©LyzOrtega
"Somos seres especiales con un poder peligroso, y nuestro único deber es evolucionar a nuestro ritmo" —J•V✨
Ahí está, listo para combatir. Con las manos cubiertas de cuero y el traje negro dejando lucir sus antebrazos y las venas que se marcan ante la fuerza. Tan seguro de sí mismo, con el propósito de seguir adelante, vivir, ganar y si se puede obtener la victoria sin rasguños o lesiones graves que pueden curarse en poco tiempo.
Su habilidad, para él no importa. No si sostiene la katana en una mano, los cabellos que caen sobre su rostro encima de la máscara cubren sus ojos violetas. La primera vez que notó el gran poder que tenía fue a sus diez años, cuando jugando lanzó la pelota arriba de un árbol y sin problemas trepó para bajarla, no tardo ni dos minutos. Y todos sus amigos salieron corriendo con miedo. Recuerda sostener la pelota sin entender que sucedía, los gritos de quienes amaba y ver bajo sus pies como de un momento a otro los cabellos rubios que en ese entonces tenía caían en cenizas.
¿Qué estaba mal? ¿por qué justo ahora?, Min nunca lo entendió. No al verse a sí mismo al espejo cuando llegó corriendo por temor, los detalles de si mismo eran muy diferentes. Como el notable color negro de sus cabellos, el tono violeta en sus ojos y esa reluciente piel pálida que ya portaba se volvía igual para todo su cuerpo.
Al principio su madre dijo que era una maldición, su papá que se alejará de la familia. Y sus hermanos. Ellos siendo mayores y algunos pequeños se emocionaron por ser niños. Y al paso del tiempo también mostraron patrones diferentes que los llevaron a ser únicos. Para él, primero el cabello, después fue el tono de su piel a una más pálida, le siguió el color de sus ojos. De un verde precioso que heredó de la mujer que lo dió a luz. cambio a uno rojo cuando daba el máximo de su poder y violeta dando el mínimo que parecian piedras preciosas en movimiento.
Fue mandado a un internado, la infancia donde creció después de eso. No recuerda mucho, solo golpes, gritos, rasguños, y perder el control. Lograr que temblará, que los ojos de todos se cegaran y entonces las uñas largas aparecieron a sus quince años. Negras, afiladas y venas marcadas. El daño que ha hecho desde entonces, las muertes, y todas las veces que peleo con los héroes. Los salvadores de una ciudad que odiaba, se encargaron de dejar en claro la posición de villano que debía ser. Por eso, ajusta el agarre, corre y con una gran precisión ataca a su contrario.
Este salta y esquiva la espada. Cae de una buena forma, y gruñe, porque todo esta saliendo mal. Kanjen, honor según el significado. Idiota lider de aquel grupo que odia. Y ahora con quien se enfrenta, tiene una gran nariz, debe admitirlo. Una cicatriz en la mejilla y la letra J en el pecho.
—Deberías irte Agust. Nunca vas a tener la ciudad, todo el mundo sabe el tipo de persona mierda que eres.—Grita, la voz firme de ese tipo llega a sus oídos. —¡Lárgate!
—Esta ciudad, aquellos que proteges están creando armas para nosotros. Las excepciones de su raza. —Exclama, ese héroe niega, sigue defendiendo a Daegu con todo lo que puede.
Kanjen es musculoso, tiene una gran fuerza, es capaz de volar si se lo propone. Pero, aunque también sea atractivo y tenga a más de medio mundo enamorado, no es el único héroe que se ha mostrado. Hay más, que ya deberían estar ahi.
—¿Aún siguen peleando? —Es otra voz que interrumpe. Atrás de él, más personas con esos trajes ridículos que siempre le han dado atención. —Pero si es el bandido mal vestido. —Ese chico, es el que más odia de todos, estúpido Guycci niño rico tonto y presumido solo por poseer la habilidad de cambiar lo que desee al solo tocarlo.
—Guycci deja de ofenderlo, no resolvemos nada peleando—La voz dulce, el único de ellos que nunca le ha dicho algo ofensivo o atacado. Incluso lo ayudó a escapar muchas veces.
—Sterliv tiene razón. Hay que atraparlo, se ha escapado tantas veces. Esta vez podemos hacerlo.—Heroina, chica linda de cabellos ondulados negros y largos. Con gran sonrisa y aparece también promocionando muchos productos. Ella ha sabido aprovechar la fama.
Sin embargo, eso no quita que se crean héroes. Sterliv es un chico de al menos un metro con setenta y cuatro centimetros de altura, con traje y capa corta donde porta la letra L en grande y posee un cinturón ajustado, una gran figura en un traje reforzado, que a kilómetros las personas notan y le catalogan como el cuerpo más deseado de un super héroe, ni tan musculoso, ni tan debil. Guycci es el típico niño rico que desde pequeño quiso tener poderes, puede cambiar a las personas con solo tocarlas. Paede volar y controla un poco el clima con su ánimo.
—Deberías hacerle caso al niño de medias —Se burla, la máscara que cubre su propio rostro no deja que otros sepan su identidad, el tono que usa de voz es más confiada. —Hazlo, o los va traicionar de nuevo.
Sterliv, nombre de súper héroe de ese chico. Con los cabellos rabios y atados en coleta, el traje azul. Y ojos de un destellante verde que juraria son piedras moviéndose al reflejo de la luz. Claro, tiene a diferencia de los demás una máscara, la mitad de su rostro se deja ver y conoce bien esas mejillas rojas en vergüenza. Y la heroina, la chica del equipo por nombre artistico Termly poderosa como tormenta. Literalmente mueve las cosas.
