fer-parra1531687387 Fer Parra

La presente historia, esta compuesta por relatos breves, que pretenden incentivar valores en los niños. A su vez motivando esa pasión y gusto hacia la literatura, desde muy corta edad


Histoire courte Tout public.

#valores #vida
Histoire courte
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Capítulo Uno: El valor de uno mismo.

Hace mucho tiempo atrás en un hermoso bosque tropical vivía una oruga llamada Susi, que era muy amiga de Andrés; uno de los vistosos papagayos que habitaba dentro del bosque. En las mañanas solían jugar reuniéndose con otros animales del lugar. Cierto día el grupo de amigos integrado por: el conejo Tomás, la tortuga Martha, el pato Pablo y el oso Edison se encontraban jugando con una pelota.

Entre risas y risas ambos equipos no sentían el pasar del tiempo, el juego se tornaba tan interesante; había saltos, gritos de emoción, y mucha euforia. El partido estaba empatado, el pato Pablo tenía el balón, de pronto el oso Edison al querer llevar la pelota, cometió una falta dentro del área. La paloma que estaba de árbitro vio lo sucedido y decreto que se cobrase un tiro penal. Entre los miembros del equipo, decidieron que sería el conejo Tomás, quien cobraría el penal. Mientras que el papagayo Andrés como arquero del equipo contrario estaba atento a la jugada. El árbitro sonó el silbato y el Tomás tomando mucho impulso, lanzó una parada atroz, el impacto fue tan fuerte que el balón giro, giro y giro, y en la copa de un árbol cayó.

- ¡Vaya tiro! Dijeron algunos de los jugadores.
- Tranquilos amigos, yo recuperaré el balón - dijo el Papagayo Andrés.
Entonces abrió sus elegantes y fuertes alas para emprender el vuelo y recuperar la pelota; así lo hizo y recibió de todos sus amigos un fuerte aplauso.


Con el caer de la tarde, fatigados por tanto esfuerzo. El partido término empatado.

Al día siguiente en la fuente de agua se encontraron la oruga y el papagayo. Este último se acercó a beber del agua. La oruga miró el reflejo de las imágenes en el agua y exclamó:
- Como quisiera ser como tú, tener alas con hermosos colores para poder volar, sentir la brisa del viento correr, y variados lugares conocer. ¡Hay si tan solo los sueños se hicieran realidad!-dijo la oruga exclamando un fuerte suspiro cargado de profunda tristeza.
Al escuchar aquello, el papagayo Andrés meditó un momento y le respondió:
- Querida amiga, la vida que Dios nos ha dado es un hermoso regalo y cada uno posee distintas virtudes, cualidades y talentos, que con el transcurso del tiempo, lo valoramos y descubrimos. Nunca debes olvidar que lo importante no es la apariencia, sino la esencia.

Susi agradeció por tan hermosas palabras que le confortaron y elevó su autoestima. Se despidieron y cada uno se dirigió a su hogar.

Transcurrieron varios días y Susi de pronto sintió mucho sueño, y poco a poco su cuerpo empezó a cambiar. Convirtiéndose en un hermoso capullo, pasaron algunas horas y al despertarse sintió que su cuerpo era diferente. La pequeña oruguita se había transformado en una preciosa mariposa de brillantes y vistosos colores. De pronto recordó las palabras que le dijo su amigo Andrés, en la fuente. Sonrió alegremente mirando hacia el cielo y dijo:
- ¡Gracias Dios, que hermosa es tu creación!
Emprendió vuelo y de pronto en el aire divisó a lo lejos a su querido amigo.
- ¡Amigo amigo, puedo volar, mírame cómo puedo el cielo surcar! - dijo Susi, llena de emoción.
- ¡Vaya, que hermosas alas tienes, ahora ambos podemos volar libremente! - fueron las palabras de Andrés.
Toda la tarde se divirtieron en el aire, realizando acrobacias, dando giros sin cesar.

La vida es única y debemos disfrutarla cada segundo, amando a los seres que nos rodean tal como son, con sus virtudes y defectos, dejando a un lado la apariencia física.

15 Juillet 2018 20:53 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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À suivre…

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