Histoire courte
0
4.0mille VUES
Terminé
temps de lecture
AA Partager

Querido Jay


Ni te imaginas cuán difícil se me hace redactar esta carta, pero ya perdí toda esperanza. Se me antoja complicado continuar con esta pesadilla por la que estoy vagando, no vislumbro luz al final de este oscuro túnel. Bien es cierto que tu presencia, que tu forma de ser y ese apoyo brindado durante todos estos años me ayudó a alumbrar mi camino. Un camino lleno de oscuridad, mas con esto que menciono, esa oscuridad se convirtió en tinieblas gracias a tu luz. Ni te imaginas cuán agradecido

estoy por haber dado con tu existencia, por haberte conocido y formar este lazo tan fuerte, por haberme amado tan incondicionalmente, pero creo que ya llegué a mi límite. Conoces mis intenciones desde la primera vez que hablamos, es algo que nunca he escondido a nadie, razón por la cual en más de una ocasión me he encontrado en la más completa soledad; además mi aspecto lo delata a la perfección. Esas cicatrices en mi cuello y en mis muñecas no son fáciles de disimular, tarde o temprano se llegan a advertir. Y no sólo las cicatrices, sino las heridas recientes. Pero a ti… a ti nunca te importaron que estuvieran en mi piel, que me marcase de por vida.

Sé que te he hecho daño, muchísimo daño con este asunto y ni te supones los estragos que podía llegar a hacer eso en mi mente. Mi ferviente deseo por desaparecer de este mundo alcanzaba límites insospechados, llevándome a realizar cortes en zonas poco visibles para ti. Jamás te conté sobre esos cortes, pues los hacía en las piernas, en la cara interna de los muslos, así como en los brazos. Zonas sencillas de ocultar con ropa.

Pero bueno, que me voy por las ramas. Conoces mi historia, todo lo que sufrí desde que puse los pies en este mundo. Mi infancia no fue para nada fácil, mi adolescencia menos, etapa de mi vida en la cometí más intentos de suicidio. Sin embargo, en la etapa adulta te conocí, me enamoré de ti desde el primer momento que mis castaños ojos se cruzaron con tu verde mirada. Vi en ti aquella persona capaz de comprenderme, esa persona capaz de soportarme. Y fue así, me lancé a la piscina y me confesé con el pasar de los días. En el momento que recibí tu afirmación sentí como la vida por fin me sonreía. La esperanza brotó de nuevo y las ganas de vivir poco a poco iban en aumento. Mi mayor anhelo era hacerte lo más feliz posible a pesar de mis múltiples defectos. Al parecer lo conseguí y eso me hacía sentir el hombre más afortunado del mundo.

A día de hoy todavía me sigo lamentando por lo ocurrido, aunque hiciste el esfuerzo de perdonar mi desliz… sin embargo, no fui capaz de creerme esas palabras en su totalidad. No me puedo creer que alguien logre perdonar una infidelidad. Sonaste tan convencido que me resultó complicado hacerme a la idea de que realmente no hubo problema en eso. Desde ese momento comenzó mi declive, mi descenso hacia mi abismo personal. Traicioné tu confianza de la forma más vil posible, no merezco perdón alguno. Un ser tan despreciable como yo ya no merece el cariño de nadie. Te amo, pero no te merezco.

Me refugié en la bebida por este mismo motivo. Es cierto que antes también bebía, mas no con la misma frecuencia que lo estaba haciendo últimamente. Más de una vez llegaba borracho a casa, o me embriagaba directamente en casa. Era lo único que lograba evadirme, lo único que me hacía olvidar. Y te pido disculpas por mi comportamiento en estos últimos meses, sé que no fui especialmente amable contigo, cosa de la que me arrepiento y es uno de los motivos que me ha llevado a tomar esta despreciable decisión. Uno de los principales motivos por los cuales me he decantado por desaparecer es el acoso que sabes que sufro. Y de paso voy a confesar mi descontento hacia este tema. Me dolió especialmente que te desentendieras de este tema tan importante después de verme llorando en un rincón de la habitación, rogándote que me arrebataras la vida, incluso tomé tus manos y las puse en mi cuello. No fue sólo una vez, sino varias. ¿Acaso ya no te importaba lo mismo que antes? En caso de que no fuera así ya es demasiado tarde, la decisión está tomada y ya sí que no me voy a echar atrás, razón por la cual estoy escribiendo estas palabras que cada vez me están costando más plasmar como podrás comprobar. El trazo ya es irregular. Estoy llegando a mi límite.

No sé si seré capaz de continuar con este escrito, ya no tiene sentido mencionarte más asuntos. Sólo me queda agradecerte todo el tiempo que has permanecido a mi lado, intentando con todas tus fuerzas que dejase mis hábitos dañinos y mientras yo... no hacía nada por poner fin a esta muerte lenta, arrastrándote a mi miseria, así que, por eso, pondré fin a mi vida. Lo lamento mucho, pero considero que será lo mejor. Sufrirás por un tiempo mi pérdida, pero jamás olvides que te amaré desde donde esté y estaré a tu lado para protegerte. Seré tu ángel de la guarda.

Sin más dilación, pongo punto y final a esta carta. Es hora de decir adiós.

Muchas gracias por todo aquello que me has brindado durante todo este tiempo. Gracias por darme la felicidad. Gracias por amarme a pesar de todo. Gracias...

Nunca me olvides...

Adiós, Jay...

12 Janvier 2019 13:19 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
0
La fin

A propos de l’auteur

Commentez quelque chose

Publier!
Il n’y a aucun commentaire pour le moment. Soyez le premier à donner votre avis!
~