—Sterliv, cállate. Por tu culpa siempre Agust escapa y ese no es el plan. Debemos arrestarlo, llevarlo ante la justicia.—Exclama KanJen.
Hay algo que le resulta curioso, la habilidad de ese chico Sterliv, no la conoce. Lo único que se ve es la parte sentimental, desde hace meses lo conoce. No tiene mucho que se unió, debe tener algún poder para ser del equipo o es un inútil más que quiere ser héroe.
—Un bobo con super fuerza. —Kanjen es quien lo ve con enojo. —Un ridiculo con mucho ego. —Guycci prepara su posición de ataque. —Una torpe que siempre hace todo mal. —Termly la única mujer del grupo—ah y uno que al parecer incluso necesita ayuda para que lo traigan hasta aquí.
Todos parecen molestos y con ganas de atacar, sí, excepto Sterliv, solo retrocede sin contestar. Y aunque para algunos pasa desapercibido logra verlo irse en silencio sin decir nada. Es fácil burlarse de los tontos, se pone de pie guardando la katana, y sonríe.
—El club de super héroes fracasados Felicidades, protegen a la basura,
—Irás a prisión. Hoy no te vas a salvar. —Claro, no le importa cual sea su verdadero nombre pero definitivamente ese lindo trapito que solo cubre la mitad de la cara no le ayuda en nada.
Sin avisar, corre, de frente. Suelta un golpe directo en la cara de Guycci y lo empuja para saltar justo cuando Termly lanza los costales sobre su compañero. Patea en el estomago y logra deshacerse de ellos. Solo queda uno, y ante la preocupación que kan posee en sus compañeros logra correr y aprovechar la distracción haciéndole daño en el brazo.
—¡Espera! — El grito de alguien que no contemplo, el chico que se lanza contra él y por tropezar con la orilla del techo, cae.
—Eres un idiota.—La caida es larga, deja que caiga su arma, no importa. Sostiene de la cintura al súper héroe rubio y este se aferra cuando Agust por su habilidad sostiene con garras su peso del edificio viejo. —Sabes niño tonto, si no puedes volar o trepar, no sirves en un equipo.
Es una caída por larga, por suerte ya están a salvo, claro, el chico parece resbalarse y sostenerse del brazo de Agust. Por el forcejeo nota por primera ver como la máscara cae, el rostro en pánico por la caída esta ahí.
—Si no puedes volar, mover cosas, convencer o romper algo. ¿Qué haces con un equipo cuyas espectativas son altas?—Esta enojado. Trata de buscar una solución, si lanza al chico por la ventana cercana podrá lograr bajar sin él y entonces no habrá lesiones para nadie, Pero, el peso, las manos le están sudando y el miedo del contrario y cero inmortalidad logran que sea imposible solo dejarlo caer.
—E-El iba a m-matarte—Los balbuceos del contrario lo tensan, no recuerda que alguno haya intentado hacerlo.—Kanjen iba hacerlo. N-No me dejes caer. P-Por favor.
—Eres idiota para ser un super héroe —Ajusta el agarre, usa la fuerza que tiene y lo sube para tomarlo mejor de la cintura. Se impulsa y sin miedo se lanza a ambos rompiendo la ventana, entrando y cayendo sin ninguna protección con vidrios.
Se levanta sacudiendo las prendas, y apenas tiene la oportunidad se lanza de nuevo por la ventana hasta caer al suelo sin ningun rasguño. Debe irse sin embargo, puede ver la máscara de Sterliv en el piso, recoge la katana y la observa con detenimiento en sus manos.
—¿Y si su identidad es también incógnita para los demás héroes?—Gruñe, toma la máscara, hay un lente roto. Y una mancha de sangre en ella.—se la doy y me largo.
La habilidad que posee también es trepar, sube y apenas se asoma al piso donde debe estar el chico se detiene. Parece estar limpiando las prendas y quejarse mientras mira la pierna izquierda, hay un vidrio grande enterrado y eso... Por Dios. es su culpa. El pánico en ese rostro que ya conoce es esencial, pero no hay lágrimas.
—Respira, no te alarmes. —Aun preso del miedo parece calmarse, y rasgar parte de la tela del traje para rodear la pieza. —No debo sacarlo.—Escucha los susurros.
—Hey—Sterliv calla, aunque el dolor es apreciable en sus ojos y en la cantidad de sangre que mancha el traje en la pierna, no dice nada. —Cubrete.
Le pone la máscara con cuidado, baja la atención en la pierna herida y se agacha a su lado. Hace tiempo no lo hace pero va intentarlo, quita los guantes de cuero y lo pone delante de la boca del héroe. Quien sigue la indicación de mordero, entonces quita el vidrio escuchando un grito ahogado y mete los dedos usando su propio poder para sellar la herida.
El grito y lloriqudo que escucha aún con los guantes entre los dientes, esas lágrimas que escurren por las mejillas y la forma del concreto que parece roto bajo los dedos. "Es fuerza, su habilidad", deduce. Y retira las manos manchadas de sangre. Dejando que vea la herida ya cicatrizada, solo muestras de ser un accidente.
—¡Sterliv! —Los gritos del interior del edificio los alertan, el menor le entrega los guantes y le agradece en silencio.
—Hyung, vete. —Le sorprende el respeto que le tiene sin conocerlo. —Si ellos te ven aquí será un problema. Prometo no decir nada. Huye. —Se escabulle, la mejor manera de eliminarios es dejando que los problemas del equipo empiecen y lamentablemente a quien acaba de salvar será el primer perjudicado.
No era villano, la gente me hizo serlo.
©LyzOrtega
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