Sacul se despertó esa mañana muy temprano, en realidad apenas pudo dormir, ya que estaba muy nervioso porque su papá lo llevaría a visitar un pueblo no muy lejos de allí. Pero no se trataba de un pueblo cualquiera, era un pueblo muy especial. Rodeándolo, se encontraba unas gigantescas montañas que escondía muchas cuevas. Algunas de esas cuevas aún nadie había podido entrar, ya que llegar a ellas era realmente complicado.
Tan pensativo estaba Sacul imaginando cómo serían esas cuevas desconocidas (porque él daba por echo que su papá lo llevaría a descubrir una de esas cuevas). ¿De qué otra forma podría ser, sino yendo a descubrir lo desconocido? Eso sí que iba a ser una gran aventura. Su madre entró en su cuarto pensando que aún dormía.
– Pero oye, ¿si estás despierto?. Dijo su mamá.
– Pues llevo despierto hace un rato que lo sepas, le contestó Sacul.
– ¿Siii? ¿Y porqué no te levantaste?. ¡Aaa claroooo!. Tú estabas esperando a que tu mamá, te tuviera el desayuno bien preparadito en la mesa, ¿a que sí?
En realidad Sacul se había quedado imaginando cómo sería la aventura que su papá y él tendrían ese día pero, tampoco iba a negar, que era mucho mejor levantarse y encontrarse el desayuno en la mesa jajaja.
Mientras se tomaba su batido y las galletas, no dejaba de mirar intranquilo por la ventana. Intentaba ver si su padre llegaba. Su mamá viéndolo, le dijo que comiera despacio porque se podía atragantar.
– Mamá, soltó de repente Sacul. ¿Crees que en alguna de esas cuevas donde nadie ha podido entrar, pueda vivir un monstruo?
La madre se quedó pensándolo un momento, hasta que por fin le dijo.
– Bueno, espero que no por supuesto.
– ¿Que no qué?. Replicó Sacul.
– Pues a que pueda vivir en una de esas cuevas, eso que has dicho.
La mamá de Sacul le tenía desde muy pequeña, muchísimo miedo a los monstruos, tanto que ni siquiera se atrevía a nombrarlos. Sacul sabía de ese miedo por parte de su madre sobradamente, por lo que se levantó de la silla en dirección a su mamá, la abrazó muy fuerte y le dijo al oído: Tú no te preocupes Mami. Si algún monstruo intentara hacerte algo, yo te salvaría. Yo no les tengo miedo y nunca dejaré que te hagan algo.
Las palabras de Sacul le produjeron una emoción tan grande, que no pudo impedir se le saltaran unas cuantas lágrimas. Y justo cuando fue a darle un fuerte beso a su valiente caballero, se escuchó un fuerte toc, toc, toc. Es papá, es papá ya está aquí por fin ha llegado. Gritaba como un loco Sacul.
Sacul salió corriendo despavorido hacia la puerta y al abrirla, vio a su padre en el descansillo apoyado contra la pared, intentando descansar de la tremenda mochila que llevaba colgada a su espalda. Y al ver a Sacul como salía chillando y dando saltos de emoción, no pudo más que empezar a reír sin parar.
– ¡Pero Sacul! ¿Qué pasó, te volviste tarumba? Jajajaja
– ¿Papá, papá, lo llevas todo?. ¿No te habrás dejado nada en tu casa, no?
-Noooo, ¿es que no me ves?. Si apenas puedo caminar con todo lo que llevo.
Sacul entró corriendo de nuevo a la casa, mientras su madre salía a la puerta para hablar con él papá de Sacul, pero cuando lo vio allí apoyado en la pared, con esa enorme mochila que apenas conseguía poderse mantener de pie le preguntó:
– ¿Pero qué es lo que llevas ahí metido?. ¿No se supone que sólo vais a pasar el día?.
– Sí, por supuesto volvemos hoy, aunque no sabría decirte a qué hora. Más que nada porque no estoy seguro si ésta mochila no acabará antes conmigo.
– Pero dime, ¿qué es lo que llevas que tanto pesa?
– Pues lo mínimo necesario que se necesita, cuando se va en busca de capturar a un monstruo.
– ¿En serio? Mira, no quiero ni saberlo,estáis los dos completamente locos.
– ¡Ah, una cosa!. Si por desgracia no tenéis la fortuna de capturar un monstruo, en ese pueblo por lo visto dicen que hacen unas tortas exquisitas. Si no te importa, podrías comprarlas para tener la ocasión de probarlas. Y compra dos paquetes.
– ¿Dos paquetes?
– Sí. Dos, porque si sólo compras uno, entre tú hijo y tú, será imposible que lleguen algunas. Porque os la zamparéis sin remordimiento alguno.
Por fin Sacul y su papá ya estaban en ruta camino de ese pueblo tan misterioso. Sacul, que antes era todo un torbellino de emociones, se encontraba ahora en silencio, admirando el paisaje cada vez más abrupto, ya que para llegar al pueblo debían de ir continuamente subiendo por montañas cada vez más empinadas.
Su papá no quiso interrumpir la emoción en la que parecía estar totalmente absorto Sacul. Le dejó que fuera imaginando que gran aventura tenían por delante. Sólo viendo la expresión de la cara de su hijo, le hacía sentirse afortunamente feliz.
Después de algo más de dos horas, entraban en el pueblo. Su papá nunca antes había estado allí, por lo que no estaba muy seguro en que dirección tenían que ir. Así que comenzó a mirar de un lado a otro, esperando cruzarse con algún aldeano. Pero después de alrededor de unos quince minutos, éste frenó en seco el coche.
– ¡Pero qué extraño!. Dijo su papá mostrando cierta inquietud.
– ¿Qué es lo que pasa?. Dijo Sacul.
– ¿No lo ves?. Llevamos ya un buen rato dando vueltas por el pueblo y ¿has visto tú a alguien?
Ciertamente las calles estaban vacías y la atmósfera que allí se respiraba, era la de un pueblo que daba la sensación de estar abandonado. ¡Pero eso era imposible!, no es que fuera un pueblo demasiado grande y con muchos habitantes, pero lo suficiente para ser considerado un pueblo importante de aquella zona. Además era muy conocido por el gran misterio que rodeaban la gran cantidad de cuevas que allí había, incluso muchas aún sin descubrir.
“Sacul y su padre han llegado al pueblo, pero algo raro parece estar pasando. Lo que parecía iba a ser un día de grandes aventuras, comienza a ponerse ciertamente intrigante. ¿Dónde está la gente del pueblo?, ¿Por qué da la sensación de parecer un pueblo fantasma?. Todo esto, tendrán que averiguarlo pero, eso será en el próximo capítulo.
Iván A.
Mi Web "Un Lugar Para Ver"
Merci pour la lecture!
Nous pouvons garder Inkspired gratuitement en affichant des annonces à nos visiteurs. S’il vous plaît, soutenez-nous en ajoutant ou en désactivant AdBlocker.
Après l’avoir fait, veuillez recharger le site Web pour continuer à utiliser Inkspired normalement.