albonxu Alba Alonso

Ese gran cinismo que envuelve y apesta al maravilloso submundo que es el artede la danza, y otras maneras de hacerse fuerte. Lo que cuatro años en China, dos en Italia, trabajar en la tele, el teatro, las diferentes culturas y los empresarios ambiciosos me mostraron, y este perro azul tortilla que salió de todo ello. Bienvenido a mi diarrea mental!


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Albonxu Airlines.

Que esperanban de una niña que se escapaba del colegio solo por investigar el mundo, que daba la vuelta a los columpios del impulso, enamorada de la adrenalina de este, y de todos los deportes y/o juegos que pudieran surgir. Tirarse al río desde  las alturas, escalar todos los árboles, fabricar trineos de tierra a base de plásticos... Hacer hogueras hasta en el parque. Esa misma que luego se colaba en escuelas de danza a sentarse a observar... y que salía para tirarse por la montaña para pelarse hasta la frente? 

Admito que dudé. 

Dudé en renunciar a mi trabajo, en aquel entonces, perfectamente posicionada, económicamente bueno, y curiosa como afortunadamente... Vocacional. Bueno, o... quizá no tanto? 

Dudé en estar haciendo "lo correcto". 

Abandonar todo lo que con tanto esfuerzo y ahínco había conseguido. La entrega, el amor y el llanto que me costó. Y había conseguido. 

Confieso que no fue una decisión fácil y ha medida que avanzaba, las dudas lo hacían más. 

Pero mentiría si no dijera que el vértigo de lanzarme me cautivó y engatusó muy fuerte. 

Lo hice. Y conocí al amor de mi vida. Así, sin filtros. Me brindó vivencias espectaculares, imágenes fascinantes, el olor a incienso no es diferente en Asia que en España. Pero que se quede el olor arraigado al momento en que, observando el lago repleto de tortugas del templo,  en ese curioso y enigmático silencio, en mitad de la montaña... Vaya, tiene otra energía. 

También me brindó personas que dan sin, y de verdad, esperar absolutamente nada de ti, a cambio. Me enamore de la libertad, Si. De aquello  que rompe paradigmas. 

De comprender que tenia que vivir mi vida, sin llenar las expectativas de los demás. O alimentar el consiguiente "postureo" asentado. 

Admito también, que me enamoré hasta los huesos de él. Alma no tan libre como la mía, pero de mirada rasgada, escondida ternura, y corazón ardiente y noble. Lo pensé dos y siete veces, busque un lugar en el cielo, se lo dí en mano, y me marché. Confieso que cada noche, cualquier estrella, me valió la suya. Aún a 10,000km era el mismo cielo. Y solté. 

Seis primeros meses, de ardúo comienzo y aprendizaje. De emociones incontrolables, de abrirse en canal. De llorar por que si, y porque no, también. De comprender que vale siempre, siempre, la alegría, no SOLO la pena. Que también. Y al tiempo, regresé. Y admito que me temblaron no sólo las rodillas, sino el alma, cuando le miré. Descanse en España, comprendí, localice... Reconstruí, pero nada volvería a ser como antes. Tu mente lo sabe, y más aún el corazón. Cuando ellos van a mil por hora en un lugar donde todo parece no cobrar sentido. Descompasado al tempo que camina tu alma. Admito que la maleta a veces pesa, y te sientes en deuda. Contigo o con los demas. Y cuando me paro por largo tiempo, se aturrulla mi alma, me pesan los pies, y los caminos me hablan. 

Cuando estoy fuera, la mayor parte del tiempo no se si es lunes o es sábado, y reconozco que me gusta. Siento que es mi signo de disfrute. Del anhelado éxito en el que creo. "Levantarse cada día a hacer lo que sea para nosotros vivir" independientemente de un grueso o no salario. 

Reconozco que aún me sorprende y fascina ver a mis amigas casarse, tener hijos, y que la primera nostalgia y temor que me invade es pensar... Si podré acudir al acontecimiento, o estaré fuera? Porque no puedo comprometerme a largos plazos. 

