Dentro de la luz exaltado y agobiado, por el hecho de impugnar la tristeza que erizaba mi piel, suspiraba aliento de retorcidas mentes ilustradas por matar. Me dedicaba hacer artes de numerosas estatuas echas a piel de las personas, cayendo en el hundimiento de las oscuridad.
Iba camino a la bodega de la abacería de la esquina eran las 4AM New Jersey, tal vez encontrar a alguien para proporcionar mis macabros pensamientos o enamorarme de una homicida. Observaba mi alrededor no había nada que me inspiraba tal vez era un mal tiempo para descubrir quién sería mi próxima victima.
Era un acéfalo en mi constancia de vida, lleno de odio, rencor y amor. Tenía miedo de dar a descubrir mi mundo basado en fantasía, plagio y realidad, me consideraba una indecencia en la sociedad, caminando hacia el baño se encontraba una hermosa mujer.
Me miré en el espejo empecé alucinar besos de nostalgias y amor. Simplemente me volvía loco. La hermosa mujer me observó paulatinamente.
—¡Maldito deseo de matar!.
La mujer , solo se acercó y me dijo.
—Calma.
Las lagrimas se me caigan le grité.
—Lárgate, no quiero hacerte daño.
Mientras sacaba un cuchillo y lo clavaba en la pared.
—Tú, no sabes quién soy.
Anonadada.
—Cállate, somos la misma persona! —dice Camila.
—No necesito mucha vida para explorar la oscuridad de cada persona.
—Necesito matar Eliza —no lo entiendes?. Mientras se miraba al espejo, sonreía de una forma espeluznante y se reía una y otra vez, mientras se retorcía en el piso y sacaba pedazos de sus víctimas, las pegó en el inodoro.
—Estúpida Eliza —dijo con voz fuerte. Date cuenta todos nacimos para matar, saca tú odio e inspiralo a la humanidad y todos estarán muertos.
Se acerca al oído y le susurra.
—Para ya.
—Simplemente lárgate te dije—. Me das asco, necesito lucrarme de la sangre humana. El se reía mientras traba sangre de su última víctima, recitaba en versos. Mira, la maté y sabes qué pude construir? un hermoso sofá, tal vez la perra esa me recuerde cada vez que me siento.
—Deja el tonto cuchillo.
Maycol cayó y empezó a convulsionar, él señor de la bodega señor Thomas lo encontró tirado, suministrado por el desgaire. Llamó al 911 fue demasiado tarde, había muerto de Lipotimia (desmayo por estrés), mientras se tropezó se dio un mal golpe sufriendo de un traumatismo craneoencefálico.
Al día siguiente encontraron alrededor de 20 asesinatos, por dicha algo perturbador. Él psicópata sufría de trastorno de personalidad múltiple, su contrario era Eliza, donde había dejado una carta que decía: Mi cementerio se llamaba Buenas noches mamá, la última nota que dejaba encima de cada víctima dedicado a los hijos, mientras cada cuerpo colgaba en su cuarto, se llamaba el cuarto tristemente feliz.
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