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Karen Cuello


Laia ha usado una mascara toda su vida pero esto ha destrozado toda la vida que habia construido, debido a algo que paso hace algunos meses, Laia se encuentra totalmente sola con sus pensamientos volviendola loca y miserable


Récits de vie Tout public.

#soledad #amor #abandono #Macaras #miedos #escritos #muerte
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El efecto de la lluvia

La lluvia golpeaba fuertemente sobre su cuerpo, haciendo que en respuesta este temblara descontroladamente. Sabia que si no se apresuraba podria llegar a atrapar algun resfriado, pero sus piernas apenas se movian, las sentia tan pesadas que cualquier movimiento, aunque fuera minimo, le parecia agotador; y la verdad era que un resfriado podria ser la excusa perfecta para no tener que ir a su trabajo y seguir con la monotonia de su patetica vida. Siguio caminando hasta que llego al ultimo semaforo que le indicaba que ya faltaba menos para llegar a su destino, se recosto un rato contra este, cerrando los ojos mientras esperaba a que el semaforo cambiara a verde, no supo cuanto tiempo paso exactamente pero cuando volvio a abrirlos se dio cuenta de que habia gente ya pasando al otro lado del semaforo.


Caminando ya con resignacion hacia su casa se acordo que no habia practicamente nada en la nevera con lo cual pudiera alimentarse, cambio un poco el camino de sus pies dirigiendose hacia el mini-mercado mas cercano, solo compraria lo escencial y se iria. Habiendo llegado al mini-mercado cogio la comida suficiente para esta semana, la proxima haria una buena compra, solo que hoy no era el dia y tampoco tenia muchas ganas de hacerlo. Pago con rapidez y volvio a enfocarse en su destino principal.


Cuando llego a su casa dejo las bolsas de la compra a un lado de la puerta y se tiro casi inmediatamente en el sofa que decoraba su sala, se quedo alli unos segundos, tal vez minutos o incluso horas, no estaba segura la verdad. Solo se quedo ahi escuchando su propia respiracion y tratando de tener aunque sea solo un momento de paz. Sin embargo, el mundo tenia otros planes (siempre tenia otros planes), ya que su celular comenzo a sonar, abriendo los ojos con pereza trato de mirar de donde provenia el irritante sonido (nota mental: cambiar la cancion del ringtone), entonces lo ve, la pequeña luz que emana su celular; se para y gatea en direccion a este, en el momento en el que lo tiene entre sus manos no sabe que hacer, decide que lo mejor es dejarlo sonar, esperando que la persona que la llama se rinda y cuelgue, cuando esta lo hace mira el numero de llamadas perdidas de ese numero, 20 con esta durante esta semana, desbloquea el celular con la intencion de ver cuantos mensajes hay de la misma persona (sobrepasan los 2 digitos).


No supo si era que no quería escuchar los mensajes o el hecho de que tal vez esos harían su vida un poco mas miserable. Prendió y apago el celular múltiples veces, no estaba lista para escuchar lo que sea que le tuvieran que decir; todavía no se había adaptado a la idea de estar sola.


Suspiro con pesadez, se sentó mirando al televisor y se quedo así, viendo su reflejo en el televisor. Ya no podía seguir mintiéndole al mundo, ya se estaban dando cuenta de quien era. Aquellos ojos color avellana estaban apagados, las ojeras que estaban en ellos demostraba que no había dormido en semanas, sus labios estaban rotos por el frió al que se exponía todos los días; o tal vez es que su sonrisa ya se había roto y ya no era posible volver a arreglarla, su pelo estaba desordenado y enredado, no por causa de la lluvia. Entonces lo supo, las pequeñas mentiras que se contaba ella misma enfrente de su espejo todos los días ya estaban dejando de hacer eco en su mente.


Puede que ahora la mascara que le mostraba a la sociedad, a su familia, a si misma, se estaba cayendo y estaba dejando ver lo que con desesperación trataba de ocultar. Se estremeció un poco al siquiera pensarlo. Volvió a meter sus manos en los bolsillos de su chaqueta, se quito los zapatos y los pateo para que quedaran debajo de la mesa central. Sintió ganas de volver a llorar, pero no lo hizo, sabia que eso no iba a arreglar nada, el vació que sentía en esos momentos no se iba a ir si empezaba a llorar. Entonces recordó todas esa veces en las que la ansiedad la atrapaba y la dejaba reducida a nada, pero siempre Jaden había estado ahí, ayudándola, tranquilizándola, haciendo por pedacitos que su vida fuera menos complicada. Pedacitos que poco a poco se volvieron cristales que ahora la herían profundamente.

Estaba claro que ya todos la habían dejado atrás, la habían olvidado, haciendo que la soledad por la que pasaba en estos momentos le doliera un poco mas. Tal vez alguna día el rió de sus lagrimas se secaría, y haría un poco mas amena la perdida de lo que alguna vez fue su vida, porque en estos momentos la soledad la estaba abrazando con fuerza.


Sin embargo los recuerdos que había construido de a poquitos, de a momentos, se estaban distorsionando en su mente, haciendo que se preguntara a si misma si lo que había pasado hace unos meses atrás era tal y como lo recordaba, se preguntaba a si misma en algunos días, aquellos días en los que se tiene al dolor como mejor amigo, se preguntaba si podía recordar con lujo de detalles un recuerdo, cualquiera, por estúpido e inútil que fuera, pero se quedaba en blanco a mitad del camino.


Cuando por fin oyó que la lluvia ceso , se quito su chaqueta, dejándola en la mesa central, y se dirigió a su cuarto. Esperando poder dormir con tranquilidad y poder callar las voces de protesta en su cabeza, las cuales le decían que debía coger su celular y escuchar esos mensajes, pero por otra parte estaba el dolor en su pecho el cual aumentaba cuando dirigía su vista hacia su celular. Claro que admitía que llegaría un punto en el que tendría que escuchar las palabras de despedida de sus amigos, pero sabia que ese momento estaba muy lejos para que ella pudiera alcanzarlo

9 Octobre 2020 04:47 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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À suivre…

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