrobacias, y tácticas para enfrentar a estos bribones, que se hacían los fuertes por ser tres contra uno, era como si vieras a un ángel del trueno enfrentar a tres demonios. No habría mejor analogía que esta.


"Bastardo."

"Desgraciado."

"Un momento...." De repente, uno de los agresores, dijo algo que alertó a sus dos compañeros al lado de él.


"¡Ah, ya recuerdo, tú eras al que estaban agrediendo! ¿verdad?" Ryoko, cuando ya logró mantenerse en pie luego de un poco de esfuerzo en apoyar su pie, alzó la voz cuando al fin recordó porque el rostro de este joven le hacía familiar.


"¿Qué? ¡No puede ser!" Dijo atónito el jefe del grupo.

"¡¿Es ese debilucho el que nos acabó así como así?!" Dijo asustado uno de los secuaces.

"Que se recuperara de la paliza que le dimos ya es algo inhumano." Dijo boquiabierto el otro secuaz.


"Maldición no me quedaré a seguir esto."

"Yo también jefe. Vayámonos." Con la orden del secuaz, todos estos 'tarados' se han ido.


Cuando el humo por la tierra levantada en la pelea cesó, al fin vio claro el rostro de este joven rubio, cuyo cabello se reflejaba por la luz del sol. No pudo reconocerlo antes por los moretones recibidos en su faz, pero ahora como si nada estuviera en su rostro intacto, se veía su cara, y al fin entendió quien era él. Ya reconoció su rostro y sabía quien era este joven en la academia Raizen.


"Tú eres el recién llegado de la academia Raizen ¿verdad?" Preguntó Ryoko con el deseo de saber quién era este chico.


"Ehm, ah, sí. Eso creo." Su respuesta fue un poco nerviosa. ¿Por qué se puso así por una pregunta casual?


"Yo soy, Hashiwaki Ryoko, estoy contigo en la clase 1-A."


"Ah, eres a la que llaman todos como Lily-chan ¿verdad?" Dijo sonriendo al entender quien era esta chica, que no podía creer que se viera como una niña como le decían los rumores.


*Pow*


"No me gusta que me llamen así." Dijo molesta Ryoko por el comentario sarcástico.


"Bien, pero no tenías que ponerte violenta." Dijo el chico adolorido mientras sostenía su abdomen por el golpe que recibió.


Después de esto, Ryoko se separó del chico, y se fue a su casa, ya queriendo en parte olvidar el imprevisto, así como de empezar a a ver su Drama favorito.


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Parte 3


*Din don*


Sonó el timbre en una casa alquilada. Estaba viviendo la mamá de Ryoko, la misma Ryoko, y la que vino de visita fue su mejor amiga, Aina Tategami. La chica más popular del instituto Raizen. Así como la maestra de feminidad madura de Ryoko.


"Por favor, Aina pasa."


"Gracias Ryo-chan."


Pasando por la puerta, se encontró con la madre de Ryoko.


"Buenas tardes Aina-chan." Contestó la mamá mientras cocinaba la cena.


"Lo mismo digo, Okaa-sama*."

*Es decir madre, como si fuera ella también parte de la familia de Ryoko.

Aina a venido a ayudar a su amiga con unas cosas para el trabajo de sociales. Un reporte sobre la importancia de ayudar a los demás, aun si son tus enemigos.


Arreglando todo para trabajar, empezaron con su lluvia de ideas.


"Mm,mm,mm,mm,mm,mmm, nada." Dijo Ryoko desmotivada por pensar y no hallar respuesta o idea alguna.


"Podríamos..."


"No, no servirá." Ryoko interrumpió a Aina sin que ella dijese su propuesta.


*Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando*


"Y que hay de...."


"Tampoco." Volvió a interrumpir.


"Está bien." Aceptando Aina, siguieron pensando.


*Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando*


"Tal vez...."


"-...Menos...-" Otra vez.


"De acuerdo."


*Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando* *Pensando*

"Podríamos..."


"Esa está bien. Dime." Contestó feliz, como si acertara a lo que Aina dijo. Hasta que por poco...


"¡Oh no, ay se me olvidó!" Dijo Aina angustiada.


"¡¿Qué? ¿Qué se olvidó?!" Preocupada Ryoko preguntó.


"La idea." *Pum*


Ryoko cayó de espaldas por la sorpresa más absurda de todas.


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Al día siguiente.