Admito que llegue a creer, en "enfermedades" sociales, a causa de etiquetas convencionales, asentadas comúnmente en nuestra cultura y sociedad. Masoquismo. Porque reconozco que también, he pasado mucho miedo. Mucho. 

Me han robado todo el dinero, en otro continente, no he tenido donde dormir, que comer, o como comunicarme, ni con quién. Y he decidido voluntariamente continuar allí, y no regresar. 

He viajado sola en un taxi a las 4am llorando hacia un aeropuerto, en otro donde el conductor atropellaba aproposito a una persona, e imagen y sonido clavarse para siempre. Me he cruzado Asia de punta a punta en un tren de dos dias tirada en el suelo, sin saber lo que habría a la llegada. He visto habitaciones repletas de  "sustancias" y dinero. Mucho dinero, en bolsas de basura, si, como aquí la pantoja por ejemplo, pero con cantidades bastante más altas. Personas armadas de borrachera. Conductos por debajo de los edificios como si de una película de mafiosos rusos tratara. He traspasado fronteras ilegales  de la selva Birmana, en mitad del triángulo Dorado. Sin poder después salir porque estaban en guerra. Navidades sin familia, y sin dinero para callar al estómago. He cagado con 4 chinas más frente a frente en un "aseo" que era un canalón abierto al suelo. Parece que no, pero oye, da miedo. He presenciado atropellos donde nadie se hacia cargo, ni tan siquiera miraban, y pasaban de largo porque si los asisten, debes hacerte cargo del presupuesto hospitalario. 

Pero también momentos mágicos, como compartir habitacion en un tren por italia con un keniata y 4 Australianas que acababa de conocer. Amigos chinos, que se han dejado la piel, literalmente por ayudarme. Con quienes mantengo el contacto y serán eternos... He bailado en escenarios gigantescos en mitad de las montañas, conocido personas fascinantes, lugares incomprensiblemente mágicos, olores, y vivencias enigmáticas.

He vivido en un parque temático, y en un resort de 5* donde era la única española. He coreografiando musicales, entre ellos uno sobre la historia italiana, yo, siendo la unica española. He conocido a toda esa gente en el momento y al día a día, y me he fascinado, me he dejado llevar y he volado...

 Al final todo esto disipa cada ápice de terror anterior o por haber.

Porque también me da miedo enamorarme, pensar en tener hijos, no sé si seré mamá, si soy o estoy estoy hecha para ello... El alma dirá. Lo único que tengo claro, es un verídico y auténtico temor, a perder mi libertad. 

Aún con todo esto, entre esta noria de amor libre, miedos, puestas al limite, nostalgias, vicios y virtudes, como diría DobleV, creo firmemente que han hecho la mujer que soy hoy. Autosuficiente, desde luego, la empatía, prioridades, paciencia, seriedad, o humor absurdo... la confianza y él autoestima a ratos. Dependiendo de tener que acomodarme a la sociedad para "pasar desapercibida" o poder ser Mowgli, sin restricción.

Aún queda mucha... muchísima selva que recorrer. De asfalto o salvaje, emocionales o por obligación monetaria social... pero sin dejar de lado al final cositas que nos hacen sentirnos de nuevo, como en este momento, escribiendo esto...

A ti, que me has acompañado hasta el final...

Espero de corazón, hayas disfrutado de este viaje.


Alba De Julián Alonso. 

ALBONXU:) 

 










15 Septembre 2018 18:59 1 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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La fin

A propos de l’auteur

Alba Alonso En el gran cinismo que envuelve y apesta al maravilloso submundo que es el arte de la danza, y otras maneras de hacerse fuerte. Lo que varios años viviendo en China, trabajar en la tele, el teatro, las diversas culturas y los empresarios ambiciosos me mostraron, y enseñaron, aún sin querer. Y este perro azul tortilla que salió de todo eso. Bienvenido a mi diarrea mental! :)

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Cristina Barquillo Cristina Barquillo
Eres maravillosa!! Esa Albonxu aventurera hace que nuestra Alba sea una persona excepcional
September 15, 2018, 21:44
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