Ryoko Hashiwaki estaba viendo a la ventana con una mirada pensativa en lo que parecía ser... el recuerdo de ayer en el parque.

Intentaba no pensar mucho en ello, pero estaba tan aburrida de esperar al profesor que no pudo hacer nada más que sentarse a esperar.

Recordaba lo que pasó cuando por poco parecía que la desvirgarían, y de que de la nada un chico rubio y guapo se atreviera a salvarla como un caballero.

Era como la historia de un cuento de hadas, si puedes verlo de esa forma. Pero no era ese el caso. Fue algo real, algo que estuvo en un cuento, y sucedió de otra manera.


Sin embargo, eso no era en lo que pensaba, era en los rayos. Los rayos en el cuerpo que el chico entonces desprendía cuando luchaba con esos tacaños, y parecía ser la razón detrás de sus maniobras sobrehumanas.


Pero, no entiendo cómo era eso posible. Pensó en voz baja, desearía encontrar una respuesta a este imprevisto.


"¿Qué estas viendo?" Dijo una voz alegre que vino detrás de su oreja.


"¿Uahh?! Oye tú eres ese chico de ayer." Respondió Ryoko sorprendida por verlo al chico que sintió le susurró en su espalda.


"Que grosero llamarme 'chico de ayer' Lily-chan, me llamo Raikou." Dijo el joven con una expresión algo tonta, pero su voz alegre, ahora poco animada, no cambió.


"¿Raikou?" Preguntó confundida. Ryoko no creyó cómo existía un nombre así.


"Sí, RA-I-KO-U."


"Ah, Raikou, ya veo." Ahora entendió al fin que significaba ese nombre.


Raikou es una palabra que anteriormente fue usada para nombrar artes marciales especializadas en la velocidad como el rayo. Por eso este chico tenía un nombre que iba acorde con la velocidad a la que se movía. Luego de verlo ayer, parecía Ryoko al fin entender el significado.


Pero, entonces notó algo no visto.


"Oye, eres de casi la misma estatura que yo ¿no?" Dijo Ryoko.

"Pues yo solo te llevo unos centímetros. A si que a veces algunos me confunden con un niño, ¿Algún problema?" Preguntó Raikou luego de aclarar.


"No, ninguno." Con esa respuesta, sonó la llegada del profesor por parte de un alumno.

De ahí, todos ellos terminaron en sus asientos mientras volvía otra clase de siempre, la más aburrida de todas.


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Parte 4.


Aquí, en la hora de comer, Aina y Ryoko comieron en su lugar favorito, el aula de clases. Muchos estudiantes salían a comer afuera, o en el tejado, así que para ellas este era el lugar más tranquilo de la academia. Permitía pensar bien, y ayudaba a reflexionar sobre acciones pasadas. Aunque eso a algunos no les fuera importante, era bien de vez en cuando sentirte tranquilo en un lugar callado aveces.


"Ryo-chan."

"¿Sí?"

"¿Por qué estabas con Raikou-kun en la ventana?"

"¿Él?, no sé. Pero...... ¡ah mo!, mejor no te lo cuento."


Ryoko intentó no decir nada de lo que pasó ayer, pues pensaba que Aina la podría etiquetar de loca.


"Si hay algún problema puedes consultarme, ¿O no somos mejores amigas?" Dijo Aina seriamente. Aun con su voz suave y amable de inocente, se notaba la preocupación por su amiga.


"Bueno, pero... ¿Me creerás?" Ryoko decía eso con un poco de nervios, estaba asustada por la respuesta.


"Claro, siempre te creeré." Aina contestó de forma honesta y tranquila.


"Bueno, es que pasó que..."


Justo cuando iba a narrar lo ocurrido.....


*Bang*


Algo tremendo sonó afuera en el campus. ¡Una explosión!


Sin embargo, no se pudo saber porqué vino.


Ambas chicas fueron de inmediato a ver que pasaba. Corrieron con todo el aliento que tenían, presentías la sensación de preocupación que corría por sus neuronas mientras llegaban al lugar origen de la explosión.


Llegaron al fin, donde casi todo el mundo se reunió, al menos eso debería ser a esta situación que parecía sacada de una manga de ciencia ficción.


¡Un robot asesino se enfrentaba a un joven guapo con súper poderes!


"¡¡¿QUÉ-QUÉ ESTÁ PASANDO AHORA?!!" Ryoko no podía creer lo que veían sus ojos, al ver al joven que estaba luchando con el robot asesino.


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13 Novembre 2019 04:12 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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